Entrevistas Política y Economía

Carmen Castilla: «No sé lo que habría ocurrido con otro gobierno durante y tras la pandemia, pero sí sé lo que ha ocurrido con este, con el que el diálogo social ha sido fundamental»

Carmen Castilla para Jot Down

En un entono más burgués que trabajador nos atiende Carmen Castilla (Écija, 1968). Licenciada en Derecho, en Psicología y diplomada universitaria en Enfermería, le roba horas a su estresante jornada laboral para terminar su tesis doctoral. Puntual a la cita y con esa energía que le caracteriza, la Secretaria General de UGT en Andalucía no tiene reparos en responder a todo lo que se le pregunta. Sean cuestiones de carácter personal, general o relacionado con lo sucedido en su organización en 2014. Un momento muy complicado para la UGT, que los tribunales resolverán a partir de unos meses y que le aupó a un cargo en el que ya suma nueve años. Casi una década en el que ha apostado por esa manera de ver la vida que le permitió trabajar como enfermera durante veinte años en el Hospital de San Lázaro de Sevilla y ejercer la dirección de Enfermería y Atención a la Ciudadanía del Hospital Virgen Macarena (también de la capital hispalense). Sin duda, toda una especialista en sanidad pública que se lleva bien con Juanma Moreno y que no duda en hablar bien de Yolanda Díaz y de las consecuencias positivas de la reforma laboral parida por el gobierno de Pedro Sánchez.

Empecemos… Para una persona que defiende los intereses de los trabajadores, ¿cómo piensas que va España?   

España va bien después de lo que hemos sufrido en esta pandemia, que ha sido tremenda. En total, 16 000 andaluces han fallecido a causa del covid-19. Más de 100 000 españoles, que es una cifra terrorífica, en una amenaza tremenda. El gobierno progresista de España, encabezado por Pedro Sánchez, lo ha hecho bastante bien. No sé lo que habría ocurrido con otro gobierno durante y tras la pandemia, pero sí sé lo que ha ocurrido con este, con el que el diálogo social ha sido fundamental. Los grandes acuerdos a los que hemos llegado a nivel estatal con la patronal y con el gobierno, en acuerdos tripartitos, los famosos ERTES, que es la palabra que más se ha aprendido la gente; el tema del ingreso del mínimo vital; la ley de teletrabajo; la ley riders… Toda esa arquitectura jurídica de la que nos dotamos para que el país soportara que nos quedáramos paralizados. Las empresas tuvieron que hibernar. Yo siempre pongo el símil que las empresas hicieron como los osos. Y después de haber caído en dos cifras el PIB, hasta un 11 % en Andalucía, nos estamos recuperando, las cifras de desempleo las estamos viendo y las cotizaciones a la Seguridad Social. Yo creo que España va bastante bien. Y si lo comparamos con el resto de países europeos, es donde la inflación está más baja. No digo que esté baja aquí, esta altísima. Y la creación de empleo es importante gracias también a reforma laboral, es decir, en términos generales vamos bien, de manera óptima. Esperemos que los fondos Next Generation que van a venir de Europa podamos encarrilar bien la recuperación total. Se llaman fondos de resiliencia, que es una palabra que me encanta, por cierto.  

¿Cómo es la España de tu infancia? 

Estamos hablando de los coletazos del blanco y negro. Yo nací a finales del 68, viví mis primeros años en dictadura. Es curioso esto. Cuando se dice en voz alta, suena más fuerte. Recuerdo el día de la muerte del dictador. Cuando llegué a casa, mi madre lloraba, pero lloraba de alegría. Curiosamente, hoy hace nueve años que mi madre falleció y cómo bailan las cifras en la cabeza. Recuerdo esa etapa de mi vida complicada, porque mi padre estaba enfermo. Siempre vi a mi padre enfermo, enganchado a una bombona de oxígeno. Tenía una enfermedad pulmonar crónica, que degeneró en cáncer de pulmón, aunque en esa época no se diagnosticaba y recuerdo verlo, los ingresos en el Virgen del Rocío, que entonces se llamaba García Morato. Y cuando yo tenía nueve años falleció. No tengo un buen recuerdo de mi infancia. Sí recuerdo que era bastante traviesa y me han dicho cosas que se me han olvidado porque prefiero olvidarlas. Era la pequeña de ocho hermanos y me crie sola por diferencia de edad.  

¿Vienes de una clase humilde o trabajadora, que no es lo mismo, no? 

Puede ser clase trabajadora con muchos ingresos, porque el trabajo que tenga esa familia sea de clase media. Yo vengo de una familia humilde. La única que he podido estudiar he sido yo. Tengo una hermana que va a cumplir setenta y cinco años, me llevo veintiuno con ella y podría ser mi madre perfectamente. Ella nació en el año 48, lo oscuro que era el país y las pocas oportunidades que tenían, además, primero las mujeres de una clase trabajadora, humilde, y en un pueblo, que no estamos hablando de una capital ni mucho menos, aunque Écija yo la considero una ciudad, pero entendemos que no es Sevilla, ni Córdoba. Esa es mi familia, de la que estoy muy orgullosa porque mis hermanos y hermanas, gracias a su esfuerzo, consiguieron trabajar y labrarse un futuro. Lo dije el otro día en una entrevista que me hicieron en Spotify, hay un señor en concreto que me llamó burguesa. Qué poca labor de investigación tienen algunos periodistas, que no sé a lo que se refería por burguesa, solo por tener tres carreras. Bueno, me las he ganado yo sola estudiando y con mis becas. No me las ha regalado nadie, evidentemente. Un día espero escribir mis memorias para que la gente me conozca.  

Siempre has contado que estás muy orgullosa de Écija…  

Sí, yo nací allí y mi familia es de allí. Tengo mi casa allí y es donde quiero irme cuando me jubile. No sé si algún día me voy a jubilar porque soy muy inquieta (risas), pero sí es cierto que tengo mis raíces allí y cuando voy allí desconecto fácilmente, no solo por la familia y los amigos de toda la vida, sino porque mi pueblo tiene algo especial para mí. Tiene esa luz que yo digo que el cielo más bonito del mundo está en mi pueblo. La gente que lo ha visto me da la razón, no sé si es por no pelearse conmigo y llevarme la contraria. Tiene un cielo azul impresionante y una historia de más de dos milenios, con restos de civilizaciones romanas, musulmanas… Vas paseando por las calles y te vas encontrando restos arqueológicos de los que no somos conscientes. La gente te acoge muy bien. Tiene más de 40 000 habitantes, no es un pueblo pequeño. Es una ciudad desde época romana.  

¿Tienes mayor influencia paterna o materna a la hora de la educación?   

Aunque yo estaba muy unida a mi padre, pero falleció cuando yo era muy pequeña, fue mi madre la que me marcó y lo agradezco enormemente. Aunque físicamente soy como mi padre, en el carácter soy una vikinga. Mi madre tiene un carácter muy fuerte para criar a ocho hijos, viuda y tener que buscarse la vida. Para ser de esa generación, nadie la doblegaba. Yo he dicho que la persona más feminista que he conocido en mi vida fue mi madre. La que me enseñó que me tenía que buscar la vida y ser una mujer independiente. Luego me reñía porque no quería que estudiara tanto porque decía que ya tenía mis estudios, mi carrera, mi trabajo fijo para la Junta de Andalucía y que ya me dedicara a vivir y yo le decía «no te preocupes, si yo vivo. Yo salgo, entro. No tengo ningún tipo de problemas». Ella me ha influido siempre ha estado conmigo y con mis buenos consejos.  

