Los refranes en el cine
Carlos Saura decidió titular su mítica película del 76 con el refrán truncado Cría cuervos (y te sacarán los ojos). La película obtuvo numerosos premios y reconocimiento internacional. Sin ir más lejos, ganó el César en Cannes de 1976, empatando con una película del francés Éric Rohmer, La Marquise d’Ô. El refrán no es dicho por ninguno de los personajes de la película de Saura. Sin embargo, es el telón de fondo de todo el filme. Ana, la niña protagonista de ocho años, intenta matar a sus familiares hasta en tres ocasiones. Con lo que cree ser veneno, piensa que ha asesinado a su padre. Veinte años más tarde, la niña, ya representada por la adulta Géraldine Chaplin, confiesa que quería matar a su padre por «ser el culpable de la enfermedad y muerte de mi madre». El padre ha muerto en realidad por una noche demasiado fogosa con su amante y seguramente un corazón débil. La pequeña Ana, huérfana de padre y madre, cuida de su abuela y la pasea en silla de ruedas en el palacete madrileño donde viven. Viéndola triste y sin poder comunicarse, Ana propone a su abuela ayudarla a morir. Y recurrirá de nuevo a lo que cree ser veneno y que no es más que perborato sódico. Finalmente, oprimida por su tía Paulina, Ana desea su muerte: «Que se muera, quiero que se muera», dirá mirando fijamente a la cámara con sus grandes ojos negros. Le preparará un vaso de leche con unas cucharaditas del supuesto veneno. La decepción de la niña es grande, al ver a su tía en plena forma a la mañana siguiente.
La opresión de las mujeres y en particular de la niña Ana en la película de Saura está condensada en el refrán «cría cuervos y te sacarán los ojos». Podría ser una frase enunciada por uno de los militares presentes en la película, viendo los intentos de asesinato de la pequeña Ana. O la podría decir la tía Paulina, quien se encarga de las tres niñas huérfanas, encerrada en su cárcel de pladur. Al parecer, el título lo puso Saura casi en un acto de venganza contra el franquismo. La investigadora Natalia Ardanaz1 explica, en un artículo sobre la representación del mundo femenino en la película de Saura, que el refrán fue censurado en la obra anterior del cineasta aragonés. En La prima Angélica, de 1975, la película terminaba con el padre de Angélica, falangista, diciendo «cría cuervos y te sacarán los ojos». El refrán hacía alusión a la rebelión de los hijos frente a la educación recibida. En Cría cuervos, refleja la influencia del franquismo en una familia madrileña aburguesada. Es curioso ver que el título de la película no fue traducido en Francia y se dejó tal cual, «Cría cuervos».
El proverbio es tan conocido por nuestra sociedad, ya sea la actual como la de finales del siglo XX, que es muy común encontrarlo truncado. En otras palabras, solo aparece la primera parte. El que recibe el proverbio probablemente sepa cómo sigue: «y te sacarán los ojos». Saura no es el único que se sirve de la sabiduría popular en sus películas. Empató con Rohmer en Cannes. Unos años más tarde, el cineasta francés saca una serie de seis películas bajo el título Comédies et proverbes. Cada una de ellas consiste en la ilustración de un proverbio o de una cita literaria. Una de las películas de la serie se titula L’amie de mon amie (La amiga de mi amiga). El título puede completarse con «est mon amie» (La amiga de mi amiga es mi amiga). Rohmer, al titular su serie Comédies et proverbes, alude a las moralejas que se desprenden de todo buen refrán o de toda fábula. Más recientemente, en el 2001, salió a taquilla Le fabuleux destin d’Amélie Poulain. Aquí, vemos un París idealizado donde los proverbios desempeñan también un papel importante. La amiga de Amélie decide someter al pretendiente de esta, el guapo Mathieu Kassovitz, a una pequeña entrevista. Así, comprobará si es lo suficientemente bueno para su amiga Amélie. Subiendo las escaleras que conducen al turístico Montmartre, le examina sobre su conocimiento proverbial. Le propone varios refranes truncados y Mathieu, en el papel de Nino Quincampoix, tendrá que terminarlos. Si aprueba, entonces será un buen candidato para Amélie. « Dans ma famille on dit que quelqu’un qui connaît bien les proverbes ne peut pas être complètement mauvais». La amiga celestina le dice que alguien que conoce bien los proverbios no puede ser del todo malo, según su familia.
Los comienzos de cría cuervos…
Juan de Mal Lara en 1568 explica una fábula según la cual un criador de cuervos había alimentado y cuidado a un cuervecito. Cuando este crece, lo tiene en su mano para darle de comer. El animal, al ver el brillo en los ojos de su amo, le da un picotazo en uno de ellos y se lo arranca. Según Juan de Mal Lara, la crueldad natural no se pierde por los buenos cuidados. José María Iribarren, en su conocido El porqué de los dichos, narra una anécdota similar que provendría del condestable de Castilla Álvaro de Luna, allá por el siglo XV. Iribarren sin embargo dice que el refrán no aparece en Hernán Núñez. Sí está recogido en Hernán Núñez, bajo la forma Cria corvo y sacarte ha el ojo, en singular. De hecho, la primera vez que se consigna en los diccionarios o manuscritos es en 1350: Cría cuerbo que te saque el uellyo, (Romacea proverbiorum). El refrán es enunciado durante la Edad Media y hasta principios del siglo XX en singular. Diego García de Castro, en el libro titulado Seniloquium, ejemplifica en 1480 varias situaciones con el dicho proverbio. Muy de moda en la época, critica a los judíos frente a los cristianos, tachándolos de desagradecidos mediante el refrán.
