Después de tantos años debería haberme acostumbrado, pero nunca deja de sorprenderme, al llegar las navidades, el aplomo con que en todos los medios, y muy especialmente en los informativos de la televisión, se habla de Papá Noel y de los Reyes Magos como si fueran reales. A lo sumo una media sonrisa en el rostro impávido del presentador, un guiño cómplice al hablar con afectado rigor informativo de las peripecias de «sus majestades». Un guiño de complicidad con los adultos, claro, no con los niños, sino más bien contra ellos (como cuando nos reímos de una persona pretendiendo que lo hacemos con ella). Y con la renovada sorpresa navideña me vuelve el recuerdo de un par de niños, uno desengañado y otro solo a medias. El primero, sobrino de un amigo muy querido, dijo con amargo desencanto infantil: «Si Papá Noel no existe, Dios tampoco», y el segundo protagonizó la anécdota que referiré más adelante y que me inspiró una inesperada reflexión política.
La abducción de Papá Noel
El razonamiento del primer niño podría parecer precipitado: de la inexistencia de Papá Noel no se infiere necesariamente la inexistencia de Dios, por lo que la deducción no es correcta. Pero la abducción sí, como diría Peirce, pues ambos arquetipos son elementos básicos de un mismo relato, que se tambalea al quedar invalidado uno de ellos (es difícil creer en Júpiter Tonante sabiendo que los rayos no son venablos). Los niños —al igual que los científicos— continuamente tienen que elaborar hipótesis a partir de informaciones insuficientes o engañosas, lo que los convierte en abductores ingenuos, pero a menudo certeros.
Tal vez convenga aclarar que la abducción de la que hablo no tiene nada que ver con supuestos secuestros de humanos por parte de alienígenas. Pues, aunque es más conocida la acepción ufológica del término, en la jerga de la lógica una abducción es un silogismo cuya premisa no es segura, sino solo probable. Y puesto que, tanto en la vida cotidiana como en la investigación científica, casi nunca podemos estar seguros de nada, en realidad la mayoría de nuestros razonamientos son abductivos, incluso cuando creemos partir de certezas: los silogismos perfectos solo tienen cabida en los cursos de lógica y en la matemática pura. Y esto llevó al científico y filósofo Charles S. Peirce, a finales del siglo XIX, a proponer el concepto de abducción —redefinido por él— como clave del pensamiento creativo. Para Peirce, la abducción no es una anomalía o variante imperfecta de la deducción, sino que, en pie de igualdad con esta y con la inducción, constituye el trinomio básico del pensamiento, y muy especialmente de la generación de nuevas ideas. La abducción propone hipótesis, la deducción saca conclusiones de estas hipótesis y la inducción contrasta dichas conclusiones con la experiencia para reforzar o refutar las hipótesis propuestas. Abducción, deducción e inducción son, pues, las tres patas de la inferencia. Y los pilares del método científico. Y del desengaño infantil en un mundo en el que los adultos no suelen decir la verdad.
En España no hay unicornios
Porque la verdad solo es digna de ese nombre cuando es «toda la verdad y nada más que la verdad», como reza la conocida fórmula jurídica con la que se toma juramento en los tribunales de algunos países. Las omisiones, los añadidos o las connotaciones de una versión sesgada pueden distorsionar la verdad hasta hacerla irreconocible.
Hace unos años, yendo por una deslumbrante calle navideña que invitaba a dejar volar la imaginación, oí este breve diálogo entre un niño de unos siete años y su padre:
—Papá, quiero ver un unicornio.
—En España no hay unicornios, hijo.
Es cierto, en España no hay unicornios. Pero decir que en España no hay unicornios en vez de decir que los unicornios no existen, es dar a entender que en otros lugares sí los hay o podría haberlos.
En España no hay presos políticos en la misma medida y por la misma razón que no hay unicornios: porque no existen. Ni han existido nunca. Cuando un objetor de conciencia iba a la cárcel, no lo encarcelaban por sus ideas, sino porque infringía una ley que dictaminaba que el servicio militar era obligatorio. Cuando un antifranquista iba a la cárcel por repartir octavillas o ejemplares de Mundo Obrero, no lo encarcelaban por sus ideas, sino por infringir una ley que prohibía difundir esas ideas mediante publicaciones ilegales.
Por definición, alguien que va a la cárcel después de ser juzgado, es porque un juez lo ha declarado culpable de haber cometido un delito y lo ha condenado a prisión. Por lo tanto, solo se podría considerar preso político a alguien que fuera encarcelado sin que ningún juez lo ordenara; pero en ese caso no cabría hablar de encarcelamiento, sino de secuestro. Por lo tanto, los presos políticos, al igual que los unicornios, no existen. Menos aún que los unicornios, que podrían llegar a existir gracias a la ingeniería genética, mientras que un preso político, si aceptamos la ley que lo encarcela, es un oxímoron, una contradictio in terminis, y por lo tanto no existe ni puede existir. Así pues, los embaucadores que repiten como una jaculatoria que en España no hay presos políticos, intentan hacernos creer que en otros lugares u otras épocas sí los hay o los ha habido, y que aquí no los hay porque vivimos en una «democracia consolidada», amparados por una ley que todos deben cumplir.
