El documental La ceremonia, realizado cuando Catherine Robbe-Grillet tenía 84 años, se abre con el testimonio de uno de sus sumisos, un hombre de aspecto normal y unos cuarenta años llamado Christian que cuenta:
Al principio yo le escribía muchas cartas. Luego la fui a ver y ella me aceptó. Lo que yo quería era pertenecerle, pertenecerle por completo. Quería llevar sus iniciales en mi piel. Saber con certeza que realmente le pertenecía. Eso era muy importante para mí, pensaba mucho en ella, quería verla continuamente. Pero solo nos veíamos cuando a ella le apetecía.
En relación al documental acaba de aparecer el libro de José Lázaro El contrato de prostitución conyugal. Catherine Robbe-Grillet (Editorial Triacastela, Colección Libros Incorrectos). Con una estructura mixta entre el retrato biográfico y el ensayo narrativo, relata la vida, obra e ideas de la artista polifacética (actriz, fotógrafa, escritora…), quien ha transformado las ceremonias sadomasoquistas en una rama de las Bellas Artes. La historia comienza cuando Catherine llevaba un año casada con el novelista y cineasta de vanguardia Alain Robbe-Grillet quién le entregó la propuesta de un «Contrato de prostitución conyugal». Ella no llegó a firmarlo, pero se convirtió en la sumisa de su marido. Hoy, con 94 años, Catherine Robbe-Grillet es la Dominatriz y Maestra de Ceremonias más célebre de Francia. Este libro relata y analiza su historia, a la vez que plantea un profundo enigma sobre la naturaleza humana: ¿cómo es posible que el dolor se transforme en placer, la humillación en excitación y la sumisión en satisfacción? ¿Es realmente el sadomasoquismo uno de los placeres más intensos que se pueden alcanzar? El análisis teórico se ilustra con un amplio catálogo de escenas sadomasoquistas tomadas de la literatura clásica, del cine y de los relatos clínicos. La presencia continua de esas escenas en la cultura actual contrasta con la pobreza de la investigación científica y la reflexión teórica sobre ellas. La hipótesis que aquí se plantea entiende el sadomasoquismo como una extraña metamorfosis de sensaciones y sentimientos que nos invita a profundizar en los aspectos más importantes y menos explorados del animal humano.
En esta fascinante obra, Lázaro nos ofrece una perspectiva que transita entre el rigor analítico y la profundidad literaria, ahondando en la vida de Catherine Robbe-Grillet como si de una obra de arte en sí misma se tratara. Las páginas de este libro nos conducen a través de los entresijos de una vida marcada por la radical libertad que la artista ha encontrado en los abismos de la sumisión y el dominio. En los primeros capítulos se describe el contexto que rodea la redacción del «contrato de prostitución conyugal» que Alain Robbe-Grillet propuso a Catherine en 1958. El detallado retrato de aquel instante clave en la historia del matrimonio es esencial para comprender cómo la sumisión que se le proponía, lejos de ser un simple gesto de opresión, era para Catherine el preludio de una intensa exploración de su deseo.
Es cierto que mi marido era Dominante y yo su sumisa. Y que después me he transformado en Dominatriz y tengo mis propios sumisos. En realidad, Alain era Dominante en nuestros juegos sexuales, pero jamás lo fue en la vida cotidiana ni en la vida social. Más bien al contrario, yo siempre he hecho lo que he querido y él siempre fue de lo más respetuoso con mis deseos. Nuestros encuentros sexuales eran como una especie de burbuja en la que nos encerrábamos unas horas; pero después, en la vida corriente, yo no tenía nada de sumisa, eso quedaba para los juegos eróticos.
A través de la evolución personal de Catherine —desde su inicial descubrimiento del placer en la sumisión hasta su conversión en la Dominatriz más importante de Francia— el lector se ve inmerso en una narrativa que explora el poder, el control y la renuncia, haciendo del libro un análisis preciso de la psicología del deseo. Las escenas que Lázaro selecciona, tanto de la literatura clásica como de los casos clínicos, nos ofrecen no solo un recorrido por la cultura sadomasoquista, sino que también son una ventana para observar las conexiones entre arte, poder y sexo. Es, sin duda, un texto audaz que exige del lector una apertura mental, ya que cada capítulo despliega una serie de preguntas filosóficas, psicológicas y sociales acerca de los límites de la moral, el cuerpo y la identidad.
Uno de los aspectos más fascinantes del libro es la forma en que analiza la obra de Catherine Robbe-Grillet en el contexto de su vida amorosa y artística. Lázaro nos muestra cómo Catherine, bajo el seudónimo de Jeanne de Berg, escribió textos que destilaban su experiencia personal en el ámbito sadomasoquista, llegando a publicar en 1985 Ceremonias de mujeres, una novela mucho más explícita y personal que su primer texto, La imagen, de 1956. Estas obras, aunque aparentemente distantes del gran público, conforman una parte esencial de la cultura literaria underground de Francia, donde el erotismo y la literatura se entrelazan de una forma única y provocadora.
