El 14 de febrero del año 2.000 apareció en la red La página definitiva un proyecto periodístico sui generis impulsado por Guillermo López y Andrés Boix Palop y al que aún acuden sus lectores bajo la exigencia de una «inteligencia en armónica comunión con un buen bagaje cultural». Al poco tiempo, los fundadores del medio de comunicación lanzaron un spin-off en formato foro llamado Aréopago y que también sigue existiendo. En el año 2006 ocurrieron dos eventos simultáneos que ahora convergen. El primero es que, en ese año, en el foro Areópago nos conocimos las personas que cinco años después pondríamos en marcha Jot Down. La segunda es el lanzamiento de Menéame, el agregador de noticias más importante del mundo hispano, de la mano de Benjamí Villoslada y Ricardo Galli.
En la época de la que hablo, muchos de los internautas nos pasábamos las horas interactuando escondidos tras nuestros apodos con poca o ninguna intención de venderle nada a nadie que no fuesen nuestras ideas de bombero o llamar la atención para gustarle a alguien. En aquellos lejanos tiempos se disfrutaba de la libertad que nos brindaba un espacio sin filtros comerciales y sin temor a ser carne de bigdata. Internet era todavía un terreno fértil para la experimentación y el intercambio genuino de pensamientos sin la presencia de algoritmos invasivos y clickbait.
En ese momento, las redes sociales empezaban a detectar nuevos medios de comunicación y los promocionaban a sus usuarios de forma gratuita. Jot Down alcanzó rápidamente una gran cantidad de seguidores en twitter y facebook lo que nos ayudó a darnos a conocer. Sin embargo, la plataforma que realmente nos lanzó al «estrellato» fue Menéame. Para quién la desconozca, se trata de una web que permite a sus usuarios compartir, votar y comentar contenido, dándole visibilidad a las noticias más relevantes según la consideración de la propia comunidad. Menéame ha tenido y aún tiene millones de lectores que cada día usan su página principal como timeline para estar informados.
Recientemente, se anunciaba en el blog de Menéame que el portal iniciaba un proceso de venta. La noticia generó inquietud sobre el futuro de la comunidad y decidí contactar con los socios para interesarme por la situación. Tras la decisión estaba la preocupación por viabilidad de la empresa ya que los ingresos publicitarios (casi todos de naturaleza programática) no dejaban de caer, algo que por otro lado, sufrimos todos los medios. A partir de ahí les propuse un proyecto de viabilidad que, como en Jot Down, implica a la comunidad. Al proyecto lo hemos denominado El algoritmo eres tú y tiene como objetivo conseguir que Menéame se mantenga como hasta ahora: libertario en relación al nuevo tecnofeudalismo que está engulléndolo todo, tal como se mantienen aún La página definitiva, el Areópago o la propia Jot Down. Esta nueva etapa la lideraré yo como nuevo CEO y administrador solidario de Menéame Comunicacions, S.L con la ayuda del equipo de Jot Down.
La importancia de Menéame en el ecosistema digital actual es fundamental. En un mundo donde gigantes tecnológicos moldean nuestra percepción de la realidad a través de algoritmos diseñados para mantenernos dentro de nuestras zonas de confort ideológicas, Menéame ofrece un espacio libre de técnicas de neurohacking. Su enfoque, basado en la promoción humana de los contenidos, nos expone a una variedad de perspectivas que fomentan el pensamiento crítico y combaten la polarización. Es cierto que Menéame en estos momentos tiene cierta tendencia a visibilizar más artículos de izquierdas que de derechas pero lo hacen seres humanos —los usuarios—, no algoritmos; en cualquier caso con nuestra entrada en la gestión de Menéame vamos a buscar, junto a la propia comunidad, procesos que fomenten el pluralismo ideológico.
La independencia editorial de Menéame, aún libre de la influencia de lobbys políticos o económicos, es otro de sus valores fundamentales. Con la confianza en los medios tradicionales en horas bajas debido a la sumisión a intereses corporativos o partidistas, la plataforma ofrece un espacio donde las noticias se valoran por su relevancia real que le dan sus usuarios y no por necesidades económicas o falsas lealtades. Esta operativa transparente y la diversidad de opiniones es esencial para mantener un debate público saludable y una ciudadanía bien informada. Además, juega un papel crucial en la preservación de la cultura digital española y esto es importantísimo. En una internet cada vez más globalizada y dominada por plataformas anglosajonas, este agregador ofrece un espacio único para el debate y la difusión de noticias en español, contribuyendo así a la riqueza y diversidad del ecosistema digital hispano.