Pocos saben que el fútbol no se te daba nada mal…

Mi afición por el fútbol es heredada de mis padres y hermanos, todos aficionados a un equipo en cuestión. Mi madre al Betis y mi padre al Real Madrid. Así que en casa hay béticos y madridistas. Mi padre, cuando yo tenía cinco años, me preguntó de qué equipo era yo y le dije que el primero por orden alfabético y resultó ser el Ath. de Bilbao. Empecé a jugar a los trece años a futbito, hasta los dieciocho, mientras estudiaba secundaria en un colegio de jesuitas (SAFA), un recuerdo bastante bueno de esos años. Se me daba bien, o eso me decían.

¿Por qué ese empeño en ser enfermera?

Cuando mi padre enfermaba tenía crisis de disnea respiratoria bastante incapacitante, y siendo muy pequeña veía como mejoraba con las inyecciones intravenosas que el practicante del pueblo le ponía así que le prometí que estudiaría para practicante para ser yo quien le pusiera las inyecciones. Estudié Enfermería, terminé la carrera a los veintiún años, pero no pude tratarlo, mi padre murió cuando yo tenía nueve años. Pero cumplí la promesa, y aunque a él no pude aliviarle la disnea sí pude hacerlo con muchos pacientes que he tratado a lo largo de mi vida profesional, y los que me quedan…

Carmen Castilla para Jot Down

¿Cuándo eres consciente de que para ser alguien en la vida tienes que estudiar?   

Para ser alguien en la vida, o tienes una familia con un apellido —y eso no vamos a negarlo, porque si no estamos haciendo trampas al solitario, gente así tiene las puertas abiertas— o hay que estudiar. Mi época fue muy difícil. Yo me vine de Écija a estudiar la carrera con dieciocho años en el 87 —España ha cambiado mucho desde esa época— y con la necesidad imperiosa de aprobar todo en primero, segundo y tercero. Entonces, la carrera era de tres años y si no aprobaba todo, no me daban la beca. No es como ahora. Me saqué mi carrera con veintiún años. Inmediatamente, me puse a trabajar en el hospital donde había estudiado, en el Macarena, y pasé en junio de tener el pijama que ponía facultad de enfermería a poner que era enfermera. El cambio fue de un día ser estudiante al siguiente estar en el mismo servicio, el mío favorito, urgencias. Me decía a mí misma que estaba loca por seguir en urgencias, porque yo quería seguir aprendiendo, y ese verano decidí hacer psicología y me matriculé en septiembre. Cinco años, y luego dos años de salud mental en psiquiatría. ¿Me paro aquí? No, hice el máster en Gestión de Salud Pública, que me vino muy bien para el tema del coronavirus. Me siguen llegando las alertas de la OMS porque estoy suscrita. Y para terminar decidí hacer Derecho, porque el mundo es más fácil de interpretar si te haces jurista. Lo terminé en el año 2009 por la UNED y tenía mi debate interno de si prepararme oposiciones para judicatura. Y cuando decidí que sí, me llamaron para proponerme ser directora del Hospital Virgen Macarena, y en un puesto de gestión es complicado estudiarte unas oposiciones. Te lo puedes permitir porque mi trabajo es por guardias, once al mes, con lo cual tengo veinte días libres. Fue una experiencia interesante de tres años. Me tocó también la crisis. Tengo un radar para que me toque lo peor donde voy. Cuando las cosas están mal, me llaman. También me gustaría probar en otra situación.  

En los años 80 las mujeres quieren empezar a ser protagonistas.  

Sí. Hay una revolución larvada durante toda la época de dictadura en la que muchas mujeres entendían que el debate de la igualdad no tiene que ser debate, tenemos que asumirlo que es innato en el ser humano, y los 80 fueron años revolucionarios para empezar todo el movimiento feminista a implantarse en nuestro país. Tomando la referencia de los modelos de otros países, fue el punto de partida para conseguir leyes tan importantes del Partido Socialista, el partido en el que yo milito, y no me escondo. No hago vida en el partido, porque soy la secretaria general de UGT Andalucía, por respeto a muchos afiliados que son militantes de cualquier partido. Tienen cabida de cualquier ideología que les mueva a defender los derechos de la clase trabajadora cada día. Sí es verdad que todas esas leyes vinieron de la mano de gobiernos progresistas, empezando por Felipe González, Zapatero y ahora Pedro Sánchez, que está haciendo un trabajo excepcional en materia de igualdad, en confluencia con el partido que está en coalición.  

Hablando de los 80, ¿cómo recuerdas el golpe de Estado y la victoria socialista en el 82? 

Yo era bastante pequeña, aunque muy avispada porque con once años leía novela negra de Hammett, Conan Doyle y Allan Poe por fascículos. Fue un momento de mucho nerviosismo en mi casa, en mi familia. En Écija hubo movimiento todo el día entero. Recuerdo que ese día nos mandaron para casa y el 23 F lo tengo marcado como día de desasosiego. Luego, la victoria de Felipe González la recuerdo de verlo en las paredes de mi casa como si fuera de la familia. Mi madre lo tenía puesto como si fuera uno más, con aquellas tarjetitas del cambio. Mi madre tenía una ideología marcadamente socialista y yo me crie en esa ideología. Fue un momento en el que ella sabía que iban a cambiar las cosas, un cambio cualitativo y cuantitativo de la sociedad y que las clases más humildes y trabajadoras podíamos optar a tener los mismos derechos, porque no los teníamos. El hecho de que a ti te marcara no tener una carrera, o no poder seguir estudiando o irte a trabajar muy jovencita con un niño o una niña porque no había para sostener la familia. Y hubo un hito muy importante para las personas que por vocación y formación nos dedicamos a la sanidad: fue el año 86, con una ley magnífica, la 14/1986 del 25 de abril de Lluch, que marcó los hitos para que la sanidad fuera pública, universal y gratuita en nuestro país. Ha llovido mucho desde el año 78, porque sale del artículo 43.2 de la Constitución, en un apartado que dice todos tenemos derecho a protección a la salud, y será responsabilidad de los poderes y administraciones públicas defender esos derechos. Hoy se está debatiendo mucho sobre sanidad en los medios de comunicación y no es momento de reflexionar ni de hacer diagnósticos sobre la sanidad. Ya lo tenemos hecho, lo que que tenemos que hacer es aplicar el tratamiento, si no el paciente se muere y el paciente es la sociedad. Yo no tengo hijos, pero serán nuestros hijos, nuestros nietos por los que luchar para defender lo que nuestros padres defendieron. Gracias al empuje de la clase obrera, por cierto, hay que recalcarlo, porque el Partido Socialista es obrero y la UGT estuvo en el nacimiento de estas leyes. Fuimos el germen de que estas leyes se promulgaran.  

Y siendo claramente de izquierdas, ¿por qué te decantas por el PSOE y no por una tendencia comunista? 

Porque soy socialista, no comunista. Eso me lo explicó mi madre muy pequeña. Yo respeto mucho los partidos de izquierda. Creo que tienen un problema en este país, deben entenderse y a veces no se entienden. Los partidos de izquierda somos más críticos entre nosotros mismos que con el resto. Está bien que exista un abanico en la izquierda para que no se aletarguen, porque con un único partido se puede aletargar y confundir con los cantos de sirena. Esos partidos que están más a la izquierda del PSOE sí han servido para que el PSOE no se duerma, precisamente en el gobierno. Tengo que reconocer que Yolanda Díaz me gusta bastante como política, como ministra de Trabajo. Ha hecho grandes cosas y tiene muchas cosas que decir, llámese Sumar o como sea. Es una gran mujer y hay que escucharla. Ese partido sí ha entendido el tema de la mujer y ahí me quedo.  

Carmen Castilla para Jot Down

En los años 80, los cabezas visibles de los sindicatos, Marcelino Camacho y Nicolás Redondo, salían todos los días en el Telediario con la famosa reconversión industrial.  