Y si aceptamos sus premisas, esos embaucadores tienen razón: tanta como el dictador del que son herederos y su «democracia orgánica». Porque si aceptamos la ley que los encarcela —entendiendo por ley no solo la legislación vigente, sino también a los jueces que la interpretan y al Gobierno que los manipula— todos los presos son presos comunes. Y viceversa: si no aceptamos a un Gobierno corrupto, ni a unos jueces indignos, ni unas leyes cuyo principal objetivo es defender los privilegios de una minoría, ni un sistema carcelario inhumano, todos los presos son presos políticos.
Mentiras gozosas
Y en el mismo sentido en que todos los presos son presos políticos, en este mundo de verdades edulcoradas, medias verdades y mentiras repetidas mil veces, todos los niños son presos mentales (y las niñas más; pero ese es otro artículo).
A la consabida clasificación de las mentiras en perniciosas, oficiosas, jocosas y piadosas, habría que añadir las mentiras gozosas, que van un paso más allá de las piadosas y no se limitan a ocultar o embellecer una verdad cruel, sino que inventan una seudorrealidad encantadora (en ambos sentidos del término). Y entre las mentiras gozosas con las que se manipula y entontece a la infancia, destaca por derecho propio la de Papá Noel (y sus equivalentes: Reyes Magos, Olentzero, Befana…), el premiador de bondades y repartidor de regalos. Un juego de ilusiones aparentemente festivo y amoroso que, en realidad, es una solapada técnica de domesticación y sometimiento.
Porque Papá Noel, más que un avatar de san Nicolás, lo es del propio Dios: premia a los buenos (con juguetes, pequeños heraldos del sublime ocio paradisíaco) y castiga a los malos (con carbón, potencial alimento del fuego del infierno) al terminar el año, del mismo modo que Dios premia a los buenos y castiga a los malos al terminar la vida.
(Continúa aquí)
Usted me aburre Señor Fabretti. Siempre está con la misma canción, pero nunca ofrece una sola alternativa. Le diré un secreto a voces: el ser humano es imperfecto. Usted que ha sido educador debería haberlo descubierto por si mismo hace muchos, muchos, años.
Puede que la mayoría intentemos hacer las cosas lo mejor posible, pero siempre nos encontramos con sacerdotes, comisarios políticos, educadores, la cleresía en general (a la que usted pertenece) , que parece disfrutar en señalar nuestros contrasentidos.
Vuelva a la divulgación de las matemáticas, eso sí que se le daba bien.
Me complace que sigas leyéndome a pesar del aburrimiento, pues, si no eres masoquista, eso significa que algo te aporta lo que escribo. No disfruto señalando contrasentidos (ni los míos ni los ajenos), pero creo que es importante señalarlos como primer paso para intentar superarlos. Y no puedo volver a la divulgación de las matemáticas porque nunca me fui: cada semana aparece en Materia, el suplemento científico de El País, mi sección «El juego de la ciencia»; sería un placer verte por allí.
Amigo Paco de Torres, ¿hay alguien en este lugar que no crea que tus palabras son propias de un necio? Todos notamos tu resentimiento, pero mientras no pierdas el derecho a recibir un trato correcto, nadie te va a llamar resentido. La corrección es importante, aun cuando estés una taberna, porque eso nos hace mejores. Por eso, nadie te dice lo imbécil que eres hasta que escribes necedades. Si no estás conforme con la opinión de alguien, la razonas. Si no eres capaz de razonar, te callas. Mejor cerrar la boca y pasar por inteligente, que abrirla y demostrar que eres un idiota.
Maese Chistopher, cuando empecé a leer su comentario me pareció que iba a hacer algo así como un llamado a la sensatez, calmar las aguas, reconducir la discusión por senderos menos ríspidos. Pero me veo en la obligación de hacerle notar que no le ha salido a usted un tratado sobre la ecuanimidad, precisamente.
Debo darle la razón a Rafa, Marlowe. Paco Torres tiene todo el derecho a decir que se aburre con mis artículos (me temo que no es el único) y lo dice educadamente, no merece que lo insulten.
Espero no haber causado daño emocional a ese ciudadano honorable a tiempo parcial.
Hola, Frabetti. No sé si has tenido hijos y tampoco te hago la pregunta directamente, de verdad te lo digo. Yo jamás me he visto con la inconsciencia que hubiera necesitado para acometer esa acción casi suicida. En bastantes ocasiones, tus artículos remueven en mí sensaciones que han supuesto para mí un enorme peso en el pecho a lo largo de mi vida y esta es una de ellas. Cuando miro a los niños desde que son bebés hasta que dan sus primeros pasos y más tarde cuando ya hablan y razonan con esa bendita ingenuidad que van a tener que perder a la fuerza para acabar convertidos, la mayoría, en pequeños hijos de puta a la espera de su definitivo ingreso en el mundo adulto. Como decía, y al igual que cualquiera que no haya sido malparido, los críos despiertan en mí una ternura teñida de una infinita tristeza al observarles y pensar a lo que están destinados, que es la integración en este monumental sinsentido. Para ello, necesitan unos progenitores que previamente se hayan integrado hasta el cuello en esta mierda y que incluso crean o tengan que creer que son felices para poder colársela a los retoños y así conseguir que la rueda infernal siga su curso hacia no se sabe dónde. Yo no he podido integrarme y por tanto, consideré hace ya años, que hubiera sido una locura, a pesar de lo mucho que los hubiera querido (el amor es importantísimo pero NO es suficiente) traer niños a este mundo. Tu artículo aporta como casi siempre, luz a zonas que interesa se mantengan en penumbra. Un abrazo.
