Música

Melodías ferroviarias

melodías ferroviarias
Fotografía de Jose Conceptes.

Este artículo es un adelanto de nuestra trimestral Jot Down  nº 47 «Locomotive»

Para acompañar la lectura, nuestra lista en Spotify:

Rey del transporte, sigue siendo el favorito de mucha gente, de aquellos que quieren viajar a lo antiguo con todas las comodidades, además de con alta velocidad, y sigue teniendo esa condición especial de ser refugio de los que se escapan de casa, de los errantes, etc., toda una épica de la vida. Por eso, la cantidad de canciones que se han escrito sobre trenes es innumerable, ya sean trenes reales o metafóricos. Súbanse a este escogido ramillete de melodías ferroviarias.

«This Train Is Bound for Glory», Sister Rosetta Tharpe 

Empezamos a lo grande. Esta canción fue versionada por Woody Guthrie; su autobiografía lleva el mismo título, y la peli de Hal Ashby sobre Guthrie, de 1976, se llama igual. Y a lo numeroso, porque de esta canción se han hecho centenares de versiones, en todas las épocas y en todos los estilos. «This Train» es un tema popular, pues hunde sus raíces en los primeros años del siglo XX, cuando los ferrocarriles dominaban Estados Unidos y el resto del mundo. Entonces servían, como otros ingenios, de inspiración para la imaginación de los compositores. El tren aquí es una metáfora, un lugar mítico donde viajan las almas de los puros de corazón en dirección al cielo. En la letra están representados los personajes que solían frecuentar los trenes con regularidad: bebedores de whisky, jugadores, mentirosos y triunfadores (sic). Las primeras grabaciones de esta canción son de artistas negros, como tal es el origen de esta. Las iglesias afroamericanas tenían un enorme poder de convocatoria, también en el campo de la música. La primera versión en disco que se hizo popular llegó en los años treinta, de la voz y la guitarra de Sister Rosetta Tharpe. Luego haría otra, más electrificada, en los años cincuenta. A partir de entonces, esta canción religiosa cambió ligeramente su letra y ha sido interpretada por artistas de casi todos los estilos: desde Bo Diddley a Lonnie Donegan, pasando por Sandy Denny o Girls at Our Best! 

«Runaway Train», Soul Asylum

Este tema tiene un vídeo con una historia increíblemente larga, incluso más que la de todo el grupo. Eran los primeros años noventa y la canción sonaba por todos lados. Se trata de una balada que poco tenía que ver con los grupos grunge, entre los que pretendidamente se encontraba la banda de Minneapolis. No soy experta en ese tipo de música, pero Soul Asylum siempre me ha parecido el típico grupo de rock americano, alejado de los rasgos musicales característicos del grunge, aunque es verdad que el nombre de la banda, el pelo del cantante, David Pirner, y las portadas de sus discos podían llevarte a equivocación. Llevaban desde los años ochenta en activo, y después de girar teloneando a Hüsker Du y de haber publicado varios discos independientes, ficharon con Columbia y grabaron su elepé Gravers Dance Union, donde venía este «Runaway Train».

David Pirner ha reconocido siempre que la canción usa la imagen de un tren a la fuga como símbolo de la depresión. Las imágenes que se utilizaron para el vídeo eran fotografías reales de niños desaparecidos. Al cabo de los años, se supo que veintiuno de los treinta y seis niños que aparecían habían sido localizados.

«Casey Jones», Grateful Dead

Esta canción pertenece al repertorio (inmenso) de los Dead, y está en el elepé (increíble) Workingman’s Blues, pero la letra de David Hunter está basada (ligeramente) en la historia real del maquinista del mismo nombre que se convirtió en héroe popular a finales del XIX, cuando fue capaz de poner a salvo a su pasaje mientras él perdía la vida en un inevitable accidente ferroviario con otro tren. Enseguida, se hizo una canción sobre este hecho, que pasó de número de vodevil a canción folk en los años treinta, y después a cientos de versiones, y a miles de referencias en otras canciones. Esta es una de las más brillantes.