Tuve el honor de conocer personalmente a Nicolás Redondo en 2014. Llevo poco tiempo y el sindicalismo necesita una labor de seguimiento. No puedes ir cambiando a las personas con proyectos muy a largo plazo. Me sorprendió que una persona con su edad tuviera esa lucidez mental tremenda, y le preguntaba por cómo fueron los momentos del sindicalismo en muchas cosas que pasaron, no solo la reconversión. Acompañaron a los gobiernos en momentos muy complicados y hay que recordar que la UGT estábamos en el exilio, no estábamos en España. Tuvimos que irnos porque si no nos mataban, nos represaliaban, nos torturaban, hasta que volvimos con la democracia. Otros sindicatos no. Decidieron meterse en la estructura del sindicato vertical. Nosotros no queríamos sentarnos en la misma mesa con los que nos habían perseguido, y ese es un orgullo que tenemos la gente de la UGT. Y creo que Nicolás ha sido y será un referente para el sindicalismo de clase. De hecho, fue muy valiente, porque en la huelga general del 14 de diciembre 1988 le plantó cara a Felipe González y paralizó el país. Son amigos y en Suresnes renunció a ser secretario general del partido y le dejó la secretaría general a Felipe González. Allí estaba viendo que las grandes reformas sociales y, en concreto, las sanitarias no arrancaban. Ojalá hubiéramos tenido más voces andaluzas en Madrid. Esa reconversión se podía dar donde había industria, pero en Andalucía no hay, la poca que tenemos es del 10,2 %de impacto en el PIB y, según Europa, lo ideal deber estar entre el 18 y el 20 %. Debe haber empleo de más calidad, de más larga duración, que te permita tener un proyecto de vida en familia, seas hombre y mujer, aunque en la industria hay más hombres en Andalucía. La igualdad de oportunidades es una firme convicción mía. Aquí no vamos a ser el balneario de los países del norte de Europa y del resto de España.  

El sector servicios… 

¿Pero qué tipo de industria es? Las grandes empresas turísticas ganan mucho dinero con el número de pernoctaciones, desplazamientos, turistas… Pero qué tipo de empleo hay ahí: precario, bajos salarios y muchas veces incumplen la norma, pero como no tenemos inspectores suficientes… Hay mucho analfabetismo sindical. La gente no se afilia a los sindicatos porque no es obligatorio. Nosotros defendemos a todos los trabajadores estén o no afiliados. Con la cuota de mis afiliados, entre ellos nosotros, pagamos los servicios jurídicos, los servicios cuando hacemos una ley y tenemos que proponer para que esa ley se mejore, o negociamos para un convenio colectivo para un determinado sector. Sin embargo, no existe esa necesidad del trabajador de afiliarse a un sindicato, porque piensan que los derechos caen del cielo y eso es mentira. Si te quedas dormido, te arrastra la corriente. Yo creo que en el sector servicios hay un grave problema de precariedad, de bajos salarios y, sobre todo, dificultad para que las personas tengan un proyecto de vida. Y menos mal que con la reforma laboral hemos introducido los fijos discontinuos.     

¿Quién te mete el gusanillo de la política en la cabeza?   

Mi madre. Yo he pegado carteles con quince años. Estuve en la ejecutiva del PSOE, luego creamos un partido independiente y volví al PSOE. Cuento una anécdota a la gente y se ríe. Llego a Sevilla a estudiar la carrera en el año 87 y había que elegir delegado de curso. Yo no conocía Sevilla y di dos vueltas en el C1 (una línea de los transportes públicos de la ciudad de Sevilla). La típica cateta de pueblo. Por fin, me bajo en la Macarena con un bolso grande y un táper de croquetas que me había hecho mi madre, porque la cocina no es my fuerte, y había que elegir delegado. Nos presentamos tres y me vine arriba en el discurso. La gente me votó. Ese año eran las grandes huelgas universitarias y me tocó negociar con dieciocho años las manifestaciones que hicimos en primero de carrera, y en segundo ya dije: no me presento. Siempre defiendo que para meterte en política tienes que tener un trabajo. Yo tengo mi plaza en propiedad, por oposición, es mía. Soy funcionaria y este año cumplo mi trienio número once. Decidí meterme en la aventura cuando tenía mi plaza, para tener un trabajo donde volver y que no me ate nada y pueda ser libre. La libertad es fundamental. Yo decido lo que quiero hacer en cada momento y dialogo. Las imposiciones no van conmigo. Tengo un carácter endemoniado, como decía mi madre. Por eso me decía mi demonio rubio…  

Son años también en los que ver a una mujer en un cargo de responsabilidad era extrañísimo, prácticamente no había.    

En esa época no había. Y ahora, en el sindicalismo de clase, en UGT, que tenemos ciento treinta y cinco años de historia —somos el más antiguo de España y el segundo de Europa— soy la primera mujer en Andalucía. Fue un reto y lo asumí no muy consciente de dónde me metía. No sabía de sindicatos, nada, cero. Fui secretaria general en un momento muy complicado y al primer día ya tenía a los haters. Me insultan, me dicen de todo en Twitter. No fue fácil. No es que me dieran cien días, no quiero que me den cien días y menos los cobardes que se esconden detrás de un nick, pero sí es cierto que fue un momento duro y coincidió con la enfermedad de mi madre. Muere ese mismo año, en 2014. Entro de secretaria general el 9 de enero y ella muere el 12 de mayo. Todos esos ataques en los peores momentos, y el sindicato muy cuestionado, y yo sin saber dónde estaba. Si quitaba una losa, me iba a saltar una mina, pero nueve años después pienso que ha valido la pena muchísimo. Es de las mejores cosas que he hecho en mi vida, sinceramente, con sus sinsabores, con días muy malos, con días muy complicados de soledad absoluta. Un día me dijo Cándido Méndez que «existía la soledad del secretario general y la vas a experimentar muchas veces». Yo tengo una suerte tremenda con mi ejecutiva. He tenido una suerte tremenda con las personas que me han acompañado, que está conmigo desde el principio, como los compañeros Óscar y María del Mar. Fernando se incorporó en 2016. Momento difícil también fue la huelga del metal, con un 70 % de seguimiento. La UGT llevó la negociación y esos nueve días no dormí, porque me llamaban a cualquier hora y coincidió con dos intervenciones con sindicatos internacionales, uno latino y una charla con la IG Metal alemana, muy potente. Conseguimos sentarnos para un gran convenio y fue uno de los momentos más importantes de estos nueve años. Y luego hemos tenido las grandes firmas, dos intrapandémicas, lo peor, con el gobierno andaluz para ayudar a las personas y el último que es el pacto para el impuso social y económico de Andalucía de 9000 millones de euros para que se ayude a la clase trabajadora, a la pequeña y mediana empresa y a los autónomos. Más utilidad no se le puede pedir a un sindicato como el nuestro.  

Has hablado de feminismo. Ha evolucionado mucho con el paso del tiempo, pero está derivando en un feminismo machista.   