La crisis que atraviesa Menéame no es solo un problema de una empresa individual; es un síntoma de los desafíos a los que se enfrenta el periodismo independiente en la era digital. Su modelo, que prioriza lo humano y la relevancia sobre el clickbait y la viralidad, lucha por sobrevivir en un entorno donde la atención del usuario es la moneda de cambio. Por ese motivo, apoyar a Menéame no es simplemente ayudar a una plataforma web; es defender un modelo de Internet más abierto, diverso y democrático. Es invertir en nuestro derecho a una información variada y en la salud de nuestro debate público. Es no sentirnos manipulados por grandes corporaciones que en base al bigdata nos conocen mejor que nosotros mismos. En estos tiempos de desinformación y polarización, necesitamos más que nunca espacios como Menéame que nos reten a salir de nuestras zonas de confort ideológicas y nos expongan a la rica diversidad del pensamiento humano.
Mientras haya usuarios spammers que apoyan a un partido político con karma de 20 puntos y grupos coordinados en votar negativo a usuarios por emitir opiniones contrarias o que le buscan las cosquillas para después denunciar sus comentarios y que tengan un strike o baneo. Mientras haya usuarios que cuando ven un comentario que no les gusta, miran el perfil del usuario y le denigran por haberse registrado hace un día por pura paranoia a que meneame.net se convierta en un foro con opiniones políticas diversas y no en una secta de progres intolerantes como lo definió el creador de meneame.net. Este agregador de noticias no podrá crecer en número de usuarios ni en visitas.
Hay usuarios que no entienden que las elecciones en España no se ganan en meneame.net sino en las urnas que por censurar a otros usuarios, no va a ganar su partido. Quieren tener el dominio de meneame.net porque consideran que las redes sociales como X están infectados de ultraderechistas y hasta amenazan con irse si eso deja de ser así.
Hay que tener los cojones de Espartero para defender que en Meneame hay que priorizar lo humano y defender un modelo de Internet más abierto, diverso y democrático, el mismo fin de semana en el que uno de sus socios fundadores ha entrado como un elefante en una cacharreria faltando al respeto a usuarios que llevan años aportando calidad y contenido al sitio e invitándoles a cerrar sus cuentas mientas les acusaba de ser parte del problema.
Los dos problemas de Menéame son, por un lado la falta de transparencia en la moderación, y por otro la falta de esta y la permisividad hacia los discursos de odio más machistas y racistas que han conseguido que los usuarios que argumentaban y aportaban contenido se hayan ido marchando del sitio en detrimento de anónimos que sólo han aportado crispación, insultos y odio.
Y ahora, la nueva auto-proclamada administración, se presenta desde el desconocimiento más absoluto anunciando una limpia de usuarios que no están dispuestos a pagar una suscripción e invitándoles a irse mientras les falta al respeto.
Animo con eso.
No entiendo que se acuse a Meneame de permisividad con el racismo y al mismo tiempo de ser un nido de rojos. Para mí está clara la tendencia política mayoritaria (izquierda) lo que es incompatible con la permisividad con el machismo y racismo.
Sí que me apena la baja calidad de los comentarios o comentaristas, que lo asemeja más a una barra de bar que a un debate argumentado.
«Contra el dominio de lo anglosajón»: spin-off, bigdata, Internet, clickbait, timeline, blog, neurohacking, lobbys y sobre todo Jot Down. ¿Sarcasmo o ironía?
Pues muchas suerte. Con todos sus posibles defectos (que no niego) y siendo lector del portal desde hace muuuucho tiempo, aunque comentando rara vez, sigue siendo mi primera página para encontrar información, no sólo en su portada. Así que, adelante y a sobrevivir
Tras 5 años en Meneame lo dejé hace tiempo porque era insoportable : caverna de eco (y eso que coincido con la tendencia ideológica, pero no quiero un agregador de noticias que me r’encierre en mis ideas) y una censura a base de usuarios coordinados y moderadores vengativos y arbitrarios.
Pero sigo la actualidad de la pagina por curiosidad.
Y… VAYA! No ha sido hace escasos dias que un fundador de JD ha entrado por ahi a responder preguntas sobre las cuentaparticipaciones, ya que… bueno, parece que está «ayudando » a los visionarios, irredentos, inmaculados líderes de la página con el asunto de vender acciones para participas en la toma de decisiones de la pagina (de manera no vinculante) y poder participar de los beneficios y recuperar su inversión en cualquier momento, pero solo a condición de que, bueno, la economía de la pagina lo permitiese.
Osea accionistas sin garantías sobre su dinero y sin poder sobre su objeto de inversión. Lo que permitirá que recuperen su dinero es que la economía de la pagina sea buena, que ahora no lo es y lo que la va a mejorar es que la gente ponga dinero. Cuanta mas gente ponga dinero, mejores cuentas y mas posibilidades de recuperar tu dinero y una parte de los beneficios del dinero puesto de aquellos que han puesto su dinero.
Eso tenia un nombre propio y una forma que gustaba mucho a los antiguos egipcios y mayas, ¿no?