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Retorciendo palabras: los crucigramas más endemoniados de la historia (y 2)

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Viene de «Retorciendo palabras: los crucigramas más endemoniados de la historia (1)»

Worldplay es un documental de 2006 que orbita en torno al arte de los crucigramas, centrándose en aquellos rompecabezas que se imprimen en The New York Times y en un torneo oficial para eruditos de dichas diversiones. Tras contemplar aquella película, el productor de Los Simpson, James L. Brooks, contactó con Will Shortz, editor de la sección de crucigramas de The New York Times, y le propuso crear un episodio basado en el popular pasatiempo. Y así se concibió la sexta entrega de la vigésima temporada de Los Simpsons, a modo de reverencia a las palabras cruzadas, con una trama protagonizada por Lisa Simpson. Y donde, por supuesto, el propio Shortz tenía un cameo, simpsonificado en forma de dibujo animado amarillo junto al diseñador de crucigramas Merl Reagle

En un momento dado de aquel capítulo, Lisa exclamaba una frase que se tradujo al castellano como «¡Ya soy cruciverbalista!». Y sí, pero no. Los encargados de la adaptación habían agarrado la palabra original en inglés «cruciverbalist» para referirse a los creadores de crucigramas y la habían traducido a las bravas. Sin caer en la cuenta de que el término «cruciverbalista» no existe en castellano. Según la RAE, «crucigramista» es la palabra correcta para nombrar en nuestro idioma a los que se dedican al arte de crear crucigramas. El episodio de Los Simpson, por cierto, estableció una conexión con el mundo real: en los dibujos animados se mostraba un crucigrama dominguero de The New York Times que sería el mismo que el diario estamparía en su edición física del fin de semana.

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Escena del episodio «Homer y Lisa tienen unas palabras» de Los Simpson. Imagen: Fox.

El famoso crucigrama de Schrödinger publicado el día de las elecciones en The New York Times, aquel con dos soluciones posibles que ya desgranamos aquí, fascinó a mucha gente por ingenioso. Pero otros tantos consideraban que el verdadero virtuosismo se hallaba en las pistas elaboradas por los crucigramistas de la variante críptica inglesa. Y como no hay mejor forma de ilustrar esa afirmación que con una sartenada de ejemplos, en esta segunda parte vamos a darle un repaso a esos diabólicos enigmas crípticos. No va a ser fácil, porque ya alertamos de antemano de que son capaces de provocar cefaleas severas, algo que puede, con razón, echar para atrás a muchísima gente. En la novela Número cero de Umberto Eco, el protagonista aseguraba que prefería los crucigramas italianos, con sus preguntas claras y directas, a aquellas variantes extranjeras tan malvadas como para convertir las propias definiciones del juego en puzles en sí mismos.

Pero para entender cómo funcionan estos enigmas, es necesario explicar previamente la estructura básica de las pistas en los crucigramas crípticos: éstas se componen de una frase (o un conjunto de letras / palabras) que conforma el acertijo principal. Y también de una o varias cifras entre paréntesis, que indican el número de letras de las palabras a localizar. Ejemplos chuscos de esto: la pista «Oro parece, plata no es (7)» tiene por respuesta «Plátano», una palabra de 7 letras. Y la pista «Leprechaun residente en un hormiguero (5,5)» tiene por solución «Pablo Motos», dos palabras de cinco letras cada una. Que nadie se asuste, esto es tan solo una pareja de ejemplos chabacanos para explicar el asunto rápidamente. Las creaciones de los crucigramistas crípticos ingleses, y las de algunos de sus discípulos norteamericanos, son bastante más cafres, más elaboradas y, sobre todo, curiosas.