Bueno, yo creo que para que el feminismo sea machismo queda mucho camino por recorrer para que se radicalice. El machismo es catedrático en lo suyo. Tenemos mucho terreno por conquistar de las mujeres, pero la estrategia es muy importante. Tal como lo explicaban, las grandes feministas de la historia sentaron el paradigma fundamental. Yo cuando me siento con un compañero no quiero pensar que es un hombre. Somos personas. Quizás porque me educaron así. Eso es mucho más fácil. Yo no sabía que era tan feminista. Soy de una generación a la que no nos lo enseñaron en las universidades trasversalmente. Cuando me decían eres esto y esto, eres feminista. Bueno, pues lo soy. No quiero que me valoren por ser una mujer, sino por mis rendimientos y mis capacidades. Ojo, si tengo tres hijos, necesito el soporte para que no me impida mi desarrollo profesional y eso tiene mucho que ver con la conciencia que tengan los hombres, porque muchos compañeros no se saben la palabra de la corresponsabilidad. Queda muy bonito decir que ayuda a su mujer, pero de qué está hablando. No ayudas. Las tareas de casa son compartidas y solo el empleo de las palabras hace mucho daño, porque perpetúan estereotipos. Si a mí cocinar no se me da bien y a mi pareja sí, será él quien cocine motu proprio. Yo eso de conquistar al hombre por el estómago como que no. Si a mí se me da mejor otro tipo de tarea, pues sí, pero que no sea el hecho de tener que decidir como está ocurriendo actualmente y mira que existen soportes jurídicos para que las mujeres podamos progresar en nuestro trabajo. Se está viendo que las mujeres alargan mucho la edad a la hora de tener su primer hijo y tienen que elegir entre trabajo y cuidado familiar. ¿Por qué tengo que elegir? Si quiero ser madre, soy madre y punto. Es un problema que tenemos ahora con la demografía, no es una cuestión baladí. La inversión de la pirámide de la década de los 90 es que ahora ya no hay pirámide.  

Carmen Castilla para Jot Down

Este curso han sobrado muchas plazas en los colegios.    

¿Sabes dónde se ve muy bien eso? Ha habido un gap de 10 000 entre nacimientos y defunciones en Andalucía en el primer trimestre del año, con lo bien que se vive en Andalucía. Habrá que hacer un planteamiento para ver por qué las mujeres estamos decidiendo o bien no tener hijos o bien retrasando la edad de ser madre y muchas veces cuando lo retrasas cuesta más trabajo porque la biología está sujeta a la edad cronológica.  

Eternamente se habla de los problemas de la sanidad pública. ¿Tiene solución?   

Sí, lo que hace falta es voluntad. La atención primaria funciona mal, pero también la atención hospitalaria y las especialidades. El problema viene de lejos. No puedes diseñar un sistema sanitario público, universal y gratuito sin financiación. Si no tienes financiación, es muy difícil. Y si es insuficiente y la gestionas mal… No puedes poner a mi amigo o a mi amiga que tiene la misma cideología política que yo en un hospital sin tener nociones básicas de la gestión. La gestión es una carrera profesional. Hay bolsas de ineficiencia, hay profesionales que están cansados y la pandemia nos ha puesto a prueba a todos. Tengo compañeros que lo han pasado francamente mal, algunos de ellos con patologías de salud mental y estamos hablando de otra de las lacras de ahora, que está muy abandonada y ha sido la hermana pobre siempre de las especialidades en sanidad. Cuando financiamos o aumentamos el presupuesto en sanidad pública, lo que no podemos hacer diciendo que hay listas de espera es concertar con la privada, porque si no estamos haciendo ricos a sanidad privada con los impuestos. Tampoco entiendo que se pueda financiar lo público de calidad bajando los impuestos. Y lo que me da verdaderamente pena es que la gente compre ese discurso y vote a quien le baje los impuestos. ¿Qué te supone que te bajen dos euros? El que tiene grandes fortunas sí que se está ahorrando un dineral. Nosotros hablamos de un sistema fiscal impositivo progresivo y que sea justo, y eso tiene que ver con la cantidad de ingresos que tú tengas. Lo dice la Constitución, no lo digo yo. Todavía no existe eso.

Todas las normas que van en la línea de bajar los impuestos a las grandes fortunas van en contra del propio espíritu de la Constitución española. Primero para lo público y no solamente la sanidad, la educación o las políticas sociales, porque qué decimos de la dependencia. Ahí tenemos para hacer un máster. Es cierto que si no existe una política fiscal adecuada y no existe una financiación, de dónde vas a sacar el dinero. Esa teoría de la curva de laffer, que dice que si tienes más dinero en el bolsillo, gastas más y aumenta. ¿Qué dinero va a tener más la mayoría de los ciudadanos de esta comunidad autónoma? ¿Cómo puede calar esto? Lo que sí es cierto es que el problema tiene solución, hay que ponerse manos a la obra, pero no hay que engañar. Lo primero es que todo el dinero que venga para la financiación pública sea para la pública. Si tuviéramos los datos, me gustaría saber en España, no en Andalucía, cuánto dinero se ha llevado los conciertos privados. ¿Por qué están proliferando las clínicas privadas? La gente se piensa que por hacerse un seguro por veinte euros al mes va a tener cubierto todo, y eso no es así. Aparte, ya hay listas de espera en la privada. ¿Por qué no somos capaces de ofrecer una sanidad pública de calidad a la ciudadanía, que es un derecho nuestro que debe estar bien financiado? Hacen falta 90 000 enfermeras en España, por ejemplo. Ahora se van a jubilar el treinta y tantos por ciento de médicos de familia. No tenemos recambios, aparte porque es una especialidad que no es atractiva. Son problemas de hace mucho tiempo y nadie ha querido solucionarlos o no han sido capaces, porque a veces no sé quién se deja asesorar por quién en la clase política. Es verdad que nosotros en temas de sanidad estamos aportando muchas soluciones y esto es como el que escucha llover: yo te puedo aportar soluciones, pero si a ti no te gustan, pues no me vas a hacer caso, ¿no? 

Vamos a volver a 2014, que te cambia la vida (año en el que eres nombrada secretaria general de UGT tras la dimisión de Francisco Fernández). Muchos pensaban que serías una temporera para solucionar un problema, incluso gente del PSOE no te quería. Llevas nueve años ya. ¿Entiendes que la gente no apostara por ti?  

Yo lo entiendo porque yo no tenía pedigrí sindical. Yo no venía de ninguna federación, ni sección sindical, yo venía de mi hospital, Yo no sabía ni lo que era la negociación colectiva. Nadie me enseñó, también te lo digo. Fueron momentos de mucha confusión y sé que, incluso, mucha gente de dentro de la propia organización me daba, como mucho, seis meses. Es bastante aventurado, si no conoces a las personas, Si a mí me hubieran conocido del sindicato, entiendo que sí hubieran dicho pues sí conocemos su personalidad, si es más fuerte o menos fuerte, si podrá soportar tantas portadas en los periódicos o tantos tuits infames o tanto escudriñar sobre su vida, porque recuerdo que mis hermanas dijeron que había llamado gente de periódicos que no tienen mucho cariño a Écija. Y la gente en Écija dijo que yo era la mejor del mundo, porque yo había estado allí de concejala en la oposición sin estar liberada. Yo iba cuando estaba libre en el hospital. Muchas veces yo salía antes de guardias malas de medicina interna, que es mi servicio, y después de noches de paradas cardiorrespiratorias, insuficiencias respiratorias, hemorragias digestivas altas y muchas patologías graves me cogía el coche y me iba hacia Écija sin dormir. Bueno, una vez me quedé dormida a la altura de Carmona y casi me mato, pero no me pasó nada. El ángel de la guarda que tengo. Entiendo que sí pensarán por mi aspecto, por mi forma de ser yo nunca dije que iba a estar este tiempo, yo no tenía previsto cuánto iba a estar, pero creo que mucha gente se ha tenido que tragar sus palabras. Esa es la satisfacción y no es que yo sea una persona vengativa. Lo digo desde la tranquilidad que ya me vaya mañana habré cumplido más expectativas. Mi impresión subjetiva es que hubo un linchamiento del sindicato, fue injustamente tratado y me dirás tú qué vas a decir como secretaria general. Yo podría decir que no estaba y es verdad. El don de la ubicuidad solo lo tiene Dios, por cierto, soy creyente. No conocía ni a la gente que estaba. Me hablan de gente que se jubiló y yo les pregunto, pero de qué año me estás hablando, porque yo estaba afiliada, pero no hacía vida en el sindicato. Sí es cierto que la injusticia que se ha cometido con esta organización algún día se estudiará en las universidades y cómo hemos sabido salir adelante.