Pues no, Funestini, no he tenido hijos, y por razones similares a las tuyas. Gracias por tu estimulante comentario.
Apreciado Senyor Frabetti, su analogia de los unicornios, no la encuentro muy acertada. Los rinocerontes, (muy especialmente los Elasmotherium, que ya se extinguieron) ) y los narvales, son los unicornios del mar! Por si no lo ha leido le recomiendo el libro En busca del Unicornio de Juan Eslava Galan.
En cuanto a Papa Noel, pues claro que existe, como existen la Bella Durmiente y el Pato Donald, en el Parque Disney.
Como existe Dios, ¿a caso no hay catedrales en su nombre? ¿Y muchas organizaciones que inciden en el dia a dia de las personas? ¿No es el domingo un dia festivo, en gran parte del mundo, cuando podria ser un lunes? ¿no hace fiesta por Navidad?
También existen las fronteras, aunque no las veamos y, en el fondo no sean mas que líneas imaginadas. Pero existe un consenso acerca de ellas que nos condiciona a todos. No es lo mismo haber nacido en Montecarlo que en Niza, a pesar de que estan muy cerca (y por tanto no deberia ser un condicionante el clima, o la situación geográfica)
¿Acaso un billete de banco no es un consenso entre todos, como ahora lo son unos números en una cuenta corriente? Sin ese pacto social, un billete de banco seria un papel, pues su valor es mucho menor!
Como usted propone, el poder suele ser goloso ya que puede aspira a adquirir los medios para crear un relato, y convertirlo en una necesidad.
Pues claro que se domestica a la infancia! ¿Acaso es lo mismo aprender arabe que castellano? ¿Se veria usted capaz de enseñar la lengua española sin hablar nunca de Dios, el arabe sin hacer referenecia a Alà o el hindi sin sacar a colación a Vishnu o Shiva?
Por supuesto, María, se puede -y se debe- enseñar la lengua española sin hablar de Dios. Yo llevo muchos años enseñando matemáticas y física sin hacerlo, y nunca se ha quejado nadie.
Cierto y geología… o biología. No necesitan un Dios. Pero una lengua completa, con sus antecedentes culturales. Siento discrepar! Como no puede explicar nuestra sociedad sin razonar por qué es fiesta el domingo y no el lunes. O de dónde vienen expresiones como lavarse las manos o ser un Judas. O el significado de adiós. Es como el arte. ¿Podría explicar la evolución del arte occidental sin la figura de Dios?.
Por supuesto, María, que hay que explicar todas esas cosas, y muy a fondo, como partes fundamentales de nuestra cultura que son; pero una cosa es explicarlas y otra darlas por válidas. De hecho, darlas por ciertas es lo contrario de explicarlas.
Notable concatenación de silogismos. Aunque me da que derrapa en la premisa de que Dios premia a los buenos y castiga a los malos. No casa del todo con buena parte de los evangelios -esto lo refleja sensacionalmente Carrere en el sensacional comentario de texto de los mismos de El Reino.
De otro lado, naturalmente que en estados garantistas articulados por el ideal de la separación de poderes y libertades de expresión, prensa y asociación no debe de haber lugar para los presos políticos.
Ya en los dictatoriales de las revoluciones del pueblo seguramente es otro cantar.
Tienes toda la razón, no casa con los evangelios: díselo a la Iglesia, que sigue insistiendo en el mito del infierno.
Recuerda usted a los liberales que niegan que haya racismo puesto que iría en contra de la igualdad de oportunidades, pilar básico de las democracias.
Sr. Frabetti, aunque sea off the record, algo por lo que pido disculpas y aprovechando que es usted matemático y ha tenido relación con ámbitos artísticos relacionados con el dibujo, me atrevo a pedirle una opinión. Verá usted, es el caso que mi profesión es la de dibujante, siendo una completa negada para las matemáticas y resulta que tengo una vecina que muy segura ella, insiste en que eso es rarísimo porque ambas especialidades están fuertemente unidas. La verdad es que yo no sé verlo y me gustaría leer su opinión, si fuera posible. Gracias.
Perdone que me entrometa. «Aquí no entra nadie que no sepa geometría» era el lema de la Academia de Platón, que con la filosofía enseñaba matemáticas. Ése es el vínculo con el dibujo.
El dibujo técnico tiene una clara relación con la geometría (con la proyectiva muy especialmente). Pero también en el artístico desempeñan un papel importante conceptos como la proporción áureao las líneas de fuga, profundamente estudiados por Leonardo y otros artistas del Renacimiento. Y no digas que eres una completa negada: sencillamente, no te las explicaron debidamente. Por si te aclara algo:
https://www.jotdown.es/2022/02/el-mal-salvaje-ana/
«El horror, el horror» El corazón de las tinieblas, Joseph Conrad
El horror, sí. Y eso que Conrad no estuvo en unos grandes almacenes por Navidad.
El horror, sí. Y eso que Conrad no estuvo en unos grandes almacenes en Navidad.
«La sociedad de vigilancia quiere fundar su derecho en la ciencia; esto hace posible la “suavidad” de las penas, pero con ello se extiende su poder de control, de imposición de la “norma” «.
«El correccional, la escuela, el hospital psiquiátrico, la prisión, nacen con la economía mercantil y evolucionan con ella», decía Foucault.
Y ahora se les suman los Reyes Magos.
Efectivamente: son el equivalente del policía bueno (salvo cuando te traen carbón).