«Coge el tren», Mermelada

Canciones españolas sobre trenes y, en concreto, una que salió en plena nueva ola madrileña. Cuando los grupos de aquel entonces hacían cualquier cosa menos algo así. Un blues de Chamberí, acelerado y simple, con una armónica sonando en primer lugar, instrumento que se oía poco en aquellos tiempos, menos aquí, en las canciones de Javier Teixidor, cantante y compositor, como si fueran los hijastros de Dr. Feelgood. «Coge el tren» estaba en ese primer elepé que editaron en 1979 dentro del subsello Chapa para Zafiro. Con el legendario Daniel Moro en el saxo y la armónica: «Coge el tren de las tres y diez. / Contaminación / esto es un follón / coge las maletas / no pagues más letras. / Sopla».

«Tren de medianoche», La Frontera

Ocho años después del hit de Mermelada, otro grupo madrileño grababa una canción sobre un tren que daba título a su tercer elepé, empeñado en lo suyo, un country y wéstern de Madrid, que si lo de Mermelada era curioso, esto era ya (súper) singular. El disco llevaba fotos hechas en la antigua terminal de ferrocarril de la Estación de Delicias, y el grupo posaba con las pintas que les hicieron célebres en aquella época, o sea, de rock americano muy concienciado. La canción, no obstante, pese a estar llena de tópicos —soledad, la pradera, un tren que le devuelva a su chica, la montaña, los valles, los coyotes, etc.—, era una bonita balada a medio tiempo, con coros stonianos y el banjo por encima de todo. De lo mejor de aquel disco. 

«Love Train», The O’Jays

El grupo, originario de un pueblo cerca de Akron, Ohio, llevaba desde la década de los sesenta grabando discos con cierto éxito. Sin embargo, no fue hasta los años setenta cuando, transformados en un trío y después de fichar por el Philadelphia International, alcanzaron no solo el reconocimiento dentro del género del R&B, sino el éxito en todas las listas musicales. Este sencillo, «Love Train», de 1972, compuesto por los propietarios de Philadelphia International, está considerado la primera canción de la música disco. Un tema que habla de la fraternidad universal, utilizando la imagen de un tren al que debería subirse cada país del mundo. 

«Crazy Train», Ozzy Osbourne

En 1980, Ozzy Osbourne estaba oficialmente «muerto» musicalmente, ya que sus compañeros de Black Sabbath lo habían despedido el año anterior por su conducta, digamos, algo más que errática. Sin embargo, volvió de la depresión con un disco en solitario, Blizzard of Ozz. La señora Osbourne quiso a Gary Moore para el puesto de guitarrista, pero este rechazó la oferta por eso mismo que hizo famoso a Ozzy. Entonces se presentó a las audiciones un joven guitarrista que tocaba en aquel momento con su grupo, Quiet Riot. Inmediatamente fue aceptado, la cosa no era para menos: se trataba de Randy Rhoads. El disco fue algo histórico tanto por sus ventas como por su calidad.

A Randy le entusiasmaban los trenes, coleccionaba maquetas y fue decisivo en la composición de «Crazy Train». Su Gibson regrabada varias veces imitaba los sonidos de un tren en marcha y la letra era un reflejo de la mente de Ozzy: «Las heridas mentales no se curan. / La vida es una amarga vergüenza. / Estoy descarrilando a bordo de un loco tren».

«Midnight Train to Georgia», Gladys Knight and the Pips

Este grupo de Atlanta, todos familia, tenía una carrera muy dilatada cuando grabaron este sencillo. Habían pasado por Brunswick Records, por Motown y, en 1973, firmaron con Buddah Records, un sello de Nueva York. Eran muy populares cuando salió «Midnight Train to Georgia», y se convirtió en número uno. Compuesta por Jim Weatherly, habitual firma de números pop y country, la letra de esta canción cambió cuando fue incorporada al repertorio de su primera intérprete, Cissy Houston, y así la cantaron los Pips. El tema cuenta las vicisitudes de un tipo que intenta triunfar en Hollywood y que, tras fracasar, regresa a su tierra natal, tomando el tren de medianoche hacia Georgia. A la belleza de la canción se unen los maravillosos coros que responden a Gladys y, en ocasiones, imitan el sonido de un tren.

