Tom y Jerry es el resultado de un fracaso comercial que dio origen a uno de los mayores clásicos de la pequeña pantalla. En 1939 los estudios de la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) cancelaron la serie de cortos The Captain and the Kids y había que buscar una alternativa: el dibujante y guionista Joseph Barbera sugirió al director William Hanna trabajar en un corto protagonizado por un gato y un ratón: «Puss Gets the Boot», que se estrenaría en cines el 10 de febrero de 1940. Los protagonistas se llamaban entonces Jasper y Jinx, ya que el nombre de Tom y Jerry no aparece hasta el segundo corto, «The Midnight Snack», estrenado el 19 de julio de 1941, también en la gran pantalla. En esos primeros episodios el gato tiene un aspecto más realista, está dibujado con detalle, y suele moverse a cuatro patas a diferencia del ratón, que es claramente bípedo desde el primer fotograma.
Nacidos para el cine, Tom y Jerry se convirtieron en uno de los iconos más representativos de la pequeña pantalla desde su estreno en la cadena estadounidense CBS, el 25 de septiembre de 1965.
La persecución entre los dos antagonistas es el motor de la serie. El ratoncillo Jerry es astuto y hábil; el gato Tom personifica la frustración cuando le vemos con la boca abierta regodeándose ante la inminencia de un bocado del que sabemos que nunca disfrutará. En la batalla que libran los dos protagonistas todo vale: Tom usa hachas, martillos, armas, explosivos y veneno; Jerry es aún más radical y consigue cortar a Tom por la mitad, quemarle la cola con una plancha, electrocutarle o hacerle tragar un taco de billar hasta la cola.
Tom y Jerry se persiguen en una rivalidad interminable; pero en este enfrentamiento está también su razón de ser. Sin esta lucha no existirían. Se persiguen pero se necesitan, como si supieran que la existencia del uno sin el otro es imposible. No debe parecernos tan raro, pues, que les veamos posando en actitud amistosa en las carátulas de algunos de los primeros capítulos, cuando Tom y Jerry se muestran abiertamente sonrientes, ni que en otras ocasiones afloren sentimientos de amistad entre ellos o de preocupación del uno por el otro (en «Springtime for Thomas» y en «Jerry and the Lion», por ejemplo). En general, estos sentimientos aparecen cuando uno de los dos personajes está amenazado por un tercero: entonces, el otro protagonista sale en su ayuda como si fuera necesario mantener la disputa dentro de los límites de su propio mundo, sin interferencias.
La crueldad entre los dos protagonistas ha sido criticada, olvidando que se trata de una violencia cómica y exagerada, irreal de tan excesiva. Una violencia coherente con la exuberancia gestual que caracteriza la serie. Las escenas violentas resultan especialmente notables a partir de mediados de la década de 1940, cuando estos dibujos animados multiplican su dinamismo y expresividad por influencia de Tex Avery, uno los grandes animadores de la historia, que en 1942 se añadió a los estudios de la MGM.
De Tom y Jerry se ha criticado asimismo que dé una visión excesivamente amable y glamurosa del consumo de tabaco o que a través de la criada negra, Mammy Two Shoes, contribuya a difundir estereotipos raciales. Pero juzgar una obra de la década de 1940 con la óptica del siglo XXI resulta absurdo: mucho más útil sería utilizarla como ejemplo para explicar a los más pequeños de hoy cómo ha evolucionado la sociedad, cómo aquellas representaciones que antes eran normales resultan ahora desfasadas. Los dos personajes hablan poco pero en su ausencia, la música se encarga de reforzar la acción enfatizando las emociones y las intenciones de los personajes, subrayando los momentos de tensión, las aceleraciones y las pausas. Esta partitura es una original mezcla de jazz, música clásica y pop, obra del pianista y director de orquestra Scott Bradley, que a falta de diálogos hablado es capaz de crear diálogos musicales en los que se expresan las emociones de los protagonistas. En ocasiones, la música se apropia con naturalidad de elementos sonoros como ruidos o golpes; en otros casos, el ritmo de la música sigue el movimiento de los personajes cuando, por ejemplo, caminan de puntillas. La información musical y visual van de la mano, inseparables. Eso se explica en parte porque Bradley empezaba a trabajar en la banda sonora cuando el episodio estaba aún en fase de producción, de forma que aunque su música nacía para ajustarse al dibujo es lógico pensar que sus acordes también influyeran en la versión final de la animación.
Tras el cierre de los estudios de animación de la MGM en 1957, William Hanna y Joseph Barbera crearon Hanna-Barbera Productions ese mismo año. Bajo este nuevo sello aparecerían series tan populares como Los Picapiedra, El oso Yogui, Los Supersónicos o La Hormiga Atómica.
Cinco décadas después de su estreno en televisión, Tom y Jerry siguen plenamente activos por encima de modas y generaciones, persiguiéndose y seduciendo con sus aventuras. Sin descanso.
Amén hermano :) Yo lo tengo absolutamente todo sobre ellos. Fueron, Son y Serán un clásico :)
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