Puede que alguien piense que este artículo sale con unas semanas de retraso; pero, en todo caso, sale con meses —o años— de retraso (o de adelanto, según se mire, dado el carácter cíclico de los comicios y llamadas a votar), pues intentar influir en la intención de voto poco antes de unas elecciones es pura demagogia. Una reflexión personal puede aspirar de forma lícita, aunque tal vez ingenua, a propiciar otras reflexiones personales, a contribuir, en la modesta medida de sus posibilidades, a un proceso de transformación social inevitablemente lento y laborioso; pero buscar reacciones rápidas cuando deberían primar las conclusiones meditadas es, en el mejor de las casos, una necedad, y en el peor y más frecuente, política al uso, es decir, vulgar electoralismo. Por eso reprimí el impulso de publicar este artículo hace unas semanas; pensar que puedo influir en la intención de voto —o de abstención— de mis amables lectoras/es sería ofensivo, e intentar hacerlo, si lo creyera posible, sería una bajeza propia de los políticos de oficio y beneficio.
Irracionalismo de izquierdas
En mi despertar político, en la Valencia de finales de los años cincuenta del siglo pasado, tuve el privilegio de contar con el referente cercano —y en algunos casos con la amistad— de intelectuales y artistas tan prestigiosos como Andreu Alfaro, Jaume Fuster, Juan José Estellés, Joan Genovés, Tomás Llorens, Vicenç Ventura o Raimon (caigo en la cuenta con pesar, al escribir esta apresurada lista, de que solo el último sigue vivo).
Tras la muerte de Franco y la euforia de la supuesta «transición democrática», mi relación con mis antiguos mentores se volvió más distante, y alcanzó un punto de inflexión —aunque no de ruptura— cuando, a finales de los setenta, publiqué en El Viejo Topo un artículo titulado «Irracionalismo de izquierdas» (lamentablemente, no he conseguido recuperar el texto), escrito a partir de unas declaraciones de Vicenç Ventura en las que textualmente afirmaba: «Si hubiera elecciones después de un concierto de Raimon, las ganaríamos». Y me temo que lo que le dije a Ventura hace cuarenta y cinco años sigue siendo válido: en la medida en que el (supuesto) voto de izquierdas pueda depender de estímulos viscerales e inmediatos, la cuestión no es votar o no votar, sino hacerlo (o no) con conocimiento de causa y con criterio, es decir, de manera racional («El hacer las cosas bien importa más que el hacerlas», que diría Machado). Porque el irracionalismo, en todas sus manifestaciones y variantes, es el mejor aliado del fascismo, cuyo auge no sería explicable sin el concurso de un irracionalismo de izquierdas sistemáticamente —sistémicamente— fomentado por la socialdemocracia y sus medios afines.
Irracionalismo y fascismo
Creo que no se le ha concedido la suficiente importancia al hecho de que en Estados Unidos, un país supuestamente avanzado y a la cabeza de la investigación científica mundial, se defienda institucionalmente el creacionismo (o la denominada «teoría del diseño inteligente», que no es más que un burdo intento de poner al día el mito de Adán y Eva).
La evolución de las especies es algo tan probado como la esfericidad de la Tierra, y solo desde la ignorancia más supina y el irracionalismo más obtuso se puede negarla o pretender que hay otras explicaciones de la biodiversidad y del origen del hombre igualmente verosímiles. Proponer el «diseño inteligente» como alternativa a la evolución es como decir que el modelo copernicano es solo una de las posibles interpretaciones del sistema solar, y que el modelo geocéntrico de Ptolomeo tiene el mismo derecho a ser enseñado en las escuelas. Y algo tan grave como el cuestionamiento oficial del evolucionismo no puede ser una mera torpeza. Es algo mucho peor: es una deliberada apuesta por el irracionalismo. Y una apuesta muy fuerte, un auténtico órdago contra la razón, como cuando Millán Astray, expresando mejor que nadie la esencia del fascismo, gritó: «Muera la inteligencia, viva la muerte». Un grito de terror y desesperación (al fin y al cabo, un fascista es un burgués asustado), un graznido de pájaro necrófilo, como dijo Unamuno; porque la razón es la muerte del fascismo, y la muerte es su única razón.
Si la presencia de fósiles no confirma la evolución de las especies, la ausencia de armas de destrucción masiva no desmiente que Irak fuera una amenaza para la seguridad de Estados Unidos y sus aliados. Si las evidentes cadenas evolutivas son cuestionables, la evidente cadena de causas y efectos que conecta el cambio climático con la proliferación de huracanes y otras catástrofes naturales también se puede cuestionar. Hay un Dios bondadoso que ha hecho que las flores huelan bien y las manzanas sean comestibles. Hay unas fuerzas del mal inspiradas por el diablo que es necesario combatir arrasando países enteros, expoliando, asesinando, torturando, violando… Y hay huracanes cada vez más violentos y devastadores porque los designios del Señor son inescrutables.
La verdad es revolucionaria, y por eso los fascistas (al igual que muchos socialdemócratas, posmodernos, relativistas…) no la toleran. Para el poder, la ciencia es imprescindible como instrumento de dominación, pero tiene un inconveniente: busca siempre la verdad (y a veces la encuentra), desenmascara los errores y las falacias, descubre las relaciones entre causas y efectos… Por eso el fascismo tiene hacia las ciencias la misma actitud que hacia las masas: las necesita y las cultiva, pero a la vez las teme y las desprecia. Y cuando no puede manipularlas, intenta silenciarlas.
El fascismo es, en última instancia, la ideología de la fuerza (que, hoy más que nunca, es ante todo la fuerza bruta del capital: por eso ahora el fascismo se autodenomina neoliberalismo). El dominio y la supervivencia del más fuerte, es decir, del más rico. Paradójicamente, el neofascismo estadounidense, que cuestiona la evolución, es puro darwinismo social, intenta imponer la despiadada ley del más apto en el único ámbito en el que deja de ser válida, derogada por la razón y la ética. La torpeza de las fuerzas de seguridad estadounidenses en el salvamento de las víctimas de catástrofes naturales (me viene a la memoria la debacle del Katrina), en contraste con su brutal eficacia en la represión de los disidentes y los desposeídos, no es una paradoja ni un fallo administrativo: es una opción política coherente con las «guerras preventivas» y las «cruzadas antiterroristas».
Algunas preguntas para antes de votar (o no)
Antes de votar (o no), creo que las personas «de buena voluntad» (por recurrir a la socorrida expresión evangélica), que sigo pensando con obstinado optimismo que son mayoría, tendrían que hacerse algunas preguntas básicas, como las siguientes:
¿Se puede votar a un partido que acepta sin rechistar la pertenencia del Estado español a la OTAN y la presencia de bases militares estadounidenses en Andalucía?
¿Es realmente eficaz el consabido «voto útil» o «a nariz tapada» para frenar el avance de la extrema derecha?
¿Tiene sentido apostar por un parlamentarismo que, en más de cuarenta años de supuesta democracia, no solo no ha puesto fin a la tortura, ni a la brutalidad policial, ni a los abusos en el seno del Ejército y de la Iglesia, sino que ni siquiera reconoce la extrema gravedad de estos execrables residuos del nacionalcatolicismo?
¿Se puede hablar de pluripartidismo y elecciones libres cuando, de hecho, solo dos grandes partidos —ambos corruptos y sometidos al gran capital— pueden acceder al poder?
¿No es el mero hecho de votar una validación del discurso de quienes quieren hacernos creer que la vía parlamentaria es la única legítima y eficaz?
No son preguntas retóricas ni capciosas, ni creo que haya respuestas definitivas, válidas para todo momento y lugar. En algunas circunstancias, puede tener sentido que quienes realmente desean transformar la sociedad intenten la vía parlamentaria; en otras, el mero hecho de transitar por esa vía es hacerle el juego al sistema. Lo que está claro es que en ningún caso hay que limitarse dócilmente a ella, como quisieran los depredadores que dominan el mundo: las movilizaciones sociales y las organizaciones de base siguen siendo el verdadero motor del cambio. Esa es la cuestión.
Estimado Frabetti, muy interesante y honesta entrada. Yo creo que hay (al menos) dos razones importantes para votar. En primer lugar, creo que todos aquellos que aspiramos, como un servidor, a la abolición del sistema de salario y correlativa sumisión del empleado al capital, no podemos desoír las sabias palabras de Rosa Luxemburg, que proponía luchar por la transformación de la sociedad sin por ello dejar de buscar los avances concretos que pudieran mejorar la vida de las personas, pues su dignidad inherente no puede reducirlos (caeríamos me temo en la fascista biopolítica) a la mera categoría de fichas de un juego a gran escala. La segunda razón en la que pienso es en que el voto es algo que nos une como sociedad; aunque nos encontremos en un país cada vez más polarizado (y yo atribuyó gran parte de eso no solo a las maldades del sistema, sino a la obsesión angloamericana por simplificar cualquier discusión hasta límites absurdos, de modo que todo puede reconducirse a una falaz binariedad) creo que tener en común el hecho de meter una papeleta en una urna un domingo cada tanto, sigue siendo una manera de vincularnos unos con otros y asumir que el resto de conciudadanos tienen derecho a expresarse libremente. Creo que si nos saliéramos de esos raíles podríamos llegar a perder el débil hilo que aún queda de respeto entre ciudadanos. Por eso yo siempre he votado, a veces a opciones absolutamente inviables, otras a opciones que han tenido asiento en las instituciones respectivas, pero mientras pueda (y espero que sean muchos años) no dejaré de cumplir el ritual.
Me parece una postura muy respetable, aunque no estoy de acuerdo en que votar sea siempre lo mejor. Creo que habría que analizar caso por caso. Lo importante, creo, es no olvidar que no es la única vía, y que por sí sola no basta.
Tengo 60 años y esta ha sido la primera vez que he votado.
1. ¿Por qué he votado?
Porque conocí en mi niñez la dictadura. Me escolarizaron en un colegio de frailes y viví el clima de extrema brutalidad que había allá adentro. Recuerdo los tortazos, capones y castigos de todo tipo que recibíamos y normalizaban nuestros padres, pues la dinámica en aquel puto colegio salesiano no era más que el preludio de lo que existía en aquella sociedad. No quiero algo así para nadie.
Más allá de cualquier pregunta metafísica mi imperativo es jamás volver a aquello. No quiero ni pensar cuál será hoy la vivencia de Vattimo, cuya primera niñez la pasó bajo la férula del fascismo y en sus horas más bajas tiene que soportar día a día el retorno de los mismos sucios cabronazos. “Intentar influir en la intención de voto poco antes de unas elecciones es pura demagogia”. Que bien, pero cuéntaselo a Vattimo, a ver que opina al respecto.
Cada uno elige y nada tiene sentido. Es tu elección lo que da sentido a lo que eliges. Tú sabrás.
2. ¿Por qué he votado PSOE para el congreso?
Porque en mi puta provincia es el único partido capaz de sacar un escaño. Votar a Sumar o al partido de los trabajadores era tirar el voto. Se consiguió el objetivo.
3. ¿Por qué he votado al PSOE y a Sumar para el Senado?