«El tren», Leño

La canción salió en el primer elepé de Leño, compuesta a medias entre José Carlos Molina y Rosendo, hablaba de las batallitas con el LSD que les contaba Chiqui Mariscal, el primer bajista. Aquí, el tren sirve como metáfora de la droga, y el sonido de Leño ruge imitando un tren. ¿Qué más se puede decir de este grupo y de esta canción?

«Mystery Train», Elvis/Junior Parker

La primera versión de este tema fue grabada para el sello Sun Records por su propio compositor, el armonicista Little Junior Parker, autor de varios éxitos de la era Sun. Con tintes de blues de los cincuenta, «Mystery Train», a cargo de Junior Parker y su grupo, los Blue Flames, suena a clásico nada más oírse: imitando los sonidos de un tren, la guitarra y la batería se juntan con el bajo para recrear esa sensación. «Train, train / sixteen coaches long / a long black train / it took my baby / but it never will again». La versión de Elvis y su grupo transforman el blues de Junior en rockabilly y graban, también para Sun, otra canción memorable, sin tanto misterio, pero llena de energía, que ha salido en innumerables bandas sonoras, por ejemplo, en la de la película de Jim Jarmusch.

«Driver 8», R.E.M.

Una canción lanzada como segundo single del tercer elepé, Fables of the Reconstruction (1986), cuando R.E.M. estaba en su momento más álgido, en cuanto a composiciones y sonido. Este tema, a mi parecer, es uno de los que realmente representa al grupo, la quintaesencia de lo que fueron. La voz casi etérea de Stipe, el bajo y la batería contundentes de Berry y Mills, con la guitarra bellísima de Buck. Y una letra sobre un tren en concreto, la Locomotora 8 de Southern Crescent, que pasaba por Georgia (lugar natal del grupo). Describe, con rara minuciosidad en un grupo de rock, el trayecto del tren: los niños que miran desde dentro, los campos, los bloques de viviendas, los aviones que pasan por encima. Pero, al mismo tiempo, tiene una cualidad espectral, lo que le otorga una categoría peculiar dentro de las canciones sobre trenes.

«Freight Train», Elizabeth Cotten

Se dice que esta canción la compuso Eliza con ¡once años! Pero yo no acabo de creérmelo, la verdad, a juzgar por la letra. Que lo hubiera hecho con catorce o quince, vale. Fue Cotten una mujer increíble y su descubrimiento se debe a la casualidad. Eliza trabajaba en unos grandes almacenes y un día encontró a una niña que se había perdido. La madre de esta niña resultó ser Ruth Seeger, la célebre musicóloga, que la contrató como niñera de sus hijos pequeños, Pete, Mike y Peggy, y con los años nació su leyenda.

Cotten nació en Carolina del Norte en 1893, en una familia de aficionados a la música, y ya desde muy pequeña tocaba instrumentos de cuerda. Pero ella lo hacía de una manera muy peculiar: siendo zurda, tocaba la guitarra utilizando los dedos al revés en las cuerdas organizadas como para un diestro: el Cotten picking que ha pasado a la historia.

«Freight Train» es una canción sobre un tren metafórico, símbolo de la muerte, que va a toda prisa, y en el que se montará Eliza cuando se vaya, sin decírselo a nadie. Un tema lleno de bellas imágenes, dulce en sus severas admoniciones y muy pegadizo.

«Bound for Hell», Love and Rockets

El cuarto y homónimo disco del trío Love and Rockets fue toda una sorpresa en las listas de música en Estados Unidos y Canadá. Fueron número tres un par de semanas y arrasaron en ventas. Algo realmente difícil para un grupo británico de Northampton, surgido de la ruptura del proyecto anterior, Bauhaus.

Una mezcla de música gótica y psicodélica, pero en este disco exageraron la nota rock, y crearon un álbum lleno de baterías fuertes y riffs de guitarra, dentro de lo que eran Love and Rockets. El mayor éxito mundial de este álbum fue «So Alive», pero yo traigo esta canción que también venía en el disco: «Bound to Hell». La letra está inspirada en un poema, «Tom Gray’s Dream», sobre una pesadilla que tuvo un granjero de Indiana tras ingerir mucho alcohol, y que le motivó a hacerse abstemio. Los Love and Rockets usan el poema y lo adornan con más imágenes apocalípticas, que firma David J. El tren que aquí aparece está destinado al infierno, y todos los que van a bordo están condenados. El reverso tenebroso de la ya mencionada «This Train Is Bound for Glory». 