Los problemas jurídicos no se han solucionado porque sabemos que en España la justicia va lenta y eso también es un problema porque la pena del telediario o la pena del banquillo, como se suele decir en Derecho, ha hecho mucho daño a personas que todavía no han sido ni juzgadas y ya están condenadas para muchos. Yo siempre digo que esas personas que tienen la lengua tan larga y tienen tan poco filtro que pensaran ellos en la empatía y si les gustaría que los juzgaran mediáticamente. Una cosa es informar, y claro que los periodistas tenéis que informar, pero sin carga ni juicios de valor, ¿no? Son unos corruptos… ¿Perdona? Vamos a ver cómo acaba todo. El juicio va ser este año que viene. Yo estoy deseando que sea, en serio, porque yo sí me he estudiado el sumario, como licenciada en Derecho que soy, y mi especialidad es el penal. Y yo confío en que esto se va a ganar porque confío en la inocencia de los compañeros que estaban antes. Cuando me preguntaban, yo no podía confiar en la inocencia o en la culpabilidad porque no conocí la causa. Ahora sí porque me la he leído, confío en la inocencia de las personas y ha sido una verdadera injusticia y lo digo así lo que se ha hecho con este sindicato. Miles y miles de delegados que tenemos en las empresas, dándolo todo, quitándose tiempo de su vida, de su familia, porque no tienen horas. ¿Eso de los liberados qué es? Esos señores que opinan tanto, lo mismo de un volcán que del coronavirus, que lean más y estudien, por favor. Cobran por las tertulias por no hacer nada. Yo mañana voy a una tertulia y me dedico a hablar de lo que no tenga ni idea, Me parece una barbaridad. Pensaban que iba a durar poco, que me iba a ir asustada y aquí estoy. Cuando yo decida que mi tiempo de sindicalismo se ha terminado, para dedicarme a mi trabajo o a mis aficiones, porque trabajo siete días a la semana y trescientos sesenta y cinco días al año. Hace dos años, el 31 de diciembre, estaba hablando con el compañero secretario que lleva todo el tema de política internacional porque se estaba firmando el acuerdo del Brexit con Gibraltar para que 14 000 trabajadores pudieran no tener problemas para entrar en la valla. Eran las nueve de la noche y Carmen Castilla estaba al teléfono porque íbamos a sacar un comunicado de apoyo para los trabajadores de La Línea y Algeciras, no estaba tomándome las uvas y así te puedo poner multitud de ejemplos. Qué va a pasar mañana, no lo sé. Yo vivo el día a día.    

Carmen Castilla para Jot Down

Por cierto, ¿cómo se entiende que en Andalucía no gobierne el PSOE? 

La ciudadanía perdió la confianza, porque si no lo votas es por eso. También hubo mucha abstención, como en 2018, y eso es por la gran desafección que tiene la ciudadanía con la política. Si continuamente se está hablando de cosas malas y de los políticos, la gente tiene esa desafección, pero yo le digo a esa gente que no va a votar que luego no se queje. Hay que ir a votar siempre. Cada uno que vote lo que quiera. A mí me dijeron ¿tú crees que esto es un cambio de ciclo en Andalucía? Hay que esperar para hablar de cambio de ciclo. Cuatro, cinco años, que es lo que lleva gobernando la derecha en nuestra comunidad es poco tiempo para hablar de cambio de ciclo y sí es verdad que los resultados que ha tenido el Partido Popular, en especial el presidente, el señor José Manuel Moreno Bonilla, han sido espectaculares. Si decimos lo contrario, estamos mintiendo. Cincuenta y ocho diputados, con cincuenta y cinco que es la mayoría absoluta, es para que el Partido Socialista deje de reflexionar, las épocas de las reflexiones ya están, y haga una autocrítica. 

¿Ha hecho más daño el hecho de los ERES o la confianza de pensar que esto no lo íbamos a perder nunca? 

Los temas judiciales… Igual estoy equivocada porque entonces el Partido Popular que tiene un montón de causas pendientes… Qué más quieren con el tema de los ERES, si ya están las personas condenadas y están en prisión. Qué matraca. ¿Por qué no ponen encima de la mesa las soluciones para Andalucía que tiene el 18,31 % de desempleo y el 38 % de desempleo juvenil? De cada diez jóvenes, cuatro están en desempleo. Me parece a mí que eso es muy grave, ¿no? ¿Por qué no estamos en esas cosas? La confianza y la sociedad cambian. En la generación de nuestros padres era un voto no vocacional, ideológico para el Partido Socialista, hacia la izquierda. Hay que cambiar la forma de llegar a la gente, mira lo de las redes sociales. Ahora cualquiera tiene Instagram, Twitter, Facebook ha caído en desuso, y el Tik Tok, que tiene mi hermana con setenta y cinco años. Es una forma novedosa de llegar a la gente y yo creo que los sindicatos también nos lo estamos replanteando con las nuevas plataformas digitales, los algoritmos, con la digitalización y la política se tiene que adaptar.       

¿Y qué tal con Juanma Moreno y con Juan Espadas? 

Yo bastante bien con los dos. No voy a mentir. Con el presidente de la Junta tengo una buena relación, no la tengo mala. Siempre la he tenido buena estando en la oposición. Priman más las personas, aunque muchas veces los ideales políticos no coincidan, y con Juan Espadas igual. Los dos son personas sosegadas, tienen una forma ser no beligerante en las relaciones personales. Con ellos se puede hablar de muchas cosas.  

Se le achaca que barre mucho para Málaga (Juanma Moreno) y, en cambio, en el histórico con gente de Sevilla en altos cargos de la Junta de Andalucía se ha hecho muy poco en mucho tiempo.   

En Sevilla se ha hecho muy poco. En el año 92 con la EXPO y ya con el AVE y todas las estructuras… Sevilla necesita mucha inversión, que se lo digan a la gente que vive en el Aljarafe, como yo, Tardo lo mismo en llegar aquí que si viniera de Écija, ¿eso es normal? Hay una gran falta de infraestructuras. ¿Cuánto tiempo llevamos hablando de la SE-40? Entre puentes, túneles yo ya he perdido la cuenta. Hacen falta infraestructuras, invertir. Dicen que todas las consejerías en Sevilla, bueno es la capital de Andalucía, pero eso tiene que venir acompañado de inversiones y en Sevilla dejaron de existir desde hace ya muchos años.  

¿Qué tal con Susana Díaz? Se aseguraba que su relación con la líder socialista en Andalucía años atrás no era especialmente de amistad. 

Hace mucho tiempo que no la trato, porque es verdad que se fue de senadora. Yo trato de llevarme bien con todo el mundo. No soy persona de filias y fobias. No pierdo tiempo en eso. He coincidido con ella y tengo un trato normal con ella. Es cierto que nos pilló en el momento que ella estaba de presidenta de la Junta y yo recién entrada de secretaria general y yo eché en falta esa actitud hacia la UGT y era como una especie de sospecha en todo lo que había hecho en un determinado tramo de gestión. Me hubiese gustado más una confianza en la que hay que pensar en la presunción de inocencia es fundamental, que está en nuestra Constitución y en la base fundamental de Estado de Derecho. La presunción de inocencia es un derecho fundamental. No la trato mucho y he tenido una relación normal.   