Porque el máximo número de senadores que la izquierda puede sacar es 1 en mi circunscripción. Si todos los votantes del PSOE y de Sumar hubieran hecho lo que yo, habrían sacado 1 senador para el PSOE y 1 para Sumar, dado que para el senado se vota a la persona. Por desgracia no arrebatamos el tercer senador del PP.
Te dejo Frabetti para expliques a los potenciales lectores por qué en una provincia con 4 senadores mi modo de votar optimiza el resultado de las izquierdas.
Casualmente, he tenido ocasión de discutir con Vattimo sobre estas cuestiones, y en algunas cosas básicas estamos de acuerdo. Entiendo tus argumentos, pero insisto en que la cosa no es tan simple, y arrebatarle o no un senador al PP para dárselo al PSOE no es la cuestión. Me parece muy bien que tu imperativo sea no volver a «aquello» y lo comparto por partida doble (he vivido tanto el fascismo italiano como el español); pero no creo que la forma de avanzar sea votar al PSOE: eso es lo que intentan hacernos creer con el señulo del «voto útil».
En mi provincia sólo hay tres partidos que hayan sacado en toda la historia de la democracia algún escaño para el congreso de los diputados:
– PP.
– PSOE.
– Vox.
Cuando hay suerte, el PSOE saca un escaño.
Bien. ¿Cuál es tu opción reflexiva? ¿Abstenerte? Pues a efectos prácticos beneficas a PP+Vox.
Habrá que elegir la opción que tenga alguna posibilidad y apeste menos.
Deja las hipótesis y resuelve tu voto en esa situación concreta. Ya me contarás.
Nunca hay que dejar las hipótesis. En ese caso concreto, si pudiera votar (soy extranjero) me abstendría, lo cual no beneficia a Vox, sino al escepticismo frente al contubernio parlamentario PP/PSOE. Pero, insisto, habría que analizar con más detalle las circunstancias concretas de tu provincia.
Sólo eres un indiferente, alguien refugiado en el Olimpo de la inteligencia, pero un indiferente. Hay unos párrafos en los «Cuadernos desde la cárcel» II en donde un compatriota tuyo habla de ti:
“Odio a los indiferentes. Creo que vivir quiere decir tomar partido. Quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano y partisano. La indiferencia y la abulia son parasitismo, son bellaquería, no vida. Por eso odio a los pasotas.
La indiferencia es el peso muerto de la historia. La indiferencia opera potentemente en la historia. Opera pasivamente, pero opera. Es la fatalidad; aquello con que no se puede contar. Tuerce programas, y arruina los planes mejor concebidos. Es la materia bruta desbaratadora de la inteligencia. Lo que sucede, el mal que se abate sobre todos, acontece porque la masa de las personas abdica de su voluntad, permite la promulgación de leyes, que sólo la revuelta podrá derogar; consiente el acceso al poder de hombres, que sólo un amotinamiento conseguirá luego derrocar.
La masa ignora por despreocupación; y entonces parece cosa de la fatalidad que todo y a todos atropella: al que consiente, lo mismo que al que disiente, al que sabía, lo mismo que al que no sabía, al activo, lo mismo que al indiferente. Algunos lloriquean piadosamente, otros blasfeman obscenamente, pero nadie o muy pocos se preguntan: ¿si hubiera tratado de hacer valer mi voluntad, habría pasado lo que ha pasado?
Odio a los indiferentes también por esto: porque me fastidia su lloriqueo de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos: cómo han acometido la tarea que la vida les ha puesto y les pone diariamente, qué han hecho, y especialmente, qué no han hecho. Y me siento en el derecho de ser inexorable y en la obligación de no derrochar mi piedad, de no compartir con ellos mis lágrimas.
Soy partidista, estoy vivo, siento ya en la consciencia de los de mi parte el pulso de la actividad de la ciudad futura que los de mi parte están construyendo. Y en ella, la cadena social no gravita sobre unos pocos; nada de cuanto en ella sucede es por acaso, ni producto de la fatalidad, sino obra inteligente de los ciudadanos. Nadie en ella está “mirando desde la ventana el sacrificio y la sangría de los pocos. Vivo, soy partidista. Por eso odio a quien no toma partido, odio a los indiferentes” .
Chapó
Usted no es partidista, es un alienado. Debería usted meditar acerca de la «abstención activa», cuando esta es la única (posiblemente inútil) protesta para derribar un régimen corrupto en su origen y desarrollo, cuya «pantomima electoral» es la única concesión a la ciudadanía para arrogarse el calificativo de democrático.
Mire a su alrededor para observar que a los que usted da su voto para mandar, son realmente los que mandan.
Aquellos cuya única actividad política es votar, porque no saben o no se atreven a hacer otra cosa, necesitan creer que hacen algo útil, incluso necesario, para no sentirse meras marionetas del poder, y se sienten agredidos si cuestionas su opción, o si simplemente no la compartes. Y me consta que hay mucha gente «de buena voluntad» convencida de que votar es la única opción válida. Hay que reconocer que el PSOE, su aparato mediático-cultural y sus intelectuales amaestrados han hecho un eficaz trabajo propagandístico
Si no he votado desde los 18 hasta los 60, ¿a qué lo atribuyes? ¿No crees que eres un tanto condescendiente? ¿Qué diferencia había entre el señor X y Aznar? El señor X pudo gobernar en coalición a pesar de perder frente al PP, pero ¿para qué? No había diferencia alguna entre el uno y el otro.
En la actualidad, en lo que afecta a la provincia en la que vivo las premisas son:
1. Sólo pueden salir a efectos prácticos PSOE, PP o Vox, pues la expectativa de voto de cualquier otro partido queda debajo del 5%.
2. Cuando ha habido suerte sale un escaño para el PSOE.
3. La abstención beneficia a la mayoría en esta circunscripción.
4. La opción Vox es abiertamente fascista.
5. El PP pacta con Vox, quien impone sus políticas.
Tienes cerebro suficiente para saber a efectos prácticos que hay que hacer.
Me recuerdas al sabio del que hablaba Marx, que pensaba que la gente se ahogaba, porque tenían en sus mentes la idea de ahogarse y, aunque pasó toda su vida dedicado a la tarea de erradicar de la mentes ajenas la idea de ahogarse, cada año había personas que se ahogaban igual…
No creo que la situación haya variado sustancialmente desde los tiempos de X y Aznar; pero en todo momento he dicho que hay que valorar cada situación concreta. En lo que he hecho -y sigo haciendo- hincapié es en que lo más importante son las organizaciones de base y las movilizaciones sociales.
Ser uno de los fundadores y promotores de Iniciativa Internacionalista supuso mi ruina profesional y casi la cárcel. Y por organizar la AIA y la protesta antibélica de los Goya me acusaron de pertenecer a ETA. Se me podrá acusar de muchas cosas, pero no de indiferencia política.
Comprendo que opines que si te encontraras con quien fuiste, él te correría a gorrazos. El problema no es la actitud de quien fuiste, sino la de quien ahora eres. Tu actitud me recuerda a la del viejo y artrítico Martin Howe, antecesor del sheriff de «Sólo ante el peligro».
¿Indiferente Fabretti después del texto político que ha escrito?¿Indiferente Fabretti después de su trayectoria? Lo que está diciendo es que la política es más que el voto, y tiene toda la razón.
Aquí el neoliberalismo no lo trajo la bruja de Thatcher, lo trajo Felipe González y el PSOE en los años 80, los años de la movida que solo traían un cambio aparente en la cultura pero que eran puro consumismo y puro abandono social, nihilismo bien dosificado y alienante.
Si a la hora de votar, teniendo enfrente a la ultraderecha te abstienes o mareas la perdiz (como hizo Podemos antes del 28M, dividiendo a su potencial electorado entrando un mes antes de las elecciones en polémica con el proyecto de YD) estarás muy comprometido en teoría, pero a efectos reales eres un indiferente y, por lo tanto, un «inaccionario». Y esa es su actitud habida cuenta de que precisa tirar de trayectoria y manifestarse como una vaca sagrada de la izquierda. A mí me da igual su pasado. La vida es como una lotería. Lo que cuenta es cuál sea tu compromiso actual, no tu historia.
¿Qué pinta en estos momentos el Sr. X si antes de las elecciones ya dijo que la lista más votada tenía que ser la que «debía» gobernar cuando todos los sondeos daban estimación de voto al PP? Un partido político es como un autobús: hay siempre gente subiendo y bajando de él, incluyendo al conductor.
Tiene derecho a hacer las preguntas que hace. La ley mordaza es una indignidad. La financiación de la iglesia católica, otra. La opacidad de todo lo relativo a la casa real, más de lo mismo. Pero esos temas pasan a un segundo plano cuando tienes la ultraderecha no sólo a las puertas, sino entrando ya en todas las instituciones.
MacNaughton da en el clavo más abajo.
¿Nadie se ha parado a pensar de qué se alimenta la ultraderecha? ¿Si del atractivo de su ideología o de la frustración y resentimiento de los puteados por el bendito progresismo? ¿Y no será que a la izquierda le conviene que haya ultraderecha para erigirse en tabla de salvación?
A cierta seudoizquierda, desde luego, le viene muy bien el espantajo de la extrema derecha: no supone una competencia real y propicia los «votos útiles».
Si mal no recuerdo ese librito lo escribió Gramsci, exiliado por el fascimo para “impedirle de pensar”, como dijo el gran macho. Y si fue él me pregunto en qué estado anímico se encontraba para usar ese verbo en primera persona que desluce toda su transparente obra. El odio obnubila.
¿Librito? Los cuadernos de Gramsci son 30 y tienen unas 3000 páginas.
¿Exiliado? Encarcelado. Un año en Ústica y otros diez en Turi.
La molicie obnubila.
Escribí “librito” porque en comparación volumétrica con los otros lo era, por lo menos el que me compré yo. El odio generalmente tiene raices evolutivas o de socialización, y la molicie es abandono al placer de los sentidos o una gran pereza, cosa que le aseguro no practico. Exililado o preso tuvo el mismo resultado, sacarlo de la circulación. Lo más lindo es que usted y yo estamos del mismo lado, o sea tratando de cambiar esta realidad horrible, pero su lenguaje me recuerda al de Robespierre. Será difícil que no se ofenda, pero qué quiere que le diga. De cualquier manera lo saludo con respeto.
El cualquier caso será mi lengua, no mi lenguaje. Éste se trata de algo bastante más abstracto. En cualquier caso preferiría que hubiera gastado ese respeto con Gramsci. A mi entender una víctima tiene derecho al odio y a maldecir a cualquiera que predique la piedad para sus verdugos.
Exiliado y preso no es lo mismo. El emérito se ha exiliado. No me parece que su condición sea la de un preso.
A la indiferencia se llega cuando los candidatos son mediocres y el Rebaño mediocre y analfabeto.
Pues en la mía ha gobernado la izquierda y estamos a la cola
@Kumbali
Si a los 60 años no sabe lo que es votar con miedo, poco se puede hacer…
Hay que ser ingenuo para creer que VOX es Franco, fascistas redomados, o frailes abusadores de menores…
VOX es un partido corrupto más de la partidocracia española; ni que decir tiene, que no le llega ni a la suela del zapato a el partido criminal llamado PSOE (que NO es ni socialista, ni español ni obrero).