Los crucigramas más endemoniados del mundo

La rama críptica funciona, a su vez, como cobijo para diferentes tipos de adivinanzas. Por una parte, están las que se asemejan a jeroglíficos de letras. Un estilo que ha propiciado ocurrencias tan maravillosas como la pista «Gegs (9,4)» cuya solución es «Scrambled eggs» («Huevos revueltos») en alusión al revoltijo de carácteres perpetrado por el crucigramista al desordenar la palabra «Eggs». La simpática «Of of of of of of of of of of (10)» tiene por respuesta el adverbio «oftentimes» («Of-ten-times», «Of diez veces»). El celebrado acertijo «H I J K L M N O (5)», se resuelve con la palabra «water» («agua»), tras entender que todo ese desfile de letras se puede resumir como «H to O» («de H hasta la O»), y eso suena como «H2O». Otra simpática conga de letras es la que hallamos en el puzle navideño que reza «Christmas A B C D E F G H I J K M N O P Q R S T U V W X Y Z? (4)». Un enigma cuya solución es «Noel», por aquello de que en ese abecedario no hay letra ele a la vista, «No L».

Algunos retos estampan la respuesta delante de las narices del lector, acurrucándola en plan ninja dentro de la propia pista, como ocurre en aquel «Some forget to get here for gathering (3-8)» («Algunos se olvidan de llegar aquí para reunirse»), donde la respuesta correcta es un «get together» («juntarse») que ha sido previamente extraído del «Some forGET TO-GET-HERE here for gathering». En ocasiones, ciertos crucigramistas optan por enredarse con los porcentajes, como en el caso del brillante y retorcido «Take pies or cake – all 50% starch (7)» («Tome pasteles o tartas – todos 50% almidón»). Un acertijo donde ese «50%» lo que indica es que es necesario agarrar tan solo la mitad de las letras de aquellas palabras que preceden al guion, es decir «Ta+pi+o+ca», para obtener la respuesta: «Tapioca».

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Esta pinta tenía el primer crucigrama publicado en The Guardian en enero de 1929.

En el caso de los juegos de palabras más duros hay que tener en cuenta que para enfrentarse a ellos es necesario razonar de manera paralela a la habitual. Porque lo que aparenta decir una pista críptica que apueste por el wordplay es en realidad una mera distracción de lo que realmente dice. Y por ello se requiere no solo leer entre líneas, sino poner en marcha el cerebro abriendo la mente al universo como en ese popular GIF, para interpretarlos de la manera más creativa posible. Generalmente, estos malabarismos traviesos están construidos con dos elementos: una parte de la frase es la definición (lo que significa la respuesta), y el resto es un juego de palabras (lo que conduce a dicho significado). La gracia (y el problema) está en descubrir qué es qué.

Ocurre que en esos casos, los textos juegan a ocultarlo todo entre insinuaciones, dobles sentidos y otras argucias. Por ejemplo, si en dichas definiciones aparecen adjetivos como «confuso», «desordenado» o «caótico», es muy probable que eso signifique que una de las palabras de la propia frase sea un anagrama cuyas letras hay que recolocar correctamente. Por otro lado, la mayoría de las veces la adivinanza juega con dobles significados más o menos rebuscados: la palabra «runner» en un críptico puede referirse tanto a esa gente que corre por deporte sin que nadie les persiga, como a un río que corre a lo largo de una ubicación determinada.

Para demostrar hasta qué punto la cosa puede ser rebuscada de cojones basta con examinar una enrevesadísima pista clásica, por haber sido citada hasta en Wikipedia, que reza lo siguiente: «Very sad unfinished story about rising smoke (8)» («Tristísima historia inacabada sobre el humo ascendente»). En dicha adivinanza, las palabras «very sad» constituyen la definición en sí de la solución.  En cambio, «unfinished story» («historia inacabada») implica que hay que encontrar un sinónimo de «historia» y quitarle alguna letra para que el término aparezca inacabado. Así que nos toca agarrar la palabra «tale» («relato») para podarle la vocal «e» y dejarla en «tal». Con «rising smoke» («humo ascendente») es necesario localizar un equivalente a «smoke» (que se traduce tanto como «humo» como por «pitillo»). El sinónimo en cuestión es «cigar» («cigarro»), pero además hay que hacer un apaño: «rising» nos indica que hay que escribir «cigar» de abajo a arriba, es decir, del revés, dando como resultado un «ragic». Finalmente, «about» («sobre») insinúa que ese «ragic» va colocado en algún lugar entre las letras de «tal». Y al ensamblarlo todo, «t+ragic+al», obtenemos «tragical», la respuesta final a la definición «very sad». Sí, es una movida guapa. Sí, están locos.

