Cartas de Cristóbal Colón a los Reyes fechadas en la isla Española.
Año de 1498
A continuación reproducimos fragmentos de cartas de Colón publicados por Fray Bartolomé de las Casas en su Historia general de las Indias. Según se desprende del contenido, a Colón le preocupaba la relajación de costumbres de los españoles que iban a poblar por entonces La Española.
Acá son muy necesarios devotos religiosos para reformar la fe de los nuestros más que para darla a los indios, pues ya sus costumbres nos han conquistado y les sacamos ventaja. También necesitamos un letrado, persona experimentada en la justicia, porque sin la justicia real creo que aprovecharán los religiosos poco.
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Pronto habrá vecinos acá, porque en esta tierra abundan todas las cosas, en especial el pan y la carne. El pan que hacen los indios es una maravilla, pues está nuestra gente más sana que con el de trigo; también hay muchos puercos y gallinas, además de otras alimañas que son como conejos, pero con mejor carne. Hay tanto de todo en toda la isla que es normal que un mozo indio con un perro cace cada día quince o veinte presas para su amo, de manera que solo falta vino y vestuario. Por lo demás, esta es la tierra de los mayores haraganes del mundo, o lo es nuestra gente en ella. No hay hombre bueno ni malo que no tenga dos o tres indios que le sirvan, perros que le cacen y mujeres hermosas. De esta costumbre estoy muy descontento, porque me parece que no hace servicio a Dios, y no lo puedo remediar, como comer carne en sábado y otras malas costumbres que no son de ser buenos cristianos. Acá aprovecharía mucho que vinieran algunos devotos religiosos, más para reformar la fe de los cristianos que para darla a los indios. Yo jamás podré castigarlos a menos que se me envíe gente, en cada pasaje cincuenta o sesenta, y a su vez yo envíe de vuelta a otros tantos de los que son haraganes y desobedientes, como ahora hago; este es el mayor castigo.
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Siempre temí al enemigo de nuestra Santa Fe, pues se ha puesto a desbaratar nuestro gran negocio con toda su fuerza. Fue tan contrario a todo, antes de que se descubriese, que todos se burlaban. Después la gente que vino conmigo acá, que del negocio y de mí dijeron mil testimonios, ahora desde allá ponen impedimentos a mi despacho y a que Vuestras Altezas tengan la costa, como sucederá si place a Aquel que es superior de todo el mundo, el cual hizo el comienzo y del cual se ve tan manifiesto que le sostiene y aumenta. Es cierto, si se mirasen las cosas que acá han pasado, se podría decir tanto como del pueblo de Israel.
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Podría yo todo replicarlo, mas creo que no es necesario porque ya he escrito muchas veces, como ahora, de la tierra que dio Dios en este viaje a Vuestras Altezas, tierra que parece infinita. Por su descubrimiento deben mostrar una gran alegría y darle infinitas gracias a Dios, y aborrecer a quien dice que no gasten en este negocio, pues no son amigos de la honra de su alto Estado. Además, muchas almas se salvarán, de lo cual son Vuestras Altezas la causa y lo cual es el principal fin de esto (la vanagloria del mundo se debe tener en nada, puesto que la aborrece Dios poderoso). Y digo, además, que me respondan quienes leyeron las historias de griegos y romanos, si con tan poca cosa ensancharon tanto su señorío como hizo Vuestra Alteza con las Indias. Esta sola isla tiene una costa de más de 700 leguas; Jamaica, con otras 700 islas y tanta parte de tierra firme, de los antiguos muy conocida y no ignota, como dicen los envidiosos o ignorantes. Además, hay otras muchas islas también grandes desde aquí hacia Castilla además de esta, que es excelente y de la que creo que se debe hablar entre todos los cristianos con maravilla, con alegría. ¿Quién dirá, siendo hombre de seso, que fue riqueza malgastada y que mal se gasta lo que en ello se invierte? ¿Qué memoria mayor en lo espiritual y temporal quedó ni pueda más quedar de Príncipes? Me quedo atónito y pierdo el seso cuando oigo y veo que esto no se considera, y que nadie diga que Vuestras Altezas deban hacer caudal de plata u oro, o de otra cosa valiosa, salvo de proseguir tan alta y noble empresa, pues hallará Nuestro Señor inmenso servicio, y los sucesores de Vuestras Altezas y sus pueblos inmenso gozo. Mírenlo bien Vuestras Altezas, que a mi juicio más les importa lo que hacen las cosas de Francia y de Italia.
La población aborigen de las islas
Los primeros nativos americanos que encontró Colón al llegar a las Bahamas, a Cuba (Juana) y a La Española eran taínos, quienes, como leemos en las cartas, recibieron a los españoles como si fueran seres venidos del cielo. Los taínos eran un pueblo indígena perteneciente al grupo de los arahuacos y provenientes de la desembocadura del río Orinoco, en la actual Venezuela, y de Guyana.
A la llegada de las expediciones de Colón, los taínos sufrían las incursiones de los caribes, etnia asentada en las Antillas Menores —el arco formado por pequeñas islas que va desde el este de Puerto Rico hasta la costa occidental de Venezuela—. En las crónicas españolas se suele contraponer los caribes a los taínos, presentados como un pueblo pacífico, mientras que los caribes eran descritos como salvajes, esclavistas y antropófagos. De hecho, se cree que su nombre es el origen del término caníbal, que describe en varios idiomas europeos la práctica de alimentarse con carne de miembros de la misma especie.
Cartas renovadas de Cristóbal Colón
Esta carta forma parte de la recopilación de Cartas renovadas de Cristóbal Colón, publicado por la 1. Insulis Nuper Inventis – La carta robada de Colón
2. Carta de Cristóbal Colón a Pedro Margarite
3. Carta perdida de Cristóbal Colón a los Reyes dando cuenta de su segundo viaje a las Indias
4. Carta de Colón a los Reyes acerca de la Española y otras islas
5. Cartas desde la Española
6. Carta a Francisco Roldán
7. Carta a los Reyes Católicos sobre el alzamiento de Francisco Roldán
8. Carta a su Santidad informándole de los sucesos de sus viajes anteriores
9. Carta de Colón a su hijo Diego al emprender el cuarto viaje
10. Carta de Colón a los Reyes mediante la que se les notifica cuanto le ha ocurrido en el cuarto viaje
11. Carta del Almirante Cristóbal Colón pidiendo al Rey Católico nombre a su hijo D. Diego para sucederle en la administración de las Indias.
12. Cronología de la vida de Cristóbal Colón