Viene de «Falacias»
La publicidad es la más clara muestra de que, como dijo Göbbels, una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad. O lo que es peor, en una creencia, una representación mental que se vuelve inmune —o cuando menos muy resistente— al análisis racional. En palabras de Ortega y Gasset, «las ideas se tienen; en las creencias se está».
Según recientes investigaciones neuropsicológicas, el cerebro del mentiroso se va adaptando progresivamente a la mentira. El impacto de la falsedad a nivel neuronal es, al principio, considerable, lo que provoca una reacción adaptativa destinada a tolerar la mentira: el mentiroso no nace, se hace, y se hace mintiendo. Y un mecanismo similar al de los emisores «entrena» a los receptores de las mentiras para que las acojan cada vez con más naturalidad. De ahí los rezos repetitivos de muchas religiones, especialmente eficaces si se practican en grupo (y de ahí el extraordinario éxito que tuvo en la España nacionalcatólica la famosa Cruzada del Rosario en Familia de los años sesenta del siglo pasado).
A primera vista, la machacona repetición de los eslóganes y los spots publicitarios podría parecer superflua, como podría parecer superfluo rezar el avemaría cincuenta veces seguidas (o incluso irreverente: ¿tan dura de mollera es la Virgen que hay que repetirle cincuenta veces que ruegue por nosotros?); pero, en ambos casos, la repetición es la clave de la consolidación de unos circuitos neuronales destinados a hacernos creer lo increíble y a aceptar lo inaceptable.
La mala leche
La mala leche, sí, del mismo modo —y por la misma razón— que decimos la blanca nieve o el ancho mar. Mala, la de vaca (y también las de cabra, oveja, búfala o camella), para la alimentación humana, puesto que no nos convienen ni sus azúcares (el 70 % de la población mundial tiene intolerancia a la lactosa o malabsorción), ni sus proteínas (la caseína inflama el intestino y provoca respuestas inmunitarias) ni sus grasas saturadas. Pero la poderosa industria láctea no solo hace todo lo posible por ocultar los perjuicios de la leche, como antes ocurrió con el tabaco y el alcohol, sino que, contra toda evidencia, sigue fomentando el mito de los productos lácteos como alimentos saludables, o incluso indispensables. Mientras el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer y otras prestigiosas instituciones relacionan los lácteos con los cánceres de mama y próstata y recomiendan reducir al mínimo su ingesta, las campañas promovidas por la industria del ramo incitan a consumir tres lácteos al día, y a menudo involucran a la infancia en sus maniobras comerciales.1
Y compitiendo en vileza con el abuso de menores publicitario, algunos spots rizan el rizo de la perversidad utilizando como reclamo a las propias víctimas. Recuerdo con especial indignación, en el marco de la campaña «Tres lácteos al día», la imagen de una vaca abrazada por dos bellas señoritas en un prado idílico, lo que equivale a promocionar las corridas mostrando a uno de esos matarifes vestidos de lagarterana a los que llaman toreros (que es como llamar niñero al Sacamantecas) abrazando al toro al que se dispone a torturar y asesinar.
«Un vasito de vino al día es bueno para el corazón», «La carne es una indispensable fuente de hierro y proteínas», «El cerebro necesita azúcar», «Fumar de uno a cinco cigarrillos al día no es perjudicial para la salud y permite beneficiarse del efecto estimulante de la nicotina», «Existe un amplio consenso entre la comunidad médica y científica, que coincide en apuntar la necesidad de consumir tres lácteos al día en todas las edades, desde la niñez hasta la tercera edad». Estas y otras afirmaciones absolutamente falaces, auténticos atentados contra la salud pública, no solo no son desmentidas casi nunca con la contundencia que merecen, sino que a menudo reciben un intolerable respaldo institucional.
Falacias «poéticas»
Las comillas indican un uso irónico, por no decir perverso, del adjetivo. En otro artículo publicado hace unos años en estas mismas páginas («Los poetas malos», 22/08/2019) aludía a la utilización sistemática, por parte de la publicidad y la propaganda política, de los recursos básicos de la poesía: la metáfora, la metonimia, la antonomasia, la hipérbole… Y en el caso de las falacias publicitarias es especialmente significativo el recurso a la sinécdoque, que consiste en tomar (no por motivos poéticos sino confusionarios) la parte por el todo, el género por la especie, el continente por el contenido…
Al decir, por ejemplo, que el cerebro necesita azúcar en el marco de una campaña publicitaria de la industria azucarera (campaña respaldada en su día por un prestigioso médico y nutricionista de cuyo nombre no quiero acordarme), se juega con la equivocidad del término, pues se suele llamar «azúcares» a los glúcidos en general, mientras que se denomina coloquialmente «azúcar» a la sacarosa o azúcar de mesa. El cerebro necesita glucosa, no azúcar, y es preferible que la obtenga de los alimentos que la liberan lentamente (por eso es mejor comer las naranjas que beber su zumo), como las frutas enteras y las féculas.
Cuando ingerimos azúcar, o un alimento con un alto índice glucémico, las papilas gustativas envían al cerebro una señal que activa el sistema de recompensa, por lo que se libera dopamina y se refuerza el comportamiento. Cuando este sistema de recompensa se activa reiteradamente, el cerebro se adapta y se refuerza el deseo de consumir cada vez más azúcar. Y un consumo excesivo se traduce, entre otras cosas, en una ralentización de las funciones cognitivas, así como en déficits de la memoria y la atención.