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Imagen: CC.

En los ejemplos con anagramas ocultos el asunto es enrevesado, pero sorprendentemente ingenioso: la pista «Theatric saga I composed, ending of which is kept secret (6,8)» («Saga teatral que he construido y cuyo final se mantiene en secreto») contiene la solución en su interior: «Agatha Christie». Un nombre obtenido al reordenar correctamente las letras de la frase «Theatric saga I», algo que el lector debe deducir por su cuenta al interpretar ese «composed» como una invitación a reconstruir las palabras. En «Insane damn yeti is explosive (8)» («El maldito yeti loco es explosivo»), el término «Insane» indica letras descolocadas, «damn yeti» es el anagrama a reordenar, e «is explosive» señala la definición. Y todo ese percal tan guapo sirve para obtener como solución «dynamite» («dinamita»). 

Otro ejemplo, en este caso de los sencillos, es el de «Birds observed in slow motion (4)» («Pájaros observados a cámara lenta»), donde las aves mentadas son unos «owls» («búhos»), que aletean como anagrama de «slow». Y una variante, en este caso de las complicadas, es la del anagrama indirecto: aquellas tretas en donde la palabra que es necesario remezclar ni siquiera aparece directamente en la oración. Algo que se puede ver en «Chew honeydew fruit (5)» («Masticar fruta dulce»): ahí «fruit» ejerce como la definición y «chew» indica que hay que reordenar (masticar) una palabra. La jugarreta es que en este caso el anagrama está escondido en un sinónimo de «honeydew», y más concretamente en «melon», porque la solución final es «lemon». Probablemente, la adivinanza más bestia y sorprendente con un anagrama sea la que apareció en un especial navideño del diario The Guardian enunciando lo siguiente: «O hark the herald angels sing the Boy’s descent which lifted up the world? (5,9,7,5,6,2,5,3,6,2,3,6)» («Oh ¿escuchas a los ángeles cantar sobre el advenimiento del niño que alzó el mundo?»). La respuesta a aquel enigma monstruoso se obtenía al reordenar todas las letras de la pista para formar un «While shepherds watched their flocks by night all seated on the ground», el título de un popular villancico.

Más allá de los revueltos de letras existen todo tipo de prestidigitaciones extremas con las palabras: «She’s a lady, whichever way you look at it! (5)» («Ella es una mujer la mires por donde la mires») es una ocurrencia absurdamente ingeniosa porque anuncia con aquel «la mires por donde la mires», que el vocablo que buscamos es tanto un palíndromo como un sinónimo de mujer: «Madam». El enigma «Initially amiable person eats primate (3)» («Persona inicialmente amable come primate») se presenta con otro truco curioso: ahí la palabra «primate» es la definición, y ese «initially» es en realidad una orden, un doble sentido que ha de leerse como la invitación a agarrar únicamente las iniciales de las palabras «amiable person eats» y obtener «ape». Lo mismo ocurre en «Taxes initially rise astronomically, then eventually stabilize (5)» («Los impuestos inicialmente se incrementan de manera astronómica, para acabar estabilizandose»), donde «initially» sirve de nuevo para chivarnos que es necesario  pescar las iniciales del resto de términos, con el objetivo de ensamblar con ellas un «rates» («tarifas»).

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Imagen: CC.

En otros casos, la adivinanza también requiere de cierto nivel de cirugía para trocear e insertar letras en palabras según las instrucciones: «Girl’s beginning to enter with no clothes on — that may be to attract attention (5)» («Las chicas comenzaron a entrar sin ropa puesta quizás para llamar la atención») es un lindo ejemplo de esto: la solución es «nudge», y para obtenerla hemos tenido que extirpar la «g» de «girl’s» porque eso es lo que significa realmente «girl’s beginning», «el principio de “Girl’s”», es decir, la propia «g». Con dicha letra en la mano, nos habrá tocado encajarla entre la palabra «nude» porque eso demanda el «enter with no clothes on». Y de ese «nud+g+e» vienen estos lodos.

