Cine y TV

Sube al ascensor de ‘Severance’, dicen que no duele

Severance. Imagen Apple TV.
Severance. Imagen: Apple TV+.

Si habéis de llevar vidas como es debido, tenéis que saberlo, y saberlo bien.

(Nunca me abandones, Kazuo Ishiguro)

¿Te imaginas salir de la oficina y no recordar absolutamente nada? No saber qué haces, por qué, con quién, si te gusta, cuánto tiempo llevas haciéndolo, cómo es el espacio, si hay lámparas de neón o luz natural, si hay cafetería o no tienes ni tiempo para comer. Salir y volver a tu vida, libre, ser tú, sin el estrés y el cansancio o sin el placer y la satisfacción. Pues bien, Welcome to Lumon, la empresa que vuelve real tu sueño de separar la esfera privada de la profesional, y viceversa. ¿Qué te parece? Maravilloso, ¿no?

La premisa de Severance, la serie de Apple TV creada por Dan Erickson y producida por Ben Stiller (que también actúa como director, junto con Aoife McArdle), es innovadora en el concepto y en su concreción narrativa. Los nueve episodios que componen la primera temporada (emitidos entre febrero y abril de 2022) siembran la duda desde la escena inicial, instalando una atmósfera de tensión contenida que se amplifica a medida que los personajes se mueven por los espacios de sus vidas paralelas. 

Aquí es necesaria una captatio benevolentiae, una apelación a tu magnanimidad, en pleno estilo retórico: imagínate lo difícil que es adentrarte en el universo de la serie sin revelar datos, sin spoilers. Habrá algunos, pocos, los imprescindibles. Pero no me abandones ahora, he cocinado para ti, solo para ti, un glosario instantáneo del terror en la oficina. Empecemos.

Ascensor

Cuando entres en el edificio de Lumon, tendrás que buscar un ascensor, parecido a todos los que conoces y tal vez usas cada día para llegar a tu oficina. No duele, dicen, ya me dirás tú si es verdad. Allí, en el espacio kafkiano del ascensor, se produce el hechizo: el chip instalado en tu cerebro obra la magia y ya no eres tú, sino tu otro tú, aunque conservarás tu nombre propio y la letra inicial de tu apellido.

Mark S. (interpretado, con sofisticación en el gesto y la postura, por Adam Scott) es el protagonista de la serie. Atormentado por una pérdida dolorosa, decidió someterse al procedimiento de separación y ahora trabaja en el departamento de macrodatos. Se mueve por las salas y los pasillos con la seriedad que otorga la conciencia del cargo y de las tareas asociadas, entregado a los procedimientos y las necesidades de la empresa, sometido a las limitaciones que el propio espacio impone. El contraste cromático entre luces y sombras, la paleta de colores, la distribución simétrica de los planos, las referencias visuales plasman la topografía interior más allá de la literalidad. Cada detalle de la cinematografía de Jessica Lee Gagné repercute en la construcción de los personajes y extiende las dimensiones del conflicto, de la eterna pregunta acerca de la identidad. ¿Quiénes somos? ¿Cómo somos?

Elección

«Si estás aquí es porque decidiste volver», le dice Mark S. a Helly R., que se incorpora al equipo de macrodatos en el primer episodio. Imagínate despertarte en una sala de reuniones, encima de una mesa, sin saber dónde estás ni por qué, mientras una voz te hace preguntas cuyas respuestas no conoces. Ni sabes cómo te llamas. Una vez más, Welcome to Lumon. Porque la separación implica la pérdida de la identidad, la fractura entre partes de tu ser que están entrelazadas, anudadas en un tejido que ni siquiera tú podrías hilar. Ya no te gusta tanto, ¿verdad?

Durante una mesa redonda dedicada a la serie en el Comic-Con de San Diego, en julio de 2022, Britt Lower, la actriz que interpreta a Helly, definió la experiencia de actuación como inspiradora y aterradora a la vez. Y el creador destacó que la búsqueda del tono, tanto en el texto como en la realización, había supuesto el mayor reto en la configuración de la realidad ficcional. Entre la comedia de oficina y el thriller, entre la ciencia ficción y la distopía, entre el terror y lo fantástico. La hibridación de géneros constituye, por un lado, uno de los rasgos diferenciales de Severance y, por otro, la apertura de un diálogo con series como Black Mirror (Channel 4, 2011-2014; Netflix, 2016-), Devs (Hulu, 2020) y Westworld (HBO, 2016-2022) a partir de la pregunta compartida y versionada de manera propia: ¿desde qué lugar simbólico se establecen los límites de la identidad individual?

Infierno

Ya estás dentro, no sabes quién eres fuera y resulta que tu jefa es Patricia Arquette. Aquí se llama Mrs. Cobel (Harmony para los amigos, si es que tiene). Posee el poder de castigarte con la mirada, un teléfono que usa para comunicarse con alguien más poderoso que ella y —sorpresa— también es parte de tu mundo fuera de la empresa, con otra identidad y otro rol. Naturalmente, cuando trabajas, ni lo sospechas. Tú eres Mark S. y estás en el infierno.

«Mi madre era atea y solía decirme que hay una buena y una mala noticia acerca del infierno. La buena es que solo se trata del producto de la mórbida imaginación humana. La mala es que los humanos pueden crear lo que sea que imaginen», Mrs. Cobel dixit. Son los detalles que construyen el averno de Severance: las normas inexplicables que los personajes aceptan sin cuestionarlas, los secretos invisibles que rigen las relaciones, la autoridad ficticia de Mr. Milchick (Tramell Tillman), el supervisor que cronometra la rutina, los movimientos y hasta la alimentación de Mark y de su equipo, los límites físicos que reflejan los límites del conocimiento. «La única forma de convertir a alguien en prisionero es hacerle creer que es libre», Mrs. Cobel docet.