Gracias Carlo, aunque discrepemos a veces, por meter el dedo en la llaga y decir que éso no está bien. No está bien, coincido. Lo que no sé es como haces para resistir.
No es fácil, y no creo que haya fórmulas válidas para cualquier momento y lugar. Averiguar en cada situación la manera de resistir es una de las tareas básicas de la resistencia. Y no solo es arriesgado, sino también muy trabajoso. Que lo tenemos crudo, vaya; pero es lo que hay, y la alternativa es morir antes de tiempo. Gracias, Arryn, por tus asiduos y valiosos comentarios.
No puedo estar más de acuerdo.
Papa Noel sería por tanto el Panóptico perfecto, el panóptico que normalisaría en las mentes en formación de la población los panópticos que serán parte de su vida, dado que la técnica aún no permite un panóptico integral.
Pues sí, Oliver, una denominación muy acertada: Papanóptico Noel. Y, por desgracia, si no hacemos algo por evitarlo el panóptico integral está al caer.
Yo tengo una sobrina a la que con ocho o nueve años (y de lo que cuento hace 16) su made el ecxplicó que Papá Noel no existía, y entre lágrimas fueron cayendo después los Reyes Magos. La risa llegó cuando al cabo de unos minutos, ya calmada, empezó a gimotear de nuevo. Al preguntarle qué le pasaba, contestó:
!El Ratoncito Pérez!
La cosa es que aquel miso año conspiró con los adultos para mantener el tinglado con sus primas (mis hijas) más pequeñas. Y lo hizo con toda la ilusión del mundo. Como debe ser.
Lo de los presos políticos es otro cuento de gente que está (o estuvo) en el talego por malversar fondo públicos, o maquinar para socavar el estado que les paga. O directamente por pertenecer a una banda terrorista como Otegi. Claror que da máss glamour decir que te han enchironado por tus opiniones políticas. Y que ese estado es malo, malísimo. Tan malo que los ha puesto a todos en la calle. Igual había que reformarlos y hacerlo tan beatífico como los de Nicaragua, o Cuba, o Corea del Norte o Rusia, o Irán. Hay gente que todavía no tiene conciencia de la potra inmensa que supone, todavía, nacer en este rinconcito del mundo. Y las probabilidades no son altas….
Sin duda, comparativamente es una suerte nacer aquí, como también lo era -comparativamente- nacer en la España de los sesenta. En cuento a Cuba, la «España democrática» (las comillas indican el uso irónico de ambos términos) tiene mucho que aprender de ella en sanidad, educación e igualdad de oportunidades, entre otras cosas. Y Otegi, que yo sepa, y conozco bastante bien el «conflicto vasco» (más comillas irónicas), nunca perteneció a una banda terrorista; creo que te confundes con los González, Barrionuevo, Corcuera…
En lo de la igualdad de oportunidades cubanas igual te tengo que dar la razón. El 95 por ciento de la población (los que no pertenecen a la nomenklatura) tiene igual derecho a la miseria. En la España democrática puedes publicar este artículo y poner en solfa dicha democracia. En Cuba tengo mis dudas de que pudieras hacer lo mismo.
Al pobre Otegi, ese hombre de paz, le metieron en el talego por feo. Lo sabemos todos. Y como te tengo por un hombre sabio (y no es coña) no discuto sus conocimientos sobre el conflicto vasco. Lo que sí afirmo, supongo que tendré derecho a mi opinión (y alguna visita hice a la familia allí a finales de los ochenta y el ambiente se cortaba, hoy es jauja) es que eso del «conflicto vasco» no deja de ser un retorcimiento del lenguaje de una banda de paletos asesinos para llamar de un modo chulo a su negocio de muerte y extorsión.
https://es.wikipedia.org/wiki/Corolario_de_Roosevelt
A veces parece que no queremos enterarnos de que vivimos en un mundo globalizado, desde el siglo XV, que es mayoritariamente capitalista, que el capitalismo para existir necesita la explotación de la población y los ecosistemas de países enteros, que la gente cuando emigra sigue el camino de a donde va el dinero, o sea, de los países de donde se extrae a los países donde residen las minorías a los que beneficia. Que la tragedia de Africa, Sudamerica y Asia es consecuencia de ese horror que no se detiene ante nada, y no algo fortuito que ocurre por la gracia divina o por que se lo han buscado solitos, como si fuesen libres de elegir la desgracia o el bienestar.
En Cuba puedo hacer lo mismo y más (y delante de Fidel cuando vivía) y al año siguiente vuelven a invitarme a la Feria del Libro. En Cuba hay precariedad -debido sobre todo al criminal bloqueo de Estados Unidos- pero no hay miseria: no verás a un solo niño sucio, desarrapado o desnutrido. Donde sí hay miseria, y cada vez más, es en los «países ricos» (no gano para comillas): en España, uno de cada tres niños está en riesgo de pobreza. Con todos su defectos -y sus excesos- Cuba es el país que más y mejor ha superado la barbarie capitalista sin caer en la opresión seudocomunista. En cuanto a Otegi, lo encarcelaron, entre otras cosas, por decir que el rey era el jefe de los torturadores, cosa que yo también dije y argumenté, y sin embargo a mí no me encarcelaron (y eso que no soy más guapo que Otegi). Y no es cuestión de sabiduría, amigo K, sino de acceder a fuentes fiables, cosa cada vez más difícil. Yo he tenido que viajar más de veinte veces a Cuba y más de cien a Euskal Herria para hacerme una idea.