Los medios de manipulación masiva controlados por la izquierda (los televisivos, Prisa y radiofónicos mayoritarios) se han dedicado 24/7 a la inoculación de miedo y odio en la población; el miedo es conductor de masas, de borregos, y el odio suma irracionalidad a la ecuación.
No me voy a detener más en explicaciones; a una persona de 60 años, con sus prejuicios y manías personales fraguados en el tiempo, ya es imposible convencer de nada; menos aún, de que ha sido engañado, como otros muchos ciudadanos cándidos.
Pero, si le diré una cosa, puede guardar las formas, escribir de manera más educada y evitar los insultos y/o descalificativos a la hora de describir (consciente o inconscientemente) sus traumas personales.
Un saludo.
Lo que tengo claro es que tú votas al PP o a Vox así como que no estás entre las víctimas.
Mis «prejuicios y manías personales» responden a haber pasado mi adolescencia en Fachadolid, en donde niños de papá salían regularmente a las calles, pistola en mano, a dar palizas y obligar a cualquier joven con el que se encontraran a cantar el cara el sol. Todos conocíamos a los responsables, todos menos el gobernador civil y el comisario de la policía, que miraban para otra parte. Y fueron enseguida a más. Comenzaron a divertirse atentando contra los sindicatos y partidos políticos de la izquierda hasta que se les fue la mano y asesinaron a dos ancianos a principios de los años 80, la gota que colmó el vaso. En la ciudad no había vida nocturna. Durante los años 80, a partir de las 23:00 apenas encontrabas a nadie en la calle por el pavor que existía. Conste que aquélla no era mejor ni peor que otras ciudades. Fue Interviú quien obligó al jarrón chino a actuar tras publicar un polémico artículo.
Por lo demás, no voy a cambiar mi estilo de escritura para complacer a ningún facha de mierda algun@.
Jo, tu vida es para llorar. No te ha pasado nunca nada bueno. Al menos follarias alguna vez
De pisikiatrico jajaja
Solo estoy en desacuerdo en un punto, Andy: creo que nunca -salvo casos extremos- hay que darse por vencido a la hora de combatir prejuicios y manías personales. Todos tenemos prejuicios, y nunca es tarde para superarlos.
Bastante de acuerdo. Con mi no voto no comerá la partidocracia.
Mira, majete. Si a hablar con conocimiento de causa le llamas «Prejuicios», te faltan un par de hervores.
Yo también tengo 60 años, y tuve el «placer» de recibir una educación en un colegio religioso (Carmelitas). Si a recibir hostias y castigos varios se le puede llamar «Educación», claro.
También conocí de primera mano como funcionaba el franquismo a alto nivel. Lo que ahora se llama corrupción antes se denominaban favores.
Yo si he votado desde que tuve la posibilidad de hacerlo, y siempre a la izquierda, no quiero volver a ver a los fascistas, o sus hijos o nietos, mangoneándonos como ellos creen que pueden por designio divino
Y lo dicho. o eres un fascista (no me sorprendería al verte diciendo a la gente como tiene que escribir), o te queda mucho por aprender en esta vida..
Pues yo con años mas que usted no he vivido nada de eso. Pero si he vivido la falta de cuarto baño y agua caliente en casa, calles sin asfaltar, nada de hambre pero con lo justo para vivir, aparte África, que entonces éramos reyes. Si recuerdo tener que desplazarme al centro de la ciudad en autobús para ir al medico ( una ciudad de algo mas de 200000 habitantes en el aquel momento) llegabas te daban el numero y el médico te veía el mismo día. Hoy me he tirado todo el mes de agosto para encontrar una cita, y ya hay mas de 20 centros médicos y ha sido imposible.
La verdad, señor Frabetti, bueno, la mía, el cargo más representativo que ejercí, ejerzo este año, es presidente de una comunidad de vecinos en un inmueble histórico del centro de Cádiz. Bien: uno descree de la democracia, del intercambio racional de ideas y egoísmos, y ¿qué?, ¿me suicido?, ¿me pillo un fúsil y suicido a mis vecinos? Su artículo me parece que añade confusión; esperanza, al menos según entendí, añade poca. Si uno escribe un artículo para empeorar el mundo, mejor tomarse una copa o hacerse unos largos en la piscina. Esto último es muy recomendable, le garanto; no tanta batallita de comemierdas progres, pobre gentuza poco recomendable, que usted frecuentó de joven.
Si esa es la opinión que te merecen las muy respetables personas (se esté o no de acuerdo con ellas, yo mismo no lo estoy) a las que menciono, no entiendo qué haces leyendo esta publicación. Y, valga la paralipsis, solo te contesto para comunicarte que no seguiré haciéndolo. Tus propias expresiones te definen.
Bien, no votamos, perfecto! ¿Y que sugiere, como alternativa? ¿A suertes? ¿Un gobierno de los filósofos, como proponía Platón? ¿Anarquía?
No he dicho que no votemos, sino que lo hagamos (o no) tras un proceso de información y reflexión en cada caso concreto. Y como alternativa al mero parlamentarismo sugiero (no yo, muchas más gente) más organizaciones de base y movilizaciones populares.
Yo voté a los comicios de 2018 para renovar la Asamblea Nacional en mi linda isla, asombrosamente votamos el 85,65% (a la baja) de los camaradas/es. Así renovamos democráticamente la fé científica en nuestro Comandante. Que diferente hubiera sido sí el día anterior nos hubiese embelesado con sus versos Pablo Milanés. Saludos.
Sí, es peligroso que los versos nos embelesen. En eso se basa la publicidad, que es pura poesía perversa.
Muchas gracias por sus sabias palabras señor Frabetti. Yo que ahorré unos euros para comprar el libro «El valor de la atención» de Johann Hari que Jot Down publicita en su web, desisto desde ahora en realizar dicha compra. Saludos.
O sea, el fascismo es la socialdemocracia (no es lo mío y sé lo que fue el socialfascismo, pero decir que busca el irracionalismo de izquierdas y ahí converge con el fascismo me supera) y el neoliberalismo (bien feo, pero no es estatista, corporativo ni escuadrista, puede ser ultraderecha, pero no fascista), aunque supongo que no lo son algo como Iniciativa Internacionalista o cualquiera de las expresiones políticas extremistas, racistas y amantes de la violencia del nacionalismo vasco o catalán.
Iniciativa Internacionalista no tenía nada de racista ni de amante de la violencia. Lo puedo decir con conocimiento de causa.
II sólo era un trampantojo de Batasuna, todo el mundo lo sabía, salvo sus fudadores y defensores.
Lo cual no sería de mayor interés, pero el problema es que Batasuna era una fuerza reaccionaria y racista. Aunque tú te empeñes con tus sofismas en decir que no.
Si tu argumento es que «todo el mundo lo sabía», no tiene sentido discutir.
No se vota con razón, sino con emoción. Para lo uno esta la militancia. Todo discurso que trate de racionalizar la acción de votar es un ejercicio fallido del intelecto. Es más, me atrevería a decir que es pecar de ingenuidad.
Sería pecar de ingenuidad pensar que basta proponérselo para conseguirlo. Pero pensar que somos incapaces de actuar racionalmente es pesimismo extremo, por no decir misantropía.
«un fascista no deja de ser más que un burgués asustado».
No puedo estar más en desacuerdo con esa simplificación tan burda
Como se puso de moda en los comentarios de la revista satírica «El mundo today» ante sus ironías: «han perdido un…» En este caso, «han perdido un demócrata», o mejor, «han perdido un socialdemócrata»
Totalmente de acuerdo, Adrián.
Me parecería justo decir que los burgueses asustados a veces apoyan (incluso empoderan) al fascismo (ha pasado algunas veces) pero decir que los fascistas son burgueses asustados no tiene ningún sentido. Con expresiones así simplificamos las ideas y vaciamos de contenido palabras importantes, como burgués o fascista.
No he dicho que sea solo eso. O sea: todo fascista es un burgués asustado, pero no todo burgués asustado es un fascista.
Has alterado mi frase, reléela por favor. Un fascista es mucho más que un burgués asustado, pero también es eso, y eso explica muchas cosas.
También hay obreros fascistas.
Cierto. Y negros racistas, y mujeres machistas… Y, por otra parte, la línea divisoria entre la burguesía y la clase obrera se ha difuminado.
El caso es que hay o ha habido suficientes obreros y gente no pertenecientes a las clases más privilegiadas (pequeños comerciantes por ejemplo) como para que partidos fascistas o similares hayan ganado elecciones o estado en la pomada para ganarlas. De no ser así, solo con votos de burgueses sería imposible que eso ocurriera.
Por otra parte, ser negro y racista no es en ningún caso contradictorio como lo es ser mujer y machista. El racismo existe en todas las partes y hacia todas las partes.
En cualquier caso, interesante artículo e interesante debate el que ha surgido en sus comentarios. Gracias.
Gracias a ti. Habría que precisar el concepto de burgués. Se puede no pertenecer a la clase privilegiada y tener mentalidad burguesa; como se ha dicho irónicamente, el gran invento del capital es el pobre de derechas. Y por negros racistas me refiero a los que desprecian su propio color. El problema que subyace a todo ello es el de la conciencia de clase y su contrapartida, el desclasamiento. Otra baza que el poder ha jugado astutamente.
Lo que hay es analfabetismo y rebañismo, más frustraciones, trampas sistémicas, comodidad, o sea, mucha condición humana. El que mejor maneje eso se llevará el gato, o o la gata, o el gatu, o el gate, o el gati al agua.
Nunca habia dejado de votar desde el 77, y confieso que en las dos ultimas elecciones me ha resultado imposible, después de sumar tantas decepciones, fracasos, inutilidades, me quedé en casa incluso con los sobres ya preparados que acabaron en el contenedor de papel. No puedo seguir votando y no se el motivo exacto, me abruma y oprime con tanta fuerza el estùpido vacio, que ni el cerebro ni las extremidades me funcionan para tal menester. El estado me ha vencido?
Por otra parte dices que en esa lista de personajes que nombras que solo Raimon sigue vivo. Seguro que Raimon socialmente sigue vivo?, hace muchos años que le detecto muerto (en ese sentido).
Hace tiempo que no sé nada de Raimon; pero su contribución a la lucha antifranquista (lucha que dista mucho de haber terminado) ha sido de enorme valor (en ambos sentidos del término), y no se le puede reprochar que a sus 83 años no siga en primera línea. Y el Estado no te ha vencido porque dejes de votar: el mero hecho de que participes en este foro es un signo de vitalidad.
Probablemente, por fortuna, se repitan las elecciones.
Junts es un partido ideológicamente antagónico al PSOE, Sumar, Bildu o ERC y no tiene la experiencia en acostarse con casi todos que tiene el PNV o la antigua CiU.
Y digo “por fortuna”, porque un gobierno futuro de Sánchez sería inane dado que las únicas leyes que podría sacar adelante serían por consenso.
Si gana la derecha, o nos suicidamos o emigramos.
Es una desgracia que Madrid no reclame su independencia. España sin Euskadi y Catalunya seguiría anclada en el franquismo. Madrileños: ¡Ánimo! ¡Pedid la independencia!
