Este artículo está disponible en la revista Jot Down Places.
Por sus características climáticas, las costas malagueña y granadina han sido el germen del cultivo del subtropical en España y el interés por plantar aguacates está viviendo una expansión en otros lugares de la península.
Muchos años han pasado ya desde que, en la década de los setenta, comenzara la aventura de la plantación de cultivos subtropicales en el famoso Rancho California de Almuñécar. Desde entonces, han sido múltiples los movimientos realizados con el fin de buscar la variedad más idónea para perfeccionar la comercialización.
Un importante punto de inflexión se produce en los años ochenta, cuando el aguacate traspasa la costa granadina para introducirse en la Axarquía malagueña. Desde aquel momento, el paisaje, lleno de hortícolas y de vides, comienza a transformarse en un mar de árboles de hoja perenne de la familia de las lauráceas, con forma alargada y diminutas flores amarillas.
Pero el aguacate es un cultivo que no acepta cualquier condición. Todo lo contrario. Requiere de unas condiciones muy concretas. «Sobre todo, es una cuestión de temperatura. El aguacate resiste hasta dos grados bajo cero en dosis pequeñas de frío. La ventaja es que las heladas en nuestra zona son casi inexistentes, no hay una desde hace unos diez años y esto no se da en otros lugares», nos explica Benjamín Faulí, técnico de ASAJA Málaga especializado en cultivos subtropicales.
A pesar de conocer la dificultad de este cultivo para agarrar en cualquier emplazamiento, en otros lugares de Andalucía han intentado implantarlo, en principio, sin éxito. Huelva, Cádiz y Valencia están inmersas en el proceso de incluir estas plantas como parte de su espectro agrícola. «En Huelva, por ejemplo, se intentó en los años ochenta. Su clima tampoco tiene heladas, pero sí mucho viento, lo que provocaba muchos daños en la fruta. Acabaron desistiendo. En la zona del campo de Gibraltar había heladas más potentes de las que se producen en Málaga, y también abandonaron. Ahora parece que las condiciones han cambiado y están reiniciando el cultivo con extensiones más grandes de las que tenemos en Málaga. Ya hay zonas en las que se está produciendo, pero son cultivos jóvenes, de entre cinco a seis años», detalla Faulí.
Desde las asociaciones agrarias siempre se invita al consumidor a comprobar la procedencia del producto que tiene entre sus manos mientras hace la compra en el supermercado. En el caso de los aguacates malagueños, el comprador encuentra producto local desde el mes de septiembre y hasta el mes de mayo, aproximadamente. Se comienza con variedades de piel verde y, a partir de diciembre, empieza a recolectarse el hass. La variedad tardía es reed, mientras que las variedades tempranas son la bacon y la fuerte, tipologías, junto con la hass y la lamb hass, que se cultivan en España. El hándicap de la producción nacional es que cada vez se importa más en Europa. «El no tener más producción a nivel europeo o nacional es un factor limitante para la comercialización. Cuando entre en producción más cantidad de fruto de las zonas nuevas, veremos cómo evoluciona ese consumo: si se incrementa el consumo de producto nacional o si, cada vez más, se sigue importando aguacate foráneo», revela Faulí.
En la Axarquía malagueña hay unas 9000 hectáreas de aguacate, 1000 de cultivo en invernadero, unas 4000 hectáreas de mango y otras 6000 de cultivos al aire libre. El ingeniero técnico agrícola Manuel Berenguer asegura que, en la comarca malagueña, se producen unas cuarenta mil toneladas del fruto, lo que genera, a su vez, mucho empleo. «Hablamos de plantas que durante todo el año están importando aguacate de los principales países productores: Israel, Marruecos o Sudáfrica, así como de toda Sudamérica. Todo eso llega a Europa a través de la Axarquía. Es un sector del que viven miles de personas. El aguacate no genera un beneficio solo para el agricultor, hablamos de que hay más de cincuenta empresas con volúmenes de facturación de cientos de millones de euros, que dependen de esto y que tienen cientos y cientos de trabajadores».
El boom económico que supone el cultivo de los subtropicales se aprecia al analizar la facturación que genera y, aunque es cierto que tiene un comportamiento un tanto irregular, es un cultivo bastante rentable. En el año 2020 se produjo un récord de facturación del aguacate, que alcanzó los 131,64 millones de euros; en 2021 fueron 116,49 millones de euros, y, en 2022, la facturación cayó hasta los 76,38 millones de euros o, lo que es lo mismo, un 29,55 % menos que el año anterior. Se trata de un problema derivado de la dificultad añadida que suponen los pequeños calibres de los frutos, la concentración de la oferta en un breve periodo de tiempo y el hecho de que los precios hayan sido, en líneas generales, más bajos, e incluso, en algunos casos, pésimos.
