Ray Bradbury y Charles Beaumont eran muy amigos y tenían, el uno por el otro, una mutua admiración profesional. Se conocieron cuando Beaumont, entonces un joven de 16 años, abordó a Bradbury en la librería Fowler Brothers de Los Ángeles en 1946. Compartían intereses comunes como los cómics y la literatura de fantasía y ciencia ficción, lo que rápidamente los llevó a tener complicidades y una gran conexión. Su amistad se fortaleció a través de sus intereses compartidos y colaboraciones literarias. Beaumont y Bradbury compartían un amor por contar historias y explorar ideas creativas, lo que derivaba en largas discusiones y sesiones de intercambio de ideas entre ellos. Esta relación colaborativa fue beneficiosa para ambos, ayudándoles a crecer y evolucionar como escritores.
Bradbury era un admirador del trabajo de Beaumont, elogiando su habilidad para crear historias impactantes y memorables basadas en ideas y fantasías. En su escrito Recordando a Beaumont, Bradbury expresa un gran respeto y admiración por el talento y la originalidad de Beaumont como escritor. También señala cómo Beaumont influyó en otros escritores jóvenes y contribuyó significativamente al campo de la fantasía y la ciencia ficción. La muerte prematura de Beaumont fue un golpe duro para Bradbury, quien sintió profundamente su pérdida. En sus escritos sobre Beaumont, Bradbury refleja no solo el respeto profesional sino también un afecto personal genuino, mostrando cuán significativa fue su amistad en su vida y carrera.
Por suerte, para los amantes del género fantástico y especulativo, El Paseo Editorial acaba de publicar Tal vez soñar y otras historias de la dimensión desconocida una antología de los relatos de Charles Beaumont meticulosamente seleccionada que revela la versatilidad y profundidad de este maestro poco conocido de la ciencia ficción y la fantasía que, naturalmente, incluye el prólogo del autor de Crónicas marcianas. Los relatos que se incluyen en esta colección destacan no solo por su narrativa cautivadora, sino también por cómo Beaumont juega con las emociones del lector, sumergiéndolo en mundos alternativos y confrontándolo con las inquietudes más profundas de la existencia humana. Cada historia es una invitación a reflexionar sobre la naturaleza de la realidad, los límites del conocimiento humano y las posibilidades infinitas del universo.
Una de las joyas de esta antología es la inclusión de los cuentos que Beaumont adaptó para «The Twilight Zone», la icónica serie de televisión que redefinió el género de la ciencia ficción. Estos episodios, bajo la pluma original de Beaumont, nos muestran un enfoque más crudo y personal, dejando en evidencia el talento de Beaumont para explorar el lado oscuro de la psique humana y su capacidad para transformar lo cotidiano en algo inquietantemente extraño.
La traducción al castellano, estupendamente realizada por Óscar Mariscal logra capturar la esencia de la prosa de Beaumont, permitiendo a los lectores de habla hispana sumergirse plenamente en estos mundos tan ricos y complejos. La introducción y las notas a pie de página brindan un contexto valioso, situando a Beaumont en el panorama más amplio de la literatura de ciencia ficción y destacando su influencia y legado.
El libro cuenta con un epílogo realizado por William Shatner, conocido por el icónico papel del capitán James T. Kirk en la serie televisiva y cinematográfica Star Trek, quien trabajó con Beaumont en El intruso. En un emotivo texto, Shatner destaca tanto la personalidad como la carrera profesional de Beaumont. El actor describe a Beaumont como un hombre delgado, con ojos brillantes, cabello rizado, y dedos largos y delgados, perfectos para un novelista. Recuerda cómo Roger Corman le envió una novela de Beaumont, El Intruso, para convencer al actor de que interpretara el papel principal en su adaptación cinematográfica. Esta experiencia llevó a Shatner y Beaumont al sur profundo de Estados Unidos durante un período tumultuoso de integración racial, un contexto que influía en la trama de la película.
Shatner relata la tensión y el peligro que enfrentaron durante el rodaje, en un ambiente hostil y cargado de racismo. A pesar de estas circunstancias difíciles, la experiencia unió a Shatner, Beaumont y el equipo. Tras la filmación, ambos cultivaron una gran amistad y solían reunirse para almorzar en Los Ángeles. Shatner observó un deterioro notable en la salud de Beaumont, que envejecía rápidamente en un lapso de seis meses, un cambio que él describe como propio de una historia de ciencia ficción. Finalmente, Shatner se enteró de la muerte prematura de Beaumont, quien falleció de una enfermedad extraña que causó un envejecimiento acelerado.
Tal vez soñar y otras historias de la dimensión desconocida es una lectura esencial para cualquier aficionado a la ciencia ficción y la fantasía, así como para aquellos que buscan aventurarse en los rincones más oscuros y misteriosos de la mente humana. Esta antología es un testimonio de la genialidad de Charles Beaumont y una celebración de su inigualable contribución al mundo de las letras.
