Según el informe Observatorio de marcas en festivales 2023 el sector de los festivales va viento en popa superando los niveles prepandémicos y con proyecciones al alza para los próximos años, esperando alcanzar en 2025 una facturación por encima de los 500 millones de euros. La investigación destaca como más de un 75% de los españoles asisten anualmente a eventos de música en vivo, con los festivales indie liderando el camino como principales puntos de encuentro. Este documento nos sumerge en la realidad de los festivales de música en España, lugares que, al parecer, han intercambiado su aura de originalidad por una familiaridad algo predecible. La investigación pinta un panorama donde estos encuentros, antaño cunas de la contracultura y la expresión artística más vanguardista, se están transformando en auténticas ferias de marcas, con una presencia cada vez más notable de patrocinios comerciales.
En un giro que apenas sorprenderá a los veteranos de la escena indie, pero que quizá despierte un bostezo entre los recién llegados -si hay alguno que no haya sucumbido al trap y al reguetón-, nos encontramos inmersos en lo que podría describirse como la «gira anual» del indie: una dimensión donde la originalidad y la frescura han sido sacrificadas en pos de la exitosa repetición. En esta realidad alternativa, los carteles de festivales a lo largo y ancho de España parecen haberse suscrito a un servicio de «copy-paste», presentándonos año tras año la misma ensalada de nombres, entre los cuales destaca el inmutable brócoli del indie, Vetusta Morla que de tanto verlo y escucharlo uno pasa de cantar emocionado «Finisterre» a querer teletransportarse a tan lejano lugar. Este panorama, ya de por sí algo monocromático, se ve ahora «enriquecido» con la incorporación de elementos que destilan un aroma a «mainstream» azucarado.
La temporada ha comenzado este último fin de semana de marzo con en el SanSan Festival que se celebra en Benicàssim y que ha tenido a Amaral, La Oreja de Van Gogh y Álvaro de Luna como grupos destacados. El año que viene es de suponer que traerán a Raphael y a Manolo García. Con este movimiento, los organizadores parecen estar intentando seducir a un público más amplio, o quizás solo estén poniendo a prueba nuestra capacidad de asombro, que a estas alturas ya requiere de estímulos bastante fuertes para despertarnos de nuestro letargo sonoro. Ha sido impagable asistir a los pequeños monólogos de los cantantes, como el de Eva Amaral en el que la compositora apela al derecho de «madres elefantas», «chamanas» y «profesoras de instituto» a acudir a los festivales. También nos recuerda la cantautora que somos viejos y no pasa nada -más allá de que estamos más cerca de morir, supongo-. Somos mayores, claro, así que es de recibo que Leire, se presente con un outfit a lo Mocedades para hacer que un público extasiado cante el gran éxito de La oreja como una sola voz:
Por eso esperaba con la carita empapada
A que llegaras con rosas, con mil rosas para mí
Porque ya sabes que me encantan esas cosas
Que no importa si es muy tonto, soy así.
Capítulo aparte merece parte del público que acude al SanSan -y al resto de este colorido carrusel de festivales- conformando una nueva especie: el pizpireto coleccionista de vasos. Estos aficionados han transformado lo que debería ser una reclamación al promotor por hacernos pagar por los envases en los que nos sirven las bebidas en el hobby del coleccionismo de arte de plástico reutilizable. Cada vaso, una conquista; cada diseño, una pieza de un rompecabezas de recuerdos y melodías. Para estos alegres festivaleros, esta actividad no trata solo de acopiar objetos, es archivar instantes de euforia y comunión musical, bajo el cielo estrellado, por un módico precio. Así, mientras algunos buscan la nota perfecta, ellos imaginan entre sorbos y acordes como quedará la estantería Billy con el nuevo y vivaz cubilete componiendo una sinfonía visual de festivales pasados. ¿Hemos sido «neurohackeados»? No, tenemos lo que merecemos.
No todo va a ser quejarse, hay que reconocer que entre la ensalada de clásicos y la melaza ochentera destacan nuevos grupos -entiéndase aquí «nuevo» como posterior al año 2.010- que emergen con letras, música y una fantástica puesta en escena como otrora lo hicieron grandes como Izal, Vestusta Morla -que sí, que me gustan- o los primigenios Love of Lesbian. Frente a la monotonía de lo masivo, aparecen figuras como Siloé, Viva Suecia o Shinova, antídotos solventes contra el adocenamiento festivalero. Todos ellos invitan al baile desenfrenado y al éxtasis colectivo mientras cantamos sus canciones al unísono olvidando por momentos que los volveremos a escuchar, unas semanas después, en este mismo recinto bajo las siglas del FIB.