Números

¿De qué datos se encarga el departamento de macrodatos? De números. Obvio, dirás. Y enseguida pensarás que, en Lumon, nada sigue el pensamiento lógico. Porque los números dan miedo, son aterradores, pasarás horas y horas observándolos en una pantalla de los años noventa del siglo pasado, agrupándolos en categorías imaginarias. ¿Dudarás alguna vez del propósito o de la utilidad de tu trabajo?

Irving B. (magistralmente encarnado por John Turturro) es el empleado veterano del equipo, cree firmemente en la filosofía de la empresa y profesa lealtad incontaminada hacia el fundador y su palabra: «La iluminación más allá de todo». El recorrido del personaje es uno de los más fascinantes, procede por iluminaciones sucesivas que abren fisuras en la realidad aparentemente compacta, cuestionando la identidad por partida doble, dentro (a través de la relación) y fuera (a través de la soledad). Ay, si pudiera contarte a quién conoce Irving, por qué el encuentro lo remueve, cómo afecta a sus decisiones y a las del equipo. Por favor, prométeme que verás la serie.

Relajación

Cuando los números te agoten, cuando dudes de los objetivos y del ámbito de la empresa, no te preocupes: en Lumon también hay un departamento de bienestar. Miss Casey (Dichen Lachman) te ayudará a relajarte, a reunirte con tu centro interior. ¿Cómo? Revelándote con un cuentagotas informaciones sobre tu yo de fuera, sabrás qué sabor de helado le gusta, si baila bien, si es amable, si sabe nadar. Ya ves, datos absolutamente relevantes para imaginar tu personalidad como conjunto. Sobre todo, miss Casey te invitará a recibir cada fragmento de realidad con el mismo nivel de goce. Y también habrá celebraciones, bailes y banquetes de delicatessens.

El bisturí que recorta la sátira de la cultura corporativa es demoledor, cada escena relanza el enfrentamiento entre apariencia y autenticidad, hasta el episodio final, que supone una vuelta de tuerca radical en los eventos y en los personajes. No sufras, no te contaré nada. Sí te diré que Severance fue renovada de inmediato para la segunda temporada, recibió catorce nominaciones a los Premios Emmy (Theodore Shapiro ganó uno, por la composición musical original; Oliver Latta y Teddy Blanks, otro, por los títulos de apertura), los directores y el creador recibieron premios de la Asociación de Críticos de Hollywood, y Adam Scott mereció el reconocimiento como mejor actor por parte de la Asociación de Críticos de Televisión.

Un último detalle: Severance es la separación, la división, la fractura. Y también la indemnización por despido, la disociación metafórica. La complejidad semántica de la palabra converge en todos los capítulos de la serie, entre la ironía y el terror. Como grita Helly: «Supongo que este es el momento en que te diría que te fueras al infierno, pero ya estás allí».

SUSCRIPCIÓN MENSUAL

5mes
Ayudas a mantener Jot Down independiente
Acceso gratuito a libros y revistas en PDF
Descarga los artículos en PDF
Guarda tus artículos favoritos
Navegación rápida y sin publicidad
 
 

SUSCRIPCIÓN ANUAL

35año
Ayudas a mantener Jot Down independiente
Acceso gratuito a libros y revistas en PDF
Descarga los artículos en PDF
Guarda tus artículos favoritos
Navegación rápida y sin publicidad
 
 

SUSCRIPCIÓN ANUAL + FILMIN

85año
Ayudas a mantener Jot Down independiente
1 AÑO DE FILMIN
Acceso gratuito a libros y revistas en PDF
Descarga los artículos en PDF
Guarda tus artículos favoritos
Navegación rápida y sin publicidad
 

4 Comentarios

  1. Madame Psicosis

    Maravillosa serie. De lo mejor que he visto en los ultimos anios.

    • Abel "el bedel"

      Me inquieta la valoración de la serie por parte de los espectadores. No cuestionan lo aburrida que son esa multitud de escenas vacías de contenido, donde los silencios y la nada dominan su espacio. Yo soy de otra época en el que el cine era entretenimiento en esencia. Una idea puede ser buena, pero eso no significa que valgo como espectáculo. Esta serie es lenta hasta decir basta. Los planos de los pasillos y otros lugares de la oficina casi hacen daño a la vista por lo extremadamente blanco de la pantalla. Es aburrida hasta decir basta. Para «contemplar» largos ratos del interior de una oficina en la que durante eternos minutos «no pasa nada» te basta con quedarte una hora más en tu oficina. Los personajes son tan serios y fríos como una colonoscopia. De postre el morbo de la degradación física de Patricia Arquette.
      Que se valore tanto un producto así sugiere lo alienada que está la población. Están calando muy hondo las consultas de los médicos por teléfono, la banca online, la administración pública con cita previa o de manera telemática sí o sí, los contestadores automáticos allá donde llames y demás mierdas. De lo contrario es imposible explicar que a alguien le resulte «maravilloso» este peñazo. Preferible un documental sobre la vida de las ardillas.

      • Ambituerto

        Pues sí, yo no pasé del cuarto capítulo. Buena idea, mal llevada. Soltar una pildorita para engancharte cada 40 minutos de metraje no da para que la considere un entretenimiento. Y el resto, todo lo que no es la base de la historia, no es para nada del otro mundo, así que… Adieu!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*


Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.