La figura de Catherine Robbe-Grillet trasciende la mera dominatriz para convertirse en un símbolo de la transgresión, del arte hecho carne, de la sublimación de la violencia y el deseo en formas que rozan lo religioso. Su Maestría de Ceremonias, como se describe en los pasajes del libro, revela el profundo simbolismo detrás de los rituales sadomasoquistas que dirige: no son solo actos sexuales, sino ceremonias en las que la relación entre el poder y la entrega se convierte en una experiencia mística, un cruce entre el éxtasis físico y la sublimación espiritual. José Lázaro no solo se limita a observar estas prácticas, sino que las sitúa dentro de un marco conceptual que abarca desde los ritos religiosos hasta las teorías filosóficas de Michel Foucault sobre el poder y la sumisión.
El libro se convierte en una reflexión sobre el placer y el dolor, sobre la necesidad humana de encontrar satisfacción en lo que parece, a primera vista, una contradicción: la entrega total a la voluntad de otro, la abdicación del control personal como camino hacia una libertad superior. Aquí es donde Lázaro nos lleva a las grandes preguntas filosóficas que subyacen al sadomasoquismo: ¿es la sumisión una forma de liberación? ¿Puede el dolor ser una vía hacia el éxtasis? ¿Dónde se encuentra el límite entre el placer patológico y el placer como arte?
Catherine Robbe-Grillet emerge en esta obra como una figura casi mitológica, alguien que ha trascendido las barreras de la moral convencional para encontrar una verdad más profunda en la transgresión. A través de su vida, Lázaro nos muestra cómo las ideas de género, poder y deseo se entrelazan de manera compleja y a menudo contradictoria. En el universo de Robbe-Grillet, la dominación no es simplemente una cuestión de poder masculino sobre lo femenino; es una danza compleja en la que los roles pueden invertirse y transformarse, como lo demuestra su matrimonio con su actual esposa y sumisa, Beverly Charpentier.
A medida que el libro avanza, nos adentramos en los aspectos más oscuros de la psique humana, donde la relación entre el dolor y el placer se convierte en un campo de batalla emocional y físico, para analizar los tres ejes fundamentales del sadomasoquismo: la conversión del dolor en placer, la humillación en excitación y la sumisión en satisfacción. José Lázaro utiliza este marco para analizar cómo estas transformaciones, aparentemente contradictorias, están profundamente arraigadas no solo en el ámbito erótico, sino también en la historia, la literatura y la psicología humanas. A través de ejemplos tomados de diversas obras literarias, el autor muestra cómo el sadomasoquismo ha sido representado y explorado en diferentes contextos.
Entre las obras literarias citadas, destaca La Regenta de Clarín, donde una escena de violación, descrita por el personaje de Álvaro Mesía, ejemplifica la compleja relación entre humillación y excitación, donde la víctima llega a compartir el placer del agresor. Otro ejemplo significativo es Los hermanos Karamázov de Dostoyevski, donde se narra la azotaina pública de mujeres en un pueblo, conectando el castigo corporal con el establecimiento de relaciones de poder y sumisión. Lázaro también menciona La venus de las pieles de Leopold von Sacher-Masoch, obra clave en la comprensión del masoquismo, donde el protagonista Severin pide ser sometido por Wanda, evidenciando la entrega total como vía para alcanzar el placer a través del dolor y la dominación. El análisis se extiende a autores como James Joyce, en cuyo Retrato del artista adolescente se describe la disciplina impuesta en los colegios jesuitas, lo que demuestra que el sadomasoquismo no se limita al ámbito sexual, sino que permea otras formas de relación social y educativa. Lázaro destaca que estas dinámicas de poder y deseo no son exclusivas de las relaciones eróticas, sino que han sido usadas históricamente en la educación religiosa, la política y la disciplina militar.
El contrato de prostitución conyugal es mucho más que un simple retrato de Catherine Robbe-Grillet; es una obra que invita a cuestionar los límites de la moral, la libertad y el placer. El lector no puede evitar sentirse fascinado, y a veces perturbado, por las preguntas que el libro plantea: ¿Es el sadomasoquismo una expresión extrema del amor? ¿Es la sumisión una forma de poder? Y, sobre todo, ¿qué nos dice sobre la condición humana el hecho de que busquemos el placer en el dolor? Esta obra es un viaje inquietante y apasionante a los rincones más oscuros del alma humana, una invitación a explorar, sin prejuicios, lo que significa realmente el placer.