El cerebro necesita glucosa, pero no azúcar. Y, análogamente, las células necesitan antioxidantes, pero no vino; los huesos necesitan calcio, pero no productos lácteos; y los músculos necesitan proteínas, pero no carne. Es cierto que en el vino hay flavonoides, que los productos lácteos son ricos en calcio y que en la carne hay alrededor de un 20 % de proteínas; pero estos valiosos nutrientes son regalos envenenados (nunca mejor dicho) cuando van acompañados de sustancias nocivas para la salud, y en el caso de los lácteos las malas compañías del calcio incluso dificultan su correcta asimilación. Paradójicamente, mientras más leche se consume en la adolescencia, más fracturas óseas se sufren en la edad adulta. Es la venganza póstuma de la vaca lechera.
(Continúa aquí)
(1) En Cataluña, por ejemplo, la fundación privada Obra Social La Caixa impulsó en 2019 una recogida masiva de leche bajo el lema «Ningún niño sin bigote».
Así es. Defiendo completamente su tesis pero con excepciones . En nuestra hermosa isla la repetición de credos o eslogan normalmente es poco creíble y dado a la burla. Por ejemplo nuestro presidente Miguel Díaz-Canel afirma y repite: “La limonada es la base de todo”. De la nada alcanzaremos el todo que es la limonada dice mi vecina. Porque por acá a la Virgen no la reza ni Cristo y la leche ni en polvo….con lo que éramos. El limón, el limón, el limón es lo que me acongoja y a veces me asusta. Saludos.
Sí, Sergio, he podido comprobarlo personalmente. Uno de los muchos encantos de vuestra hermosa isla, que tantas veces he visitado y en la que tantas maravillosas experiencias he vivido, es el humor y la ironía con que la gente afronta los problemas y lo poco en serio que se toman la solemnidad con la que a menudo hablan los políticos.
Ahora a la mentira repetida hasta la saciedad se le llama solemnidad. Saludos.
Buenos días.
¿Se podría deducir de lo dicho en el artículo que su autor es vegetariano?
Vegano. Como los ovolactovegetarianos se autodenominaban vegetarianos, ahora a los que no consumimos ningún producto de origen animal nos llaman veganos.
Carlo Frabetti es vegetariano, es público y notorio, nunca lo ha ocultado, lo que no quita para que sus afirmaciones estén sustentadas sobre una sólida evidencia científica.
Gracias, Dani. Mis afirmaciones no siempre están sustentadas sobre una sólida evidencia científica (a menudo expreso opiniones personales muy discutibles), pero en este caso sí.
Es cierto, aunque… Ignacio Ramonet decía hace poco que el fenómeno actual es el inverso: ahora el lema del neofascismo es: «una verdad repetida mil veces se convierte en mentira».
Y efectivamente hoy día vemos gente que razona de esta manera: «si me repiten mil veces que la Tierra es redonda, eso es que me quieren ocultar que es plana»; «si me repiten mil veces que hubo una dictadura fascista en España, eso es que me quieren ocultar que el golpe de estado lo dieron los republicanos en el 34»; «si me repiten mil veces que hay que comer menos carne, eso es que hay un poder oculto globalista interesado en acabar con las costumbres españolas», y etc., etc., etc…
Deprimente lo del cinismo y la estupidez humanas…
Es que la primera parte no invalida la segunda en ninguna de tus frases.
Que España sufriera una dictadura fascista (cierto) no invalida que la República fuera un desastroso periodo de inestabilidad política y social, y que se intentara derricar el poder existente en Asturias en el 34 (cierto tambié).
Que se deba comer menos carne (cierto, y también azúcar), no evita que haya ciertos partidos políticos -algunos socios de este gobierno- que quieran erradicar todo lo que huela a español en sus territorios (cierto también).
Y sí, es deprimente el cinismo (lo de la estupidez creo que no aplica, porque toda esa tergiversación de las palabras y las ideas es intencionada)…
Efectivamente. Has señalado una falacia binaria muy común, que consiste en pensar que la alternativa a algo malo ha de ser buena (o viceversa). Pero no creo que nadie en su sano juicio quiera erradicar todo lo que huela a español; quien así lo hiciera o pensara incurriría en una flagrante «falacia de composición».
No estoy de acuerdo contigo para nada:
1. Que la Tierra sea redonda sí invalida que la Tierra sea plana.
2. En el 36 hubo un golpe militar fascista. En el 34 no hubo un golpe militar sino una revuelta de campesinos, que es una cosa bastante diferente de un golpe de estado militar.
3. De hecho no habría que comer carne. Pero ya que aún se come carne, acabar, por ejemplo, con el carnivorismo o con las corridas de toros es acabar con una aberración dietética y con un ritual de tortura (huela a español, francés, colombiano, japonés, o lunar).
El problema es que en tus comentarios y en el mensaje al que yo respondía arriba se meclan muchas cosas para simplemente querer decir «y tú más, so mentiroso y facha». Se mezcla a Franco, el terraplanismo, lo vegano, los toros, el Golpe del 36… me han faltado los alien y las pirámides.