Por otro lado, aprovechando los nuevos comicios, será un buen momento para que Sumar se deshaga del lastre podemita (cuyo único objetivo consiste en el divino Pablo no se disguste) y para que Frabetti aproveche y se una a las NNGG del PP ;)
En el juego parlamentario, la derecha siempre gana, Abel. Por eso son fundamentales las organizaciones de base y las movilizaciones sociales.
Apoyo la moción, esto es, animo a los madrileños a pedir la independencia. Quédense con Ayuso y sus regalos fiscales a los ricos y déjennos al resto de España vivir en paz y sobre todo, sin tener que seguir soportando su tutela ni sus mayorías del PP.
Y lo que es mejor, sin tener el riesgo de que nos gobierne Ayuso.
«La evolución de las especies es algo tan probado como la esfericidad de la Tierra, y solo desde la ignorancia más supina y el irracionalismo más obtuso se puede negarla o pretender que hay otras explicaciones de la biodiversidad y del origen del hombre igualmente verosímiles. Proponer el «diseño inteligente» como alternativa a la evolución es como decir que el modelo copernicano es solo una de las posibles interpretaciones del sistema solar, y que el modelo geocéntrico de Ptolomeo tiene el mismo derecho a ser enseñado en las escuelas. Y algo tan grave como el cuestionamiento oficial del evolucionismo no puede ser una mera torpeza. Es algo mucho peor: es una deliberada apuesta por el irracionalismo.» Tiene usted razón, pero admitimos que en las escuelas se siga dando una historia nacionalista; entregarle a un nacionalista la enseñanza de la Historia es como darle a un terraplanista la enseñanza de la geografía o la astronomía, o a un creacionista la enseñanza de la biología…y aún así seguimos haciéndolo sin empacho y porque «todas las ideas son respetables», incluso por partidos que se proclaman de izquierdas o progresistas. Así que me temo que el defecto es mucho más generalizado de lo que creemos, y que no se reduce a votar o no. Yo hace tiempo que deje de creer en el eslogan de «no nos representan», lamentablemente sí nos representan, nos representan perfectamente, solo que no queremos admitirlo, y preferimos mentirnos a nosotros mismos.
Totalmente de acuerdo, si la historia (como la que me enseñaron a mí tanto en Italia como en España) es nacionalista en un sentido supremacista. Y no, los grandes partidos no nos representan ni a ti ni a mí, a no ser que seas banquero, latifundista o emérito.
Leo extasiado a unos y otros y no doy crédito; cuando acabo con el papiro que el Sr. Campos nos endosa, pienso en qué bien, ¡pero qué bien discurre este hombre y cómo se explica! Pero luego, leo también las intervenciones de Innerweltlicher, Kumbali, Abel «el bedel», BGR y otros, y también me parece que tienen razón. Pero esto, ¿cómo es posible? ¿Es que no hay ni una sola cosa en este mundo en la que todos podamos estar de acuerdo? ¡¿Por qué, Dios mío, por qué…?! Reconozco que estos temas me sobrepasan, me vienen grandes. Por eso quizá, no sé discernir entre polemistas de tercera y de primera en estas discusiones. También pienso que se puede deber al asco que siempre me ha producido todo lo relacionado con «la política». Sí, ya sé que todo es política y que voy muy perdido en la vida, pero qué quieren, si de pequeño siempre sentí alejada de mí a la figura paterna; y de mi madre percibía más la ansiedad y el miedo, que su cariño protector.
En resumidas cuentas, que cuando veo que se tratan estos temas, visualizo buitres deseosos de imponerse al resto, egos desenfrenados listos para el acoso y derribo de las facciones contrarias, grupos que defienden sus meros pesebres, disfrazando la cuestión con pretendido altruismo y desinteresada ética. En fin, un asco, ya digo…
Espero de su indulgencia que nadie se sienta aludido por supuestas ofensas. Ahora, si me disculpan, voy a seguir escuchando a los Beatles, una de las pocas cosas que se mantienen firmes como la roca…
Perdón, quise decir Sr. Frabetti, no Sr. Campos…
Celebro que además de escuchar a los Beatles tengas tiempo y ganas de leer. Pero no te sorprenda ver cosas interesantes y positivas en argumentaciones que parecen incompatibles. Ya Platón se dio cuenta de que el diálogo era la base del conocimiento. Y aunque es cierto que hay buitres y egos ansiosos de imponerse -y en mayor o menor medida todos los llevamos dentro- también está la voluntad de avanzar en la colaboración y el entendimiento. Sobre todo entre quienes no tenemos pesebre alguno que defender, que supongo que en este foro somos mayoría.
El horror, el horror…». ‘El corazón de las tinieblas’ Joseph Conrad
Sí, sí, sí, no, no. No sé si habré aprobado el examen de cinco preguntas =)
En menudo giardino se ha metido el señor Fabretti. Ayer estaba hablando de este asunto con mis padres. Van a cumplir noventa años, tienen estudios básicos, y aún así sacaron la conversación sobre este asunto con sus hijos, nueras y una nieta. Dijimos muchas tonterías entre cosas ciertas, las tres generaciones. El cuento de los siete sordos, como leyendo esto y los comentarios.
Como ya he dicho, no creo que esas preguntas admitan respuestas definitivas, por lo que las circunstancias te dirán, en cada momento y lugar, si apruebas o suspendes, y la nota te la pondrá tu con(s)ciencia. En cualquier caso, enhorabuena por esos padres nonagenarios que siguen en la brecha.
Madre mia! Frabetti llamando a las barricadas. Pero cuando caigan bajo las balas de la opresión las primeras víctimas, serán muchachos/as de 20 años y no ancianos como usted. ¡Qué cómodo, qué fácil! Revolucionarios de salón, siempre que la sangre la pongan otros. Y por cierto, casi todas las transformaciones sociales de las últimas décadas (pc’s, móviles, redes sociales) las han producido tecnológicas de la costa oeste de EEUU, y no los movimientos sociales, ni ningún ministerio, ni ningún intelectual de ultraizquierda,
La verdad es que escribí esto anoche un tanto encendido y hoy veo que exageraba. No creo que Frabetti llamara a la violencia pero creo que el desprecio con el que habla de la democracia formal es peligroso. Alguien puede malinterpretarlo (yo mismo anoche). Y por otro parte si que hay movimientos sociales que han cambiado la sociedad (afroamericanos, gays, feminismo) pero sigo pensando que lo que nos cambia la vida (y las formas de pensar) es la tecnología.
En el rincón bueno está la bombilla, la lavadora, el frigorífico y la cocina. Por desgracia hay un rincón malo que esté acabando el planeta. A pesar del efecto invernadero se baten mes a mes el registro de aviones en el firmamento y de matriculación de vehículos. Por no hablar del arsenal nuclear y el de armas «convencionales». Añadamos el fracking que envenena tierras y ríos. Y un largo etcétera. Hay un montón de problemas cotidianos que ha resuelto la tecnología, pero ha creado otros muchos que han supuesto una mayor explotación de los seres humanos y el planeta. Sorprendentemente, siendo esta la situación hay quien considera mejor abstenerse de votar por, supongo, sus encontronazos con algún jerarca de un partido, aunque el otro bando confraternice con el negacionismo climático, los antiabortistas, los machistas, los que fomentan la tauromaquia y la caza, etc.
No digo que la tecnología haya cambiado la vida para mejor o peor. Simplemente que la ha cambiado de manera radical. Por ejemplo: el teléfono móvil. ¿Qué gobierno, organización social, partido político, thinktanks, intelectual, etc. podría hoy conseguir un cambio tan absoluto en nuestra vida, relaciones, forma de ver el mundo como el que ha producido el dichoso aparatito? Imagine un gobierno autoritario o no que hubiera dicho: ciudadanos, hemos inventado un aparato que tendrán que llevar encima todo el día para que podamos espiar sus conversaciones, saber dónde se encuentran en cada momento, que tendrán que utilizar para cualquier gestión (bancos, hacienda, ocio, etc.) y que no podrán apagar nunca. Los ciudadanos se habrían negado y se habría provocado una revuelta. En cambio apple y cia nos han metido el gol por toda la escuadra.
También la cocaína o Hitler transformaron de manera radical el mundo (lo que no significa que «lo que nos cambia la vida» beneficie a la sociedad) y nada tienen que ver con la tecnología. Tampoco Napoleón. Hay algo sin pulir en tu razonamiento.
Dicen por ahí que el primero que menciona a Hitler pierde la discusión. Hihi¡ En fin, agotando mi última neurona le digo que ud. me habla casi del siglo XIX y yo del XXI. Los pulgares: son la base de la civilización porque nos permiten coger y manipular cosas. Pero hasta el siglo actual nadie los usaba para escribir whatsapps en una minipantalla. Es decir, una tecnología está cambiando la forma en que se organizan nuestras neuronas y eso fue decisión de un ingeniero californiano o coreano y no de ningún pensador social ni de ningún presidente o dictador. Eso intento explicar sin mucho éxito, que las tecnologías moldearán nuestro cerebro (no solo nuestra vida) de maneras que ahora ni imaginamos y que eso está fuera del alcance de cualquier ingeniero social de izquierdas o derechas, bien o malintencionado. Gracias por su atención, y saludos¡
jajaja, de pisiquiatrico es lo tuyo
O me he expresado muy mal, Joaquinillo, o me has malinterpretado: no he llamado a las barricadas, sino a las organizaciones de base y las movilizaciones sociales; hay muchas y muy interesantes opciones antes de llegar a las barricadas. Y todo lo que mencionas (tecnología, movilizaciones, intelectuales, ministerios) forman un todo interrelacionado, no son compartimentos estancos, y la clave, en cada momento histórico, es la correlación de fuerzas. Sin movilizaciones ni intelectuales de izquierdas, la tecnología estaría y demás recursos estarían totalmente en manos de la clase dominante.
Uff.. Me disculpo por mi primer comentario tan desabrido. !El insomnio es mala cosa¡ Lo que intento explicar sin mucho éxito es que las transformaciones sociales (buenas o malas es otro tema) en el siglo XXI son mucho más fáciles para un humilde ingeniero de google (IA, por ejemplo) que para los presidentes de Ecuador, Moldavia y Pakistán juntos. ¿Y la tecnología y los recursos no siguen en manos de la clase dominante?¿Donde?¿En Saturno? Gracias por su atención y saludos¡
Gracias a ti. La clave está en la palabra «totalmente». Todo sigue, por definición, en manos de la clase dominante, pero no tan plena y exclusivamente como antaño. La información, por ejemplo, ya no es un monopolio de los grandes medios: hay grietas en el sistema.
Pues yo no he votado por primera vez. La pereza que me da colaborar en el mercado persa en que unos tipos cada vez más obstusos están convirtiendo la política española ha podido conmigo. Ya si la cosa queda en manos de un tipejo cómo Puigdemont, apaga y vámonos.
