Pop fake de chicas

Hay una canción que me ha gustado siempre, en especial, no solo por la música, sino por lo que dice: «The Great Pretender». En la versión de The Platters, la primera que escuché, después en la de Roy Orbison, en la de Dolly Parton, en la de The Band, en la de The Righteous Brothers, hasta terminar en la grandilocuente y tremenda de Freddie Mercury. Todas son increíbles, mayúsculas, y me identifico con cada una. Pero, cuando la escucho, siempre me viene una vocecita (desde niña) que me dice al oído, con voz precisamente no de niña: «Sabes que eres un fraude, que no eres lo que dices, ¿verdad?».

Se lo he contado a todos los psicólogos que he tenido, y ninguno me ha dicho que exista un síndrome del impostor como tal, que lo mío son otras cosas, pero la verdad es que, de vez en cuando, aún escucho esa voz, no se me ha ido del todo. Lo bueno es que, hablando con gente que viene de distintos orígenes y se dedica a diferentes cosas, muchas personas me han confesado lo mismo. Que se sentían a veces como el protagonista de la canción de The Platters, «The Great Pretender». No saben el alivio que he sentido en esas situaciones. Que casi todo el mundo se siente en algún momento de su vida como un fake. Un impostor en algo.

En la música pop no se han hecho demasiadas canciones sobre fakes, más allá de los que mienten en el amor. De esas hay miles. No hay demasiadas referencias a otras mentiras, salvo en los últimos años, en los que las nuevas tendencias se han volcado con la palabra de marras. Quizá porque esta época es la del fakismo (con perdón) en música, cine, televisión…, y entretenimiento (política, relaciones sociales, internet…). Todo se ha vuelto, como nosotros, un fake.

Pero vamos a lo que queremos saber: ¿existe un número elevado de cantantes fantasma? ¿Hay cantantes fake?

Veamos una pequeña muestra, y con apartados.

No busquen a Milli Vanilli ni a Enrique Iglesias entre ellos porque este texto se lo he dedicado a las mujeres.

Las actrices que no cantaban

Este es un clásico y la lista es grande. Apuesto a que no saben lo siguiente:

El rey y yo. Este musical de 1956, protagonizado por Yul Brynner y Deborah Kerr, tiene la cualidad (aparte de los cinco Óscar y otros muchos premios) de que Deborah no cantó ni una nota (lo hizo en su lugar Marni Nixon, que fue una de las mejores sopranos de su país y se especializó en trabajos como este).

West Side Story. A Natalie Wood le pasó lo mismo en la película que obtuvo once Óscar y está considerada una de las mejores películas de la historia. Sus canciones fueron, de nuevo, hechas por la extraordinaria Marni Nixon.

My Fair Lady. Lo mismo pasó con Audrey Hepburn: está magnífica como Eliza Doolittle, pero no canta ni una línea. En su lugar, lo hace, efectivamente, Marni Nixon.

La soprano participó en muchas otras películas y, como en estas, su nombre no aparecía en los créditos, por lo que, durante largo tiempo, fue la cantante fantasma por excelencia.

Esta tendencia a sustituir la voz de la actriz por una cantante no se ha acabado: en los últimos años se repite la misma historia. A la gran Penélope Cruz la doblaron en La niña de tus ojos y en La reina de España. La cantante Arabia fue la escogida para cantar las tonadas folclóricas que suenan en las dos películas. Ha habido en nuestra filmografía muchas películas de tipo folclórico, zarzuela, etc., en las que los actores han sido doblados por cantantes de verdad.

Phil Spector y sus producciones

Sabemos las cosas horribles que hizo, pero también quedan las grabaciones gloriosas. Pues hasta ahí hay cosas que te ponen los mismos pelos que él mismo tenía al final. The Crystals fue la primera banda de chicas que grabó y produjo, y tuvo muchos éxitos. Hasta aquí, todo normal, lo raro es que Darlene Love era quien cantaba la mayoría de los éxitos. No solo de The Crystals, sino de Bob B. Soxx & The Blue Jeans. Sin embargo, su nombre no aparecía en ninguna parte, Spector la quería pero bajo cuerda, y, así fue, hasta que el contrato finalizó cinco años después y no volvió a verlo. En los discos no apareció hasta muchos años después.