Uno puede ser vegano y nazi (nada menos que Hitler lo era), puede sentirse muy antiespañol y Vasco de pro y gustarle los toros (Kaixo, Iruñako Sanfermines!), puede creer que en el 34 se dio una mera revuelta de campesinos (casi una pelea de bar, oiga), y a la vez saber leer un libro, y enterarse que en esa revuelta hubo 1335 muertos, casi 3000 heridos, y participaron directa o indirectamente los principales partidos políticos que componían el posteriormente llamado Frente Popular.
Podríamos también hablar del golpe de estado de Sanjurjo en el 32. De que para Gil Robles y la CEDA el parlamento era un medio para conseguir el poder, poder para instalar una dictadura como había ocurrido en Austria o Portugal (de hecho en Austria el equivalente a la CEDA se puso a bombardear los barrios obreros de Viena en cuanto consiguió el poder). Del ascenso de Hitler al poder en el 33. De que la mayoría de esas 1300 víctimas, más de 1000, eran del bando revolucionario, muertos por la represión. Podríamos hablar del papel infame de una Iglesia Católica ultramontana, que echaba fuego por la boca desde que se declaró la Republica. En fin, podemos hablar de muchas cosas.
Eres tú el que mezcla muchas cosas. Yo lo que he hecho ha sido poner distintos ejemplos de pensamiento conspiranoico irracional. Y sí: se puede ser nazi y vegetariano (por cierto, Hitler no era vegano, sólo fue vegetariano temporal por prescripción médica, infórmate; sí lo era Göring), pero se puede ser también vegetariano y ser Leonardo Da Vinci, Kafka, Margaret Fuller o Shelley (que no eran nazis, que yo sepa).
La cuestión era la FALACIA. Y para descubrirla, por ejemplo, hay que distinguir entre la violencia defensiva y la agresiva. Entre la violencia de Espartaco y la violencia del ejército esclavista. Entre la violencia de los revolucionarios franceses y la violencia de la monarquía. Entre la violencia de unos campesinos y la violencia de un ejército militar fascista. Quienes no distinguen nada de todo esto dan lugar al confusionismo.
Sí, Óscar, muy deprimente que las instituciones generen tanta desconfianza (y tantas veces justificada). Las mentiras proliferan tanto -y algunas están tan bien urdidas- que a veces las verdades resultan sospechosas. El género policíaco explota a menudo esta paradoja: los criminales son los que tienen una coartada más sólida porque la han preparado minuciosamente.
En general, los extremistas tienden a sólo contar las bondades de su parte, y evitar decir las malas nuevas, que haberlas haylas, como las meigas. Siempre.
Y la disyuntiva radica en poder poner en una balanza lo bueno y lo malo, es decir, en qué medida el fin justifica los medios. Porque, no nos engañemos, la política y lo social se basan en controlar esa balanza que justifique mis actos, en aras de un bien superior, y en cómo se defina éste (algo además muy cambiante a lo largo de la historia).
Buenos días a tod@s:
Llevo toda la vida trabajando con/en publicitarios/publicidad y con los años he llegado a la conclusión de que la mejor publicidad es la alemana: “éste es mi producto, hace esto y esto, lo hace así de bien (comprobable), y es de la marca tal”. Como mucho un añadido diciendo “es el mejor en esto o lo otro” (siempre también comprobable). Publicidad expositiva, plana y aburrida, como un prospecto farmacéutico. Este esquema funciona incluso en productos como bebidas o intangibles como lujo o cultura.
Lo creo por multitud de razones, la primera de las cuales en mi escala personal es la ética, pero hay más razones de peso. Se desviarían recursos de todo tipo a áreas más productivas, se racionalizaría un sector hipertrofiado como es el de los media, las personas (no los consumidores, las personas) no estaríamos expuestos a esa desaforada carrera por llamar nuestra atención que perjudica tanto sobre todo a los jóvenes, dejaríamos de naturalizar (habitus) estereotipos, sexismos, clasismos… Salimos a la calle y no pasa un par de minutos sin que tengamos algun estímulo publicitario, alimentario, sexual o de estatus (moda, aautomóviles…) En fin , creo que las propias empresas y toda la sociedad se beneficiarían de este enfoque. Creo que incluso debería ser legislado y obligatorio. ¿Cómo lo veis?
Aprovecho para reivindicar que el marketing no es una disciplina intrínsecamente perversa; existe una rama teórica que es el marketing ético, y disciplinas como el marketing social, marketing de ONG, marketing sector sanidad… que bien entendidas pueden ser un factor social positivo. Narices, hasta el marketing político, si se empleara legítimamente…
Muy de acuerdo, Robert. Una publicidad ética no solo es aceptable, sino necesaria: como su nombre indica, se trataría de hacer pública la información adecuada para que los consumidores pudieran elegir con conocimiento de causa. Pero, como profesional del ramo, sabes mejor que nadie que, desgraciadamente, muy pocas veces es así.
Muchas gracias por tu rápida respuesta Carlo. Totalmente de acuerdo contigo, hay que distinguir entre marketing, publicidad y comunicación empresarial.
Marketing intenta conseguir la adaptación y supervivencia de la empresa a medio y largo plazo entendiendo el mercado y sus demandas, publicidad comunica a los consumidores su oferta y comunicación empresarial amplia esa actividad a todos los aspectos de la empresa, no sólo a sus productos.
