Con la llegada de la democracia a España la televisión celebró una esperada renovación, la cultura nacional pudo por fin abrirse de manera total al mundo y los contenidos de programación mostraron los experimentos más vanguardistas de la ficción internacional. Así, los niños de los ochenta tuvimos acceso a propuestas creativas europeas y entramos en contacto con los mitos de países remotos muy distintos a los nuestros. Duendes, alienígenas, gnomos y espíritus del bosque poblaron las pantallas y nuestra imaginación en horario infantil.
Pumuki era un ser diminuto y pelirrojo, con el pelo alborotado y siempre descalzo, una imagen plana de dibujo animado que transitaba sobre la realidad de una ciudad gris. La combinación era asombrosa y fantástica. Así, Pumuki se convertía inmediatamente por la acción de la técnica en un ser afable y querido, además era un gamberro, bebía cerveza y desayunaba café. Ese contacto con los tabúes del mundo adulto divertía como ninguna otra cosa a los más pequeños.
Múnich es la ciudad en la que se ambienta la serie, su arquitectura y costumbres se hacen presentes como un personaje más. Se hizo posible que un niño de Logroño llegara a memorizar el perfil de las torres de la Frauenkirche que aparecían en la hermosa cabecera en cada emisión.
Pumuki convive con el carpintero Eder, un personaje serio y bonachón con una anatomía perfectamente bávara. En su desordenado taller transcurren la mayor parte de las escenas de la serie, Pumuki es un duende invisible que por una suerte de maleficio solo se hace visible en la exclusiva compañía de Eder.
El argumento de la serie se basa en una deliciosa y repetitiva historia de las vivencias de Pumuki, que aparece y desaparece dotando de magia la rutinaria vida de la ordenada ciudad centroeuropea. A través de la existencia doméstica del viejo carpintero accedimos a la intimidad alemana y a la perfecta urbanización de las calles de sus cascos históricos. Pumuki siempre vestía igual, no se duchaba, solo le gustaba lo desordenado, lo sucio y su actividad se limitaba al juego y a poner en un aprieto continuo al buen señor que le acogía en su taller. La continua repetición del argumento funcionaba a la perfección en la mente infantil, ávida de estímulos básicos y poco complejos. De esta manera, Pumuki alcanzó una gran popularidad en nuestro país. No existe una pandilla de amigos respetable que no tenga un colega gamberro bautizado con el sobrenombre de Pumuki.
Concebido por Ellis Kaut en 1961 para una radionovela, Pumuki es un kobold, espíritu menor que según la mitología alemana habita en las casas. La ficción radiofónica daría paso, gracias a la popularidad alcanzada, a la exitosa serie de televisión, un musical y tres películas. El diseño del duende que todos conocemos, con su particular vestimenta hippie y peinado característico se lo debemos a Barbara von Johnson, autora que acabaría en los tribunales con el autor de Pumuki a causa de un extraño concurso convocado en toda Alemania para encontrarle novia a nuestro protagonista, a lo que Ellis Kaut se negó rotundamente al parecerle una profanación del alma del personaje. El conocido diario Spiegel publicó el 10 de junio de 2008 que el veredicto confirmaba que efectivamente Pumuki podía casarse si así lo deseaba. Cosas de alemanes.
La emitían los domingos por la tarde; cómo la recuerdo! Y su música de cabecera («Pumuki acaba de llegar… es colosal»)
Esta semana he visto un anuncio de TV donde niños de 11-12 años bailan una coreografía cantando «Quiero ir al cole ya, el cole es lo mejor» …..
Pues eso, no es cuestión de dar la tipica paliza de «en mi epoca era mejor»…
Solo basta ver la programación infantil de los 80 con la de ahora, donde se ultraja a niños vergonzosemente, haciendoles leer guiones y dando opiniones de personas de 30 años. ¿Cuando van a prohibir usar a menores en programs de TV? Los niños no son monos de feria para que los saquen ahi a decir estupideces escritas por guionistas que tienen 30 años mas que ellos. ¿Nadie se da cuenta?
El ser humano como los animales, esta «programado» para jugar de niños en las calles en el campo, para correr, para romperse la ropa y ensuciarse, no para estar en un sofá jugando a la play.
Esta serie de Pumiki reivindicaba el lado ludico y gamberro de los niños. Hoy dia los sacan por TV como en ese anuncio PATETICO del corte ingles bailando coreografias gritando «Quiero ir al cole ya!!!»
Un programa como «Planeta Imaginario» sería impensable hoy día y no era nada del otro mundo, no digamos ya «La Bola de cristal». Incluso Espinete tenía cosas que hoy serian censuradas. Porque no nos engañemos, hoy existe una censura en TV absolutamente brutal. No sale nada que no predique el canon estético y político del consumismo y el capitalismo. Por ejemplo, el 35% del censo de votantes, no vota jamás y yo me incluyo ahi. Por suerte en la vida no tengo que trabajar, pude retirarme a los 35 y desde la perspectiva que me da estar de vacaciones de manera permanente y habiendo trabajado unos años por 4 perras, puedo ver la diferencia entre vivir y sobrevivir. ¿Han oido ustedes alguna vez un comentario hacia lo que seria un partido con mayoría absoluta en todas las elecciones? Segun los medios, solo existen personas, que van al futbol, que son fanaticas de la moda y que se matan por comer en restaurantes de 3 estrellas michelin.
Gente como yo, que nunca vota, nunca va al futbol, me importa un pepino la moda, logicamente, y jamas haría el ridiculo pagando 250€ por una comida aunque me lo pueda permitir, segun los medios no existimos. La realidad esque somos la abrumadora mayoria, como ese 35% que nunca vota, pero el trabajo de los medios hoy día no es contar la realidad, es inventar la que a ellos les conviene para seguir vendiendo y estafando.
Esta peazo chapa, venía a cuento de que Pumuki hoy día sería imposible.
Por cierto ustedes que trabajan ¿No se cansan jamas de que les roben los partidos que les propone la TV? Porque no se engañen, a Podemos les lanzó la sexta. Miren quienes son los inversores de la sexta. ¿No se dan cuenta de que no salen del circulo vicioso de votar a los partidos que les propone la elite? ¿Cuantas decadas mas de saqueo necesitan para quedarse en casa y dejar de ir a las urnas?
Esta es la principal diferencia entre los de arriba y los de abajo. Los de arriba les dicen entre quienes pueden ustedes votar, y los de abajo, ignorantes, se tragan el cuento y acatan las ordenes.
Suscribo lo dicho por el autor del artículo: en esa época en cada grupo de colegas siempre había uno apodado el Pumuky. Incluso recuerdo un grupo de punk con el horrible nombre de Punkmuky