En este 2024, el SanSan Festival cumple 10 años, también lo hace Viva Suecia y el irrepetible ermitaño del pop Angel Stanich; así que, bromas aparte, los felicitamos a todos. De hecho, es con Ángel y su rebelde capilaridad con quién titulamos y ponemos punto y final a esta crónica musical animando a todos los lectores a que escuchen su canción más popular «Máteme camión» imprevista banda sonora de estos tres días de música en vivo compartida:
¿Cuál será la buena?
¿Cuál será la buena?
La curva que me lleva
puede estar en la M30
Mátame camión
Mátame camión
Mátame camión
Mátame camión
Mátame, mátame, mátame
P.D. Sí, vale, el único grupo que repite en el SanSan Festival y el FIB es Angel Stanich
Por opinar: qué cutrez de artículo. Lo único destacable es que es breve. Sin acritud.
Concuerdo
Lo de los vasos es tal cual. Gracias por las risas.
Artículo pésimo, indigno para un Jotdown que hace años que también, como los festivales de los que habla, esta en decadencia
No entiendo la intención del articulo, solo se queja y al final no dice nada, vale, es un festival de 3 dias, te quejas de los 2 primeros, y el ultimo dia? y los demás festivales?
Concuerdo con lo de los vasos, pero fuera de eso, articulo innecesario, esta página cada día se va más a pique
El tema es que los demás festivales son iguales. Hay un conjunto de 30-40 bandas que están en el cartel del 80% de los festivales idie/pop/rock de España. Vetusta Morla, Leiva, Aitana, Arde Bogotá, Viva Suecia, Amaral, Ginebras, Sexy Zebras…
El tema es que la mayor parte de festivales tienen a los mismos 3 o 4 promotores detrás, y estos pues llamarán a los grupos con los que tienen más contacto, confianza o lo que sea, y al final tienes un porrón de festivales que son un clon unos de otros.
Eso sí, es cierto que el artículo es simplemente una pataleta que no aporta gran cosa.
Básicamente, entiendo que no te han gustado los grupos y por ello los festivales indie se van a pique.
Penoso artículo, vuelve a tu cueva a escuchar EDM.
Entro a leer los artículos de Hipólito Ledesma solo para ver a los comentaristas indignados. Y eso que los textos se categorizan como humor…
Cuenta con mi apoyo Hipólito, aunque son muchos y están siempre enfadados, ignóralos.
Amigo, #yosíteleo (bien).
Donde se ponga Bruce Springsteen » The Boss», que se aparte casi todo lo otro….
Más allá de que sea en tono de humor, creo que alguien debería ahondar en la herida del indie español. Hay festivales donde no se repiten esos 25 nombres (por lo general, 25 mediocres también) e incluso en los festivales mainstream hay propuestas interesantes (normalmente en la letra pequeña) pero lo peor de todo es ese booooorreguismo que acepta que todo vale…. Y músicos (que no artistas) que diseñan la música que va a editar para este tipo de eventos y este público por lo general poco exigente. Festivales Mercadona pero, claro, si quieres calidad los precios se elevan y, si vas a los boutique, suelen encontrarse en fechas menos confortables. Siempre nos quedará el Monkey Week, el Vida, Canela Party entre otros
Lo del indie español es ya una plaga zombi. Hay más música en España que esa.
Yo por eso hace más 10a no voy a uno .para oír gente hablar como si estuviera bar .aunque por eso hace 8a no veo suede( 80% van festivales solo se saben 3 canciones y bebe no sgua)
Jopé, Don Hipólito, hace poco que leo esta página pero cada vez que publica un artículo, da igual de lo que trate, arrastra usted como si fueran la cola de un cometa, una jauría de odiadores que ya quisiera Vinicius. Sepa que a mi algunos me parecen muy divertidos. De este no he entendido ni papa, pero es que yo desde que murió Karen Carpenter no escucho música pop en señal de luto. Ánimo y un saludo.
«Indie» y «moñas» no dejan de ser términos redundantes. Quien quiera disfrutar de un festival para amantes de la música que se vaya a uno de jazz, de metal, de rap o de cualquier otro estilo en el que los asistentes estén menos preocupados por su Instagram y más de lo que suceda en el escenario.
Pues porque no ha metido el dedo en la llaga de los festivales metaleros en España… que da para más artículos (y más risas!).
Pingback: La cultura según Fanjul: esnobismo reciclado para las masas modernas - Jot Down Cultural Magazine