Lo del tercio de niños en «riesgo» de pobreza lo podemos contraponer con la abundancia en la que nadan los niños en cualquiera de los países antes citados. Cuba incluida. Comparamos la condiciones de las clases menos favorecidas de aquí y de allí y vemos.
Yo le reconozco al comunismo un mérito capital, que es el de haber metido el temor en el cuerpo del capitalismo y haber mejorado la vida de las masas, hasta el punto de convertirnos en pequeño burgueses (con algo de memoria) a descendientes de auténticos desharrapados (y hablo de una generación). Pero la prueba evidente de que tiene graves problemas de funcionamiento (económico y social) como sistema es que tiene que retener a sus ciudadanos por la fuerza. En cuanto abren las puertas la gente sale pitando.
Comparamos y vemos que los menos favorecidos de allí están incomparablemente mejor que los de aquí. Y según organizaciones tan poco sospechosas de filocomunismo como la ONU y la OMS, Cuba es, junto con Canadá, el país del mundo con menor mortandad infantil. Y en Cuba no retienen a los ciudadanos por la fuerza; pero no es fácil salir, y ese es uno de los «excesos» a los que aludo en mi comentario anterior (tampoco es fácil salir de España si no tienes dinero). Y tampoco es cierto que la gente salga pitando, y muchos salen y luego vuelve. Los que no suelen volver son los cerebros que se fugan de la avanzada y próspera España.
La primera frase es una opinión en la que no coincido.
Lo de la mortalidad infantil no me cuadra con las cifras que estoy viendo en internet, siendo en todas las fuentes que encuentro más baja en España. Aunque para la situación económica de la isla está en la parte alta de la tabla. Es un mérito indudable y es sabido que su sistema sanitario es jauja comparado con el de su entorno.
Lo de que no los retienen…
Y de España esta chupado salir. Hasta andando se puede. Y encima tienes un pasaporte que te permite vivir en 27 países. Bien lo sabes.
Los cerebros que se fugan lo hacen en virtud de la dichosa ley de la oferta y la demanda. Hay alguno tan privilegiados como el tuyo que, afortunadamente (y espero que te conste que lo digo sin un ápice ironía) eligen venir a la avanzada y próspera España. Que es un sitio perfectible, pero no tan malo para pasar nuestra azarosa existencia.
España es un sitio estupendo para un privilegiado como yo (y supongo que como tú, al menos comparativamente), pero no para los pringados, que son cada vez más. Y los que se van de Cuba también lo hacen en función de la dichosa ley, pues, indudablemente, es un país pobre (debido en gran medida, insisto, en el criminal bloqueo de Estados Unidos); aunque, al contrario que nuestros fugados, a menudo vuelven con el rabo entre las piernas. Porque Cuba es un país pobre sin pobres, mientras que España (como Italia, Francia, Alemania, Estados Unidos…) es un país rico con millones de pobres.
Saludos, y mis respetos más profundos.
(Soy fan acérrimo de «Calvina», gracias al cual me adentré en casi todo lo que se ha publicado bajo su firma en Cuba)
Y sí, viví en Cuba 36 años, por lo que me puedo atrever a decirle que esta opinión sobre Cuba (y otras que hay diseminadas en comentarios posteriores) está tremendamente sesgada. Cosa lógica tratándose de un intelectual de su talla. Cuando un intelectual de su talla ha hecho comentarios que diferían ligeramente del discurso oficial que proyecta Cuba hacia el mundo, han sido severamente cuestionados… (usar una ouija para preguntar sus experiencias a Saramago y Galeano). Ese discurso oficial es el que se explaya frente a visitantes ilustres, que luego pueden extenderlo desde sus plataformas.
Cito a alguien a quien admiro: «A la consabida clasificación de las mentiras en perniciosas, oficiosas, jocosas y piadosas, habría que añadir las mentiras gozosas, que van un paso más allá de las piadosas y no se limitan a ocultar o embellecer una verdad cruel, sino que inventan una seudorrealidad encantadora (en ambos sentidos del término).»
Siempre hay que ir más allá de lo que se vende oficialmente. Se encuentran maravillas. (Y a veces horrores). Hay que saber diseccionar el velo de la «realidad» para encontrar lo que se esconde detrás, y descubrir que, tal vez, es solo humo y espejos. Seudorrealidad.
¿Dice que ETA no fue una organización terrorista? Lo dice.
¿Se marca un «tu quoque» de manual? Se lo marca.
Tan brillante en ciertos aspectos y con tal falta de sindéresis en otros.
Como dice alguien más abajo muy acertadamente, los sueños de la razón analítica generan monstruos.
Lo que he dicho a menudo, y lo repito, es que el discurso dominante impone un concepto de terrorismo que criminaliza toda forma de disidencia y no incluye al terrorismo de Estado, que es, con mucho, el más grave en todos los sentidos (también en cuanto al número de víctimas). Nunca he justificado los atentados mortales y en más de una ocasión pedí públicamente que ETA dejara de matar.
Todo eso que dices está muy bien, pero con rotundidad has dicho que Otegui no ha pertenecido a banda terrorista y luego te has marcado una falacia.
Así que cada palo aguante su vela.
Lo demás que yo comentaba, por supuesto es opinable y discutible.
Estuvo en ETA, pero se salió precisamente porque no aprobaba su deriva violenta (que yo sepa, insisto en el matiz). Según tu criterio, yo también pertenecí a una «banda terrorista».