«Duquesne Whistle», Bob Dylan

Es un poco contradictorio —o no, en realidad— que la canción sobre trenes más reciente que aparece en mi lista sea una de Bob Dylan. La novísima a cargo de un autor veteranísimo. En 2012 salió Tempest, su hasta ahora penúltimo disco, el treinta y tantos, según mis cálculos. Un elepé que cosechó buenas críticas, lleno de trazos superpesimistas, y de guiños y referencias a su carrera anterior y, sobre todo, a la música americana old-timey. Es por esta razón que la letra, obra de David Hunter, el compositor de Grateful Dead, también parece antigua, de remembranza de vivir en ciudades pequeñas y trasladarse a casa en tren. El título hace referencia al pitido del Duquesne, el tren legendario —el primero— que cubrió la línea entre Nueva York y Pittsburgh. Por lo demás, es la tonada más optimista del disco, y se acompaña con un vídeo que nada tiene que ver con el contenido de la canción, pero es desternillante.

«The Singing Brakeman», Jimmie Rodgers

Nos despedimos con una joya de la música popular, un homenaje, según la peculiar forma de entender la vida de su cantante, a los hechos vitales de los guardafrenos, aquellos empleados de los trenes encargados de frenar los convoyes cuando los ferrocarriles no eran eléctricos. Así, hoy tampoco hay guardagujas, fogoneros y un largo etcétera de los conocidos como «ferroviarios». Un guardafrenos vivía en una garita pequeña, estaba sometido a las inclemencias del tiempo y a veces sufría accidentes. En la visión de Jimmie Rodgers, que desarrolló este trabajo cuando era muy joven y se vio obligado a dejarlo por padecer tuberculosis, este era un empleo propio de héroes, con tintes de estrella del pop, tal y como fue este cantante. El guardafrenos de esta canción (él mismo) cuenta cómo desayuna cada día en un estado distinto, le gustan todas las ciudades, pero prefiere, más que nada, su sitio en el tren. 

Rodgers, durante los treinta y cinco años que le permitió vivir la enfermedad, grabó más de cien canciones, casi todas suyas, y su influencia en la música popular americana aún perdura. Conocido como el «Singing Brakeman», aún es la estrella más rutilante de la escena. Todavía lo vemos subido a ese tren…

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11 Comentarios

  1. Juan Sebastián Gutiérrez Martínez

    Ha faltado Trains de Porcupine Tree. Muy recomendable.

  2. José Antonio

    Como Juan Sebastián se me ha adelantado con el tema de PT, yo diré otro: Last train to Lhasa, de Banco de Gaia.

  3. José Piris Baena

    Propongo dos mas clásicos:
    Chatanooga Choo Choo de Glen Miller
    el Chacachá del tren en la versión de El Consorcio

  4. Yo añado San Francisco Express, de los Suaves

  5. Hola Grace (y compañía)
    Un tren que no se puede dejar pasar: «Train Kept a-rollin'» que arrancó en vía estrecha pero, vía versión de The Yardbirds, se convirtió en gran tren de carga.
    Un tren de cercanías: «Downtown Train» de Tom Waits y uno ligero y poco transitado: «Train Song» The Pentangle.
    Un saludo, Manuel.

  6. El tren de mitjanit, de Sau

  7. ¡Elisabeth Cotten guarda un cierto parecido con la reina emérita?¡ O quizás padezca de insolación?

  8. Àlex Álvarez

    Hmmm. Ahora me vienen a la mente
    Long train running, de The Doobie Brothers.
    Trans Europa Express, de Kraftwerk.
    One after 9o9, de The Beatles.
    Hay tantas…

  9. Abruptus

    Princess of the night, de Saxon

  10. Habría que hacer otra lista de temas instrumentales sobre trenes. Por ejemplo, «Honky Tonk Train Blues», de Meade Lux Lewis, y el asombroso «Daybreak Express», de Duke Ellington.
    https://www.youtube.com/watch?v=faYhJRhowvg
    https://www.youtube.com/watch?v=WO0GwGcxzt8

  11. O tren. Eterno Andrés do Barro.

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