Las cantantes pop que no cantan

Este apartado ha crecido exponencialmente en nuestros días, no sabemos si por la magia de la técnica, que cada vez es más eficiente (Auto-Tune) para manejar la voz de alguien a la hora de grabarlo y luego ponerlo en synch a la hora del directo, el caso es que nos encontramos con muchísimas cantantes que, a la hora de cantar en directo, pues no se las oye nada, a menos que les pongan una voz pregrabada. Entiéndame, yo tengo cantantes preferidos que tienen una voz, en los últimos treinta años, que no se les oye nada (Bob Dylan), así que no me sorprende, lo que me sorprende es que sean tan jóvenes y que a ellas no les importe. Veamos:

Jennifer Lopez. Por ejemplo, en su interpretación de Selena en el cine no puso una nota. Bueno, que doblen a Penélope, vale, pero, en este caso, es un poco raro, ¿no? Pues atentos a estos líos con los coros que tiene en estas canciones: en «Play» le hizo coros Christina Milian, que estaba reconocida, pero, en el vídeo y en las actuaciones, Jennifer hace el playback. Con su «Ain’t it Funny» sucede lo mismo, pero con Ashanti, que hizo los coros en el track «I’m Real». Y volvió a suceder con el single «Jenny From the Block», aquí los coros son de Natasha Ramos.

Rihanna. Es un debate ad infinitum: si canta o no canta, si en los discos está superideal, pero luego en los conciertos le ponen una base de voz con coros pregrabada. Bueno, ¿y qué? El cantante de la ELO hacía playback en los ochenta, o sea, que…

Selena Gomez. Uno de sus títulos, «Same Old Love», había sido escrito por Charli XCX, y se dice que es la propia Charli la que canta en el tema de Selena. No lo sabemos, pero que ella hace playback es de dominio público. No hace falta más que ver una actuación suya en directo en internet. 

Lana Del Rey. Este es un caso flagrante de, simplemente, no tener voz. Yo la he visto en directo, y no había trampa ni cartón: no se la oía, y no había pregrabados ni nada. Pero, qué demonios, hace unas canciones preciosas, intensas, maravillosas…

Nicki Minaj. Su éxito «Super Bass» al principio se llamaba «Super Bass (featuring Ester Dean)». Ella es la otra compositora del tema y canta en el track, aunque, cuando Nicki se hizo popular, el nombre de Ester desapareció. Su voz sigue oyéndose en el disco. O en lo que sea que venda esta chica tan superexplosiva.

Britney Spears. La reina de cantar en playback y parecer que lo hace en directo. Es impresionante cómo lo hace y cómo ha pasado etapas horribles de su vida cantando así de bien. Es un ejemplo para muchas.

Miley Cyrus. Como para esta, que el paso de Hanna Montana de Disney —todo bien programado: la forma de cantar, de peinarse, de pensar— a una nueva vida con programaciones diferentes ha debido ser durísimo.

TLC. Sobre ellas se ha dicho de todo, de lo buenos que eran sus discos y de lo mal que llevaban la vida, etc., pero nadie pensó que en la banda hubiera un caso de cantante fantasma. En principio, había temas que tenían a Rozonda Chilli Thomas como solista, y otros, a Tionne T-Boz Watkins. En las canciones «Creep» y «No Scrubs», Debra Killings hizo la voz solista de las dos. Y no era miembro de TCL.

Black Box. Fue un grupo musical formado a finales de los ochenta, en Italia, por los productores Daniele Davoli, Mirko Limoni y Valerio Semplici. Se formaron como uno de los principales proyectos del italo disco. Su primer disco, Ride on Time, se convirtió en un éxito en toda Europa. La peculiaridad de Black Box es que para las actuaciones y los vídeos tenían a una modelo francesa, Katrin Quinol, que doblaba las voces de quienes habían grabado los discos. A Loleatta Holloway, que era una diva de los setenta, le birlaron sin decir nada su voz, y acabaron en un pleito que ganó ella. A Martha Wash, que era la voz de «It’s Raining Men», le hicieron grabar unas pistas como de prueba, y después las utilizaron en temas de gran éxito, como «Everybody Everybody» y «I Don’t Know Anybody Else». Al final, le pagaron sus royalties.

