Nuestro futuro pasado

Este artículo se encuentra disponible en papel en nuestra trimestral «Aniversario».

Ahora ya podemos afirmar que tenemos mucho futuro a nuestra espalda y que por delante solo nos queda un largo pasado por recordar, si es que alguna vez existió. Nos gustaría decir que estos son malos tiempos, más que nada para confortarnos en la melancolía, pero no son distintos de otros e incluso puedan ser mejores, pese a la que está cayendo. Si son mejores, son una mierda. Y si no, también. De acuerdo, son los que nos ha tocado en suerte y la nuestra ha sido más afortunada que la de millones de desahuciados, pero eso no quita para que ejerzamos el único derecho humano que nos queda en esta dictadura cuantitativa que padecemos: el derecho a quejarnos de lo que nos sale de los huevos. 

Permitan que me queje del futuro y del pasado. Del presente no, porque sabemos que no existe. Lean otra vez las diecisiete palabras anteriores y comprobarán que no miento: el presente nunca existió. Esa misma frase ya caducó. Tenemos mucho futuro por detrás y solo interrogantes por delante. Alguien dijo que era al revés: que lo pasado era pasado y el porvenir era futuro. No tenía ni puta idea. Lo de antes es el futuro. Lo de después, un invento para templarnos. Ni supimos, ni sabemos ni sabremos, confundidos futuro con pasado, rellenos de porquería ambos. Nos iremos a hacer puñetas, pero lo haremos como quien no quiere la cosa.