Y si la alternativa para mejorar el sistema es abolirlo e implantar el partido único, como parecen sugerir algunos por aquí, pues me pido otro vermut.
tiene gracia que ahora el vulgo en un análisis precipitado -como suele ocurrir -se retuerce al creer que «la cosa» queda en manos de los independistas ,- que ya se sabe que son unos tipejos indeseables y malvados porque no quieren seguir participando de este maravilloso regimen borbónico y post-franquista y a los que hay que satanizar casi por obligación. A Sánchez ni le interesa ni puede pactar nada con Puigdemont, simplemente quiere ir a nuevas elecciones para mejorar el resultado y de paso culpar a los independentistas y ponerse otra medalla como garante de la sagrada unidad de España , Unidad de Destino en lo Universal.
Yo parte del vulgo, aunque espero que vuecencia nos perdone la vida a todos por niestra osadía al expresar nuestra opinión, creo firmemente que Puigdemont es un manipulador y un cobarde. Y que sus ansias independentistas se basan en la pela, pura y dura. Como las de todos los indepes de este malhadado país. Lo de la dinastía borbónica y demás no deja de ser un cliché muy chulo.
No todos los indepes son iguales. Ni siquiera los católicos son todos iguales, e incluso los hay estupendos. El reduccionismo es una de las armas más eficaces de la publicidad (comercial) y de la propaganda (política). Voy a escribir un artículo sobre ello, gracias por la sugerencia, que no es la primera que te debo.
Evidentemente es un reduccionismo. No conozco a todos los independentistas. Solo
a los que manejan el cotarro. Y ya están con el saco mirando a ver qué tajada pueden sacar por el alquiler de sus votos. Es un hecho. Que a lo mejor no dejo de ser un maldito jacobino es otro….
Ese es el problema: que en este terreno, como en otros, los más visibles son los que manejan el cotarro. Si juzgamos el cristianismo por la Conferencia Episcopal y el Opus Dei…
Cierto,lo mejor es no votar, así siempre podemos ir de guays,eso sí los de enfrente si votan y ganan. En los barrios bien de Madrid votan y mucho y siempre ganan,en USA votan pocos y siempre ganan los mismos,en UK directamente eligen entre los tories las últimas veces. Enhorabuena señor,el mensaje antitodo funciona mejor desde la izquierda y comamos mierda pa siempre.
Cuando usted coja el fusil igual me ve al lado, mientras tanto me verá al otro lado mirando como los de siempre, los auténticos españoles,finlandeses,etc se descojonan y apoyan, entre risas,a mentes iluminadas y puras como usted.
Pero ellos,votan lo tienen muy claro
La alternativa no es limitarse a votar o echarse al monte. Hay otras posibilidades, como votar (o no, o unas veces sí y otras no) y participar activamente en organizaciones de base y movilizaciones sociales. Por si no ha quedado claro, esa es mi opción. Que no vendo como fórmula mágica, sino sobre la que invito a reflexionar. Y sin excluir lo de echarse al monte, llegado el caso.
Estoy hasta las gonadas de ver a supuestos izquierdistas arrodillados ante los nazionalistas que con Franco vivieron muy bien, lease PNV.
Ver a una comunista arrodillada ante el papa, jefe de un club de pederastas, y en vez de escupirle babear ha sido la gota que colmo mi vaso.
Que os den a las derechas y a las izquierdas miembros y miembras de una especie tarada.
Que tiren la bomba y las cucarachas y ratas tomen lss instituciones.
Algunos pensamos que se puede acabar con el club de pederastas sin recurrir a la bomba. Y, en ese sentido, aprovecho para dedicarle un emocionado recuerdo a Sinéad O’Connor, que tuvo el coraje de denunciar públicamente al jefe.
Juro que he pensado lo mismo, después de leer el comentario de Pablo Acacia. ¡¡Chapeau, Frabetti!!
Gracias. Me llevé muchos palos cuando, en su día, alabé el heroico gesto de Sinéad O’Connor. Los buenos cristianos (haberlos haylos) tendrían que canonizarla a ella y no al nefasto Wojtyla.
DISCULPAD LA DEMORA
He estado ausente un par de días y estaré muy ocupado unos días más, por lo que tardaré algo más de lo habitual en contestaros a todas/os; pero lo haré. Gracias por vuestros comentarios y vuestra paciencia.
¿Por qué te empeñas en contestar a todo el mundo? Contestar a algunos impresentables es tan inútil como el voto útil.
Cualquier persona que se tome la molestia de comentar un artículo mío merece mi atención, por muy en desacuerdo que esté con sus opiniones. Los únicos impresentables a los que no vale la pena contestar son lo que, a falta de argumentos, recurren a insultos y exabruptos; pero, afortunadamente, son muy pocos, al menos en este foro.
Yo la verdad es siempre voto, aunque sea con la nariz medio tapada o totalmente tapada. Creo que tiene su sentido si se acompaña paralelamente de lucha paralela. Aparte, me gustaría comentar un par de cosas:
Aparte de culpar a las socialdemocracias actuales, que son poco sociales (ojalá tuviéramos socialdemocracias como las de los suecos o los laboristas de los 70, por ejemplo…), la cuestión también es: ¿cómo se puede atraer a una población apática, insolidaria, atontada por las compras en amazon, etc…? ¿Es sólo culpa de las socialdemocracias, de Iglesias, Díaz, de Sumar, etc…, o también hay responsabilidad del «pueblo», de las personas que quieren seguir con sus cadenas? Los seres humanos muchas veces prefieren el consuelo de la religión antes que el conocimiento de la ciencia. ¿Cómo se lucha contra eso?
Y otra cosa: ¿cuánta responsabilidad tiene la izquierda tradicional? Lo digo porque siempre me he sentido ajeno a esos discursos grandilocuentes del comunismo militante que ensalzan al «trabajador», «obrero», «proletario», «camarada»… No sé, nunca me ha atraído mucho ser comunista para ser un «camarada», o un «trabajador comunista». Si te digo la verdad, cuando estudiaba Historia en el colegio, me resultaban más simpáticos Fourier y cía que Marx y Lenin (por no hablar de los rojipardos que hoy hablan en nombre de Marx y Lenin; esos ya son terribles).
Decía Sartre que todos somos medio cómplices y medio víctimas. Aunque no hay que entenderlo como 50 y 50: algunos son muy cómplices y muy poco víctimas, y viceversa. Yuna cosa es ser comunista y otra militar en según qué supuesto partido comunista.
El otro día le oí Javier Cansado (que es un tipo muy inteligente y al que no puedo estar más agradecido por tanta risa) que el poli amor y el comunismo son dos cosas que sobre el papel, en teoría, son muy atractivas. Lees sobre ellas y dices esto es lo que yo quiero. Luego las pones en práctica y al poco rato ya estás huy, huy, huy….
Porque son dos cosas muy difíciles de poner en práctica sin que un lastre de siglos nos haga tropezar a cada paso. Podríamos añadir alguna utopía más, como el cristianismo evangélico. Pese a ser ateo, me gustaría vivir en un mundo de buenos cristianos.
Y yo. Y probablemente en una comunidad donde fuéramos solo treinta personas el comunismo sería la forma de organización social perfecta. Es más, no tendría sentido que uno o dos fueran otra clase, vivieran mejor que el resto. El problema es que a gran escala no cubre las necesidades del personal. No funciona. Nunca lo ha hecho. Y siempre, siempre desemboca en regímenes dictatoriales, opresivos. Por no decir directamente criminales.
Y quizá una lástima, y no seré yo quien le niegue el efecto moderador que ha tenido sobre el capitalismo más salvaje. Pero es lo que hay.
Ya… Lo que yo me pregunto es: ¿qué tipo de sociedad planteamos desde la izquierda de verdad? El hijo de Francisco Fernández Buey (Eloy) planteaba esta pregunta cuando, en un texto de Ché Guevara, editado por su padre, decía que aparecía la palabra trabajo, trabajo , trabajo…………… constantemente; aquello parecía un curso motivacional o de coaching empresarial.
¿En qué consiste ser comunista? Porque la mayoría de comunistas que conozco da la impresión de que quisieran el comunismo para ser eternos camaradas leyendo sólo a Bertolt Brecht y compitiendo unos contra otros a ver quién da más lecciones de moral comunista. Ufffff, yo entiendo que el comunismo debería ser otra cosa.
En teoría, la propuesta comunista es muy simple: priorizar el bien común y evitar que los grandes medios de producción y los recursos naturales estén en manos privadas. A partir de ahí, las interpretaciones y los matices. Y las tergiversaciones, derivas autoritarias, ideologías dogmáticas… Es un desiderátum hacia el que caminar, aprendiendo por el camino. Presentarlo como un proyecto perfectamente definido y acabado es tergiversarlo. Cuando las ideas dejan de fluir y cristalizan en ideologías, se cae en el dogmatismo, y el mejor de los proyectos puede convertirse en una pesadilla.
Gracias. Sí, es una buena y «simple» definición. Sin querer eternizarte en el debate, sí me gustaría «arrinconarte» un poco (es un tema muy importante). Te planteo esto: los medios de producción pueden estar en manos públicas (así como los recursos naturales) y sin embargo, de eso, pueden surgir modelos completamente distintos, incluso antagónicos:
Se me ocurre que un socialismo dirigido por situacionistas sería un socialismo muy distinto al dirigido por leninistas productivistas, que a su vez quizá sería distinto de un socialismo en Corea del Norte, etc… Hay socialismos en los que se decide vivir para construir rascacielos, etc., etc… Dice el decrecentista Serge Latouche que Lenin y otros comunistas están a favor de un taylorismo socialista.
También denunciaba Castoriadis (y, en una línea parecida, Erich Fromm) que Krushev había establecido un socialismo que consistía simplemente en trabajar en las fábricas, tener una familia tradicional y enviar naves al espacio.
Era para darle una vuelta de tornillo más al tema…
Al tema hay que darle no una sino muchas más vueltas. Está claro que «la Tierra es de todos» y los recursos naturales no pueden estar en manos privadas, pero no está nada claro quién y cómo ha de gestionar lo público. Y a veces, como se suele decir, el remedio puede ser peor que la enfermedad.
Perdona, he vuelto a poner un comentario ladrillo… y mira que quería sintetizar. Pero nada, no hay manera.
Votar no tiene nada que ver ni con las políticas sociales, ni con la Unión Europea, o el Euro, o la OTAN, ni con los abusos de pederastas. ni con los abusos del capitalismo, ni con la memoria histórica. Votamos porque queremos evitar que los gobiernos tengan un poder absoluto y, entonces, dividimos el poder, limitamos su ocupación por tiempo, y queremos que los gobernantes del Estado, de las regiones y de los municipios sean elegidos por los vecinos, residentes o nacionales. Además, queremos evitar que el Gobierno pueda limitar algunas libertades esenciales de todos los ciudadanos, como son las libertades de pensamiento, opinión, expresión, de vivir donde quiera (incluso en Cataluña), o a ganarme la vida como mejor sepa, y por supuesto a tener propiedad de mi casa, que será también mi castillo en donde nadie pueda entrar y violar mi intimidad. Todas estas libertades está ligadas completamente con el sistema constitucional representativo. Es el mejor sistema que tenemos para luchar contra las dictaduras y los sistemas totalitarios. Hay que defenderlo porque las alternativas son peores. La mejor defensa es ir a votar.