Cuando la publicidad y la comunicación intentan conseguir ventaja sobre el comprador, se llama propaganda. Y el mecanismo de la competencia lleva inexorablemente a ello. Por tanto se ha de regular, y crear organismos de vigilancia y sanción.
Adam Smith, el pionero del liberalismo, abogaba por una regulación estatal de los mercados para prevenri abusos. Hecho silenciado durante siglos…
Por cierto Carlo, ¿qué lecturas nos puedes recomendar para saber más del vegetarianismo/veganismo? Gracias por anticipado.
Te recomiendo este, publicado recientemente por la excelente editorial Capitán Swing: https://capitanswing.com/libros/esto-es-propaganda-vegana/
Muchas gracias Carlo. Abusaré de ti un poco más, si no te importa. ¿Algún recurso fiable para introducirse en el vegetarianismo de forma práctica? Gracias otra vez.
En realidad es bastante sencillo, y tiene que ver con la pirámide alimentaria, ampliamente consensuada incluso por los nutricionistas no veganos: habría que comer mucha fruta y verdura, una cantidad moderada de cereales integrales y legumbres como principal aporte proteínico y muy poco de todo lo demás (frutos secos, semillas, tubérculos, aceites…). El problema para los veganos el la vitamina B12; pero se soluciona con una pastillita al día.
Hablando de falacias y siguiendo el espíritu de la foto de los tres truhanes de las Azores en Falacias (1).
Acabo de ver las noticias y vaya falacia que se ha marcado el presidente Sánchez.
Que el debate de la financiación no es entre territorios sino entre modelos, el modelo que ve bienes y derechos para defender el Estado del Bienestar frente al modelo que solo ve mercancías.
Desde luego, hábil es y millones de españoles comprarán ese producto averiado.
Sánchez, el gran falaz.
¿Hábil? Yo lo encuentro bastante burdo. Lo que ocurre es que los lavados de cerebro sistemáticos -sistémicos- han puesto muy bajo el listón de la credulidad.
Zizek repite a menudo que, en el fondo, todos sabemos.
Todos sabemos que miente, pero muchos han decidido que les representa y les vale la pena. Y así con todos los líderes.
Me temo que la afirmación de Zizek hay que tomarla en un sentido muy general: todos sabemos que algo no encaja. Pero las mentiras concretas se las traga mucha gente. Y no solo las de Sánchez.
Carlo, ya que es un tema que me interesa mucho, quería preguntarte:
Conozco muchos textos de filósofos que a lo largo de la historia han reflexionado sobre los animales, sobre la crueldad humana hacia ellos etc… Incluso conozco algún caso en la izquierda de origen marxista que se ha ocupado de esta cuestión, aunque con poca profusión, como el caso de Horkheimer, Adorno, Marcuse… en la primera generación de la Escuela de Frankfurt. Pero… ¿tú conoces alguien en la URSS o países del antiguo bloque soviético que trataran alguna vez esta cuestión? Salvo el caso del ecologista-comunista Rudolf Bahro (en la RDA) que denunció la experimentación con animales, yo no conozco ninguno, y eso me entristece bastante. Siempre me ha resultado desesperante ver la indiferencia y la burla con la que en la izquierda tradicional se ha tratado este tema, considerado como un prejuicio anglo-sajón.
¿No crees que en el comunismo tradicional hay un humanismo antropocentrista heredero del cristianismo que ha llevado a tratar con la misma crueldad a los animales en los países comunistas que en los países capitalistas y en los nacionalcatólicos?
¿Conoces algún caso de alguien en la URSS, por ejemplo, que se ocupara de esta cuestión?
¿Por qué es tan difícil imaginar a Lenin, o a Trotsky, o a Jruschov preocuparse también del sufrimiento de los cerdos o las ballenas?
(Perdona el ladrillo, pero tenía ganas de preguntarte esto a ti hace tiempo.)
Aunque no sea exactamente lo que preguntas, del ámbito soviético ahí está el alemán oriental Wolfgang Harich y Comunismo sin crecimiento.
(Disculpas por la intromisión).
Nada de disculpas, una «intromisión» muy oportuna. El libro de Harich es un hito.
Gracias. Sí, tengo el libro de Harich… en una edición antigua de hace mil años que compré hace no mucho por cuatro euros. Harich se ocupa del ecologismo… pero creo que en ese libro nunca se refiere a los animales. El que sí lo hizo alguna vez fue Bahro.
Gracias por la intromisión.
Hasta hace poco (poquísimo en términos históricos), la izquierda oficial, heredera, como apuntas, del antropocentrismo -androcentrismo más bien- bíblico, o sea, del patriarcado, ni siquiera se preocupaba por la discriminación y opresión de las mujeres, y consideraba que la homosexualidad era un vicio burgués. Desesperante, sí. Pero, afortunadamente, algo está cambiando. En Cuba, por ejemplo, ya no se ríen ni replican cuando digo que el socialismo es incompatible con el carnivorismo.
Es que carne allí ven poca últimamente.
Perdóname por la maldad, pero cuando te pones en plan telepredicador con este asunto…
En Cuba ven poco de muchas cosas debido al bloqueo criminal de Estados Unidos, el estado terrorista por excelencia junto a su socio Israel.
No solo a los animales no humanos, sino también a las mujeres y a los homosexuales se los ha tratado con la misma crueldad en todas partes hasta hace muy poco (ese antropocentrismo heredero de la Biblia al que aludes es en realidad androcentrismo). Es desesperante, sí. Pero la situación está cambiando, y con bastante rapidez. Cuando, por ejemplo, digo en Cuba que el socialismo es incompatible con el carnivorismo, ya no se ríen.
