Historia Cartas renovadas de Colón

Carta de Cristóbal Colón a Pedro Margarite

Columbus Taking Possession scaled
Cristóbal Colón tomando posesión del Nuevo Mundo. Fuente The Prang Educational Co., 1893.

Instrucción que dio D. Cristóbal Colón a Mosén Pedro Margarite para reconocer las provincias de la isla de Cuba.

9 de abril de 1494

Primeramente, después de que Hojeda os dé y entregue a la gente, recibidlos y ordenad las batallas7 que según la disposición de la tierra os parezcan necesarias, y entregadlas a las personas con nombres de capitanes que veáis que las deben llevar, y que sirvan al Rey y a la Reina, Nuestros Señores, y os obedezcan y cumplan lo que les digáis y mandéis de parte de sus Altezas y de la mía, por virtud de los poderes que para ello tengo de sus Excelencias.

Además, por alguna experiencia que se tiene de andar en esta tierra, se escriben aquí abajo algunas cosas que son necesarias hacer. Como vos andaréis por otras provincias o lugares distintos de los que se han explorado, se os deja a cargo para que acrecentéis o quitéis de esto que aquí abajo se escribe como a vos os parezca según el tiempo y la disposición de la tierra: porque la primera intención es que con toda esta gente reconozcáis toda la isla, las provincias de ella, la gente, las tierras y lo que en ellas hay, y en especial toda la provincia de Cambao, para que de todo puedan el Rey y la Reina, nuestros Señores, estar bien informados, y de aquí de esta ciudad se os enviarán y proveerán todas las cosas que sean necesarias.

Primero, de aquí se os envían dieciséis hombres a caballo, doscientos cincuenta escuderos y ballesteros, ciento diez espingarderos8 y veinte oficiales. De esta gente habéis de hacer tres batallas: una para vos y las otras dos para dos personas, que serán las que a vos os parezcan suficientes para tal cargo, a los cuales dad a cada uno la parte de gente que os parezca.

La cosa principal que debéis hacer es velar mucho por los indios, que no les sea hecho mal ni daño, ni les sea tomada cosa contra su voluntad; que reciban honra y sean atendidos de manera que no se alteren. Pero como en este camino que yo hice a Cambao acaeció que algún indio hurtó algo, si hallarais que algunos de ellos hurtan, castigadlos cortándoles las narices y las orejas, que son miembros que no pueden esconder, porque con esto se asegurará el buen comportamiento de la gente de toda la isla, dándoles a entender que esto que se hizo a esos indios fue por el hurto como castigo, y que a los buenos se los tratará muy bien.

Como ahora la gente no podrá llevar las provisiones necesarias durante el tiempo que han de estar fuera, allá van N y N9, los cuales llevan mercaderías de cuentas y otras cosas, para que con mi autorización puedan comprar el pan y vituallas10 que se necesiten, llevando cuenta de ellas, poniendo el día y el lugar donde las hallen, y que todo lo que den de dichas mercaderías sea en presencia de la persona que esté por el Teniente de los Contadores mayores, para que tengan razón y cuenta de ello.

Además, debéis ordenar dar veinticinco hombres a Arriaga, si aquí yo no se los doy antes de partir y si él tiene orden de ir junto con esos tres a proveer todo el mantenimiento para toda la hueste, para que ninguna persona, de cualquier grado o condición, vaya a quitar cosa ninguna a los indios y enojarlos; es cosa muy al servicio del Rey y de la Reina, nuestros Señores, porque sus Altezas desean más la salvación de esta gente por que sean cristianos, que todas las riquezas que de acá puedan salir. Así que bien proveído va, y se debe de contentar cada uno porque sus Altezas les mandan pagar para comer y otras cosas que necesarias os sean. Y si por ventura no se hallara de comer por compra, que vos, Mosén Pedro, lo proveáis, tomándolo lo más honestamente que podáis halagando a los indios.

