Lugares íntimos donde disfrutar de la música como en una sala de conciertos, con una experiencia personal que además se amplía a la gastronomía y la música. No es, desde luego, la asociación habitual de ideas con un festival de música, especialmente si es de los grandes, y, por tanto, masificados. Frente a ellos han surgido los festivales boutique, destinados a un público más selecto, que no solo quiere disfrutar de la música de sus artistas favoritos, sino de la compañía, la comida y bebida, y la fiesta que sigue tras el final. Entre los más destacados de nuestro país está el Starlite, primer festival boutique de Europa y situado, según Forbes, entre los primeros del mundo. Surgido como una experiencia bajo las estrellas en la cantera de Nagüeles en Marbella, estas navidades llega a la capital en su versión Starlite Madrid con una apertura de cartel excepcional, la de Rod Stewart, que tocará el 14 de diciembre en IFEMA MADRID.
El espacio destinado al festival, el Pabellón 12 de IFEMA MADRID, ha sido elegido para acompañar la música con la tecnología puntera que caracteriza los festivales Starlite, y que hasta ahora solo había podido disfrutarse en lugares como el Beacon Theatre de Nueva York, o en el Madison Square Garden de Las Vegas. Si por el número de altavoces y canales de amplificación el sonido ya es único, el espectáculo de las pantallas de alta definición y wearables para asistentes consigue que las canciones de los artistas se escuchen con toda la calidad y rotundidad de su genio. Llevando la música en directo a un nivel completamente nuevo, algo especialmente importante en un cartel como el que caracteriza su edición navideña. Protagonizado por músicos veteranos cuyas actuaciones en directo siempre son inolvidables, lo mismo por las canciones que por la puesta en escena.
A Rod Stewart, el 14 de diciembre, le sigue un cartel muy destacado, precisamente porque cada vez son más los músicos que confían y demandan las características del Starlite. El viernes 15 actuará Sting, con un concierto especial de My Songs, su último tour mundial, considerada una «clase magistral de un artista con enorme talento y un repertorio que es puro oro», según The Times. El sábado 16, Ricky Martin con su concierto sinfónico, que no solo es un homenaje a su carrera a ritmo de orquesta, sino la oportunidad de volver a escuchar, en un formato único, las canciones que marcaron un antes y un después en la música latina. El domingo 17 Manuel Turizo seguirá mostrando las incursiones que está haciendo en nuevos géneros, como la bachata y la electrónica, y esa espectacular puesta en escena que está impresionando con su gira a regiones de todo el planeta. El martes 19 se reanuda el festival con la actuación del mexicano Carlos Riviera dentro de su gira 2023 Un tour a todas partes, en cuyos conciertos suelen sonar muchos de los grandes éxitos de su trayectoria, como Que lo Nuestro Se Quede Nuestro, ¿Cómo Pagarte? o Me Muero. Lleva diez años conectando con el corazón de las fans españolas, y todo parece indicar que seguirá así mucho tiempo más. Cerrará el festival el miércoles 20, el colombiano Sebastián Yatra, un regreso muy esperado a nuestro país tras el absoluto éxito de su tour Dharma del pasado año. Y que vendrá precedido por la presentación de los Grammy latinos, celebrados por primera vez fuera de EE.UU., el mes de noviembre en Sevilla.
Conciertos en un formato casi íntimo, con estrellas que a menudo solo pueden disfrutarse en los grandes estadios. La seña de identidad de este festival es la cercanía del público con los artistas, como ha repetido a menudo Sandra García-San Juán, presidenta y fundadora de Starlite, y en las navidades madrileñas eso no será distinto. Además estos seis conciertos no acaban cuando termina la actuación de cada estrella, ni se limitan a ella. Tras el final les sigue un «after party», conducido en esta ocasión por el DJ Juan Magán para bailar y celebrar toda la noche, hasta el amanecer. Esta es otra de las características de Starlite, proporcionar una experiencia completa que no se limita tampoco a la música. Su zona gastronómica cuenta con una oferta exclusiva y variada, desde sabores tradicionales navideños a las creaciones más modernas. Abierta todos los días, con el añadido del restaurante Ánima, toda la tradición culinaria del mejor y más auténtico México. Que además puede disfrutarse con anticipación, desde la apertura de puertas a las 20:00 horas, ya que los conciertos dan comienzo a las 22:00 horas.
La característica de los festivales boutique es también adaptar su oferta a la mayor exigencia de un público más restringido y selecto. Además de la Starlite Experiencia, con acceso a todas las zonas del recinto, y a los shows y performances en todas las áreas, existe la opción de comprar palcos VIP. Para ocho personas ampliable a diez, ubicación privilegiada, cena exclusiva, y servicio personalizado de camareros y azafatos.
Que Starlite se desplace a Madrid es una singularidad, pero también un anhelo cumplido. Su directora llevaba tiempo persiguiéndolo, pero ha tardado en encontrar un espacio que cubriera todas sus expectativas y exigencias. IFEMA MADRID, ahora convertido en uno de los principales focos culturales y de ocio de la capital, y también sede de varios festivales de música, no es solo un referente, sino un recinto con las condiciones apropiadas para la experiencia asociada a este festival boutique.
Ya lo dije con los artículos patrocinados de Málaga (las decenas) que me defendisteis vehemente como que estaban sacados de la nueva JotDown Places y que el primer especial estaba dedicado a Málaga y que de ahí tanto artículo vendiendo las virtudes de la región. Como si eso cambiase el hecho de que los artículos patrocinados DEBEN ESTAR MARCADOS COMO TAL, por que si no, son publicidad encubierta.
Y este es una desfachatez, porque no hay argumento pueril que podáis esgrimir para explicar con circunloquios por qué no está marcado como patrocinado, ya que ni siquiera es un artículo: es el cartel del festival descrito, sin más.
En serio, para los artículos tan sibaritas y cafeteros que publicáis en el que tratais a vuestros lectores de ilustrados decimonónicos, este tipo de cosas son tomarnos por imbeciles.