Igual entro a destiempo y con mal criterio, y el tema ya ha sido extensamente tratado en otro momento. De ser así, pido disculpas. Dicho esto, manifiesto mi perplejidad por lo que considero una reducción de las posibilidades de existencia de un estado. ETA era un estado, al menos en sus facultades punitivas y en muchos de sus presupuestos organizativos. Durante mucho tiempo, su servicio de información superó al del estado español. Su dominio del espacio público y su capacidad de acción sobre el privado eran incontrovertibles. Tenía un muy eficaz aparato de propaganda y de relaciones internacionales. Su apuesta por convertirse en un estado a todos los efectos no prosperó finalmente, pero hubiese podido ocurrir lo contrario. Tenía sus ejecutores y no creo que le faltasen torturadores, chantajistas o nadadores de aguas turbias. No tenían puesto en la ONU, pero hubieran podido tenerlo, con consecuencias aún por determinar, pero no muy tranquilizadoras para mucha gente. Establecer la analogía con un grupo de particulares que hacían cosas me parece algo extraño. Igual es que me falta perspectiva… un cordial saludo.
No era un mero «grupo de particulares que hacían cosas», pero tampoco un Estado. Ni una «banda terrorista», a no ser que ampliemos la definición hasta abarcar, por ejemplo, al PSOE de los GAL. Y conste que con esto no pretendo justificar nada, solo evitar agravios comparativos lingüísticos y recordar que las organizaciones políticas no son un todo homogéneo, ni en el espacio ni en el tiempo.
En esto estoy contigo Frabetti. Igual no eran una banda terrorista. Igual solo era un negocio. Una forma de vida (y de muerte). Una mafia, una ndrangheta de andar por casa. Para un italiano son conceptos fáciles de entender.
Qué va, cuanto más te adentras en ellos, más difíciles de entender (en esto la política se parece a la física, como argumento en otro artículo). En un movimiento independentista y semiclandestino confluyen tantos elementos, y algunos tan poco visibles, que cualquier generalización es errónea. Pero al poder le interesaba vendernos la moto de «todo es ETA», y el discurso de los Aznar, González, Garzón, Marlaska y compañía caló muy hondo. Si todos los que en algún momento pertenecieron o colaboraron con ETA fueran terroristas o mafiosos (que los hubo), se contarían por millares. Y si aceptamos la falacia del «entorno» (al que a mí mismo se me acusó de pertenecer), por cientos de miles.
Hay que saber leer.
Y Otegi, que yo sepa, y conozco bastante bien el «conflicto vasco» (más comillas irónicas), nunca perteneció a una banda terrorista…
Otegi… nunca perteneció a una banda terrorista
Toma y lee esto, amigo.
Supongo que ibas a colgar un enlace y te has olvidado o no ha quedado consignado.
Disculpa, me dejaba lo más importante (la educación de niños y niñas es mucho más importante que la política de los políticos): «La cosa es que aquel miso año conspiró con los adultos para mantener el tinglado con sus primas (mis hijas) más pequeñas. Y lo hizo con toda la ilusión del mundo. Como debe ser». Pues no, así no es «como debe ser», aunque todos incurramos en ese tipo de errores. Afortunadamente, psicólogos y pedagogos tiene cada vez más claro que la edulcoración de la realidad no le hace ningún bien a la infancia
“Porque si aceptamos la ley que los encarcela —entendiendo por ley no solo la legislación vigente, sino también a los jueces que la interpretan y al Gobierno que los manipula— todos los presos son presos comunes. Y viceversa: si no aceptamos a un Gobierno corrupto, ni a unos jueces indignos, ni unas leyes cuyo principal objetivo es defender los privilegios de una minoría, ni un sistema carcelario inhumano, todos los presos son presos políticos.”
Parece que el que mata a otro ser humano debe estar preso. El primer precepto de las sociedades civilizadas es “No matarás”. Que Putin o Netanyahu campen libres por sus respetos no es óbice para que ése siga siendo una ley universal. Y si perpetras la muerte de más de siete mil personas vulnerables en las residencias, tu sitio está en la cárcel. Que alguien se sustraiga de la trena porque tiene poder o comparte manteles con quien lo tiene, no convierte en inocentes a los que cumplen años allá dentro por homicidio, ni vulnera en un ápice la ley racional universal citado. Que lo racional sea real implica que la realidad política de Rusia, Israel y España es ahora mismo irracional y alienta a transformar tales naciones para que lo racional se realice, no a hacerlas aún más irracionales.
El sueño de la razón analítica produce monstruos.
No digo, ni lo pienso, que los criminales deban estar libres, sino que el sistema penitenciario es cruel y discriminatoria: en ese sentido son todos presos políticos, pues son víctimas de una determinada política carcelaria.
También son responsables de sus actos y tengo la impresión de que para alguien que defiende con notable entusiasmo la libre voluntad, la responsabilidad sobre tales actos es ontológica y lógicamente anterior a la política penitenciaria de terceros.
Una cosa es el origen del derecho, otra los distintos usos que se pueden hacer del mismo. Hay una independencia entre significado y significante. Una indenpendencia entre el concepto derecho y los distintos usos que se pueden dar del mismo. Éste es un mecanismo clave que permite a los de abajo resistir la ideología de los de arriba, devolvérsela cambiada.
A veces la razón absoluta que esgrimes puede ser muy de blanco o negro.