Vaya, ahora reaparecen las respuestas repetidas y perdidas, con lo que parece que tenga Alzheimer y me olvide de que ya había contestado…
Se habían ido al spam, Carlo. Las revisamos para hacer los comentarios legibles.
Gracias por tu respuesta, Carlo. Y muy de acuerdo.
No obstante, aparte del antropocentrismo judeo-cristiano, también culpo un poco de ello al excesivo racionalismo y utilitarismo que he detectado siempre en la ideología marxista tradicional.
Y sí, me resulta extraño que, por ejemplo, en la URSS (con tantos millones de habitantes) y en los Partidos Comunistas tradicionales, no hubiera nadie (conocido) que alguna vez se planteara esta cuestión: si te duele ver a un ser humano pasando hambre o explotado en una fábrica, ¿por que los comunistas tradicionales no se han fijado jamás en los cerdos y los terneros explotados y matados con una crueldad inimaginable muchas veces?
Subvenciona un medio de propaganda/comunicación con dinero público, y el medio dirá lo que quiera que diga el subvencionador.
El subvencionador tiene intereses propios. El medio también.
Disculpa la digresión, pero he leído el libro de Jean Marc Levy-Leblond «Conceptos contrarios» y estoy maravillado con él. ¿Lo has leído?
No lo he leído, pero a juzgar por otros escritos suyos, como Mettre la science en culture, seguro que vale la pena.
«Paradójicamente, mientras más leche se consume en la adolescencia, más fracturas óseas se sufren en la edad adulta».
Esta frase me ha sorprendido. Si pudiera decirme en qué se basa, se lo agradecería.
Recuerdo un estudio pionero de la Universidad de Uppsala, realizado a finales del siglo pasado, que asocia el consumo de leche con el aumento de la fragilidad ósea. En la red y en plataformas como Netflix o Prime hay varios documentales reveladores y poco sospechosos (por las instituciones que los respaldan) sobre la nocividad de los lácteos y los intereses económicos que intentan ocultar -o falsear- la información al respecto.
Entiendo que según su creencia el homo sapiens sobrevive de milagro, porque llevamos miles de años consumiendo lácteos. Entiendo que los Masai y otros pueblos ganaderos de áfrica y los habitantes de prácticamente toda eurasia (incluyendo India, exceptuando el extremo oriente), llevan destruyendo su salud y arriesgando su supervivencia sin ser capaces de reaccionar ni física ni culturalmente a tamaño desatino. Entiendo que no es algo moral (que podría entender hasta cierto punto), si no algo a lo que ha llegado a la conclusión de una forma «científica». La ciencia no nos proporciona certezas, las creencias sí.
Reconozco que el principio me ha agradado pero utilizar un artículo titulado «falacias» para exponer la guerrita particular del autor es una bajeza.
Llevamos miles de años consumiendo alcohol y otras sustancias sobre cuya toxicidad no hay ninguna duda, de modo que, efectivamente, dañamos nuestra salud y arriesgamos nuestra supervivencia, y no solo con lo que ingerimos. Y la ciencia no proporciona certezas absolutas, pero sí suficientes para, por ejemplo, afirmar que la Tierra no es plana. Y que el alcohol es nocivo para la salud. Y la leche también. Y mi guerrita no es personal: la libran activamente cientos de millones de vegetarianos y ecologistas, y afecta a toda la humanidad y al resto de los animales.
«El horror, el horror» El corazón de las tinieblas, Joseph Conrad
Siendo vegano y defender que la leche es mala, que la carne es mala, huele y tiene sesgo demagógico. Una vez mal, se maltrata y deforma la ciencia para encajar en la lucha personal de cualquiera, como lo son las personas que de forma activa e «informada» deciden de comer el único alimento que el ser humano podría comer y no morir de desnutrición. Pero oye, que está muy bien ser vegano, que no se te olvide pincharte los «suplementos» que te hacen falta para evitar que te mueras de desnutrición, que por lo que veo, no solo alimenticia, para eso solo te puedo desear suerte y que tengas una buena calidad de vida, aunque tu mismo te lo pongas difícil.
La única carencia que podría tener un vegano (como yo) es la vitamina B12, pero no porque no la haya en la fruta y los frutos en general, sino porque al lavarla (a causa de los pesticidas que no queremos meternos en el cuerpo ninguno, tú tampoco) se va de la superficie. Pero es fácil de suplir: hay levaduras nutricionales con B12, y es suficiente.
Muchos organismos científicos respaldan la dieta vegana como perfectamente sana, y como la única que puede hacer frente a la deforestación, al cambio climático… además de dejar de producir coches y gilipolleces que se producen en este sistema enloquecido y despilfarrador.
No defiendo que la leche y la carne son malas porque soy vegano: soy vegano porque la leche y la carne son malas (además de por motivos éticos). Y no necesito pincharme ningún suplemento, me basta con una pastilla de B12.
Gracias por desearme una buena calidad de vida: de momento tus buenos deseos se cumplen. Soy vegetariano -y luego vegano- desde mi más tierna infancia y nunca he ido al médico (no porque no crea en la medicina sino porque no lo he necesitado), y la última vez que guardé cama por enfermedad fue cuando tuve el sarampión.