Por supuesto un sistema democrático puede evolucionar hacia sistemas totalitarios como sucedió en la Alemania nazi o sucede ahora en Venezuela. Los culpables de esa evolución no son los votantes, sino los gobernantes, y votar siempre es un medio para luchar contra estas tentaciones totalitarias. Los que no votan dejan precisamente que los enemigos de la democracia y la libertad avancen.
Y otra cosa. La izquierda solo parece aceptar un regimen democrático que sea a la vez un sistema socialista económico y esto es un asunto fundamental, porque en Europa entera el sistema económico se basa en la libertad de mercado, de producir, de comerciar y la propiedad privada, sistema que la izquierda demoniza despectivamente llamándolo capitalista. Si resulta que el regimen político no nos gusta porque convive con un sistema económico capitalista, y por eso no se vota, entonces esa abstención es militante pero no juzgo positiva, ya que estaría apoyando un camino contra la libertad y por el totalitarismo, que es como llamo a los regímenes que eliminan el sistema representativo e instauran una economía dirigida e intervenida por el poder.
Dicho todo esto, todos los votos que se emiten se basan en sentimientos y emociones y no en razones, pero esto es otro asunto.
Gracias por plantear el debate en términos sensatos y no viscerales, como suelen hacer quienes ven en el voto un supuesto talismán contra el totalitarismo. Obviamente, no estoy de acuerdo contigo (en cuanto a las elecciones generales: las municipales son -o pueden ser- otra cosa). Salvo, tal vez, en un punto que señalas de pasada: cuando dos grandes partidos -ambos corruptos y proclives al terrorismo de Estado- son los únicos que pueden gobernar, el «voto útil» puede ir en el sentido de forzar la alternancia y evitar que uno de los dos se apalanque en el Gobierno el tiempo suficiente como para consolidar redes de clientelismo y estructuras de poder.
Yo sólo tengo una cuestión que plantear: ¿Qué va a pasar con Feijóo?
A. Sobredosis de alcohol, como Rita Barberá.
B. Se cae por un balcón, como María José Alcón.
C. Se suicida en un hotel, como María del Mar Rodríguez Alonso.
D. Pescando en el yate de un amigo se caerá a los mares con unas botas de cemento.
E. Como anciano inútil acabará sus días en una residencia madrileña este mismo año.
Hagan sus apuestas.
Los anarquistas boicotearon las elecciones del 33 tras la caída del gobierno de Azana por la matanza de Casas Viejas y ganaron las derechas las elecciones prosiguientes y con su victoria, la contra-reforma y el el bienio negro arrancaron, agravando dramáticamente la situación de España, quitando a la II República la estabilidad de ni siquiera una legislatura entera para poner las bases de la nueva democracia
La historia es el laboratorio de las ciencias sociales como decían los pensadores de la Ilustración escocesa, y si no se repite, rima, como dijo Mark Twain….
Hay que votar, y si puede ser, a las Izquierdas por favor….
El problema es que no hay una izquierda a la que votar, y hay que ser muy ingenuo para creer que votando al PSOE se frena a la extrema derecha. VOX es alarmante como síntoma social, pero su poder político real es mínimo y subsidiario; lo que tiene que preocuparnos es el binomio PP/PSOE, las dos grandes mafias políticas, enfrentadas a la hora de repartirse el pastel, pero con análogos planteamientos básicos. Pensar que Sánchez es mejor que González es tan ingenuo como creer que el papa Francisco es mejor que sus antecesores porque es más simpático: no son más que las cabezas visibles de las mismas y muy corruptas estructuras de poder.
Me voy a marcar otro Godwin.
En Mayo de 1928 el NSDAP obtuvo 810,100 votos. Poder político real mínimo y subsidiario.
El Julio de 1932, tras irse apoderando de las instituciones y la radio, el NSDAP obtuvo 13,745,000.
En Marzo de 1933, antes del golpe de estado, 17,277,180.
Los comunistas de la época proclamaban que votar al SPD era como votar a Hitler. Lo hicieron todo para desmovilizar al electorado de izquierdas y barrenar al SPD.
Por eso decía Adorno que los comunistas, que fueron exterminados en las cámaras de gas, fueron de los pocos que merecieron ser exterminados en las cámaras de gas.
Estoy contigo, MacNaughton.
Gracias, Carlo y Kumbali
No creo que el cambio sistémico que quieres tú, Carlo, se consiga votando, tampoco desde un punto de vista Marxista. Nadie votaba la revolución francesa en su momento, tampoco la revolución de Octubre 1917. Las revoluciones se producen cuando toquen… lo cual no es excusa para el pasotismo…
Mi temor es que vayamos hacia al fascismo de nuevo, no igual que la versión de los años 30, pero con demasiados puntos en común para no estar muy preocupado. Europa nunca ha sido tan próspero, España inclusive, y sin embargo… Va a ser que cuanto más dinero tiene la gente, mas de derechas se hace…
Mira a Trump, mira al Brexit, que es un proyecto de la extrema derecha inglesa… Mira a Alemania y Hungría y Polonia y Italia… Por eso hay que votar a la alternativa de PP/Vox en España, para resistir esta ola de reacción y fascismo…
Kumbali, tienes toda la razón sobre la desastrosa decisión de Stalin de no entrar en la Frente Popular en Alemania en el 33, dejando a Hitler via libre para llegar al poder.
Por ultimo, Carlo, simplemente tocar un tema que nadie ha mencionado en el hilo creo: la OTAN. Estoy de acuerdo contigo. Los europeos estamos sometido a una ocupación militar permanente de parte de EEUU. Uno pensaría que eso tocaría la fibra de cualquier europeo a favor de la integración europea, pero no parece que sea así. Justo al contrario, Von der Leyen está allí en la frente de Ucrania, dándole guerra…
¿Que hacen militares americanos en España a estas alturas? Ni es un tema de debate, y si lo sacas a colación, te toman por extremista o loco… Lo razonable es que los americanos se vayan a su casa ya…
Lo de echarse al monte no es mala idea del todo, Carlo, visto lo visto… que panorama…
El fascismo no vuelve, Mac, porque nunca se ha ido, y sus manifestaciones desmelenadas, tipo VOX, aun siendo alarmantes como síntoma social, son mucho menos peligrosas que el criptofascismo soterrado y mayoritario de los poderes establecidos. Y eso no se combate votando, aunque en un momento dado pueda ser útil un determinado voto. Lo conseguiremos, si lo conseguimos (pues la victoria no está ni mucho menos garantizada, como creían los marxistas ingenuos) mediante las organizaciones de base y las movilizaciones sociales.
Gracias, Frabetti. Mi hermano piensa como tu, nunca ha votado.
Yo prefiero ser pragmático y no caer en lo que considero son equivalencias falsas desde cierta óptica entre PSOE/Sumar y PP/Vox. La óptica es cosa de cada uno, pero pongo algunos ejemplos.
Pienso en la comunidad LGTB, siempre vulnerable, desde siempre victimas desproporcionado de violencia y rechazo social, o pienso en las mujeres vulnerables a violencia machista, o en los inmigrantes y refugiados…
¿Estarás de acuerdo conmigo que todos estos colectivos estarán mucho mejores con un gobierno PSOE/ Sumar que con Vox/PP, quienes quieren dar marcha atrás en cuanto sus derechos como estamos viendo en medio país al nivel autonómico?
Pienso en los trabajadores con el sueldo mínimo que han experimentado tres subidas de sueldo con PSOE/Podemos que no hubiesen experimentado con Vox/PP, y los pensionistas que lo mismo…
Tu como animalista sabras que Vox ha inaugurado dos Direcciones Generales nuevas en el gobierno de Extremadura, una que se ocupa de los toros y otra que se ocupa de la caza… ¿No te es suficiente eso para meter el papelito en la urna para mantenerlos fuera del poder? Es una forma de hablar, entiendo que como yo, no tienes voto…
Por ultimo, está el escenario internacional. No me gusta nada. Europa es un asco de continente, que se ha hecho muy rico a base en gran parte de la colonización, y sin embargo, no hay solidaridad casi ninguna con los refugiados y inmigrantes. Ni tampoco en ayuda de desarrollo y cooperación…
Y como post data por cierto: ¿como sería una transferencia de poder de un gobierno de Vox de aquí a 10 años a PSOE/Sumar con todo el apoyo que tienen estos en los cuarteles y comisarias de España? Igual hacen una movida a lo Trump, o dan el cuartelazo que tantísimas veces han hecho en la historia de España…
Suena poco probable, pero lo poco probable sucede con pasmosa frecuencia…
Estoy básicamente de acuerdo, Mac, y en todo momento he admitido que hay situaciones concretas en las que un determinado voto puede ser útil (de hecho, participé en la creación y promoción de un partido de cara a las Europeas). Pero las líneas generales de la evolución sociopolítica no dependen de la alternancia PP-PSOE, y la sobrevaloración de las urnas no debe alejarnos de la verdadera batalla política, que se da, insisto, en las organizaciones de base y las movilizaciones sociales.
Teoría de la conspiración a la vista,
Aplicando la misma canción: Frabetti publica en el País y el Jotdown, ambas publicaciones vinculadas con el PSOE. Así pues, Frabetti es un infiltrado del binomio PP/PSOE que simplemente ocupa el lugar de la crítica legítima, etc.
Jotdown no está vinculada al PSOE, y Materia es un suplemento de El País independiente. No tendría ningún inconveniente en infiltrarme, todo lo contrario; pero hace mucho tiempo que no me dejan.
¿Aún no te has apercibido que eres el Semprún de jotdown?
Me temo que a él le molestaría más que a mí la comparación. Fue un personaje complejo y contradictorio, y creo que se equivocó al aceptar el cargo de Ministro con González; pero no creo que fuera un traidor ni un vendido, como insinuaron algunos.
Parece que no ha salido el enlace. Pego de nuevo:
https://tinyurl.com/gonzalezelfacha
Lástima. Los dos primeros párrafos prometían. El tercero comienza con una mención a la «supuesta transición democrática» y ya no he continuado. La frase carece de sentido: se pasó de una dictadura a una democracia (imperfecta, como todas), por lo que sobra la palabra «supuesta». Otra cosa es que el autor no esté de acuerdo con los medios utilizados para conseguir dicha transición, apuntándose a la moda más recalcitrante.
Sin embargo, no he leído jamás un solo artículo en el que se exponga cómo debería haberse desarrollado la «verdadera transición democrática». Es una buena oportunidad, señor Frabetti, ¿podría hacerlo? Le estaré agradecido y seguiré leyendo el artículo.
Lo haré (lo he hecho ya muchas veces, pero no te voy a pedir que rastrees mis artículos en Gara, Rebelión, Nodo 50, Kaos en la Red, Insurgente…). Te anticipo que no es cuestión de medios sino de resultados; algunos -muchos, aunque con escaso acceso a los medios- no creemos que el fin de una dictadura suponga automáticamente alcanzar la democracia.
Por si quieres ahorrarte la lectura del artículo que escribiré siguiendo tu sugerencia, en el texto que te adjunto encontrarás, resumidos, los argumentos que intentaré desarrollar:
https://archivo.kaosenlared.net/tigre-tarzan-carta-abierta-juan-marse/
Si el capitalismo aliena, aisla e individualiza, y deja un rastro de solos y desamparados, vulnerables ante el miedo, entonces es más necesario que nunca hacer lo contrario: Más sociedad civil y más movilización ciudadana por los asuntos que nos preocupan.