Cerca de los 40 años, un amigo mío comenzó a criticar acremente a aquellos que se divorciaban y poco después se casaban con mujeres que podían ser sus hijas. Unos años después él se divorció y poco después se casó con una joven que en alguna cultura podría haber sido su nieta. Sin embargo, su caso debía ser diferente. Lo que nos toca a nosotros siempre lo es. Una vez admites la excepción para ti, también para un hijo y así sucesivamente.
Si no fueran por las leyes habría coches aparcados dentro de tu portal.
Desengáñate un poco, Hegel ni ningún otro filósofo lo explican TODO, aunque sean sistemáticos y resistentes y útiles para entender muchas cosas. Lo que no puedes pretender es pasarle el filtro a todo con el mismo rodillo.
La razón no distingue monarquías.
Te puedo asegurar que no hizo falta insistirle mucho para que colaborara en el trampantojo navideño.
Con lo de los psicólogos y los pedagogos y lo de la edulcoración…Llevamos contándoles cuentos a los niños miles de años. Y muchos, la mayoría, salen bastante potables, incluida mi sobrina. Así que pueden seguir con sus prédicas, que yo no le pincharé el globo de Papá Noel al crío de mis vecinos. Tiene tiempo de sobra para desilusionarse solo.
No se trata de pinchar el globo, no es algo que podamos resolver individualmente, y por eso señalo la complicidad de los medios. Yo no voy por ahí diciéndoles a los niños que los reyes son los papás, sería un disparate: simplemente, intento llamar la atención sobre las contradicciones y perjuicios -sobre todo para la infancia- de una cultura basada en la simulación y el ocultamiento. Y lo de los reyes es lo de menos.
Gracias por tus artículos Carlo, siempre ayudan a la reflexión y a analizar otros temas a partir de una premisa simple. Considero que la “democracia” y el reino de las libertades, en los que vivimos, se han transformado es una forma de culto secular o una herramienta de dogmática política. Para ser plenamente aceptado en la sociedad occidental, es necesario por defecto estar “a favor” de la democracia y ojo con cuestionarla y poner en duda sus cimientos y narrativas. Quien lo cuestiona o la pone en duda, queda fuera del campo de la corrección política. La democracia tolera la oposición marginal; pero si es más que marginal, la democracia opone sus máquinas de opresión a sus alternativas, como cualquier régimen, cualquier ideología y cualquier religión dominante. Vale la pena recordar que la democracia no es un concepto evidente . La democracia puede aceptarse o rechazarse, establecerse o demolerse. Había sociedades espléndidas sin democracia y detestables con democracia, pero también existía lo contrario. La democracia es un proyecto humano, una construcción, un plan, no el destino. Puede ser rechazado o aceptado. Comparto lo que decís de Cuba, y es cansino el tema de que en otro lado están peor… tenemos que preocuparnos por nosotros mismos y dejar de mirar para el costado, ya ellos intentaran solucionar sus problemas y potenciar sus virtudes. Y a no olvidar que en el «reino de las libertades y los derechos», a aquellos que hicieron una crítica más profunda las sociedades donde vivimos técnicamente los hemos eliminado… un tal Sr. Assange o un tal Sr. Snowden… Un saludo grande y felicitaciones por tu artículo y por el nivel de todos los comentarios del foro, tanto los que coincido como en los que no.
Ya lo dijo Bush: «Quien no está con nosotros, está contra nosotros». Gracias, Aether, por tu certero comentario y tus palabras de aliento.
Bush parafraseaba a San Mateo 12:30. Mejor político fue Julio César en la guerra civil romana: «Quien no está contra mí, está conmigo».
En otro orden de cosas te entiendo mal y supongo que soy yo, porque a los demás no les pasa, salvo a Paco de Torres (al que le deseo muchos hijos, todos fans de Taylor Swift) y sigo poco bien tu hilación. Por ejemplo, yo asumo de arrancada que el cambio en un hábito cultural no transformará en un ápice una sociedad. Sin una transformación de abajo arriba, la superestructura se asemeja la hidra de Lerna. Al intento setentero de la izquierda contestataria de cortar la cabeza de los Reyes Magos (que lo hubo) le sucedió la pujanza cayetana del culto a Papa Noel, etc.
No sigo bien tu hilación. Me voy a tener que limitar a los crucigramas.
La democracia no es una no es un concepto evidente. Y supongo que se puede estar en contra. Lo que pasa es que si estás en contra de la democracia, que igual es una mierda, supongo que estarás a favor… de qué? De una tiranía más o menos afortunada en función del tirano (un Vetinari)? De una democracia “orgánica”? De un régimen de partido único, que no deja de ser una tiranía (por mucho que pintes de colores a la gerontocracia cubana, al partido “comunista”, je, je chino, o al que me digas). De una teocracia estilo iraní?De una satrapía estilo nicaragüense o guineana?
La democracia (participativa) es una buena idea, lo que pasa es que hasta ahora no hemos sabido realizarla. Pero algo hemos avanzado en la buena dirección, no desesperemos.
Menos analítica y más dialéctica (¿te suena?). Los cambios culturales y sociales (si es que cabe distinguir entre ambos) se determinan mutuamente. Con grandes dificultades y muy lentamente, eso sí. Las alternativas: los crucigramas o echarse al monte.
La dialéctica está en el pensamiento y lo real como negatividad, pero la primariedad recae en la negatividad del proceso productivo: «No es la conciencia lo que determina al ser real, sino al contrario». El ser real, lo dado, es lo negativo e induce la negación de la negación en el pensamiento (y aquí la doble negación no se anula). Nuestro pensamiento no escapa a la reificación. Dar un papel tan preeminente a lo cultural deriva de ésta.
