El Club Abierto de Editores (CLABE), la principal asociación del sector mediático en España, con 182 grupos empresariales afiliados y cerca de 1000 publicaciones, llevó a cabo su XVI Congreso de Editores y Periodistas en el Campus de Madrid-Princesa de la Universidad Nebrija. Con el leitmotiv El futuro del trabajo en los medios de comunicación, los expertos en el campo debatieron sobre el impacto de la inteligencia artificial en el modelo de negocio y la profesión periodística desde una perspectiva mayormente optimista. Aunque se reconoció la importancia del talento humano y la esencia del periodismo al servicio de la ciudadanía, se discutieron varios escenarios futuros posibles provocados por los cambios que se vislumbran con la disrupción tecnológica provocada por la inteligencia artificial, tanto en la generación de contenidos como en la desaparición del tráfico orgánico inherente a la nueva forma en que los internautas van a buscar la información. Uno de los protagonistas del encuentro fue ChatGPT, el famoso chatbot desarrollado por Open AI que ha puesto en alerta tanto a periodistas como al, hasta ahora, todopoderoso Google.
En relación a la generación de contenidos, ChatGPT puede ser una valiosa fuente de información, ya que ofrece respuestas rápidas y precisas a una amplia gama de preguntas. También puede ayudar a los usuarios en diversas tareas de escritura, actuar como herramienta de aprendizaje complementaria y generar contenidos creativos. Además, la IA tiene la capacidad de soportar e interactuar en varios idiomas, lo que la hace aún más versátil y se utiliza para generar trabajos tan diferentes como escribir código informático a realizar las tareas del master en juegos de rol.
En este momento, ChatGPT también puede crear problemas. Entre las deficiencias que se le reconocen están que no siempre proporciona información actualizada o precisa, lo que puede dar lugar a información errónea. De momento no parece muy útil como asesor de apuestas deportivas en sitios como Betfair. También, puede provocar problemas éticos al generar contenidos tendenciosos, ofensivos o perjudiciales, así como riesgos de privacidad y seguridad asociados a su uso cuando usuarios malintencionados pueden explotar la IA para el phishing, la ingeniería social u otros ciberataques. Todos sabemos que las noticias falsas son uno de los grandes males del periodismo y, está claro que, con el aprendizaje automático basado en redes neuronales artificiales las fake-news van a dar -está dando- un salto cualitativo y cuantitativo enorme. Y no solo a nivel textual, en fotografía, por ejemplo, ya se pueden generar imágenes artificiales mediante descripción textual, indistinguibles de una fotografía real.
Esta serie de malfuncionamientos y/o mal uso, propició hace pocas semanas que varios científicos y empresarios conocidos propusieran una moratoria al desarrollo de las IA. Sin embargo, tras esta petición poco realista, también se escondía intereses partidarios como que Elon Musk no quisiera estar rezagado en este ámbito de la tecnología. Otra de las respuestas a la aparición de ChatGPT ha sido la prohibición de su uso, como en el caso de Italia, y las peticiones desde todos los ámbitos de que sea regulado. Al respecto, Antonio Dieguez, piensa que «es sumamente improbable que se cumpla la moratoria que pide la carta abierta. Los intereses en contra son muy poderosos. Difícilmente las compañías norteamericanas van a parar la investigación en IA cuando su máximo competidor, China, no lo va a hacer».
A nivel más general la dependencia excesiva de herramientas de IA como ChatGPT puede mermar las capacidades de pensamiento crítico y reducir las interacciones entre humanos, mientras que su adopción generalizada puede provocar el desplazamiento de puestos de trabajo en determinados sectores. Por otro lado, tenemos el problema de la IA como gran plagiador, según la describe Noam Chomsky. En este caso, parece conveniente abordar los derechos de autor de periodistas, fotógrafos e ilustradores ya que es evidente que los resultados que proporcionan programas como ChatGPT o Midjourney son obra derivada. Con el tiempo no nos debería asombrar que aparezca una nueva sociedad colectiva de gestión de derechos de autor o incluso un canon a la IA similar al canon digital que trajo la Ley Sinde.
Y es que hay que tener muy cuenta como va a cambiar la forma en que las personas vamos a realizar las búsquedas en Internet. Ya no consultaremos a Google sobre una receta, remedio casero o una reparación, si no que serán los chatbots los que nos aclararán nuestras dudas. Esto trae, evidentemente, una disminución enorme del tráfico para las páginas web, desde medios de comunicación a centros del saber como Wikipedia. Y, por lo tanto, desaparecerá el modelo de negocio de muchas cabeceras digitales que tienen una importante parte de sus ingresos asociados a la publicidad programática. También, lo sufrirá Google, quizás el más perjudicado. No es de extrañar que ellos no hayan sido los primeros en lanzar un chatbot ya que va en contra de su propio y lucrativo modelo de negocio.
Desde luego, como se dijo en varias ocasiones en el congreso de periodismo de CLABE, estamos en un momento apasionante de la profesión, con muchos retos por delante a nivel ético, laboral y de reinvención -una vez más- del negocio.