Con Pedro Sánchez ha llegado la reforma laboral, pero no se consigue poner un salario mínimo interprofesional que esté a la altura de las necesidades de los trabajadores, ¿no?  

La reforma laboral es una de las cosas de las que nos tenemos que sentir más orgullosas desde el punto de vista sindical. Además, nos tenemos que sentir orgullosos todos porque es una reforma porque por primera vez se recuperan derechos laborales. Las últimas reformas de Zapatero de 2011 y la de Rajoy en 2012 quitaron derechos, ésta fue la línea de flotación de la negociación colectiva, y nos dejó a los sindicatos muy atados de pies y manos. Para el convenio era un suplicio poder negociarlo, era un acto de heroicidad para mis delegados y delegadas en las empresas, pero con esta reforma nos hemos puesto de acuerdo la patronal, los sindicatos y el gobierno de España. Con este acuerdo tripartito, saliera como saliera la votación, que fue un poco esperpéntica, pero yo me quedo con el resultado. Fue como un minuto y resultado de un partido de fútbol, que en la prórroga te meten un gol. Fue tremendo, pero sí es cierto que el salario mínimo interprofesional ha subido un 43 % en los últimos cinco años. Cuando entró en el gobierno Pedro Sánchez estaba en 655 y ahora estamos en 1080. A lo que se comprometió el gobierno en la carta social europea es que se llegara al 60 % de salario medio español y es una cifra que hay que mirar cada año. Nosotros pedíamos 1100 y ellos 1047. Nos hemos quedado en 1080. Esto es negociar. Yo creo que estamos vamos en la buena línea del salario mínimo interprofesional, permite que gracias a la subida del salario mínimo, que tenemos el más bajo las mujeres, haya bajado la brecha salarial 3,5 puntos y estamos a 21,5 puntos de la brecha salarial. Un hombre gana 5300 euros más al año y multiplícalo por 35 de años vida laboral y te da para comprarte un piso en la playa, que es un ejemplo que entiende la gente muy bien. Queda mucho terreno todavía, la propia reforma deja cosas en el tintero. Recuerdo un debate que tenía yo con periodistas y me decían «hombre, es que habéis dejado atrás muchas cosas» y yo les decía que qué queríamos esto o…

Ahora estamos en la negociación por despido, que hemos llevado a la Justicia europea porque pensamos que en España es muy barata y que queremos que sea más difícil de despedir. Cualquier empresa que tenga problemas de facturación y lo primero que diga es que hago un ERE. Oiga, hay otras medidas, gracias a la reforma laboral, hay un mecanismo de flexibilidad interna que te permite tener otras opciones. Oye, y vamos a poner ya en línea con la reforma laboral lo que hemos firmado hace dos días, el quinto acuerdo para el empleo en la negociación colectiva, que supone mejoras salariales de un cuatro por ciento para este año, un tres por ciento para el año que viene y un tres por ciento para el siguiente. Eso marca los cimientos. Me podrás decir un cuatro por ciento y la inflación está muy alta, pero tú sabes cuánto es la media, según el Consejo Andaluz de Relaciones Laborales, que está subiendo la media de los salarios un 2,71 % en Andalucía. Fíjate tú si todavía nos queda hasta el cuatro por ciento, más que los empleados públicos, que yo soy funcionaria y nuestro acuerdo está muy bien y no llegamos al cuatro por ciento. Hay que poner en valor los acuerdos tripartitos, que son la reforma laboral, no el salario mínimo esta vez porque los empresarios han dicho que íbamos a colapsar la economía con los dineros que están ganando. Ojo, que nosotros somos los primeros que estamos diciendo que si una empresa no puede subir salarios que para nosotros es más importante el mantenimiento del empleo. De qué te sirve a ti que os suban el salario a tu compañero y a ti y la empresa diga que no tiene beneficios y me estás obligando a echar a éste. Nosotros no queremos eso, queremos el mantenimiento del empleo y en ese acuerdo viene todo.  

¿Cómo se conjuga una subida digna y justa con el alza de los precios? 

Eso es incontrolable. Hay una cosa que está clara, los economistas más liberales, los de la teoría de Adam Smith, dicen que las subidas de los salarios están provocando la espiral inflacionista. Eso es mentira, ya está demostrado, es porque se están repercutiendo mucha carga que ya no existe. Acuérdate cuando estaba el precio de la luz muy alta y el combustible disparado y con las ayudas empezaron a bajar los precios, por qué siguen diciendo que la materia prima estaba muy cara y siguen repercutiendo cuando ya no es tanto así. Si estamos haciendo trampas, es muy complicado que subas la inflación porque sigues repercutiendo gastos y nos nivelemos. Cuál ha sido el lema del 1 de Mayo, subir salarios, bajar precios y repartir beneficios. Y hay que controlar que no se esté haciendo una política abusiva en la cesta de la compra, que es lo que más nos duele. Nunca me fijaba en los precios y ahora digo cómo es posible, si no llevo nada, no es normal. Es fundamental que no solo hay que subir los salarios, sino que hay que mantener los precios, por lo tanto, están conteniendo la inflación de manera directa y luego hay que repartir los beneficios. Para mayor abundamiento, hay una política equivocada del Banco Central Europeo, diciendo que si suben los tipos de interés va a bajar la inflación y eso no existe. Lo que sí está ocurriendo es que la gente no puede pagar la hipoteca porque si volvemos a tener salarios bajos, inflación alta y tipos de interés altos tú has contratado una hipoteca y al final resulta que la hipoteca no la puedes pagar porque no es lo que tú contrataste. El problema de la vivienda en España no es grave, es gravísimo. Es un problema de primer orden, que se ha hecho una bola que esa bola hay que pararla. No solo de adquisición de vivienda, también de alquiler. Me parecen una barbaridad los precios abusivos. Nos hemos acostumbrado que en un piso de no sé cuántos metros, en los que cabes tú y tu perro, te cueste un dineral. No podemos justificar eso, verlo como algo normal y lo hemos interiorizado. Alguien está ganando dinero y la clase trabajadora no es.     

Carmen Castilla para Jot Down

¿Qué queda de la persona Carmen Castilla que quiso ser alcaldesa de Écija?

Pues, soy la misma. Por cierto, el otro día estuve en mi casa de Écija y vi los carteles gigantes de casi tamaño real y dije Dios mío, cómo pasa el tiempo. No soy la misma a nivel físico, porque ya tengo unos años, pero el espíritu combativo me lo voy a llevar a la tumba el día que me muera. Queda la persona reivindicativa, que no se conforma con cualquier cosa, que se emociona con los problemas de la gente y que, si pudieras tener la capacidad de ser alcaldesa de tu pueblo, que habría sido un gran honor, hubiera podido arreglar muchos de los problemas, que tienen muy fácil solución y para otras personas son impensables. En la UGT, sin medios, hemos solucionado problemas que para otras personas serían impensables. Por ejemplo, hace dos años nos presentamos a unas elecciones sindicales y acabamos con un 44 % de representatividad. Eso no ha ocurrido en la historia del sindicalismo español y ha pasado en la UGT de Andalucía con todo lo que nos han dado. Los trabajadores han ido y nos han votado. Yo le tengo que dar las gracias a la gente que confía en nosotros porque conseguimos cosas, pero yo sigo siendo el mismo espíritu, reivindicativo al cien por cien, no me acomodo a nada. Esto no es un cargo fácil. La gente pensará que ganamos más dinero y yo cobro lo que cobra una enfermera con diez trienios en la Unidad de Medicina Interna. Ese es mi salario. Lo único que tengo del sindicato es un móvil, éste porque a mí no me mueve otra cosa que sea la justicia. Yo en mi perfil de Instagram lo tengo puesto inconformista y que mi objetivo es perseguir la igualdad en todos los terrenos.  

