Desde septiembre de 2022 y a lo largo del año 2023 se han realizado una gran cantidad de exposiciones y actividades dedicadas a Pablo Picasso, en conmemoración del 50 aniversario de su muerte, organizadas principalmente en España, Francia y Estados Unidos. Estas exposiciones abarcan distintos aspectos de la obra de Picasso, incluyendo su rol como escultor y sus colaboraciones con otros artistas y diseñadores como Gabrielle Chanel. Se destacaron por explorar facetas menos conocidas del pintor malagueño, llevando su arte a una audiencia global y reafirmando su posición como una figura clave en el desarrollo del arte moderno y contemporáneo.
A pesar de haber sido un año intenso en torno a la figura de este gran maestro del arte, que suele ser considerado el artista más influyente del siglo XX, es posible que algún admirador de su obra no haya podido disfrutar de las celebraciones del año pasado. En 2024, la exposición El eco de Picasso en el Museo Picasso Málaga ofrece una oportunidad única para explorar la influencia de Pablo Picasso en el arte contemporáneo, en su ciudad natal, hasta el 31 de marzo. Esta muestra, curada por Éric Troncy, incluye obras de más de cincuenta artistas, entre ellos Willem de Kooning, Jean-Michel Basquiat, Louise Bourgeois y Jeff Koons, algunos en diálogo directo con piezas de Picasso y otros como un eco de su obra.
La exposición se divide en dos secciones: la primera muestra piezas de Picasso junto a artistas que reconocieron su influencia, como Francis Bacon, Martin Kippenberger y Maria Lassnig. La segunda sección presenta a artistas contemporáneos como Claire Tabouret y Rashid Johnson. La muestra destaca la variedad de estilos de Picasso y su influencia en el arte del siglo XX, que se extiende hasta el siglo XXI. Más que un catálogo exhaustivo, la exposición ofrece un viaje onírico a través de los ecos del trabajo de Picasso, experimentados por distintas épocas, estilos y generaciones. Éric Troncy pone de manifiesto, a través de su comisariado, que cada época encuentra nuevos motivos para reflexionar sobre el legado de Picasso y que, por lo tanto, el eco del artista es una «ventana emergente» que se abre al contemplar obras de arte contemporáneo.
El catedrático de Historia del Arte, Michael Fitzgerald, quien curó la exposición Post-Picasso. Reacciones contemporáneas en el Museu Picasso de Barcelona en 2014, cuestiona si realmente se puede hablar de una influencia directa o es más bien una cuestión de decisiones y respuestas individuales de los artistas actuales frente a su obra. En su artículo «Reflexiones sobre el vínculo de algunos artistas contemporáneos con la obra de Picasso» discute la idea de que los artistas contemporáneos no son simplemente receptores pasivos de la influencia de Picasso, sino que toman decisiones activas. Además, sugiere que después de cincuenta años de la muerte de Picasso, el término «eco» podría ser más adecuado para describir la relación entre Picasso y los artistas contemporáneos, enfatizando la recepción activa y la reinterpretación de su trabajo más que una influencia directa.
Tres obras destacadas
Para un curador, las obras seleccionadas para una exposición son escogidas según criterios que abarcan desde la relevancia histórica hasta el impacto estético y conceptual, pasando por la capacidad de diálogo con otras piezas y con los temas de la exposición. Se buscan piezas emblemáticas que encapsulen los rasgos distintivos de su estilo y época, permitiendo a los visitantes una comprensión profunda de su importancia cultural y artística. En definitiva, la selección de obras para una exposición es un proceso meticuloso y reflexivo que busca ofrecer una narrativa coherente y envolvente al espectador. Sin embargo, para el visitante, el impacto estético es fundamental. Las obras que presentan una composición llamativa, colores vivos, dimensiones impresionantes o técnicas inusuales suelen atraer la mirada. La estética visual inmediata puede ser un poderoso imán para los visitantes, independientemente de su trasfondo o interés en el arte.
Aunque en El eco de Picasso hay un gran número de obras que llaman la atención, algunas, y por diferentes motivos, dejan al visitante completamente ensimismado con la belleza de las mismas. He seleccionado, de forma completamente subjetiva y con el único criterio del impacto estético y conceptual que me han producido, tres de los cuadros que más me han llamado la atención a modo de estímulo para visitar el museo. Estas tres obras son Sleeping Dancer 3 de Farah Atassi, Fiore de Brian Calvin y Masacre en Corea del propio Picasso, que además ilustran este texto.