Todo lo anterior supone tan solo una parte infinitesimal de los crípticos y sus tretas asociadas, algo lógico teniendo en cuenta las décadas que los británicos llevan jugando a esto. Es cierto que existen unos tipos de pistas definidos e identificables (charadas, anagramas, dobles sentidos, contenedores, etc), pero los crucigramistas siempre han apuntado a tratar de sorprender con sus desafíos, incluso cuando se amoldaban a las normas clásicas. Y existen muchísimos más ejemplos majos de todo tipo de adivinanzas: en la confusa «Orphan with a view (7)» («Huérfano con vistas») el tema se trocea así: «with a view» es la definición, «orphan» es el juego de palabras y «panorama» la respuesta. Y todo porque esa «panorama» evoca una estampa con vistas y también está compuesta por sílabas que suenan similares a «Pa nor a Ma» («sin Pa ni una Ma»). «Cat’s tongue (7)» («Lengua de gato») es otra ocurrencia interesante al resolverse con un «persian» («persa») que puede referirse tanto a un tipo de felino como a un lenguaje. «Solver no good? Won’t be so forever (5)» («¿El indagador no es bueno? No será así siempre») tiene miguilla: lo de «won’t be so forever» es la definición, «solver» se refiere al lector y ha de sustituirse por «you», «no good» se puede abreviar como «ng», y la suma de estas deducciones («you+ng») nos da como resultado del enigma un «young» («joven»). «In Scandinavia grandpa discovered potent drug (6)» («En Escandinavia, el abuelo descubrió una potente droga») es una pista que resulta cachonda en más de un sentido, y que luce la respuesta en la propia oración. Ojo al «ScandinaVIA GRAnpa» que nos otorga esa «Viagra» fabulosa.

En realidad, los ejemplos aquí listados son juguetes que más o menos se pueden tratar de explicar con cierta facilidad. Porque existen miles de rompecabezas muchísimo más complejos y maléficos, repletos de juegos de palabras rebuscadísimos en inglés, letras intercambiables y abreviaturas dementes, cuya demostración en castellano supondría verdaderos dolores de «Gegs (9,4)». Si uno tiene interés por indagar en este mundillo, los archivos de la sección Crucigramas crípiticos para principiantes de The Guardian es un buen lugar para empezar a pelarse los sesos, porque cubren bastante bien la gran variedad de estilos de estos rompecabezas. Y si tuviésemos que destacar una pista en concreto que nos haya encantado, la mención sería para la estupenda «     (1,4,2,4)», o un sencillo espacio en blanco que se soluciona con cuatro palabras: «I have no clue». Una oración que en inglés significa tanto «No tengo ni idea» como «No tengo pista».

Crucigramverso

El mundo de los crucigramas, como toda afición con fans muy devotos, es en sí mismo un universo absurdamente complejo con un montón de componentes y elementos paralelos flotando a su alrededor. Para empezar, según el país existen variantes locales del divertimento. En Alemania idearon en el siglo XIX los crucigramas cifrados, un formato donde no hay pistas escritas sino números que se corresponden con letras en cada casilla. Porque en este caso la tarea del lector es descubrir qué letra está asociada cada cifra, para ensamblar el mural de palabras. O lo que es lo mismo: el crucigrama más germano y aburrido posible, aquel que en realidad está más cerca de la criptografía y de la máquina Enigma que de cualquier amago literario. En Francia, los crucigramas son más pequeños y sus cuadrículas no tienen diseños necesariamente simétricos, como ocurre con las versiones anglosajonas. En Japón, los crucigramas parecen más pequeños, pero no lo son tanto, porque en sus cuadraditos alojan sílabas al utilizar el katakana. El kanji, en cambio, no suele protagonizar crucigramas porque es un sindiós ensamblar un rompecabezas tirando de dichos sinogramas. Los japoneses también gozan de una variante matemática del crucigrama, el kakuro. Un entretenimiento con alma de calculadora que sustituye las definiciones por números, y donde el objetivo es rellenar las casillas con dígitos que sumen el valor indicado por las pistas, con la dificultad añadida de que no se permite repetir los mismos números en cada grupo.