Has hablado de cambio de ciclo. Parece que se vuelve al bipartidismo político con PSOE y PP.  

Yo veo que existen muchos espacios que no cubren PP ni PSOE, pero son efímeros, como Ciudadanos, que no ha durado y luego no sé la historia de las confluencias y las vamos a poder analizar mejor en las elecciones que tenemos a final de año. Siempre estamos en elecciones, ahora las municipales, luego las generales y después las europeas y el trabajo para cuándo, digo yo.  

Podemos llegó con mucha fuerza, pero el tiempo parece que les ha puesto en su sitio y que no era tanto como se esperaba de ellos, ¿no?  

Podemos ha conseguido cosas importantes en este país y poner encima de la mesa cosas de las que no se había hablado nunca. A los que nos gusta hacer análisis sociológicos tenía que nacer un partido para plantear esos temas, pero es muy difícil tener la cabeza fría y que no se te suba a la cabeza. Los partidos no son personas, son ideologías, si no fuese así las personas se van, como Pablo Iglesias que se ha ido, o no sé, si se ha ido porque opina y tiene bastante influencia en su partido y se debate. Está bien que surjan también este tipo de opciones políticas y que tengan esa juventud de querer decir cosas que solamente decimos cuando tenemos una determinada edad. Cuando nos hacemos mayores, ya tenemos una censura y la censura nos hace ser más políticamente correctos, aunque a algunos se nos olvide, tengamos la edad que tengamos.  

¿Dónde te ves dentro de algunos años?   

Dentro de unos años me veo en mi Unidad de Medicina Interna, en mi trabajo haciendo mi tarea asistencial, salvando vidas, que es lo que siempre me ha motivado muchísimo, después de una guardia mala y has podido contribuir a que una persona siga en este mundo terrenal y te da muchas satisfacciones. Me veo con mis nuevas aficiones, que es la pintura y con temas que tengo muy olvidados, como son mi familia y mis amigos, abandonados realmente y no te das cuenta hasta que te lo dicen tus amigas con ¡hay que ver que ya no te vemos como antes». Quedas con ellos, te lo pasas tan bien y dices «narices, hay que ver el sacrificio que tengo». 

¿Consejera de Sanidad no te ves, no?   

No depende de mí, depende de que alguien quiera confiar en mí. Y eso no ha ocurrido hasta la fecha. Sí ha confiado mi sindicato, pero mi partido nunca ha confiado en mí para ofrecerme nada. Y no lo sigo con resentimiento, ni mucho menos. Es un dato objetivo. Yo que me dedico a la investigación me baso en datos objetivos, en hipótesis. Mi partido nunca ha querido contar conmigo. Lo digo sin pena, ni rabia. Probablemente porque yo no he cuajado dentro de lo que ellos pretendían. Una persona maleable no soy y siempre voy a decir lo que pienso. Durante un tiempo pensé igual no estoy preparada, pero no estoy esperando a que me llame nadie. A mi sindicato le tengo que agradecer enormemente que haya confiado en mí para ser secretaria general en dos congresos, el primero entré un comité, y con muchos votos, también tuve gente en contra evidentemente, pero eso es sano, si no sería a la búlgara. Tuvo muchos más apoyos en el segundo congreso que en el primero. 

¿Hacia dónde van los sindicatos en esta era de la modernización y globalización, con todo controlado por Internet?   

Nosotros estamos haciendo cosas interesantes, que como nadie nos compra no seremos interesantes para determinados medios. Estamos haciendo una transformación del sindicato de la UGT, con 135 años de historia, adaptándonos perfectamente a las nuevas realidades. Ya hablamos de los derechos laborales de los youtubers, que de eso nadie ha hablado. Hablamos de los algoritmos, si conculcan derechos laborales de las grandes plataformas digitales. Hemos conseguido la ley riders, que permite el hecho de que una persona que está trabajando para una gran empresa no sea un falso autónomo, que es muy importante para las cotizaciones. Hemos conseguido que se ponga en marcha la ley del teletrabajo, de la que hemos sido muy impulsores porque es una nueva realidad que el despacho esté en tu casa. Hasta la fecha se hacía sin ninguna norma, regulación y si a ti te pasaba algo en tu casa hemos conseguido a través de una sentencia de los servicios jurídicos de UGT que un accidente que tuvo un trabajador en su casa que sea considerado accidente laboral porque es tu ambiente de trabajo. Hablábamos de digitalización. El 12 junio de 2019 me invitó Europa Press a ser ponente en un desayuno, que me presentó María Jesús Montero, la ministra de Hacienda, y ahí, tuve un pálpito, hablé todo el tema de la digitalización y de los nuevos puestos de trabajo. ¿Y qué pasó en el 2020? La pandemia. Y la digitalización entró de golpe. Ya empezamos a manejar los webinards, los encuentros a través de las múltiples aplicaciones de los encuentros virtuales, el gui, algo que está ocurriendo en el mismo punto del planeta, tremendo e impensable. UGT está haciendo un gran trabajo, pero que no se está dando a conocer por parte de los medios y estamos dándole apoyos a sectores que se van a transformar totalmente con la robotización. Y ahora algo muy delicado, la inteligencia artificial, cuidadito. Todo eso lo estamos regulando ya. Hemos pedido, incluso, que la Ley de Riesgos Laborales que es la 31/1995 del 8 de noviembre, buena, pero se ha quedado obsoleta por uno de los sectores productivos, entre ellos los que tienen riesgos psicosociales que demandan de todas estas nuevas tecnologías. El sindicalismo, por lo menos la UGT, se está adaptando a los nuevos tiempos. Lo que sí es que tenemos un problema, que la gente, y vuelvo al principio, tiene que tener conciencia de clase, de organización, de saber que te da muchos beneficios estar afiliado a un sindicato, que luego desgrava en Hacienda. Esa es la fuerza colectiva que tenemos que tener para empujar al capital, que desde luego solo quiere ganar y ganar dinero, ha visto la oportunidad de ganar dinero y tenemos que plantarle cara.   

Para terminar, háblame de la erótica del poder…    

Yo eso no sé qué es, la verdad. De qué erótica hablamos. Para guapo, Russel Crowe de Gladiator, qué quieres que te diga. Ahora se ha desmejorado mucho, pero ese es mi tipo de hombre. Los cargos son efímeros. Luego ya cuando dejas de tener el cargo qué pasa, no es guapo o guapa. Tiene que ver más con la persona que sea capaz de resolver los problemas de la ciudadanía. Me quedo con lo que ha dicho Yolanda Díaz esta mañana en el arranque de la campaña electoral de las municipales y las autonómicas que se celebran, que la gente no quiere gresca en la política, lo que quiere es que nos ocupemos de los problemas que tiene la ciudadanía. Nosotros somos útiles, no fútiles, que en investigación se utiliza mucho la futilidad, que es lo que no vale. Nosotros somos útiles porque arreglamos problemas a la clase trabajadora y en eso tenemos que estar y en considerar que, a través de las políticas transversales, que es también nuestro trabajo influir en las políticas transversales a través de la concertación social, también podamos cambiar la vida a mejor a la ciudadanía. Así que la erótica del poder para otro. Para mujeres como yo que tenemos capacidad de discriminación no. Yo no veo guapo a nadie porque sea presidente o cargo.

Carmen Castilla para Jot Down

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26 Comments

  1. Ricardo

    Empiezan las elecciones en Jotdown

    • Más bien acaba. Si te fijas en las entrevistas publicadas este mes:
      https://www.jotdown.es/category/entrevistas/
      Verás que están el alcalde de Sevilla (PSOE), el alcalde de Málaga (PP), el presidente de la Diputación de Málaga (PP) y la de hoy (UGT)
      No solo no hemos hecho muchas entrevistas políticas si no que las pocas que hemos hecho están equilibradas.