Technotronic. Una cosa similar pasó con esta banda belga, precursora del house. Fundada por el productor Jo Bogaert y la vocalista Ya Kid K (Manuela Kamosi). Su primer single, «Pump Up the Jam», fue un gran éxito. Pero la chica que salía en la portada del disco y aparecía en vídeos y conciertos no era Kamosi, sino la modelo y bailarina Felly.

Grupos y solistas hechos para televisión y cine

The Commitments. Parecían un grupo, pero no lo eran. Fueron seleccionados en un casting para la película de Alan Parker, la versión cinematográfica de la novela de Roddy Doyle. Eran actores aficionados y músicos debutantes. Entre ellos, estaba Andrea Corr, y fue la primera vez que actuaba, antes de su grupo, The Corrs.

The Archies: «Sugar, Sugar» (1969). Se dieron gracias al productor musical Don Kirshner, porque The Monkees (atención) se negaron a grabarla, y entonces él creó una banda de dibujos animados, donde nadie se atreviera a decirle que no. Fue número 1.

Phoebe Buffay. El excéntrico personaje (?) de la serie Friends (1994-2004), interpretado por Lisa Kudrow, era una cantante aficionada, que deleitaba (por decir algo) a los parroquianos del bar donde paraban, el Central Perk, con sus canciones. Su hit era «Smelly Cat», que cantó hasta con Chrissie Hynde y Chris Isaak. Pero en un episodio sale un vídeo de Phoebe cantando «Smelly Cat» como promo para un arenero de gatos. Y aquí no canta Lisa.

Robin Sparkles (Robin Scherbatsky), de Cómo conocí a vuestra madre (2005-2014). Esta serie tenía muchos puntos en común con Friends, y una de las protagonistas tiene un pasado como cantante adolescente, allá en su Canadá natal, y guardaba un par de hits, sobre todo, «Let’s Go to the Mall», que todos celebran cuando lo descubren, menos ella, que está abochornada. La cantante es la propia Robin.

Jem and the Holograms (2015). Esto es un curioso devenir de la ficción. Lo que había sido un grupo ficticio de dibujos animados para promocionar unas muñecas de los ochenta, con vídeos y casetes que iban con cada muñeca, en 2015 se convirtió en un grupo ficticio, pero con actrices reales. La película estaba protagonizada por unas actrices debutantes y después había unos papeles para actrices renombradas, como Juliette Lewis y Molly Ringwald, además de Britta Phillips, una de las voces de las muñecas de ficción.

Tia Carrere. Cassandra en El mundo de Wayne cantando «Ballroom Blitz». Es una de las performances de una actriz más contundente y «real». Si recuerdan la idiotez de película que es, con los protagonistas haciendo bobadas todo el rato (lo mismo se acuerdan), en medio de tantas imbecilidades, la aparición de Cassandra cantando el clásico de Sweet con tanto verismo: es una mujer dándoles en todos los morros.

Josie and the Pussycats. Lo mismo que Jem and the Holograms. La versión de dibujos animados de los sesenta tuvo una versión cinematográfica (2001) con personajes reales que merecen cierta mención: Josie (Rachael Leigh Cook), Melody (Tara Reid) y Valerie (Rosario Dawson) hacen justicia a la banda. En la canción principal, «Letters to Cleo», la cantante Kay Hanley puso las vocales que Cook doblaba. A pesar de eso, las tres actrices ponían sus coros.

Bueno, esto es un breve, sumarísimo, paseo por las cantantes de mentira, cantantes que no cantan, cantantes que son sustituidas por otras… La lista es más larga, las hay en otros campos de la música que no son el pop, las hay en España, pero no tengo intención de ganarme el odio de determinadas personas. Solo vuelvo al principio. Si usted ha tenido alguna vez el síndrome del impostor, me entenderá.