Aquí planteas un tema que daría para mucho, y con muchas cosas que discutir: ¿qué es una democracia? ¿Hay democracias en las que se puede vivir menos libre que en algunas dictaduras? Yo a veces lo pienso cuando me digo: si tuviera que trabajar en EEUU, o en España, sin protección social, de comercial, de repartidor, en un andamio, doce horas/día, etc… ¿no sería mejor vivir en un sistema menos democrático, pero donde la jornada laboral en el andamio fuera de 5 horas/día? Pues creo que sí, la verdad.
En ese caso, habría que preguntarse qué hace que un sistema sea democrático. Se dice que es el sistema en el que el pueblo se da sus propias leyes. ¿Pero qué ocurre si el pueblo decide darse unas leyes que consagran el fascismo y la opresión laboral? En ese caso, algunos (por ej., en la izquierda) dirían/diríamos que el pueblo está mal informado, y que si estuviera bien informado no se daría esas leyes… Pero entonces, me asalta otra pregunta: ¿para qué necesitamos entonces al pueblo? ¿No bastaría con que los que sí están bien informados legislaran sin necesidad de un pueblo al que hay que informar «bien»? Al mismo tiempo, esos que están «bien informados» tienen ideologías diversas: unos son comunistas, otros falangistas, otros liberales capitalistas, etc…
Es un tema que no tengo claro; son sólo preguntas que me surgen a cuento del tema: DEMOCRACIA.
La democracia es un desiderátum, una dirección en la que avanzar, un juego colectivo cuyas reglas se aprenden jugando, como la ciencia. Por si te sirve de algo: https://rebelion.org/cuba-dictadura-o-democracia/
Yo, lo único que sé es que cuando veo grupos de mucha gente, no sé, quizá a partir de diez o doce, me entran ganas irrefrenables de tener un bazooka o un mortero y dispersarlos a bombazos, sean de la ideología que sean. Lo cierto es que odio a la masa, la comunidad, la imposición que los humanos tenemos de vivir en sociedad. Esto, ¿cómo me definiría? Acepto toda clase de opiniones aunque sean sangrantes.
¿Sociópata?
Uno de los mejores ejemplos de práctica de la democracia capaz de enervar a cualquiera es una reunión de la comunidad de vecinos. Es estar en ella y echar de menos un lanzallamas….Aunque supongo que al resto de participantes en ella les pasará lo mismo y de ahí el control de armas.
¡¡Ja, ja, ja!! ¡Muy bueno, la imagen es impagable!
Puede que seas autista. El autismo es difícil de diagnosticar en las mujeres, y a menudo conlleva fobia social. Te sugiero que pidas un diagnóstico.
Yo la verdad es que siento fobia a muchos contextos sociales (no a todos), aunque no lo calificaría tampoco de autismo. Pero sí que me pregunto muchas veces por qué debemos dar por hecho que tenemos que vivir de la manera que vivimos; por qué, por ej., teníamos que ir a un campamento y meternos en una habitación con cinco tíos a los que a lo mejor no soportábamos desde el primer día o por qué tenías que tener amigos en el aula del colegio que te había tocado; por no hablar de la familia, las cenas de empresa, etc.,etc…
Se suele normalizar el comportamiento estándard en que se nos ha educado, pero nadie puede probar que sea el comportamiento correcto, legítimo. Hölderlin, Proust, etc… surgieron de cierta insociabilidad, y es más poética esa insociabilidad que la socialización estándard que impone el mandato social, yo creo.
¡Fastuoso, Frabetti! Como chiste lo encuentro agudo. Si lo dices completamente en serio, no tengo ninguno o casi ninguno de los muchos síntomas que acompañan al autismo, por suerte. Creo que más bien podría tratarse de inadaptación social aunque sin llegar a los extremos de sociopatía que apunta Arryn.
Se sabe muy poco del autismo, y los síntomas son muy variados, aunque entre los más frecuentes están las altas capacidades y las dificultades de adaptación social. Conozco bien la cuestión, dentro de lo que cabe, porque yo soy autista.
Por curiosidad, Carlo, si no es indiscreta la pregunta, y perdona por irme del tema: tu actividad como escritor, tiene relación con tu diagnóstico? Lo digo por lo solitario que tiene la escritura. Yo he descubierto tarde que me gusta escribir. He escrito un librito de reflexiones y demás, aunque no sé cómo moverlo o a quién dirigirme.
Yo, desde luego, no tengo altas capacidades (no he terminado una carrera, aunque tengo unos seis años y pico, sumando las de dos carreras). Y en los test de inteligencia y las matemáticas era malo o muy malo.
Sin embargo, cuando veo tu trayectoria, te veo tan poco autista (y tan poco parecido a mí). Creo que has viajado mucho, y te has relacionado con mucha gente en tu vida (o eso parece). Pero es mi impresión.
Disculpa si es indiscreto lo que pregunto.
Mi actividad como escritor es -o fue- en alguna medida una reacción al autismo y al aislamiento social que conlleva. La que tiene que ver directamente con el autismo es mi actividad como matemático (es un tópico, pero es verdad: hay bastantes matemáticos autistas). Y, sí, he viajado mucho y me he relacionado con mucha gente tras un trabajo muy intenso, desde muy joven, de adaptación. Y no te fíes de los tests ni del escaso éxito matemático. Voltaire, considerado uno de los mayores cerebros de todos los tiempos, era un negado para las matemáticas.
Pues gracias por tus palabras.
A Sofía: te ocurre con cualquier grupo social? A mí el estar a disgusto con el grupo me ocurre con gran parte de la gente, quizá simplemente porque no comparto con la inmensa mayoría los gustos, las inquietudes, las opiniones… Pero hay personas con las que estoy muy a gusto, incluso, a veces, grupos de personas.
Con algunos más que con otros. Lo que pasa es que prefiero el trato con las personas de una en una. Con algunas me llevaré mejor que con otras como creo nos pasa a todos. Pero siempre percibo la opresión del grupo sobre el maverick que se sale del rebaño. Supongo que es algo inevitable para la conservación de la especie, pero es algo a lo que no me he acostumbrado nunca.
Pues, aunque nos hemos ido del tema, es muy interesante esto que comentas, porque yo me siento de manera muy parecida. A mí, por ej, me ocurre que puedo tener ideas políticas concretas, pero cuando voy a una reunión, una asamblea de izquierdas, antiespecista, etc, me siento muy diferente y poco a gusto con la mayoría (no te digo ya si estoy con la gente «normal», o de otras ideas, !mucho peor todavía!).
Siempre he disfrutado mucho tener tiempo de soledad, lo que no quiere decir que quiera estar completamente solo, porque eso, continuamente, es horrible también.
Estoy muy bien con personas afines en distintos aspectos, pero llevo muy mal, por ej, el trabajar en un comercio, o en cosas de ese tipo, en parte porque me veo muy distinto al resto de compañerxs. Igual que compartir intimidad en una acampada, o en un encuentro social, si no es con gente muy afin.
Saludos y perdón a Carlo por convertir esto en una terapia de grupo.
No tienes que disculparte, Óscar, todo lo contrario: gracias por tus asiduos y jugosos comentarios. Y está muy bien que esto sea también una terapia de grupo.
Con unos grupos más que con otros. Lo que me pasa es que prefiero el trato con las personas de una en una, llevándome mejor con algunas que con otras como creo nos pasa a todos. Pero siempre percibo la opresión y la vigilancia del grupo sobre el individuo, el «maverick» que se descarría de la manada y nunca me adapto a ello a pesar de que sin duda, esto forma parte de la supervivencia de la sociedad.
Lo siento. Repetí el comentario al creer que no se había registrado cuando lo que pasaba es que estaban sopesando su admisión.
No he podido evitar pensar en esto al leerte:
https://m.youtube.com/watch?v=cKh06ol2mTQ&pp=ygUSQ29ydGF6YXIgbWlub3RhdXJv
Creo que eres una persona lúcida en medio de una sociedad enferma. Dicho esto, coincido con Óscar, a veces hay grupos humanos —pequeños, eso sí— donde uno se siente bien y se interesa (!) por las opiniones de otras personas vivas. Sucede poco, pero ocurre.
Gracias por tu muy gratificante diagnóstico sobre «mi caso».
Muy de acuerdo con eso de las movilizaciones sociales y organizaciones de base que son las únicas inmunes a las politicas-negocios de los más poderosos. Te hablo como peronista -ergo, votaré siempre-, un movimiento de izquierda que todavía no puede sacarse de encima el mote de fascista, populista y demagogo, definiciones que la ”revolución libertadora” del 55 que derrrocó a Perón, logró inculcar en no pocos argentinos. El primero y mejor conseguido fue aquel famoso “Ni vencedores ni vencidos”, o sea que los 300 y pico de muertos entre hombres mujeres y niños muertos en el bombardeo de la Plaza de Mayo no eran “vencidos”, hecho aberrante que abrió el camino a los horrores sociales-económicos posteriores tratando de aniquilar “fascistas, populistas y demagogos”, aquellos que querían una “Patria justa libre y soberana, industrializada, pacifista e inclusiva, aquellos que crearon el Estatuto del Peon de Campo (te podrás imaginar por qué lo crearon) y permitieron el voto femenino. Con respecto a ese último vocablo, demagogo, estimado Carlo, me pregunto si no sería hora de no usarlo más con ese significado denigrante. Me crié con el Manual de Instrucción Cívica de aquellos años que decía pestes de tal palabra como te podrás imaginar, y gran sorpresa me llevé cuando supe que así se les llamaba a los que “hablan o acompañan al demo, a la plebe, y me pregunto por qué no llamamos “demagogos” a los dirigentes aristocráticos o de derecha cuando prometen, ya que también ellos tienen un demo, un pueblo. Solo nosotros somos “demagogos”
Has tocado un punto clave, ER: la distorsión terminológica, la manipulación y fetichización de ciertas palabras. «Es necesaria una considerable cantidad de entrenamiento preparatorio incluso para comprender lo que significan las palabras», decía Feynman de la física, y lo mismo se puede decir de la política (oye, esto da para un artículo, gracias por la sugerencia).
Después de leer el artículo y todos los comentarios no termino de entender la cosa. Si por prudencia, Frabetti, has publicado esta reflexión después de las elecciones entiendo que es por que, antes, ya estabas completamente disconforme con los resultados de este gobierno. Y yo pregunto: ¿es que alguien que simpatiza con la izquierda, en general, puede estar tan disconforme con este gobierno de concertación, aún teniendo en cuenta las circunstancias dificilísimas en las que se ha estado trabajando durante estos últimos años? Creo que no es necesario recordarlas porque están en la mente de todos. Tampoco creo que sea necesario recordar los logros.
¡La izquierda y su platonismo! Qué inutilidad
Más que por prudencia, para insistir en que votar (o no) no debe ser una decisión emotiva tomada en función de la propaganda electoral, y en que no es la única ni la más importante actividad política. En cuanto a tu pregunta: precisamente alguien que «simpatiza con la izquierda» tiene que estar disconforme con este Gobierno, como con los anteriores. Te remito a las preguntas del final. La circunstancia dificilísima en que ha trabajado la sociedad (no los políticos) es el binomio mafioso PP/PSOE. Y los logros se deben a las movilizaciones sociales y las organizaciones de base.