A Cahonaboa, querría que con buena diligencia lo pudiésemos tener en nuestro poder, y por eso debéis hacerlo de esta manera según mi albedrío: enviar una persona con diez hombres que sean muy discretos, que vayan con un presente de ciertas cosas, halagándole y mostrándole que tengo muchas ganas de su amistad y que le enviaré otras cosas, y que él nos envíe el oro, recordándole que vos estáis ahí y que vais por esa tierra con mucha gente, y que tenemos infinita gente, y que cada día vendrá mucha más, y que siempre yo le enviaré parte de las cosas que traigan de Castilla; tratadlo así de palabra hasta que tengáis amistad con él. No debéis ahora ir a Cahonaboa con la gente, solo enviar a Contreras, que vaya con diez personas y vuelvan con la respuesta adonde quiera que estéis, y recibida la embajada, podréis enviar otra vez y otra, hasta que Cahonaboa esté seguro y sin recelo de que vos le queréis hacer ningún mal. Después, tened la forma de apresarlo como mejor os parezca, según la forma que habré entendido por la relación con Contreras, haciendo Contreras lo que vos le digáis y no excediéndose.

La manera en que se debe prender a Cahonaboa, con reservas de lo que allá se halle después, es esta: que Contreras trabaje mucho con él y encuentre la manera para que Cahonaboa vaya a hablar con vos, para que con más seguridad se haga su prisión. Y como él anda desnudo, sería malo detenerle y que se soltase y huyese, por eso, estando en vistas con él, hacedle dar una camisa y vestidlo, y un cinto, y ponedle una toca, y que no se os suelte. También debéis prender a sus hermanos, que con él irán, y si por caso Cahonaboa estuviera indispuesto y no pudiera ir a estar con vos, encontrad la manera para que dé por bien vuestra ida a él, y antes que vos a él lleguéis, Contreras debe ir primero para asegurarlo, diciéndole que vos vais a él para conocerlo y tener con él amistad, porque yendo vos con mucha gente podría ser que recelase y se fuera por los montes, y vos erraríais la presa. Pero todo se remite a vuestra buena discreción para que hagáis lo que mejor os parezca.

Debéis conseguir que la justicia sea muy temida, y que quien a vuestro mandamiento desobedezca sea castigado, porque si de otra manera pasase, podría ocurrir que se perdiese toda la hueste, y vos no podríais así aprovechar a la gente, y harían daño. Y los indios, viéndolos así desmandados y desconcertados, podría ser que se atrevieran a matarlos, así que por esto y por otras cosas es bueno que seas obedecido, y se cumpla todo lo que mandes, y ninguno salga de vuestro mandamiento. No hay tan mala gente como los cobardes que nunca dan la vida: así que si los indios hallasen un hombre o dos desmandados, no sería extraño que los matasen.

Con la ayuda de Nuestro Señor habéis de andar mucha tierra, y por donde quiera que vayáis, en todo caso, por todos los caminos y sendas, haced colocar cruces altas y mojones, cruces en los árboles y cruces en los lugares convenientes, donde no se puedan caer, porque así se debe hacer. Pues, loado Dios, la tierra es de cristianos, y haced poner en algunos árboles altos y grandes los nombres de sus Altezas.

Me parece bien que toda esta gente vaya ahora con Hojeda hasta Cambao, y que desde allí los recibáis. Y, al comienzo de vuestro viaje a Yamahuix, llevaréis el camino por donde os parezca para ver el término de Cambao, porque los caballos, según nos informaron el otro día Gaspar y los otros que fueron a Yamahuix, no pueden pasar de Santo Tomás adelante por el mal camino; debéis dejarlos en Santo Tomás, y dar cargo de ellos a un escudero de los de las guardas que tenga el suyo allí también, o a otra persona que os parezca mejor, que haga cuidar a estos caballos con mucha diligencia tanto y más que si fuesen suyos, porque ya sabéis cuánto nos va en tenerlos buenos. Y si halláis tierras, que podáis enviar por ellos para proveeros y serviros.

Para todo lo cual y todo lo dicho, y para cada cosa y parte de ello, y para lo  anejo y dependiente de vos, concedo el mismo poder que yo he obtenido de sus Altezas de Virrey y Capitán General de estas Indias por la presente, bien así como si dicho poder aquí fuese inserto e incorporado; y por virtud de dicho poder de parte de sus Altezas mando a la gente que con vos fuera de aquí adelante que obedezcan vuestros mandamientos, y hagan todo lo que vos les digáis y mandéis de parte de sus Altezas, como harían si yo lo mandase, bajo las penas que vos les pusierais, las cuales ejecutad en las personas y bienes de los que lo contrario hagan.