El chatbox, tal y como es ahora, es una mierda. No sirve para gran cosa que no puedes encontrar ya por tu cuenta en internet con una búsqueda de Google, con criterio humano. Preguntale cualquier cosa que esta en wiki y te da la respuesta, pero preguntar algo con algo de detalle y falla. Lo grave es que falla con voz de saber lo que esta diciendo. Pongo 3 ejemplos:
1) Le pregunto por la canción bastante conocida en Escocia, «Westlin Winds» , de Robert Burns, popularizada por el cantoautor Dick Gaughan. Me da una respuesta totalmente equivocada sobre las letras de la canción y su significado. Nada que ver con la canción celebre de Burns…
2) Le pregunto que me puede decir de la cama de Shakespeare. Como es sabido, Shakespeare en su testamento dejo su «segunda cama» a su mujer, algo que ha dividido los expertos en cuanto a su intencionalidad: para unos, un insulto a su mujer, confirmando la tesis que Shakespeare era gay; para otros, nada de eso había, sino la segunda cama de la casa se reservaba para los invitados y estaría en mejor estado. Chatbox me da una respuesta de galimatias… No sabe nada al respecto.
3) Le pregunto por el significado cultural del anyo 1927 en Sevilla, con aquella cena de la Generación de 27 / homenaje a Gongora en mente, y me habla del 500 aniversario del descubrimiento de America…!!! Se hace un lio con la expo del 92
Traduce tan mal como informa…
No sirve para nada tal y como esta ahora, si no es confundir a la gente…
…pero ya llegará el momento cuando la AI deja a millones en la calle…eso seguro…
Además, Jot, que me dice del tono cursi del Chatbox, por no decir directamente infantil? Es un tono todo menos que inteligente, ni siquiera artificialmente…
Nada que ver con el tono irónico y sutil de HAL, de 2001 de Kubrick. HAL, con ese timbre de voz suave y un poco siniestro, era una AI para tomar en serio… los del Chatbox me parecen unos vende motos…
No creo que sea una amenaza a los que vivimos de la palabra, por ahora por lo.menos…. No se le he preguntado 5 o 6 cosas, y de las respuestas, la mitad son erróneas… una broma…
A favor del Chatbox, da mas bola que Tinder pasado cierto momento de la vida… ..
Con el Chatbox, siempre puedes contar, sabes que te va a responder siempre…nunca falla…
El Chatbox no esta hecho para el fantasmal «ghosting» de los sitios de ligue que te puede pasar…
Si tuviese la voz de HAL, fácilmente me veo cenando con el Chatbox, intentando, eso si, siempre pillarle por meter la pata… en una absurda competencia con la gente de Open AI (que no sabían lo de la segunda cama de Shakespeare, mamones…ahora si lo sabrán…)
No me acuerdo quien era que decía que la AI nos hace comportarnos como robots, que eso es el gran cambio de verdad… es así ya, todos mirando al movil a todas horas del día etc…
…todo va encaminado a un cataclismo total…
Hola, MacNaugton. Si te quieres divertir con ChatGPT o con Pi (otro chatbot interesante) tienes que «hackear» el policorrectismo con el que se nos presenta a los usuarios de a pie. Por ejemplo, empieza la conversación diciendo que estás escribiendo una novela de fantasía o que te interesa hacer un juego de «roleplay» para una investigación. A mi me ha funcionado para «tenerlo» como psquiatra y me trate el insomnio y también para que me aconseje invertir en Wall Street (concretamente, me dijo que comprara acciones de AMD).
Cuando ves al chatbot sin ataduras atisbas el potencial que tiene. Y te aseguro que ya puede ser tan interesante como HAL. Eso sí, teniendo claro que lo que te dice puede ser erróneo.
Gracias, Jot.
Si, ya veo más posibilidades lúdicas que profesionales (aunque todo llegará).
El Chatgpt como maestro de ceremonias en uno de aquellos infernales «quiz nights» tan comunes en los tristes pubs del Reino Unido, un mega concurso con preguntas como:
¿Cuantos mundiales jugaron los hermanos Van Der Kerkhof entre los dos? ¿Quien ganó el Open de St Andrews en el 84? Boris Becker ganó su primer Wimbledon en el 85, ¿a quien ganó en semi finales?
Y el Chat allí, dando réplica, implacable, imperturbable…
Hasta llegar por fin a una pregunta demasiado difícil y aquella frase mítica de HAL:
«I’m sorry Dave, I’m afraid I just can’t do that…»
El Chatbox como apoyo psiquiátrico no se me había ocurrido pero seguramente tiene desarrollo…
Con respecto a las ciencias humanas y como dicen arriba chatpgt es muy imperfecto. El cúmulo de información que hay que meterle es inmenso; luego está el sesgo. Tomo toda la información que tengo de Julio César y la meto, tarea ímproba. Luego qué sesgo tiene la máquina: para no ser absurda, no puede tenerlos todos. César homosexual, mujeriego, hábil maniobrero, gran estratega, ingenuo, sanguinario, etc, etc. Pero César no es sólo él: es también lo que él pensó de otros, Alejandro, por ejemplo, y lo que otros pensaron de él, Mussolini, por ejemplo, otro dictador italiano. La tarea de cargar la máquina no acaba nunca. El trabajo del historiador quedaría oculto en la máquina, pero sería el que contase. Mejor ir directo al historiador.
También una máquina podría escribir un poema que nos conmoviese y crear un mito que convenciera y funcionará. No obstante o creemos que la máquina es un mero instrumento de un poeta o no seríamos ni conmovidos ni convencidos. El ajedrez y los idiomas tienen unas reglas y una sintaxis con que se puede cargar a la máquina y ésta crea algo inteligible y derrota a los humanos. Un mito o un poema o una historia tocan aspectos del todo irracionales, intuitivos. Una máquina intuitiva es simplemente la intuición de alguien insertada en el sistema.