Imagino que te has dejado «dejar» después de «deciden» (un lapsus significativo, por cierto). Efectivamente, lo que dices es verdad: la carne, sobre todo la humana, es el alimento más completo, y si por alguna razón solo pudiéramos comer una única cosa, la opción más «sana» sería el canibalismo. Por suerte, es más fácil conseguir una proteínicamente equivalente mezcla de legumbres y cereales que cualquier tipo de carne, un alimento muy caro, además de tóxico, al que la mayoría de la población mundial tiene poco o ningún acceso.
Yo no soy vegano ni vegetariano, pero conviví unos años con una persona vegana y puedo decir que lo que dices no es cierto. El veganismo no provoca ningún problema de salud y el único aporte extra necesario, el de la B12, como comentan otros es muy sencillo de obtener sin tener que hacer nada raro ni, mucho menos, pincharse. Y en realidad normalmente (aunque hay veganos que comen fatal), suele llevar a interesarse por las propiedades y necesidades de los alimentos y por tanto, a llevar una dieta más equilibrada, que es algo que, veganos o no, nos debería preocupar a todas.
Antes yo también hacía las típicas bromitas y comentarios trillados sobre el tema; no hay como conocer algo de primera mano para darte cuenta de cuántas cosas criticamos sin saber.
Gracias, gorigante. Como señalas, la dieta equilibrada debería ser una preocupación básica de todo el mundo, y bastaría que la información científica circulara un poco más para que se desmoronaran las falacias fomentadas por las industrias cárnica y láctea.
Aunque de empleo común en lenguaje coloquial, no entiendo la utilización de la expresión «mientras más». «Cuanto más» hace referencia a cantidad y concuerda con la frase, mientras que «mientras más» resulta confusa y sin lógica. (In my opinion, of course).
Yo también prefiero «cuanto más», pero «mientras más» -e incluso «entre más»- también es correcto (in the opinion of the RAE) y rara vez puede resultar confuso.
Contra más carne como más adicto me vuelvo
Me quedo boquiabierto con lo de los lácteos, pero creía que estaba bien establecido que la manera más barata y segura de asegurarse un buen aporte de, por ejemplo, calcio era consumir lácteos.
Ya sé que hay vegetales con calcio disponible, pero también es cierto, creo, que este no tiene una forma, en compuesto, que se asimile fácilmente por nuestro organismo.
Yo, en mi ignorancia, tengo como guía el famoso «plato de Harvard», aunque está claro que las instituciones universitarias también están «influidas» por intereses económicos.
Intento comer la menor cantidad de carne posible y procurar que los derivados que ingiero cumplan unos mínimos estándares de bienestar animal. También he leído argumentos que parecen sensatos a favor del consumo de carne, p. ej. que la agricultura también mata muchos animales o les priva de sustento condenándolos indirectamente.
Pues no, hay abundante y muy fiable documentación que afirma todo lo contrario. Y decir que la agricultura priva de sustento a los animales es sencillamente grotesco, puesto que buena parte de la producción agrícola se destina precisamente a alimentar a animales destinados a ser comidos, lo cual, entre otras cosas, supone un enorme desperdicio de recursos, puesto que hacen falta unos 10 kilos de proteína vegetal (saludable) para producir 1 kilo de proteína animal (poco o nada saludable).
Es triste que esto se convierta en una disputa febril entre posturas enfrentadas porque datos hay para todos los gustos y creo que los estudios epidemiológicos están muy pillados por los pelos por su misma naturaleza.
También he leído, y parece bastante cierto, que la mayor parte de vegetal que alimenta a al ganado son subproductos de cultivos para alimentación humana (tallos, hoja no comestible).
Yo, por mi parte, seguiré intentando comer la menor cantidad posible mientras la ganadería no sea más respetuosa con el bienestar animal, pero estoy llegando a pensar que es una utopia deshechar la carne, casi como en los panfletos de los testigos de Jehová se puede ver a gacelas en compañía de tigres.
No te lo creas: la ganadería industrial consume cantidades ingentes de soja y granos. Y la carne se acabará desechando por la sencilla razón de que su producción es insostenible. A no ser que se rentabilice la producción en laboratorio cultivando células (ya se hace pero aún sale muy caro), acabará imponiéndose la «carne vegetal». La que hasta hace poco parecía una batalla perdida se ha convertido en una batalla ganada. Gracias por tus comentarios juiciosos y ponderados.
Olvidé comentar que se aduce también que el ganado aprovecha unos vegetales que crecen en terrenos de difícil o imposible cultivo con un mínimo de rentabilidad. Aunque no sé si será una parte pequeña de todo el ganado.
Eso es cierto, pero solo para un ínfimo sector ganadero al margen de la ganadería industrial. En otro tipo de sociedad, sería posible -como lo fue en otros tiempos- una ganadería sostenible desde el punto de vista económico y ecológico. Pero aun así sería aberrante desde el punto de vista ético y dietético.
Estas argumentos me convencieron en su momento y no les encontré reparo, tal vez tú sí.
https://www.infolibre.es/opinion/plaza-publica/limites-etica-animal_1_1168842.html
https://escritossobregustos.blogspot.com/2019/09/por-que-no-es-inmoral-que-te-alimentes.html?m=1
Es verdad que no he leído nada extenso sobre ello, excepto el libro de Peter Singer ‘Ética práctica’.