De la ingratitud
La ingratitud de los hijos hacia sus padres, al igual que el propio refrán, ha perdurado a lo largo de los siglos. ¿Cuántas películas y series actuales relatan estas conflictivas relaciones? La serie americana Succession no es más que el reflejo del refrán en el mundo de los magnates. Unos hijos mimados y despiadados le acaban sacando los ojos a su padre. El refrán tiene también su lugar de predilección en la literatura. Ya en el siglo XVI, se alude al proverbio avícola en Los Coloquios de Palatino y Pinciano, un diálogo renacentista de Juan de Arce de Otálora:
PINCIANO Todavía es camino más llano y seguro el que yo digo, y tiene otro provecho: que comenzando a leer Instituta con oyentes nuevos y bisoños es como criar pollos y plantar pimpollos, que cuando crecidos vengan a ser los gallos y los finos amigos y apasionados. Que aunque algunos se crían como cuervos, para sacar los ojos, lo ordinario es salir aficionados a los primeros precebtores, que son los primeros amores.
Benito Pérez Galdós lo emplea hasta cuatro veces en sus novelas. En Fortunata y Jacinta, el tío de Fortunata, Izquierdo, un personaje procedente de las clases más humildes, se queja de la República. Esta no le ha tenido en cuenta, ¡con lo que él ha hecho por ella! Es curioso ver cómo Pérez Galdós decide poner en boca de un hombre del pueblo la alusión al refrán. Su manera de hablar refleja un lenguaje popular. Además, entendemos que se trata de un refrán muy corriente en la época, pues a Izquierdo le basta con citar la primera parte:
¡Re-hostia con la Repóblica…! ¡Vaya una porquería! (…) No colocarme a mí, a mí, que soy el endivido que más bregó por la Repóblica en esta judía tierra… Es la que se dice: cría cuervos… ¡Ah! Señor de Martos, señor de Figueras, señor de Pi… a cuenta que ahora no conocen a este probete de Izquierdo, porque lo ven maltrajeao… pero antes, cuando Izquierdo tenía por sí las afloencias de la Inclusa y cuando Bicerra le venía a ver pal cuento de echarnos a la calle, entonces… ¡Hostia! Hamos venido a menos.
Benito Pérez Galdós (1887), Fortunata y Jacinta, (Corde).
Max Aub refleja el habla popular de principios del siglo XX mediante una variante del refrán. En La calle de Valverde, una mujer se siente insultada por el mote «Aproximación». Ataca mediante el proverbio al joven que así la ha llamado:
—¡Grandísimo desvergonzado! ¿qué te has creído? ¡Habráse visto! ¡Cría cuervos y te sacarán las entrañas! ¿Te das cuenta de que podría ser tu madre? ¡Cómo está la juventud! ¡No me extraña que España esté como está! ¡A matar moros, joven!
Max Aub (1961), La calle de Valverde, (Corde).
Menchu, la mujer de Mario en Cinco horas con Mario tampoco se queda corta. Arremete contra sus hijos que no han derramado una lágrima por la muerte de su padre.
Pero los hijos no dan más que disgustos desde que se abren paso, desgarrándola a una, vientre abajo; cría cuervos. Ya ves Mario, ni una lágrima.
Miguel Delibes (1966), Cinco horas con Mario, (Corde).
Resulta curioso cómo, desde siempre, sentimos que se nos debe. Parece que no sea posible cuidar, formar o educar sin un interés subyacente. Padres que esperan gratitud, amantes despechadas, cristianos frente a judíos y también, cómo no, políticos que sienten que sus acólitos vuelan del nido.
No son pocos los artículos y tuits que califican la relación de Pablo Iglesias (Podemos) y Yolanda Díaz (Sumar) mediante nuestro proverbio.
Los podemitas que quedan —es decir, el prejubilado Iglesias Turrión, Lady Galapagar y sus cuatro amigas pasadas de rosca— se dan cuentan de que han caído como panolis en aquello de «cría cuervos…»2. Así que se debaten entre vincularse al invento yolandiano de Sumar, que se pone de largo este domingo, o intentarlo todavía por su cuenta so pena de castañazo.
«Las cuatro traiciones de Yolanda Díaz», Eldebate.com
Los que quieren que Feijóo no llegue a La Moncloa han entronizado a Yolanda Díaz y enterrado a Pablo Iglesias. Esa es la apariencia al menos. Porque todavía falta mucho partido por delante. Sin duda, el ‘yolandismo’ es una fresa dulce comparado con el bronco ‘pablismo’. Sánchez está encantado con ver surgir a su nuevo delfín sobre las cenizas de su antiguo vicepresidente. Otra muesca en su revólver, pensará. Cría cuervos que te sacarán los ojos3.
«Beaumont, La Feliz Yolanda», ESdiario.com.
Si el refrán Cría cuervos… fue censurado allá por los años 70 del pasado siglo, está claro que no es por su lado folklórico, sino porque es un arma arrojadiza que ataca hasta a los políticos más duros de pelar.
Notas
(1) Ardanaz Natalia (2004), «Cría Cuervos, la representación del universo femenino en una película de la transición», La historia a través del cine: transición y consolidación democrática en España / coord. por Rafael Ruzafa Ortega, págs. 129-166
(2) y (3) Soy responsable de la cursiva.