Ruptura, del latín ruptūra.
- Acción y efecto de romper o romperse.
Sinónimos: rotura, fractura, quiebra, quebradura, desgarro, brecha, rasgadura […]
- Rompimiento de relaciones entre las personas.
Sinónimos: separación, quiebre.
Así define el Diccionario de la RAE la palabra ruptura. Veamos.
Acción y efecto de romper o romperse
Detengámonos primero en la acción, término que incluye tanto la posibilidad de actuar como el resultado del hacerlo. Es decir, el principio de la decisión (premeditada o impulsiva) se transforma en acto y produce la transición de un estado a otro. La acción y su efecto están íntimamente ligados, una ruptura nace de un gesto y genera otro que guarda la memoria simbólica del corte. ¿Y qué es la lengua si no una piel en constante cicatrización? Cada palabra custodia la huella de sus orígenes, de las rupturas encarnadas en el léxico personal, familiar, social. Los límites de mi mundo son los límites de mi lenguaje, decía Wittgenstein, porque expandir el mundo es también romper con una única lengua, reconocer la multiplicidad y la fragilidad de los significados.
Dante escribió la Comedia en lengua vulgar, ejecutando la ruptura con el latín, la lengua fijada, aceptada y reconocida. Su gesto —literario, lingüístico, político— desencadenó un efecto cuyo legado seguimos explorando, rozando esta piel nueva y antigua que envuelve el verso del poeta y el relato de su viaje. Ahondemos en sus poros con las palabras que este gesto exuda.
Fractura
Una radiografía de la obra dantesca proyectaría la imagen de un esqueleto en construcción, huesos irregulares y fracturas abiertas. El florentino escribió en latín los tratados De monarchia y De vulgari eloquentia, las églogas y epístolas, entre las cuales destaca la que dirigió a Cangrande Della Scala, su último mecenas, a quien dedicó el Paraíso. Pero eligió el vulgar para sus rimas, el Convivio, la Vida nueva y la Comedia, los espacios que entrelazan itinerario biográfico y práctica de la escritura, enmarcados por la presencia de Beatrice en el verso y la prosa, y por su ausencia en la vida de Dante.
En la Italia del siglo XIV, el latín era la lengua culta, sello de estatus y pertenencia a una comunidad intelectual, vehículo de argumentación filosófica, de comunicación política y religiosa. El Imperio y el Papado son, de hecho, los dos poderes que Dante analiza en su defensa de la monarquía y que se infiltran en la Comedia, que es también manifiesto político y confesión mística. En línea con la simetría que edifica el poema, el canto VI de cada una de las tres cánticas es claramente político: Florencia, Italia y el Imperio protagonizan las invectivas del poeta herido, roto por el exilio —la fractura irrecuperable—.
Quiebra
La perspectiva histórica, social y lingüística orienta la propuesta del tratado sobre la elocuencia de la lengua vulgar. Dante elige el latín para mostrar la necesidad de usar el vulgar, orquestando el gesto político que encarnará en la decisión de componer la Comedia en la lengua que germinará hasta convertirse en italiana. Antes de publicar su obra maestra, el poeta defiende la lengua nueva, compendio del idioma popular, a través de la lengua antigua, baluarte del idioma de la élite. Aquí la quiebra es doble: el estratega del vulgar se dirige a la comunidad intelectual en el idioma que comparte con sus representantes, preserva el código comunicativo para romper la continuidad del mensaje. El objetivo es mostrar la nobleza de la locutio vulgaris, quebrar la concepción de la superioridad del latín. San Agustín, Ovidio, Cicerón y Horacio desfilan por las páginas del tratado, siguiendo los códigos de la retórica de la Edad Media. Y Dante defiende que el idioma hablado en las tierras itálicas es ilustre, cardinal, áulico y curial, es decir: capaz de dar brillo a quien lo hable; bisagra firme alrededor de la cual se articulan las variantes regionales; vehículo potencial de discusión intelectual, como lengua de la Corte y de la Iglesia. La propuesta se instala en todas las capas de las relaciones sociales, territorio literario por excelencia.
Quebradura
La hendidura se produce en la minucia del análisis. ¿Cómo definir la lengua vulgar? Dante encabeza su reflexión con la pregunta sobre el origen del lenguaje: «digo brevemente que llamo lengua vulgar la que los niños aprenden de sus allegados cuando desde un principio empiezan a distinguir las palabras; o, aún más brevemente, llamo lengua vulgar la que aprendemos imitando a la nodriza, sin obedecer ninguna regla. Tenemos además otra lengua, secundaria, que los romanos llamaron gramática. […] De estas dos lenguas, la más noble es la vulgar: ya sea porque fue la primera que el género humano utilizó; ya sea porque todo el mundo la usa, aunque esté diversificada en una multitud de pronunciaciones y vocablos; y finalmente porque es natural en nosotros, mientras que la otra es más bien artificial».