Principales competidores
La fiebre verde del aguacate no solo se está expandiendo dentro de España. En la costa de Portugal se está implantando con una producción estimable y ya representa un gran competidor del producto nacional, tal y como ocurre con Marruecos e Israel, grandes productores que comparten nuestro calendario vital.
Por otro lado, los máximos competidores comercializadores de aguacate en Europa son Perú, Chile y Colombia —que se está convirtiendo en un gran competidor—, además de México, que es el mayor productor del mundo. «La contraestación cada vez se recorta más. Invaden nuestro calendario comercial cada vez más con nuevas zonas productivas, como, por ejemplo, en Perú. Allí, antes de abril, no había aguacates, y ahora se ven aguacates de Perú en el mes de marzo. Prácticamente, el mercado se está consolidando en vista a un mercado mundial de doce meses, mientras que nuestra ventana de comercialización se va recortando, porque van entrando zonas de comercialización de terceros países que se solapan con la nuestra», detalla el técnico de ASAJA Málaga.
Perspectivas de futuro
Una de las principales características de todo lo relacionado con el sector primario es su inseparable unión con la climatología porque, como se suele decir, el agricultor vive mirando al cielo. En el caso concreto de Málaga, nos encontramos con que la zona en la que se cultiva este producto, la Axarquía, está pasando por unos momentos complicados por la escasez de lluvias. «Coincide que llevamos un ciclo de pluviometría por debajo de la media de la comarca. ¿Que el aguacate consume agua? Cierto, pero también es cierto que, en los últimos cinco años, las reservas de agua se han venido abajo. Todo eso, sumado al turismo, los sectores industriales y demás, ha hecho que se llegue a la situación a la que se ha llegado», asevera Berenguer, que, al igual que Faulí, no tiene dudas de que, mientras no llueva, «habrá unos años complicados». Asimismo, pone de manifiesto que hay una serie de recursos alternativos que, cuando estén en marcha, aliviarán la situación. «Lo interesante sería que se ejecutasen todas las obras planteadas y que se establezca una ordenación para que todos los regantes que usan el agua de la presa puedan utilizar esos recursos mientras dure la sequía. Seguimos con ese hándicap, dependemos del clima y no de las soluciones técnicas, para las que tiempo han tenido, aunque no las hayan ejecutado», sentencia el técnico.
En este sentido, las ventajas de estas nuevas zonas aguacateras, como Cádiz, Huelva o Valencia, es que no tienen estos problemas de abastecimiento, mientras que, en Málaga, la zona en la que se puede cultivar es muy limitada. «El crecimiento en nuestra provincia es prácticamente nulo, lo que se intenta es mantener la superficie de cultivo. En Valencia se están quitando algunas variedades de cítricos para poner aguacates, pero no en zonas nuevas, sino en zonas que ya son de regadío», asegura Benjamín Faulí.
Según la creencia popular, el aguacate es un gran consumidor de agua, algo que tanto Faulí como Berenguer desmienten categóricamente. «Consume el mismo agua que pueden consumir los cítricos o cualquier otro cultivo de regadío», dice sin dudar Faulí. «Si lo comparas con un olivo, no tiene punto de comparación; pero, si lo comparas con, por ejemplo, el arroz, este consume mucha más: para producir un kilo de arroz hacen falta 5000 litros de agua, mientras que el aguacate, con técnicas de cultivo, intensificación y mejora en los sistemas de regadío, consume unos 400 o 450 litros por kilo. Es un mito que determinados sectores han querido asignar al aguacate para culparlo de la mala situación que hay», garantiza Berenguer.
Los especialistas tienen claro que el problema radica en un déficit de recursos hidráulicos que la Administración conoce, pero al que por ahora no pone remedio. «Ahora dicen que, a través de depuradoras y desaladoras, se va a solucionar el problema, pero eso es algo a años vista. Ya han pasado muchos años, ha habido muchos planes, pero no se han puesto en práctica con la excusa del reparto de competencias. El agua es algo que no debería estar politizado; necesitamos una solución técnica, práctica y apolítica», considera Faulí. Por su parte, Berenguer asegura que se trata de un gran problema que no afecta solo al aguacate. «Es un problema generalizado en los cultivos de regadío de todo el sur de España. En España no existe un plan hidrológico nacional, ni un sistema de transferencia de cuencas con superávit a cuencas deficitarias. Son políticas erróneas que generan un gran problema que también afecta a esta comarca. No hay una gestión del agua como un bien común, de todos, hay una gestión autonómica del tipo “esto es mío”. En invierno me ahogo porque hay inundaciones y, sin embargo, no transfiero agua a otras zonas para aliviar su escasez. No hablamos de quitar el agua a nadie que lo necesite, sino de aprovechar el agua que sobra».