Sleeping Dancer 3 de Farah Atassi
Farah Atassi es una pintora de Bélgica nacida en 1981. Lleva alrededor de una década creando obras con un lenguaje pictórico que parece hacer referencia al cubismo neoclásico que Picasso exploró a finales de los años 1910. En su arte, se puede observar la influencia de Picasso, así como de Fernand Léger y Philip Guston, especialmente en el dibujo de pies, ojos y cabello de sus figuras. Atassi señala que algunos pies de sus personajes son variaciones de elementos picassianos, pero aclara que estas referencias no buscan ser guiños obvios para un observador habitual, sino que son elementos precisos de su propio lenguaje pictórico. Este lenguaje, según Atassi, debe ser visto como algo universal y atemporal. En El eco de Picasso podemos disfrutar de tres obras de Atassi: Sleeping Dancer 3, Woman Doing her Hair y Personnage assis.
Evidentemente no soy la única que admira a Picasso. Sus modelos, sus esposas y sus amantes también estaban influidas por el deseo que sentía por ellas. Por mi parte, intento pintar modelos como objetos sin la vertiente libidinosa. Intento que las figuras se hagan realidad, pero sin pathos. La materia, no obstante, es dinámica: acepta su propio pentimento, a veces su grueso impasto. La materia pictórica estimula la emoción.
Farah Atassi entrevistada por Éric Troncy, 2020 (extraído del catálogo de la exposición).
Fiore de Brian Calvin
Brian Calvin es un artista estadounidense que nació en 1969 y cuya obra se ha desarrollado principalmente en la figuración no narrativa. Al igual que Picasso, Calvin da un lugar preponderante a los retratos femeninos en su trabajo. A partir de 2020, Calvin adopta una aproximación al cubismo sintético de Picasso, pero desde una perspectiva opuesta, buscando incluir más elementos como tiempo, espacio, color, textura, motivos y ornamentación. Calvin descompone los rostros en formas básicas y los rellena hasta el límite, explorando cada parte del rostro como una oportunidad de abstracción y encontrando soluciones similares a las que artistas como Picasso y Guston experimentaron en su tiempo. En El eco de Picasso podemos ver dos obras de Brian Calvin: Fiore y Solar Flare.
En 2003 viví varios meses en Francia y fui a menudo al Museo Picasso. Después de las primeras visitas, me sentí liberado para poder pasar tiempo exclusivamente con uno o dos cuadros, en concreto La flauta de Pan (1923) y El acróbata (1930). Aquellas horas dedicadas sencillamente a contemplar; al fin me permitieron experimentar de un modo nuevo al Picasso pintor. Cada vez que creo un cuadro entro en un mundo, un mundo al que solo puedo acceder a través de la pintura. Muchos artistas modernos y contemporáneos trabajan dentro de su propio mundo inventado. Con su incansable y fecunda producción, Picasso cambió el vocabulario visual y, con ello, nuestro mundo.
Brian Calvin, 2023 (extraído del catálogo de la exposición).
Masacre en Corea de Pablo Picasso
Masacre en Corea es una pintura expresionista realizada por Pablo Picasso en 1951 que representa la masacre de Sinchon de 1950 durante la Guerra de Corea. Se trata de un asesinato en masa de civiles norcoreanos comunistas y simpatizantes en Sinchon, Corea del Norte, por parte del ejército estadounidense. La obra sirve como una crítica a la intervención de los Estados Unidos en la Guerra de Corea y fue considerada propaganda comunista por parte de Estados Unidos durante la Guerra Fría. Picasso no se centra en un evento específico de la guerra sino que presenta a los personajes de una manera universal. La pintura fue expuesta por primera vez en El Salón Oficial de 1951 y es vista como la primera obra de arte explícitamente antiestadounidense. Para crearla, Picasso se inspiró en El tres de mayo (1814) de Francisco Goya, y La ejecución de Maximiliano (1867) de Édouard Manet, cuya composición reproduce de manera casi idéntica Picasso, nos remiten a la universalidad de la tragedia bélica y a su sufrimiento inevitable por parte del último culpable; la población civil.
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