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Izquierda: un crucigrama kakuro. Derecha: un crucigrama jolka.

Muchos países tienen varios modelos de crucigramas populares diferentes. En Finlandia, por ejemplo, destacan seis: el básico que luce estilo americano, el ilustrado con imágenes (el más popular por allí), el piilosana donde todas las soluciones son anagramas, el krypto que combina el crucigrama cifrado alemán con imágenes a modo de ayuda, el cifrado ciego que es igual que el anterior pero sin dibujitos, y el silábico donde cada casilla contiene una sílaba y las soluciones son oraciones completas. En Polonia los crucigramas se componen exclusivamente de nombres y existen variantes como la versión jolka, donde las pistas no están numeradas y hay que colocar cada palabra a la buena de dios. O la panorama, que adopta la forma de un crucigrama gigantesco, de una o dos páginas de largo, con las pistas incrustadas dentro de ciertas casillas, acompañadas de una pequeña flecha que señala dónde escribir la respuesta. Este último formato es conocido como arroword o crucigrama escandinavo, por haber sido creado en Suecia, y lo hemos visto de tanto en tanto por nuestras tierras.

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The sims 2. Imagen: EA.

Estos juguetes de palabras también ha producido su propio lore simpático. Como la aparición del crucigramense, o crucigramiano, que viene a ser el imposible idioma formado por las palabras más comunes en las soluciones de estos pasatiempos. Es decir, esa colección de vocablos poco utilizados en el lenguaje diario, pero muy socorridos al construir crucigramas porque ayudan a rellenar huecos o contienen letras necesarias y poco habituales. Entre algunas de las palabras más utilizadas en el crucigramense anglosajón figuran cosas como «apse» («ápside»),«Caín» y «Abel»,«html», «Apia» (capital de Samoa), «beso» (así en español), «ewok», «veni, vidi, vinci», «adagio», «tse tse» (por la mosca), «ahem» (la onomatopeya del ruido producido al aclarar la garganta), «Ajax», «Oslo», «herr» (señor en alemán), o una galleta que durante años ha sido un elemento muy recurrido en estos divertimentos: «Oreo». Por lo general, una regla básica para evaluar si un crucigrama puede considerarse un artefacto bien afinado es el hecho de que posea la menor cantidad de crucigramense posible. 

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Arma fatal. Imagen: Universal pictures.

En la cultura popular el crucigrama también se ha afianzado fuerte. En el juego Los Sims 2, invitar a los monigotes virtuales a matar las tardes enredándose con crucigramas incrementa sus habilidades de razonamiento lógico. En Arma fatal, la segunda entrega de la fabulosa trilogía Cornetto de Edgar Wright, un crucigrama se utilizaba como excusa para un gag simpático. Aunque lo más llamativo de aquella escena fue descubrir cómo hizo rabiar fuerte tanto al diario The Guardian como a los más quisquillosos usuarios de internet por culpa de las evidentes inexactitudes que poseía el crucigrama mostrado en pantalla durante un segundo y medio. En los cómics noventeros de Hellraiser, y más concretamente en la vigésima entrega de la serie, apareció una historia corta titulada «Wordsworth», firmada por Neil Gaiman e ilustrada por Dave McKean. En aquella pequeña fábula de horror, un hombre se veía obligado a realizar cosas terribles y sádicas para obtener las respuestas correctas con las que completar un crucigrama diabólico. En Brooklyn Nine-Nine, el personaje de Amy Santiago (Melissa Fumero) es una fan fatal de los enigmas de The New York Times. En las novelas de Mundodisco, lord Vetinari disfruta bastante de los crucigramas del periódico local, aunque desconfía del crucigramista al considerarlo una mente retorcida. Y en las viñetas de Calvin y Hobbes, el bueno de Calvin encontró el modo ideal de resolver todos los puzles con letras del mundo:

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¿El mejor crucigrama del mundo? 