Fecha en la ciudad Isabela, que está en la isla Isabela en las Indias, a nueve días del mes de abril, año del nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo de mil cuatrocientos noventa y cuatro.

El Almirante.

El segundo viaje de Colón

El segundo viaje fue el más espectacular de los que realizó Colón. Partió con una flota de 17 barcos, 5 naos y 12 carabelas, y unos 1.500 hombres, entre ellos su hermano Diego y otros expedicionarios notables, como Pedro de las Casas (padre de Fray Bartolomé de las Casas) y el cosmógrafo Juan de la Cosa. Llegaron primero a las Antillas Menores.

A la primera isla que descubrieron, Colón la llamó Deseada. Recorrieron la isla Dominica y tomaron posesión solemne en tierra de la que llamó Marigalante. Luego fondearon junto a la isla que llamó Guadalupe. Pasaron por Montserrat y  Antigua, atravesaron el archipiélago de las Once Mil Vírgenes y llegaron a San Juan Bautista, isla que a los pocos años Ponce de León hizo llamar Puerto Rico.  

Cuando de Puerto Rico por fin alcanzaron la isla Española, comprobaron que el Fuerte Navidad había sido incendiado y los hombres ejecutados. Entonces Colón decidió fundar un asentamiento más al este, también al norte de la isla, La Isabela. Esta vez, la nueva empresa tenía tres objetivos definidos: conquistar, colonizar y evangelizar. Para el objetivo de evangelizar, se acreditó a Fray Bernardo Boyl como vicario apostólico, quien fundó la primera misión en las Antillas. Para llevar a cabo la conquista y organización civil y política se dictaron las primeras órdenes sobre la creación de municipios y maneras de administrar justicia. Este viaje supuso la confirmación oficial del descubrimiento y se sentaron las bases de la colonización española de las Indias.  


Notas:

(7) Batalla era el nombre que recibía la parte central o centro del ejército, a diferencia de la vanguardia y la retaguardia.

(8)  El espingardero era el soldado armado con espingarda, una escopeta (o arcabuz) muy larga y de cañón correspondiente a su tamaño.

(9) Vacío en el original.

(10) Del latín tardío victualia, vituallas es sinónimo de víveres.

Cartas renovadas de Cristóbal Colón

Esta carta forma parte de la recopilación de Cartas renovadas de Cristóbal Colón, publicado por la editorial West Indies Publishing Company

1. Insulis Nuper Inventis – La carta robada de Colón
2. Carta de Cristóbal Colón a Pedro Margarite
3. Carta perdida de Cristóbal Colón a los Reyes dando cuenta de su segundo viaje a las Indias
4. Carta de Colón a los Reyes acerca de la Española y otras islas
5. Cartas desde la Española
6. Carta a Francisco Roldán
7. Carta a los Reyes Católicos sobre el alzamiento de Francisco Roldán
8. Carta a su Santidad informándole de los sucesos de sus viajes anteriores
9. Carta de Colón a su hijo Diego al emprender el cuarto viaje
10. Carta de Colón a los Reyes mediante la que se les notifica cuanto le ha ocurrido en el cuarto viaje
11. Carta del Almirante Cristóbal Colón pidiendo al Rey Católico nombre a su hijo D. Diego para sucederle en la administración de las Indias.
12. Cronología de la vida de Cristóbal Colón

 

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2 Comments

  1. Alonso de Ojeda

    Muy interesante carta. Entiendo que cronológicamente se ubica después de que Kaonabo matara a todos los españoles del fuerte de La Navidad y obviamente antes de que Alonso de Ojeda le apresara, de forma bastante más ingeniosa que como sugiere aquí Colón. Igualmente interesante es que lo que aquí dice Colón pudieran ser el tipo de cosas que luego Margarit (gran defensor de los derechos de los indios) le reprochara cuando criticaba su gobierno, porque para el estándar del siglo XV tampoco parece que Colón fuera desproporcionado.

  2. Pingback: Carta perdida de Cristóbal Colón a los reyes dando cuenta de su segundo viaje a las Indias - Jot Down Cultural Magazine

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