La naturalidad implica la variedad, argumenta Dante, y traduce la diversidad de las variantes en la metáfora de una pantera huidiza, cuyo olor es perceptible por toda Italia e imposible de condensar en una única fórmula. Con su mirada visionaria, Dante vislumbra que en la movilidad del lenguaje se halla su valor poético.
Desgarro
Hay un evento fundamental en la biografía de Dante: la muerte de Beatrice. Se había enamorado de ella a los nueve años, volvió a verla solo una vez más de adolescente y la deseó durante toda su existencia. La noticia del fallecimiento de la amada sumergió al poeta en una crisis devastadora y el desgarro por la pérdida de Beatrice condujo a otra ruptura: en una revisión de los códigos del amor cortés, Dante contribuyó al desarrollo del Dolce stil novo, con Guido Cavalcanti y Guido Guinizelli. El poeta ya no canta el sufrimiento por la dificultad de conseguir el amor de la amada, sino que exalta sus dotes espirituales, medio de acercamiento a la experiencia mística. La Vida nueva desgrana esta nueva visión del amor, en la Comedia, Beatriz se convertirá en alegoría de la gracia divina. Será ella quien activará el rescate del poeta de la selva oscura y le dará la bienvenida en el Paraíso.
Brecha
En el Convivio, Dante define la lengua vulgar como «luz nueva, sol nuevo, que nacerá cuando el gastado [el latín] decaiga, e iluminará a los que están en las tinieblas», por tres razones: 1) el latín no hubiera sido apropiado para comentar canciones escritas en vulgar; 2) el vulgar es la lengua más comprendida por el público contemporáneo, no es elitista como el latín, por tanto, el comentario podrá desarrollar su misión de enseñanza filosófica; 3) el vulgar es el idioma europeo más bello.
La brecha se abre, pues, hacia la difusión de la obra, preparando la recepción de la Comedia e insertando el debate acerca de la lengua en las formas poéticas y narrativas. Finalmente, escribir es crear lenguajes.
Rasgadura
Ochenta y cuatro son los neologismos que Dante plasma en su obra maestra, veintitrés en el Infierno, veintiuno en el Purgatorio y cuarenta y cuatro en el Paraíso. Los números importan porque dan cuenta del valor fundacional del gesto dantesco, es decir, la incisión de las palabras nuevas que coagularán la futura lengua italiana. Cada sílaba, en la construcción del terceto de rima encadenada, cumple una función múltiple —semántica, fonética, rítmica, sintáctica, gramatical— y planta los fundamentos de un decir que traslada el sentir, de un mostrar que proyecta el enseñar.
Dante rasga las palabras con la precisión de la aguja que borda el tejido de la lengua en su hacerse, materia viva de sonidos y sentidos. Porque la ruptura es intrínseca a la experiencia del lenguaje, necesaria para reconocer «el testimonio de un núcleo vital que ya no existe, pero que sobrevive en sus textos, salvados de la furia de las aguas, de la corrosión del tiempo», como nos enseña Natalia Ginzburg. El vulgar es el léxico familiar que compartimos con Dante, la médula de lenguaje que resucita en cada lectura.
Separación
¿Acaso toda lectura no implica siempre una fractura? El acceso a un mundo narrativo pide el abandono consciente de la realidad, la suspensión de fe que posibilita la transición entre tiempos, activa la imaginación y dinamita la interpretación. La abundancia de sinónimos revela la densidad del término: una ruptura es fractura, quiebre, quebradura, desgarro, brecha, rasgadura, porque convoca hueso, corazón, músculo, tejido, forma, es apertura, posibilidad, vibración, sonido. Como la poesía, como la lengua, como la Comedia.
Más de siete siglos después de su composición seguimos leyendo el poema dantesco y aquella ruptura lingüística, política y sentimental se nos revela como su antónimo: triple reconciliación, a través de tiempos y espacios, lecturas y reescrituras, desde aquel primer cordón que es la lengua materna —la ruptura primordial—.
Bibliografía
Dante Alighieri, Comedia (trad. de José María Micó), Barcelona, Acantilado, 2018.
Dante Alighieri, Convivio (trad. de Fernando Molina Castillo), Madrid, Cátedra, 2006.
Dante Alighieri, De vulgari eloquentia. Sobre la elocuencia en lengua vulgar (trad. de Raffaele Pinto), Madrid, Cátedra, 2018.
Natalia Ginzburg, Léxico familiar (trad. de Mercedes Corral), Barcelona, Lumen, 2000.