      • Ricardo bis

        PP y PSOE. O sea: extrema derecha y derecha moderada. O dicho de otro modo, los que han pactado con Ciudadanos y los que hubieran deseado pactar con ellos. Amigos de Florentino en ambos casos, el presidente en las sombras de este país.
        Probablemente hubiera sido de mayor interés entrevistar a Rufián o a Matute, paradójicamente lo único bueno que ha dado este país al que ellos no desearían pertenecer.

        • Máximo

          ¿Rufián, el golpista que va de izquierdas y resulta que le revienta que a sus primos de Jaén les paguen el comedor escolar? Pues menudo izquierdista de eme.
          Y Matute, al que según la izquierda española random habrá que darle las gracias por formar parte de una organización que sólo usa las elecciones como herramienta política, como si eso fuera un mérito.
          Vaya par de mamelucos supremacistas.

          • León

            Intervinieron en todas las medidas sociales de la legislatura. Por ejemplo:
            – Topar alquiler mediante la ley de vivienda.
            – Frenar los EREs (en particular durante la pandemia).
            – Imponer impuestos a bancas y eléctricas.
            – Subir las pensiones de viudedad y no contributivas.
            – Aumentar el SMI.
            – Apoyar la ley de eutanasia.
            – Topar el precio del gas.
            Para supremacistas, sus amados capos chinos.

            • Máximo

              Otro que piensa que los de Jaén son subhumanos.

              1. China, el futuro.
              2. ¿La eutanasia social? ¿Como en Canadá?

              A ver, lo que defiendan «social» siempre a expensas de que beneficie a «su parte» de la comunidad política a la que pertenecen.
              Lo cual tiene que ver con ser de izquierdas un pimiento.
              Lo dicho. Erc y bildu son unas izquierdas tan peculiares que en muchos sitios los toman por reaccionarios.
              Cierto es, en eso también Spain is different, en que esos fachuelos pasen por izquierda.

              Ya que antes habló de China, estaría bien que repasara el concepto de izquierda baizuo.

  2. Una visión imparcial, propia de un sindicato/partido que mama del sistema y no defiende al trabajador.
    Una de las grandes fallas del sistema es el sistema sindical, y esta señora forma parte de él en su peor versión.

    • Jose Antonio.

      Seguramente tus derechos laborales (en el caso de que trabajes y sepas de lo que hablas) te los ganaste tú. Los derechos que todavía nos quedan los tenemos gracias a los sindicatos, no gracias a los empresarios.

      • Claro, que se cree usted que estos sindicatos son sindicato y no una variante patronal. Siga en su ilusión boomer y aguarde a la pensión, si no la tiene ya.

  3. Arryn

    Pero sí sabemos lo que ha ocurrido en las residencias de Madrid: Darwinismo Social. Cuando reniegan de la justicia social no es un simple slogan, es una declaración de principios.

  4. Rijoso

    Joder, siempre me ha aburrido el politiqueo y sus entusiastas. ¿No podríamos hablar de tías?

    • Abel "el bedel"

      ¿De que tipo de tías? ¿Mayores de 80 años, por ejemplo?

      • Rijoso

        Hombre, si es lo tuyo, no tengo nada que objetar. Cada uno disfruta como puede. Yo, personalmente, las puedo atender hasta los 65, más o menos. Aunque en mi vida, conocí a dos tías realmente viejas que estaban cañón. No quiero ni pensar cómo estarían a los 25, incluso a los 70…

        • Abel "el bedel"

          ¿Una mujer de poliuretano es una mujer?

          • Rijoso

            Por supuesto. Eso sí, de poliuretano.

            • Abel "el bedel"

              Pareces muy seguro, pero la mía no huele a chumino, sino a vainilla. Eso es antinatural.

              • Rijoso

                ¡Hombre, F. Sostres! ¡Un abrazo!

                • Abel "el bedel"

                  Qué más quisiera. Sólo soy un conserje atribulado. Cuando me asiento sobre sus sintéticas y estoy entrando, me invade un olor a vainilla, pienso en un croissant, con su masa hojaldrada, su escamas, su cremosidad… Me desconcentro y termino yendo a la boulangerie. Voy a terminar deprimiéndome… aparte de que me voy a poner como una vaca.

  5. Maiolongo

    En mi opinión, si hay alguna organización en España desprestigiada ( hay más), los sindicatos son una de ellas. Vivo en una ciudad en la que el Sindicato del Metal llevó a cabo varias huelgas salvajes, de esas de quemar contenedores, entrar en oficinas públicas y tirar archivos por las ventanas.
    ¿Resultado? Hoy queda un astillero de nivel internacional, brillantemente dirigido. ¿Los demás? Han ido muriendo lentamente.
    Sí, ya sé que la única razón no fueron aquellas huelgas que nos amargaron la vida porque les teníamos miedo. Pero fue una razón importante para espantar a posibles clientes.
    ¿Y el funcionamiento de los piquetes «informativos»?
    Paniaguados corruptos, joer..

  6. Javier

    Tras muchos años de trabajo y conocerlos de todos los colores me queda claro que la utilidad de los sindicatos es nula… salvo para la economía de los propios sindicalistas. Por tanto el interés de una entrevista como esta es cero, os las podéis ahorrar, como las de los políticos

  7. Pues es que a mí

    Estoy con el cartón de Bingofacha y aún no ha salido «mariscada», esto es un tongo, revisen las bolas y el bombo.

    • Michel

      Mariscada, Unidos Gambas Tomamos. Ya lo tienes ¡¡¡¡¡BINGO!!!!!🎰🎲📢💰💰💰

  8. Michel

    El único colectivo que en este país no ha evolucionado con los tiempos son los sindicatos. Hasta la iglesia se ha reinventado un poco. Una de la primeras medidas de Sánchez fue aumentarles la financiación y lo a seguido haciendo año tras año comprandoles la paz social porque motivos para montarle una pirula al gobierno han habido bastantes. Me dan verguenza ajena. La ciudad que nombra algún comentario de mas arriba de los astilleros es sin duda alguna Gijón. Lo echaron todo a pique, los cabecillas de los sindicatos eran Morala y Carnero que a la vez hacían de chivatos de la policía al igual que el «tigre de Tuilla» el señor Villa que trinco y coloco a los suyos y delato a muchos lo cual era totalmente notorio pero todos miraban para otro lado y lo peor es que a día de hoy reniegan de el. Lo siento pero no tienen credibilidad, eso hay que ganárselo como lo hicieron Redondo, Camacho, Iglesias, Gutierrez, Saracibar, Fidalgo………………….

    • javibaz

      Por no hablar del oscuro secretito de la administración. Yo trabajaba en un instituto. El enlace sindical (de CCOO) y el director eran la misma persona. De manera que trasladaba de forma inmediata cualquier protesta a la inspección educativa con el consiguiente expediente disciplinario. Luego fui a otro. El mismo temita. Paso a un tercero. Idéntico plan. En la administración el sindicato trabaja directamente para la empresa. Vaya componendas.

  9. JC Carrilero @carrildebici

    Tan solo recordar que hemos sido, tan solo detrás de Republica Checa, el penúltimo país de Europa en recuperar el PIB de 2019, que la masa salarial lleva estancada 15 años y que, por mucho que cambien la contabilidad de los parados, seguimos trabajando y pagando menos en salarios que en 2019. No sé como lo ha hecho éste gobierno, y creo que la opinión individual de cada uno poco tiene que aportar, pero lo que está claro por los datos es que hubiera sido extremadamente difícil, bajo estándares europeos, hacerlo peor.

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