Las últimas noticias sobre el accidente del helicóptero que transportaba al presidente iraní Ebrahim Raisi son que el aparato se estrelló en una región boscosa en el noroeste de Irán debido a condiciones de niebla. El accidente ha generado una preocupación considerable en Irán. Las autoridades, incluyendo al Líder Supremo Ali Khamenei, han pedido calma a la población, asegurando que no habrá interrupciones significativas en las funciones del gobierno. La comunidad internacional, incluidos países como Arabia Saudita y Turquía, ha ofrecido asistencia en las operaciones de rescate. Hasta el momento, no se ha confirmado el estado exacto de salud de Ebrahim Raisi ni del Ministro de Relaciones Exteriores, Hossein Amirabdollahian, quienes también estaban a bordo. Se espera que se proporcionen más detalles a medida que avance la investigación y se completen las operaciones de rescate. A la hora que publicamos este artículo (21:30 19/05/24) no hay más datos sobre el estado del presidente.
¿Quién es Ebrahim Raisi?
Ebrahim Raisi, nacido el 14 de diciembre de 1960 en Mashhad, Irán, es el actual presidente de Irán desde el 5 de agosto de 2021. Su camino hacia la presidencia ha sido marcado por su extensa carrera en el sistema judicial iraní y su firme apoyo de la facción conservadora del país. Raisi comenzó su carrera judicial en los años 80, poco después de la Revolución Islámica de 1979. Se desempeñó en varias posiciones dentro del sistema judicial, incluyendo roles como fiscal y jefe adjunto de la judicatura. Su reputación fue moldeada significativamente durante su tiempo como fiscal adjunto de Teherán, donde se le acusa de haber participado en las ejecuciones masivas de prisioneros políticos en 1988, un evento que le ha valido el apodo de «el carnicero de Teherán». En 2014, Raisi fue nombrado Fiscal General de Irán y, en 2016, el Líder Supremo Ali Khamenei lo designó como Custodio y Presidente de Astan Quds Razavi, una poderosa fundación que gestiona el santuario del Imán Reza en Mashhad, dotándole de una influencia económica y política considerable
Raisi se presentó por primera vez a la presidencia en 2017, pero fue derrotado por el presidente en funciones Hassan Rouhani. Sin embargo, esta campaña elevó su perfil político y consolidó su imagen como un opositor firme de la corrupción, a pesar de sus propios vínculos con el régimen. En 2019, fue nombrado Jefe del Poder Judicial por el Líder Supremo, posición desde la cual continuó su campaña contra la corrupción, ganando apoyo entre los conservadores y ultraconservadores del país. En las elecciones presidenciales de 2021, Raisi se benefició de un entorno político controlado que favoreció su candidatura. Con numerosos candidatos reformistas y moderados apartados del proceso electoral, Raisi se enfrentó a una competencia limitada. Ganó las elecciones con el 62.9% de los votos, en un proceso que muchos observadores internacionales calificaron de manipulado para asegurar su victoria. Esta elección marcó un giro significativo hacia la consolidación del poder de las facciones conservadoras en Irán.
Desde que asumió la presidencia, Raisi ha mantenido una postura dura tanto en política interna como externa. Su administración ha enfrentado protestas significativas, como las manifestaciones masivas tras la muerte de Mahsa Amini en 2022. En el ámbito internacional, ha adoptado una postura firme en las negociaciones nucleares y ha incrementado la cooperación militar con Rusia, especialmente en el contexto de la invasión de Ucrania. Ebrahim Raisi es visto no solo como el actual presidente, sino también como un posible sucesor del Líder Supremo Ali Khamenei, lo que podría consolidar aún más el control de los conservadores sobre Irán en los próximos años. En el sistema político de la República Islámica de Irán, el poder se distribuye principalmente entre dos figuras: el Líder Supremo, actualmente Ali Khamenei, y el Presidente, actualmente Ebrahim Raisi. La diferencia de poder entre estos dos cargos es considerable y está profundamente arraigada en la estructura constitucional y teocrática del país.
¿Qué diferencia de poder hay entre el Líder Supremo y el Presidente de Irán?