Va un comentario corto y directo: Me dejaria fusilar sin pensármelo, antes de traer hijos a este mundo. No hay ironía en mis palabras.
Es frecuente que las personas inteligentes no tengan hijos, lo que explica cuál es curso evolutivo de la humanidad.
También explica las ganas que me dan de comprar un lanzallamas cada vez que pienso en mis vecinos. Darwin tenía razón.
Te entiendo. Yo no me dejaría fusilar, pero sí esterilizar (aunque a mi edad ya es innecesario).
Creo que los niños necesitan alguna coerción y mentiras bonitas. Eso es diferente a la propaganda institucional con la que estamos domesticados todos.
Creo que los niños necesitan alguna coerción y mentiras bonitas para que vayan siendo domesticados y se habitúen a la propaganda institucional como todos.
Es como decir que necesitan que les peguen de vez en cuando para que se habitúen a los golpes que les dará la vida.
Una cosa es regulación, que sin duda la necesitan, y otra coerción. Y puede que en algún caso extremo sea conveniente recurrir a alguna mentira piadosa, pero el montaje de los Reyes Magos no tiene sentido. Salvo para los mercaderes del templo, claro, esos a los que Jesús echó a zurriagazos.
Hay una frase atribuida al joven Napoleón que dice «la religión impide que los pobres maten reyes».
Un corto de tu interés:
https://www.youtube.com/watch?v=omAYSjH3z3Q
Afortunadamente, no lo impide del todo, como pudo comprobar el joven Napoleón poco después.
Leo la mayoría de comentarios de arriba, y se trata de gente muy inteligente, muy erudita, y con un dominio exquisito del lenguaje. Un profano como yo ni se atreve casi a escribir, tan lejos estoy culturalmente hablando.
Hasta que leo cosas como «me dejaría fusilar antes de tener hijos» u «Otegi no perteneció a jna banda Terrorista», así, sin anestesia ni ironía de por medio. Y me alegro mucho de tener hijos y de que los que han escrito eso hayan decidido voluntariamente no dejar descendencia en este planeta.
Lo de los hijos es un asunto muy complicado, teniendo en cuenta el mundo que les estamos dejando. En cualquier caso, es bueno que quienes los tienen se alegren de tenerlos. Y no, Otegi (que yo sepa) no perteneció a una «banda terrorista». Yo colaboré con ETA durante el franquismo y dejé de hacerlo por su deriva violenta, y creo que el caso de Otegi -y otros muchos del supuesto «entorno»- es similar. En una organización clandestina y muy opaca hay momentos en los que no es fácil tener las cosas del todo claras, por no hablar de las disensiones internas y los grupúsculos enfrentados. ¿Es la Iglesia una organización terrorista debido a los cientos de pederastas impunes que hay en su seno y a su encubrimiento sistemático por parte de un sector de la jerarquía eclesiástica? Por no hablar del PSOE y el PP.
Hay una diferencia clara entre ETA y el PP y PSOE, o la Iglesia, o los políticos en general, o lo que quiera usted buscar: sobre el cómputo global de la gente que compone esas organizaciones, un porcentaje muy pequeño son los que estaban a favor o promovían activamente saltarse la Ley, o herir/asesinar a otros.
En el caso de ETA, una vez ya en democracia, asesinó a sangre fría a gente inocente. Y Otegi (ni HB ni sus sucesores) nunca se pronunció voluntariamente en contra de ETA entonces, e incluso colaboró con la organización terrorista ya en democracia. Que el lenguaje complejo y la retórica no nos aleje de la realidad, que en este caso no es tan compleja como nos querían/quieren hacer creer.
Porque, por favor, elevemos el nivel de la conversación y separemos la ETA y sus propósitos y actos en una dictadura y lo que hizo en una democracia. Que a pesar de sus errores era y es una democracia.
No es lo mismo ser miembro de una resitencia que asesinó a miembros del gobierno alemán o civiles que colaboraban el régimen cuando gobernaban los nazis, que haber asesinado niños inocentes ya en democracia… que es lo que hizo ETA, no lo olvidemos (¿hola, Hipercor?).
Estoy totalmente de acuerdo en que miembros de ETA hicieron cosas execrables, como el asesinato a sangre fría de Miguel Ángel Blanco (de Hipercor, aunque desapruebo totalmente ese tipo de acciones, hay mucho que hablar: avisaron con tiempo suficiente para desalojar, lo cual no los justifica, pero plantea algunas preguntas incómodas). Puede que lo que acabo de decir te parezca contradictorio con el hecho de que siempre me negué, al igual que Otegi y otros muchos vascos y no vascos, a «condenar» a ETA y a denominarla «banda terrorista», a la vez que se llama «funcionarios» a los torturadores policiales y «ejército» a los asesinos uniformados, como los genocidas sionistas; tiene que ver con la coherencia lingüística y los agravios comparativos. Insisto, no justifico en absoluto los asesinatos de ETA; pero si hubiera habido una auténtica ruptura democrática -si hubieran cesado las torturas policiales continuas e impunes- ETA no habría tenido el apoyo que tuvo y habría desaparecido mucho antes. Acabar con el terrorismo, sí, sin reservas ni ambigüedades; empezando por el terrorismo de Estado.
Pingback: Mentiras gozosas: la domesticación de la infancia (2) - Jot Down Cultural Magazine