Los que sí parece ser que hacen sus deberes son los propios agricultores. Y es que han sido pioneros en el uso de la tecnología: «No hay ningún cultivo de aguacate que no se riegue con sistemas de baja frecuencia, regadío intensivo automatizado, todo monitorizado. Se ha tecnificado mucho en esta comarca, pero falta infraestructura genérica global», considera Berenguer. Por otro lado, Faulí destaca el apoyo constante a la investigación y la transferencia al agricultor: «En ASAJA Málaga hemos tenido un grupo operativo, hasta hace unos meses, desde el que trasladábamos toda la investigación científica a nuestros socios para optimizar los recursos. Así, ganamos todos».
Es evidente que, en las últimas décadas, el paisaje de la zona de la Axarquía malagueña se ha visto modificado. «Toda la transformación se ha hecho siempre con los permisos propios de la Administración, es decir, que, por lo general, no puede haber nada ilegal. Duele pensar que el agua que acumula el Ebro en enero acaba desperdiciándose en el mar, cuando aquí sería productiva; si hubiera más producción, se demandaría más mano de obra y se evitaría la despoblación. Todo sería posible si se regulase bien», se lamenta Berenguer.
A ninguno de los técnicos consultados se le escapa que en la comarca hay un déficit importante de infraestructuras, problema que escala desde el nivel provincial al autonómico, pasando por el nacional. Y es que, mientras algunas cuencas de la propia provincia de Málaga vierten agua al mar durante todo el año porque tienen superávit, otras son deficitarias.
El agua es un tema complejo que tiene varias posibles vías de solución. De un lado, la depuración, que supondría un alivio al sector al usar aguas recicladas del consumo humano. En la Axarquía hay tres plantas de las que, actualmente, solo una reutiliza el agua para consumo agrícola, mientras que las otras dos están en proceso. «Son plantas que carecen de un buen sistema terciario para que el agua sea de calidad, por lo que, a corto y medio plazo, puede producir la intoxicación de la arboleda. Hace falta una depuración total del agua y no la depuración imparcial que se está haciendo ahora mismo», asegura Berenguer. Otra solución posible consiste en el establecimiento de desaladoras, aunque implica un probable impacto medioambiental.
Las personas que trabajan a diario con el cultivo del aguacate lo tienen claro: supone un gran motor para la comarca por todo lo que genera económicamente, a pesar de la desacertada, subjetiva y malintencionada prensa que se ha desarrollado en torno a él.
La palta, es la mejor fruta que existe y si la acompaña tomate, queso y/o jamón en un sándwich es una exquisitez en toda época del año
Muy buena nota para hacer de nuestro conocimiento, muchas Gracias.
Willy Peralta
CEO Spisagroup
Lástima que todo ese trabajo, dedicación y propaganda acerca del aguacate se ponga al servicio de algo que cuando te lo llevas al paladar, se asemeja en textura y sabor a una mierda recogida en la calle. ¡Es malísimo! Si lo vendieran con receta en farmacias, no lo ingeriría nadie.
¿Cuando van a acabar los publirreportajes de Málaga ?
Entiendo la necesidad económica de la revista de vender espacio al mejor postor, pero lo mínimo LEGAL es advertir que es un espacio patrocinado.
En esta revista se ha hecho con otros artículos sobre productos. Es normal y es lícito, pero hay que advertir que alguien ha pagado porque ese artículo exista.
Encima, hace ya unos cuantos publirreportajes que ni siquiera se hace referencia a Málaga en el título del articulo, con lo que uno entra sin saber que está entrando a un banner de publicidad. Supongo que así hay más clicks y se justifica el precio pagado por la institución.
Os sigo desde hace 11 años, tengo mas de 20 tomos de la revista en papel… pero así no se hacen las cosas en un medio serio como el vuestro.
Hola Jorge, sobre lo que comentas:
– Todos los artículos de la Jot Down Places «Málaga» se publican en la web como el resto de los artículos de las demás trimestrales. De hecho, también hay este mes bastantes artículos sobre lingüística de nuestro especial «Babel». Los artículos de la Jot Down Places dedicada a Málaga están encabezados con la leyenda: Este artículo está disponible en la revista Jot Down Places.
– El artículo no es ningún publireportaje ya que nadie nos ha pagado por él. El editor de la Jot Down Places decidió que era un tema interesante para el número y lo encargó a la autora del mismo.
Buenas tardes,
Entonces, ¿el bombardeo de artículos dedicados que hablan las bondades de la ciudad, incluyendo una entrevista bastante blanca al alcalde de Málaga, son porque JotDown Places va a hacer 10 artículos (y los que queden por publicar) de cada ciudad de la que decida hablar?
Este articulo es, claramente, un blanqueamiento de un producto. Con buenos argumentos, pero no deja de ser un blanqueamiento, como queda patente en la frase que cierra el artículo.