Argumentos similares se utilizaron para justifica la esclavitud «benévola». Y serían ampliables a los humanos menos capacitados, que podrían vivir durante años bajo la benigna tutela de los más listos y luego, de forma indolora, ser convertidos en hamburguesas si la comida escaseara, como en algunas distopías. En mi opinión -que es la de millones de veganos- el debate solo tendría sentido si realmente necesitáramos comer carne; desde el momento que sabemos que la carne no es adecuada para nuestra alimentación y no es ni económica ni ecológicamente viable, seguir defendiendo el carnivorismo humano no tiene ningún sentido.
Aquí dejo unos enlace a información de instituciones oficiales (FAO y la OMS):
https://foodandagricultureorganization.shinyapps.io/GLEAMV3_Public/
https://t.co/dM31sjRETk
Las mujeres, las orangutanes, las vacas, las yaks, las búfalos, las ciervas, las cabras, las ovejas… en general todos los mamíferos segregan leche. La evolución dice que es el alimento más completo para la supervivencia de las crías. A principios de los años 70 el gobierno chino mandó a paseo la cocina tradicional según la cual la leche era un alimento tan inoportuno como los mocos, razón por la que el tamaño de los chinos era entre 25 y 40 cms menor que el de un occidental. En 1978 China consideró un deber patriótico de los niños y adolescentes chinos ingerir leche en su dieta ordinaria. Correlación no es causalidad, pero hoy en día la talla de los chinos no es inferior al de otras etnias. La historia humana reciente cuenta lo mismo que la evolución.
Mira que vengo poco por aquí y leo cada vez más gilipolleces en JD. Me paso a la wikipedia. Obvio. Después decimos de Iker Jimenez y Carmen Porter, cuando las conspiranoias que se leen por aquí no son mejores.
Lo dicho, Hasta aquí hemos llegado.
Todos los mamíferos segregan leche… para que la ingieran las crías durante la lactancia, no para que la ingiramos los humanos. ¿Conoces algún mamífero (que no viva en cautiverio bajo los humanos) que siga tomando leche durante toda la vida de manera natural? Yo no; sólo el ser humano hace esa cosa tan extraña.
Con respecto a la relación de los lácteos y algunos cánceres como a los que se ha referido Carlo, puedes encontrar muchos estudios. Recuerdo por ejemplo un documental en la 2, en la noche temática (no es Iker Jiménez ni sus delirios) en el que hablaban de esta cuestión, y hasta un defensor del consumo de leche (por motivos económicos) reconocía que había estudios que sí demostraban esa relación.
Los mamíferos adultos no toman leche porque no pueden ordeñar a quien la segrega. Punto. Pero se la pones en un plato y se la toman.
Par ser algo tan nocivo, la especie ha progresado de narices con su consumo durante miles de años. Igual que consumiendo proteína animal. Cada día os pareceis mas a una secta.
Querido K, no pretendo que te leas todos los comentarios, pero si lo hicieras verías que ya he contestado a esas objeciones. La especie ha progresado de narices fumando y bebiendo alcohol a mansalva, y ya nadie duda de que son nocivos (aunque durante mucho tiempo han intentado convencernos de lo contrario). Y, sí, es cierto, muchos animales tomarían leche si se la pusieras en un plato, y también fabada asturiana, callos a la madrileña o un paquete entero de azúcar, ¿y qué? Los que se parecen a una secta son quienes se obstinan, contra toda evidencia, en mantener unos hábitos alimentarios que están arruinando la salud de las personas y del planeta.
La cosa, y lo sabes perfectamente, es que el tabaco y el alcohol no se utilizan como alimento. Sino como droga. Y no somos los únicos simios que las utilizan.
La proteína animal ha formado parte de la dieta de la especie por milenios. Lucháis contra la propia naturaleza. Investidos eso sí de moralidad. Que es un asunto quasi religioso vamos. Y practicáis el proselitismo con fervor.
Mira, al menos los que comen chuletones y jamón no andan por ahí intentando captar adeptos.
¿Cómo que no? La publicidad de cárnicos y lácteos es constante, y llevo décadas oyendo cosas como «No sabes lo que te pierdes», «Con lo bueno que está el jamón».
En cuanto a que el tabaco y el alcohol no son alimentos, no es un contraargumento. Si hemos sobrevivido ingiriendo tóxicos como el alcohol, que sobrevivamos pese a ingerir lácteos no demuestra que no sean malos.
¿Los antiesclavistas del siglo XIX también se investían de moralidad? Bienvenido sea ese investimiento.
No sé por qué es proselitista o religioso abogar por extender el veganismo. Se puede ser vegano por motivos religiosos; por motivos morales de defensa de los animales siendo ateo; por motivos de salud; por motivos de conciencia sobre la deforestación, etc…
Yo no admiro a todos los veganos: conozco veganxs que son estúpidos, o racistas, o neoliberales, pero también conozco vegnxs que son anarquistas, concienciados socialmente, ecologistas…
«Ha progresado»… Bueno, no creo que todo lo que haya hecho el ser humano pueda ser calificado de progreso; creo que ha habido aberraciones, crueldades, etc… Pero si lo dices porque el ser humano sigue existiendo como especie… sí, y yo he llegado hasta aquí comiendo vegetales, legumbres, arroz, fruta… ¿Quizá Da Vinci era de una secta, o Kafka, o Shelley?… ¿Eran todos de una secta?