Hola a todxs y a ti, Carlo un fuerte abrazo :)
Yo también llego tarde a la conversación, pero parece que voy en la línea del último comentario. Me lo he leído todo y sí, comprendo tu postura y estoy de acuerdo en que la transformación real de una sociedad y la política parte de la movilización ciudadana y de las agrupaciones. No puedo ser del todo imparcial en este tema porque trabajo en política. Me he dejado la piel en la campaña de Sumar en estas elecciones, así que es evidente que considero más que útil el voto. En tu artículo y en tu postura he echado de menos una reflexión hacia el sistema electoral que tenemos (la Ley D´Hondt) y que de ahí parte ya el conflicto, la corrupción de un sistema al que llamamos Democracia, pero que en realidad no lo es. Por otra parte, puedo comprender la desafección y el desentendimiento en algunos periodos políticos. Sin embargo, este periodo concreto en el que hemos tenido un gobierno de coalición progresista (primero de nuestra historia) en el que SÍ se han hecho avances significativos (Renta Básica Universal, subida del SMI, bienestar animal, Solo sí es sí, ley de vivienda, etc), no me parece coherente ni razonable defender la abstención, Carlo… Y ni siquiera voy a mentar a la extrema derecha. Es que no puedo comprender esa postura en parte de la izquierda. Me apetece preguntaros «¿pero qué más queréis?!». Hay que hacer mucho más y hay que hacerlo mejor. Lo imprescindible ahora mismo es afrontar el cambio climático y la deceleración capitalista, y si la izquierda se abstiene, eso significará que ganará la derecha, y el planeta no puede permitirse esa cagada. Esa gente está loca perdida. Cuatro años de derecha dura, ahora mismo, significa retroceder décadas tanto en derechos sociales como en atravesar el famoso punto de no retorno para el planeta… Y ocho años, ni te cuento. En definitiva: no podemos obviar las reglas del juego, pero podemos cambiarlas. :)
Bentornata! Un placer verte de nuevo por aquí. En su día (aunque en otros foros: ver enlace más abajo) manifesté mi escepticismo respecto a Podemos, que hago extensivo a Sumar, escepticismo que se podría resumir así: desmovilizan más de lo que aportan. Me consta que hay personas muy valiosa trabajando en esa línea (algunos buenos amigos y amigas, entre ellas), junto con oportunistas que intentan hacer carrera política haciéndonos creer que a la derecha desmelenada se la frena pactando con la derecha camuflada, que en un aspecto es más peligrosa: engaña más y a más gente. https://www.naiz.eus/es/iritzia/articulos/el-rostro-amable-del-sistema
Sí que podemos cambiar las reglas del juego, pero no votando. Lo que no quiere decir necesariamente, insisto por enésima vez, que no haya que votar, sino que hay que valorar la situación en cada caso y priorizando siempre las movilizaciones sociales y las organizaciones de base.
«Desmovilizan más de lo que aportan», esa es la cuestión, el fulcro que me trae de cabeza. Ojalá, querido Carlo, pudiéramos charlar horas y horas sobre eso tomando una cerveza tras otra (o lo que sea), con calma y razonamiento, porque no logro entender en qué momento se desmoviliza un electorado al que se le está proponiendo un programa de primera línea. ¿Te has leído el programa de Sumar? ¿todo lo que propone? Eso es literalmente aportar. Se está aportando el compromiso político más progresista que hemos tenido el la historia de la Democracia en España, por lo que el escepticismo y la desmovilización entiendo que responden a cuestiones de prejuicios, o culturales, o de sesgos sociales con nombres de diagnósticos psicológicos.
En tu carta abierta (la que has enlazado) leo esos sesgos y prejuicios («oportunistas», «traidores», «farsantes») que se parecen muchísimo a los de la extrema derecha pero dirigidos hacia otros actores. Son irracionales, viscerales y sentenciosos; opiniones de esas que se alejan de la templanza y no permiten ver más allá. Ojalá pudiera convencerte :)
Un último apunte que me gustaría hacer: también formo parte de grupos activistas y de movilización ciudadana y es que, nos guste más o menos, toda lucha, toda protesta y toda propuesta tiene que acabar traduciéndose en medidas o leyes políticas en las instituciones, por lo que sí es necesario votar y sí es necesario apoyar a un grupo político para que esas causas tengan salida
Sí, Milady, sería cuestión de horas y horas, que seguro que serían provechosas (al menos para mí), aunque no llegáramos a un acuerdo total. Paradójicamente, se desmoviliza precisamente proponiendo un programa atractivo, que lleve a creer que por la vía parlamentaria se conseguirá lo que solo se puede conseguir por otras vías. En cuanto a tu último párrafo, repito por enésima primera vez que no excluyo esa posibilidad (incluso participé en la creación de un partido), pero no creo que sea el caso de Sumar, como no lo fue de Podemos (y ahora sí, harían falta horas y litros de cerveza, en mi caso sin alcohol).
Otrosí: https://www.lahaine.org/est_espanol.php/el_policia_bueno
Carlo, siempre leo con atención lo que escribes, y comparto algunas cosas esenciales, como la defensa de los débiles, se trate de niños, mujeres, animales, ancianos, o cualquier ser que necesite protección. Eso, respaldado por tu veganismo, ya hace que te considere mejor persona que yo, por poner un ejemplo. Ahora bien, hay cosas que por más vueltas que le de, nunca me cierran. Específicamente: ¿a ti no te resulta inquietante pensar que los años que Fidel estuvo en el poder son más o menos los mismos que estuvo Franco? El hecho de que cuando finalmente deja el poder, lo tome su hermano, ¿No te despierta ninguna alarma por su similitud con la abdicación, propia de las monarquías?
Supongo que era mucho mejor vivir en las grandes democracias de El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Etc. Y ahora creo que también se vive mucho mejor en esas grandes democracias.
Querido Rafa, te aseguro que ser vegano no te hace mejor que otros: solo te hace mejor que la versión especista de ti mismo. Fidel y Raúl son «padres de la revolución», liberaron su país con su lucha heroica y gozaron siempre de un enorme apoyo popular, cosa que he podido comprobar en mis numerosos viajes a la isla. Eso no significa que no haya mucho que criticar y que mejorar en el sistema cubano. Por si te interesa: https://rebelion.org/cuba-dictadura-o-democracia/
Me he equivocado y te he vuelto a mandar el enlace que ya le había mandado a Óscar. Aquí tienes otro:
https://www.nodo50.org/cubasigloXXI/taller/frabetti_310707.html
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Ayer Pedro Vallín publicó en la Vanguardia un acerado artículo a propósito de la falacia del Nirvana en la que me parece que a menudo metes la punta del calzado. Corto y pego por si no tuvieras acceso al mismo:
«Todos los políticos saben lo que es la falacia del Nirvana, conocen su condición mendaz –aparece a menudo en los catálogos de falacias lógicas– y aún así hacen uso de ella con total ligereza. Se atribuye su enunciado a Voltaire, quien tradujo un adagio italiano que en lenguaje llano dice: “A menudo lo mejor es enemigo de lo bueno”. En España está contenida en un refrán que es el bastión del realismo más prosaico: “Más vale pájaro en mano que ciento volando”. La falacia reside en aducir de forma perversa que para lograr lo mejor (ciento volando) es menester renunciar a lo bueno (pájaro en mano). Y eso pasó ayer en el Congreso, que en realidad era el Senado. Pero no carecía de precedentes. Ni mucho menos.
En la anterior legislatura, el caso más flagrante fueron los votos contra la reforma laboral, cuando formaciones como Bildu y ERC adujeron las ausencias del texto como justificación de su voto en contra. Es decir, estaban de acuerdo con el contenido de los 52 folios de la norma sometidos a votación y argumentaron la ausencia de unos platónicos folios 53 y 54 (sobre indemnizaciones por despido) para votar contra todo ese contenido que, decían, les parecía bien. Se llama falacia porque contiene una mentira, que en aquel caso eran los motivos aducidos. La verdad era que Bildu no podía apoyar un texto de cuya negociación quedaron excluidos los sindicatos vascos y que ERC no quería regalarle tal triunfo político a Yolanda Díaz que, como se vio el pasado 23-J, goza de tantas o más simpatías que la propia Esquerra en Catalunya.
Otro caso idéntico fue el fracaso de la reforma de la llamada Ley Mordaza, donde los votos en contra de los aliados de investidura de nuevo se basaron, no en los más treinta puntos pactados que contenía la reforma, sino en lo que no contenía. Los aliados votaron contra 36 puntos en los que estaban de acuerdo y la reforma de la ley de Seguridad Ciudadana del ministro del PP Jorge Fernández Díaz sigue en vigor.
El inconveniente de acudir a este mecanismo, que ayer vimos de nuevo en la votación del decreto relativo a la ampliación de la protección del desempleo, es que acostumbra a transparentar el propósito verdadero tras la fronda de la discusión técnica. Los cinco exdiputados de Sumar –bajo cuya marca obtuvieron el acta parlamentaria–, todos ellos con carné de Podemos e integrados hoy en el grupo mixto, adujeron un “recorte” en la protección a desempleados de más de 52 años para tumbar el decreto. El debate sobre el presunto recorte es simple: el decreto baja paulatinamente la cotización del subsidio del 125% al 100% del salario mínimo en cinco años, pero la senda de crecimiento prevista y pactada para el salario mínimo hace que ese recorte no sea tal en los ingresos efectivos y de hecho supone un incremento.
Los cinco exdiputados de Sumar apoyaron las iniciativas del PSOE y solo votaron contra el decreto de su exlíder, Yolanda Díaz
Nada de eso era relevante al caso, pues hablamos de una norma cuyos efectos se verán en 2028 y con ella se han tumbado medidas en vigor que mejoran hoy mismo las prestaciones por desempleo de tres cuartos de millón de parados en casi 100 euros al mes.
La verdad detrás de la falacia es transparente: los cinco diputados de Podemos votaron a favor de los decretos del PSOE y en contra del único promovido por la líder de Sumar, Yolanda Díaz, contra la que mantienen su pugnacidad política, que no es programática sino personal. La vida no hace prisioneros. En ese ámbito narrativo de la política –ahora que todo es multiverso y reencuentros con otras versiones de uno mismo en el espacio-tiempo–, ayer era menester imaginar lo que la radical diputada del grupo mixto Ione Belarra le diría, respecto a la modesta ambición de las leyes que impulsó, a la reformista ministra Ione Belarra. O mejor aún: viceversa.
NOTA: El ingeniero y físico escocés Robert Watson-Watt, a quien se atribuye la invención del radar y cuyo trabajo fue determinante ante los ataques de la Luftwaffe al Reino Unido durante la segunda Guerra Mundial, siempre hizo un elogio de la imperfección y de las soluciones provisionales, en una aplicación lucidísima de la falacia del Nirvana: “Dales la tercera mejor opción para seguir adelante; la segunda mejor opción llega demasiado tarde. La mejor nunca llega”.»