Stephen Hawking contra el casino online: ¿quién ganaría?

Decía Stephen Hawking que si la ruleta no fuera tan impredecible, los físicos podrían hacerse millonarios en los casinos. Él definía su movimiento giratorio como una elegante representación del caos determinista. O sea, que no puedes predecir dónde caerá la bola por mucho que sepas todas las características del mecanismo, de la bola, y hagas cálculos de probabilidad. Difícil discutírselo al físico más brillante después de Albert Einstein. Y sin embargo, hoy hace veinte años que un colega, también físico, le contradijo ganando más de un millón de libras en un casino de Londres. Este es un análisis de qué ocurrió, y una exploración sobre si sería posible hacer lo mismo, pero por internet. ¿Podríamos contradecir a Hawking en un casino online en vivo, como los de https://asesordecasinos.com/casino-en-vivo, teniendo en cuenta que no hablamos de máquinas físicas, sino matemáticas?

Consideremos primero lo que ocurrió hace veinte años. Niko Tosa ganó varias noches seguidas más de en un casino de Londres, acumulando premios por 1,5 M de libras, hasta que fue detenido por Scotland Yard. Sospechaban que estaba haciendo trampas. Pero el hombre, que se presentó como físico, explicó con toda tranquilidad que era capaz de predecir la mayor probabilidad del resultado de la ruleta observándola funcionar. Contradiciendo a Hawking, vaya. La policía le puso en libertad sin cargos, y él ha seguido viajando por el mundo desplumando casinos. En destinos cada vez más lejanos, porque van vetándole en aquellos en los que gana. Ni es físico, ni la identidad bajo la que viajó aquella vez era real. Un periodista de investigación logró localizarle años después en un remoto pueblo croata cercano a Dubrovnik. Se presentó como campesino, insistiendo en que sí, que era capaz de predecir dónde cae la bola de la ruleta. Pero su explicación detallada daba la razón a Stephen Hawking.

Tosa había observado lo mismo que la familia de Los Pelayos, años después que ellos. Que algunas ruletas físicas se deforman ligeramente con el tiempo, haciendo que sea más probable que la bola caiga en algunos números. Pero mientras aquel grupo familiar necesitaba muchos días de observación y juego para equilibrar sus ganancias, el croata era capaz de detectar la deformación en unos minutos. No es que usara ningún método especial, según los físicos que analizaron el asunto, simplemente había nacido con unas capacidades poco comunes en la mayoría de humanos. Tampoco ponía en cuestión el caos determinista, porque Hawking se refería a una ruleta no deformada, donde sí es impredecible el resultado. El desgaste es casi equivalente a un trucaje, pero hecho por el uso.

Imaginemos por un momento que tenemos la capacidad de Tosa y queremos aplicarla a un casino online. En este caso nos podríamos ayudar de un gran amigo de Hawking, especializado en matemáticas, Roger Penrose. Él ha aplicado los principios de la mecánica cuántica para teorizar que mente y cerebro son dos cosas distintas. Llegando a la conclusión que el mecanismo de las máquinas de computación, por sus principios físicos de funcionamiento, nunca alcanzarán la consciencia de sí mismas. La inteligencia artificial no se convertirá en Terminator, para expresarlo en términos de cine. Bien, entonces vayamos a jugar con nuestra capacidad humana para forrarnos. Pero antes entendamos cuál es el mecanismo de la ruleta en un casino online.

Detrás de cualquiera de estos casinos está el algoritmo generador de número aleatorios, o RNG. Entender cómo funciona responde a la pregunta de si es predecible o no. Este es el santo grial más buscado por los jugadores, a juzgar por los foros especializados donde comparten información. Y posiblemente encontrarlo sea tan difícil como emular las hazañas de Indiana Jones, edad de Harrison Ford aparte. El RNG funciona generando una serie de números aleatorios que se traducen en las figuras de la máquina de slot, las cartas del blackjack, el resultado de la ruleta, o cualquier otro resultado numérico o gráfico. En los casinos online en vivo se recrea la sala real con elaborados gráficos, animaciones 3D, y sonidos.