Will Shortz podía alabar cuanto le apeteciera el crucigrama publicado en The New York Times el día de las elecciones de 1996. Pero lo cierto es que quizás aquel no era el mejor crucigrama del mundo, ni siquiera el más ingenioso tras observar las volteretas crípticas facturadas por los ingleses. 

Y quizás tampoco era el mejor crucigrama de Schrödinger ideado: el domingo seis de febrero de 2022, el crucigramista Stephen McCarthy ensambló para la edición dominguera de The New York Times, la de nivel de dificultad experto, un crucigrama en donde la setenta horizontal invitaba a concretar cuál era «La mejor de las dos franquicias de ciencia ficción». ¿La respuesta? Pues dependía de si uno era más de Yoda o de Spock: gracias a varias pistas adyacentes con soluciones dobles, en aquellas casillas encajaba tanto «Star Wars» como «Star Trek», sin contradecir el resto del puzle.

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9 Comentarios

  1. Grandísimo artículo!

  2. Nefelibata

    Locos y después itres (idos)
    Coges, ases, bebes, ocupas, recibes, contratas… –¿Todo de una vez? –Sí, apóstol incrédulo (tomas)
    Ringuna persona emita noticias al aire hertziano (radie)
    Son algunos ejemplos del ‘Crucigrama juguetón’, cuyo autor era Ma-Jo y aparecía en ‘Cacumen. Revista lúdica de cavilaciones’, publicada en España por Zugarto Ediciones entre 1983 y 1986. Incluía también el ‘Dalucio’, que era como un damero, solo que de agua dulce.
    Se puede descargar aquí
    https://ln4.sync.com/dl/08728dc80/8k25azv3-hh6nnibj-jxtrjiyg-s5cppcif

  3. Al margen de los anglos y sus movidas, el querido Fortuny de La Vanguardia me ha provocado más de «un hijo de p.!» al conseguir descifrar algunas de sus definiciones, eso sí, con una sonrisa en la boca.
    Para un cortito cómo yo toda una proeza.

    • Fortuny es el más grande. Yo he tenido apenas problemas para resolver los de Peko, Mambrino y Tarkus. A la hora de la sobremesa el de «El País» siempre ha caído. Un cuarto de hora es suficiente para ese crucigrama. Momento de café. Los de Fortuny implican otro nivel intelectual. Cuando te enfrentas a ellos tienes vas pensando en que al menos una hora te van a consumir. Una vez resueltos te parecen hasta obvios, pero la obviedad es un punto de llegada no de partida.

      • Ri'saad de Elsweyr

        Los de Tarkus los haces fácilmente, porque debe emplear software para hacerlos y retoca las definiciones. Mambrino fue el único capaz de competir con Jordi Fortuny. Partía de tres (a veces cuatro palabras) que atravesaban el crucigrama entero y que constituían un dolor de cabeza. Las «vigas». Hasta que no adivinabas una de esas vigas el crucigrama permanecía irresoluble. Eran como una clave criptográfica. «El país» sigue editando los crucigramas del malogrado Mambrino en la versión web. Pero, sí, Fortuny es el dominador indiscutible de la especialidad en lengua española.
        Fortuny es a Euler como Mambrino a Gauss y Peko a Riemann.

  4. A modo de ejemplo una definición de Fortuny, publicada en el crucigrama de hoy 27/02; «Papilla de sémola, muy corriente en la Europa Central (6)»

    • Solución mosela; papilla de sémola (se hace papilla la semola, o sea un anagrama) i corriente (sinónimo de corriente, un rio) de la Europa Central

  5. Solución mosela; papilla de sémola (se hace papilla la semola, o sea un anagrama) i corriente (sinónimo de corriente, un rio) de la Europa Central

  6. Pingback: Retorciendo palabras: los crucigramas más endemoniados de la historia (1) - Jot Down Cultural Magazine

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