El Líder Supremo es la figura más poderosa de Irán. Establecido por la Constitución iraní tras la Revolución Islámica de 1979, el puesto de Líder Supremo fue inicialmente ocupado por el Ayatolá Ruhollah Jomeini. El Líder Supremo ejerce autoridad suprema sobre todas las ramas del gobierno, incluyendo los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Su control se extiende a las Fuerzas Armadas, de las que es comandante en jefe, y tiene la última palabra en la política militar y de seguridad. Además, nombra y destituye a altos funcionarios clave, como los jefes del poder judicial, los líderes de las principales fuerzas armadas, y los miembros del Consejo de Guardianes y del Consejo de Discernimiento. En materia de política exterior, el Líder Supremo juega un papel decisivo y supervisa las acciones del Presidente, interviniendo cuando considera que la administración no está alineada con los principios islámicos o los intereses de la República Islámica. Esta capacidad de supervisión se extiende a la política económica y a la administración diaria del país, aunque estas áreas son principalmente responsabilidad del Presidente.
Por otro lado, el Presidente de Irán, como jefe del gobierno, es responsable de la administración diaria y la implementación de políticas nacionales. Supervisa la economía, la gestión del presupuesto y la planificación económica, y nombra a los ministros del gabinete, quienes deben ser aprobados por el parlamento (Majlis). Aunque el Presidente desempeña un papel importante en la diplomacia y la negociación de tratados internacionales, su influencia está supeditada a la autoridad del Líder Supremo, especialmente en decisiones cruciales de política exterior y seguridad nacional.
Las diferencias de poder entre el Líder Supremo y el Presidente son notables. El Líder Supremo posee la autoridad final y puede anular cualquier decisión del Presidente. Su posición es vitalicia, y solo puede ser destituido por el Consejo de Expertos bajo circunstancias extremas, mientras que el Presidente es elegido por un mandato de cuatro años, con la posibilidad de una reelección consecutiva. Además, el Líder Supremo controla las fuerzas armadas y la Guardia Revolucionaria, mientras que el Presidente tiene una influencia limitada en estos ámbitos. El Líder Supremo también desempeña un papel religioso significativo como la máxima autoridad religiosa del país, lo que añade un nivel de legitimidad que el Presidente no posee. En resumen, mientras que el Presidente de Irán tiene una influencia considerable en la administración y las políticas nacionales, el Líder Supremo es la figura predominante con la última palabra en casi todos los asuntos importantes del país, consolidando su posición como el verdadero centro de poder en la República Islámica de Irán.
Todo nauseabundo: lo más repugnante que he leído en mucho tiempo. De ello no tiene la culpa el escritor, sino los individuos que describe
Después de que irán atacase por primera vez directamente a Israel desde hacía decadas, el fallecimiento de este elemento no creo que haya sido una casualidad. Tras el ataque Israel aseguró que no habría una respuesta inmediata y que se encargarían de dar se respuesta más adelante. Seguro que esto no es casual y que no se quedará todo ahí.
Buen artículo, aunque se queda corto, ya que solo trata de estas dos figuras. Sin entrar en lo sentimental, Irán es un verdadero juego de tronos sobre los equilibrios de poder.
Aunque está obsoleto y es difícil de encontrar es recomendable leer “who rules Iran” de Bücher ( no recuerdo bien el nombre) donde se describe el balance de poder no solo entre presidente y (Gran) ayatollah sino también otros estamentos del estado, como el consejo de desarrollo nuclear o los e-pashdaran y su implantación en el territorio- y la población.
Wilfried Buchta.
«Who Rules Iran? The Structure of Power in the Islamic Republicby Wilfried Buchta», The Middle East Journal 2001-spr vol. 55 iss. 2 pp.328—329.
Tal y como se ha escrito este artículo no dice nada. El próximo presidente de los USA tendrá un poder igual al del Líder Supremo. Y en aquellos países en donde existe un rey ocurre igual, aunque la falta de turbante pueda despistar, pues es el mando supremo de las fuerzas armadas y si no le da la gana ratificar al presidente elegido por el parlamente, puede y no pasa nada.