Un algoritmo RNG se vincula a un valor real impredecible para generar números aleatorios. Por ejemplo, las tres temperaturas medidas en el centro de Barcelona, Madrid y Sevilla a la misma hora del día. Son tres números impredecibles, si los usamos para generar otros nunca encontraremos el patrón, porque no lo hay. En cierto sentido, es un caos determinista. Pero hacerlo así sería demasiado lento para la dinámica de un juego online, por lo que los casinos usan los números pseudoaleatorios. Para generar el resultado del juego emplean un valor semilla. Y si conocieras cuál ese ese valor semilla podrías encontrar los principios matemáticos del algoritmo, y predecir el resultado. Qué capacidades necesitaría un tipo equivalente al Niko Tesa para hacer eso online.

Primero, una mente capaz de ganar el Premio Abel (equivalente al Nobel de matemáticas). Con una capacidad de cálculo mental equivalente a una supercomputadora. Y cuya concentración no bajara de intensidad ni un segundo durante varios días. No es descartable que pueda existir una persona como el Raymond Babbitt que reflejaba la película Rain Man, pero encontrarlo sería muy raro. Si existiera, podríamos sustituir su capacidad de cálculo por un ordenador potente a su disposición, y ayudarle en su concentración con un equipo de personas. ¿Ganaría así?

Lo cierto es que no. El valor semilla es también aleatorio, y está ligado a series estadísticas de datos como la mencionada, el valor de las tres temperaturas de las ciudades en un momento concreto. Son igualmente caóticos, impredecibles e imposibles de averiguar. El método más práctico de hacerlo sería acceder a los servidores más secretos, protegidos y encriptados de QuantumCTek Co., ID Quantique, o Zhejiang Quantum Technologies. Una hazaña aún más difícil que llevar a cabo uno de los atracos de La Casa de Papel. Estas tres empresas que no nos sonarán de nada son los tres actores más importantes en la encriptación informática de datos. Y responsables de que podamos hacer transferencias, pagos y operar con nuestro dinero de forma segura. También trabajan generando algoritmos RNG para los casinos online. La única posibilidad real de hackearlos sería un ordenador cuántico, que aún no existe, y un algoritmo de desencriptación, también cuántico.

Y porqué no atacar directamente al casino y robarle su algoritmo. Pura y simplemente, porque no lo tiene. A diferencia de la ruleta física, no pueden ejercer ningún control sobre él. De hecho esto garantiza que el resultado del juego esté sometido al puro azar, y tenga todas las garantías, por tanto, para el jugador. Siempre que hablemos de países con mercados del juego regulados como el nuestro. Aquí la Dirección General de Ordenación del Juego vigila tanto que la máquina de ruleta o la tragaperras física no esté trucada como que no hay engaño en los algoritmos y tecnologías implantadas por los casinos online. Solo te pueden engañar en webs de estafas con casinos radicados en lugares del mundo poco fiables cibernéticamente hablando. Y habría que ser un poco ingenuo para jugar ahí, en lugar de en los sitios listados, oficiales y con garantía. 

Ni Hawking ganaría al casino online. Y Penrose tampoco. Ni ningún superhumano con capacidades especiales. Ganar o perder depende totalmente del caos determinista. Es la ruleta perfecta, y no se desgasta con el tiempo. Lo que podría dejarnos con la duda de cómo ganan dinero entonces los casinos. Ahí sí que nos responde la matemática, sin ninguna duda. El jugador online está dispuesto a arriesgar una cantidad de dinero a cambio de la emoción y la posibilidad de ganar un premio. El casino está dispuesto a arriesgar una cantidad de dinero a cambio de la posibilidad de que sus jugadores tengan más pérdidas que ganancias. Si fueran solo dos, ambos correrían el mismo riesgo. Y el primero que perdiera se quedaría sin dinero. Pero cuando el casino es solo uno, y tiene miles de jugadores, la balanza se inclina hacia su lado. Ahí la probabilidad de acertar, para el jugador, es como la lotería. Incluso si juegas mucho solo te tocará alguna vez.