Hablaba de términos numéricos. De cuatro gatos hemos llegado a ser una plaga. Y no ha sido comiendo. lechuga.
Para empezar no creo que sea una buena noticia que nos hayamos convertido en una plaga. Aparte de eso, si consideras bueno que nos hayamos multiplicado, ¿por qué no podríamos hacerlo comiendo granos, legumbres, arroz, frutas, vegetales, hortalizas…? No conozco a ningún vegano que coma sólo lechuga. ¿Tú sí?
Para la supervivencia de las crías, no de los adultos. Y, como ya he señalado, claro que es mejor una mala fuete de calcio que una insuficiente: por supuesto que una alimentación baja en calcio y proteínas mejora tomando lácteos. Pero mejora mucho más obteniéndolos de fuentes vegetales.
Yo es que veo una tontería alimentarse a base de vegetales, y desforestar aún más la Tierra, cuando se puede uno alimentar a base de pastillas y geles, como los astronautas.
Es más, si quiero el bien común y de nuestro planeta, pero el de verdad de la buena, podría incluso ser totalmente altruista y replantearme no tener hijos. Porque no nos olvidemos, la mayor causa de que se acaben los recursos es el ser humano, en concreto su cada vez mayor número
Las pastillas y los geles hay que hacerlos a partir de alguna materia prima, y la más rentable en términos económicos y ecológicos son los vegetales. En cuanto a los hijos, sería bueno que la gente se planteara muy seriamente si de verdad quiere tenerlos y por qué, en vez de dar por hecho que hay que procrear.
Una sentencia con enjundia. ¿Cuáles son, entonces, tus razones para que debamos tener hijos?
Es que no creo que «debamos» tener hijos, y menos en un mundo superpoblado. Son quienes deciden tenerlos los que deberían tener poderosas razones para ello y pensárselo muy bien, ya que conlleva una gran responsabilidad.
Agradezco a mis padres (no saben cuánto) que se lanzaran a tenerme sin dejarse llevar meramente por planteamientos lógicos (es decir, ¡a fol*ar y ya saldremos adelante!). No les hubiera perdonado jamás no poder disfrutar, a pesar de los pesares, de este maravilloso mundo.
Lo siento por los hijos no concebidos por razones lógicas: no saben lo que se pierden.
¿No saben lo que se pierden? Quizás una vida sembrada de dolor y pocas y fugaces satisfacciones.
La escritora y premio Nobel de Literatura 2022 Annie Ernaux, a pesar de pertenecer a una clase privilegiada, manifiesta cierta culpabilidad al pensar que haber traído a sus hijos «al dolor de vivir».
¿Le parece poco ver marchitarse y morir a sus propios padres, por ejemplo?
Según eso, cada menstruación es un desperdicio, y deberíamos ser 80.000 millones en vez de «solo» 8.000. Por otra parte, ¿estás seguro de que tus padres «se lanzaron»? A lo mejor se lo plantearon muy seriamente y decidieron tenerte con plena conciencia de lo que hacían y de la responsabilidad que asumían.
Con ganas de ver cómo acaba esto. Puede ir de una falacia joco-piadosa (poco probable) a una sinécdoque woke (más probable). Hacía tiempo que no leía un artículo con tanta malicia a la hora de tergiversar datos científicos. Dos ejemplos: 1) que un 70% de la población mundial no tenga lactasa, no quiere decir que el consumo de leche sea malo en quienes la tenemos (el autor, entre otros, se ha beneficiado de este avance neolítico); 2) que unos niveles correctos de Vitamina D se asocien más que el calcio y el consumo de leche a menos fracturas no implica que el consumo de leche las produzca más. Y así tantas y tantas.
Nadie se beneficia del consumo de leche, a no ser que no disponga de otras fuentes de calcio, proteínas y otros nutrientes básicos. A lo sumo, si tienes suficiente lactasa y un intestino muy resistente, no te hace (mucho) daño, del mismo modo que hay gente que fuma hasta edad avanzada sin demasiadas molestias. En cuanto al punto 2, ¿qué tiene que ver esa no implicación con los estudios que relacionan el consumo de leche con la fragilidad ósea? ¿Y cuáles son esas «tantas y tantas»? Entérate de los datos científicos -están al alcance de quien quiera conocerlos- antes de acusar de malicia y tergiversación a quien se ha molestado más que tú en informarse.
Por lo que he visto en muchos debates, el término «woke» para descalificar un argumentos es utilizado cuando no hay contraargumentos. Y el «Tantas y tantas…» es el recuso de quien no encuentra ninguna tergiversación.
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En serio cientos de millones de veganos?
Según un informe de la ONU de 2019, hay más de 600 millones de veganos en el mundo.
La verdad es que esta parte 2 de falacias precisa bibliografía para que no se convierta en un partido de tenis
La bibliografía -amplia y documentada- está al alcance de cualquiera que se moleste en navegar unos minutos por un buscador. El problema está en lo que los psicólogos denominan «ignorancia deliberada» (en la siguiente entrega hablo de ello).
Perdón, quería decir en la cuarta -y última- entrega.
https://www.sobreestoyaquello.com/2024/10/la-revolucion-de-la-leche.html?m=1