Resulta curioso que todavía en ninguno se ha abordado las problemáticas de una región interiorimente muy mal comunicada con transporte público, con unos problemas de vivienda y de precios de consumo disparados por el turismo y con problemas de limpieza importantes en muchos barrios que no son el centro, por no decir la carencia de espacios verdes, la ausencia de la apuesta por el talento artístico local….
Si queréis abordar una ciudad, y de verdad nadie os paga por ello, lo lógico sería que lo hicieseis con el rigor y exhaustividad de la que siempre habéis hecho gala, y hablaseis de todos los ángulos y no solo del perfil bonito para la foto.
Dicho lo cual, agradezco que hayáis respondido a mi comentario.
Un saludo
Buenos dísd, Jorge
Precisamente porque íbamos a publicar una entrevista del Alcalde de Málaga y estábamos en periodo electoral, también entrevistamos al (ex)Alcalde de Sevilla y la publicamos la misma semana.
https://www.jotdown.es/2023/05/antonio-munoz-entrevista/
Somos muy cuidadosos con mantener cierto equilibrio, sobre todo en temas políticos.
La Jot Down Places (no solo la dedicada a Málaga, también las nuevas que vienen) están enfocadas en lo positivo que la ciudad, región o país, del que hablemos, tenga. Es una revista de «Destinos» no de política. Entiendo que es un producto cultural o turístico que no te convence y ya nos encantaría satisfacer a todos nuestros lectores, aunque comprenderás que eso es imposible. Lo único que podemos hacer es destacar el en título del artículo que este forma parte de la Jot Down Places para que lectores a los que no les agrade el contenido salten a otro.
Un saludo y gracias a ti por dedicar tu tiempo a mejorar Jot Down
Entiendo lo que comentais del enfoque dle “Jotdown Places” y que es una seccion turística.
Independientemente de eso, creo que deberíais poner “articulo patrocinado”, si proviene de una revista con artículos por los que se ha llegado a un acuerdo comercial. Decir que proviene de una revista donde los artículos son de tipo turístico y patrocinado y que por tanto no hace falta avisa de que el artículo está patrocinado me parece una vuelta de tortilla un tanto capciosa.
Ahora bien: si JotDown Places está libre de toda injerencia económica externa, me la envaino y sencillamente pasaré de largo de los artículos, porque da la sensación de estar leyendo la revista del bolsillo del asiento de un avión. Pero esto es opinión, y como tal la expongo, sin pretender llevar la razón.
La revista es patrocinada en el sentido de que tiene anunciantes. En este caso la Junta de Andalucía, la Diputación de Málaga y el Ayuntamiento de Málaga, además de otros anunciantes como San Miguel y el CCCB. Sin embargo, editorialmente nadie nos ha dicho de qué tenemos que escribir.
Nosotros cuando contamos el proyecto sí le dijimos a los posibles patrocinadores que sería una revista de destinos con artículos culturales.
Por lo tanto no son artículos patrocinados como tampoco lo son los del resto de las revistas Jot Down aunque lleven publicidad de Planeta, Penguin o Anagrama.
Y si tu crees que, por poner un ejemplo, la entrevista a Joaquín Cuenca https://www.jotdown.es/2023/05/joaquin-cuenca-entrevista/ o la de Sara Mesa a Esther García Llovet te la puedes encontrar en un avión, pues que quieres que te diga… no estamos de acuerdo.
La Jot Down Places tiene artículos muy jotdown y otros no tanto.
Yo esperaba encontrar algo sobre el impacto de este tipo de cultivos a los recursos hídricos, pero es mas «vamos a realizar una felacion a los que ponen la pasta», se menciona como algo secundario cuando es de estudio sobre quien tuvo la brillante idea de plantar arboles con gran necesidad de agua en zonas que se esta demostrando no eran adecuadas para eso. Cuando sea así poner abajo «publi reportaje»
Bueno, con Málaga, soy malagueño, aunque no ejerzo, se están pasando un poco.
Mi familia tuvo una finca en La Axarquía: quitaron olivos, almendros y metieron sobre todo aguacates; hubo que perforar pozos y final entre traer agua de un acuífero a dos kilómetros. Fueron de los primeros en secano viejo, no en regadíos de vega antes con cañadú. Se vendió no sé cómo andará ahora. De seguir así o de secan o habrá que regar desalinizando.
Es el mundo moderno: multiplicación de recursos y de gastos energéticos. Creo que desalar consume mucha energía y contamina el mar.
No sé lo que aguantaremos a este ritmo.
Que no, que no, que este artículo nada sospechoso de blanqueamiento te lo explica muy bien: es un mito, gastan lo mismo que un naranjo. Y son igual de autóctonos.