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¿Qué equipo ganaría el torneo de Oliver y Benji?

Campeones Oliver y Benji Imagen Tsuchida Production
Campeones: Oliver y Benji. Imagen: Tsuchida Production.

Bienvenidos al torneo regional de Oliver y Benji, la única competición de minibenjamines que pueden ver por la tele, escuchar en un barco que está sobre la fosa de las Marianas y, en general, seguir sin necesidad de aguantar a progenitores que hacen apuntes técnicos, gritan mucho y descargan frustraciones sobre chavales con poca edad.

Si usted, querido lector, tiene entre treinta y cinco y cuarenta y cinco años debió fliparse muy fuerte con esto de Oliver y Benji (también Campeones, también Capitán Tsubasa, para los puristas). Si se encuentra fuera de ese rango de edad pero también vibra con tales asuntos… en fin, vale, guay, quién soy yo para menearle hobbies, ¿no? Está bien, me cae usted fenómeno.

Sea como sea, actúe en usted esa perra indómita a la que llamamos nostalgia o sepa quién es quién en el mundillo gamer, seguro que está esperando con ansia la nueva edición de su copa para niños preferida. Lamentamos comunicarle que en el cómic original (sí, hay un manga original) estas cosas ya quedaron pa prao, y que, a día de hoy, anda la selección nipona en una semifinal interminable (como debe ser) contra Alemania. Juegos Olímpicos, creo. Solo que quien esto lee, sanísimo lector con canas y algo de barriga, prefiere los originales, los tiros a siete mil kilómetros por hora, los campos que dan ocho vueltas a Japeto, esos saltos por encima del mismísimo Teide. Vamos, que le mola la serie clásica, porque para clásicos hemos quedado. Así que le traemos, por petición popular (a ver, popular, lo que se dice popular… bueno, ya saben) un análisis lo más serio y riguroso posible sobre los equipos que van a concurrir al simpático Trofeo de la Galleta, Prefectura de Yōichi Takahashi, para que pueda hacer predicciones con toda la información. Voten, añadan a su favorito en los comentarios si se nos ha pasado y en unos diez meses, cuando hayan terminado los cinco o seis partidos, veremos si acertó pronósticos. 

(La caja de votos está al final del artículo)


Newteam

El favorito de todos. Bueno, seguro que usted conocía a alguien que iba con el Toho (el mismo que después iba a fliparse con Nirvana, el que ahora pide gintonics con macedonia e invierte en criptos), pero más o menos íbamos con el Newteam. Y es raro, oigan, porque su juego resultaba… planito. Soso. Vamos, que es un dádsela el filigranas y que él resuelva. Claro, eso te vale si eres Oliver, si te llamas Onésimo pues pillas famita de chupón. Hay unos cuantos pijos repartidos por ahí, y Paul Diamond, que parece tener éxito con las féminas. También el portero, con una ratio «protagonismo/frases hechas para la posteridad» insuperable. Ah, Oliver arrastra dolencias físicas como para llegar a Los Ángeles 2028 en voleibol sentado, así que no descartemos triada, partido de homenaje y transformación en equipo de relleno.

A favor: Tiene a Oliver Atom. Y es el bueno de la serie. Vamos, que pinta bien.

En contra: Carece de míster. En serio… ¿quién coño es el míster? ¿Manda algo?

Apuesta: Campeón. Años más tarde se descubren pagos al vicepresidente del comité de árbitros de la liga minibenjamines, grupo 2, Japón Centro. Oliver Atom se hace entrenador-jugador en el Getafe y pierde parte de su buena prensa por nepotismo (y por agredir a un periodista en plena concentración).


Toho

Toho es el clásico equipo elitista, pijotero, que exhibe señorío y elegancia hasta que mira hojas de resultados y, hostias, menudo fraude, colega. Entonces ficha a Mark Lenders, que es exactamente lo contrario a su valores, cambian el himno, se vuelven todos un poco pendencias y encargan siete cajas de esteroides a su proveedor habitual. Vamos, que les pilla por banda Jorge Mendes y hace allí un roto, ¿eh? Digamos que lo de Lenders y el Toho es un matrimonio por intereses… Tú ves a los ojeadores del equipo (tan guapos, tan bien vestiducos, tan pinta de esquiar en Baqueira) y sabes que aquello sale mal, que ellos son de mon dieu y Lenders tira al cagonsos, dame la puta pelota, hostia. Cantidad de monóculos se rompen, sí, en la primera temporada de Mark con el Toho. También juega allí Danny Mellow, pero Danny Mellow tiene menos sangre que Lucy Westenra en una fiesta de la morcilla, así que no confío yo mucho en él. Ah, el portero es fuera de serie, pero tiende a la excentricidad, y un Mono Montoya solo agrada en equipos que no son el tuyo…

A favor: Lenders posee capacidad competitiva como para subir al Dépor, pero se le tiene envidiuca por guapo, rico y buen jugador. Los secundarios secundan sin molestar.

En contra: Aquello es una olla a presión. Todos, más o menos, saben que llega Mourinho el año próximo. 

Apuesta: Proyecto fallido. Los qataríes empiezan a cansarse de aflojar panoja. Huele a descomposición interna. 


Mambo

¿Jugarte la vida por ganar el torneo interescolar de la Región de Murcia japonesa? Pues claro que sí, coleguita, vamos a irte enseñando cómo funciona esto del ultraliberalismo, la individualidad y el currar siempre por encima de tus posibilidades. El Mambo es, posiblemente, la más sibilina muestra de adoctrinamiento ideológico que se ha visto en series infantiles desde «Proletario y Parásito», el gato y el ratón más queridos en Europa del Este. Vamos, que todo por la victoria, no hay existencia más allá de la competición y eres tan importante como para no confiar ni un ápice en los mantas de tus compañeros. Es una aproximación, tampoco vamos a ponernos en plan Bourdieu (y, oye, luego bien que se aplaude a Rafita de España). Al margen de eso pues… a ver, Julian Ross tiene clase, pero también es bastante pechofrío (ojo al sutil chiste), así que aunque le funcionase bien la patata no iba a ir demasiado lejos, porque sale impoluto de un partido en Atocha, 22 de diciembre, chubascos leves con posibilidad de tormenta. 

A favor: Buen toque, equipo alegre. Visten como Brasil, que siempre ayuda. 

En contra: Mirar con el rabillo del ojo al capitán por si se queda tieso en el campo desconcentra mogollón a los defensas.

Apuesta: Semifinales y Julian Ross protagonizando un anuncio de «Doce meses, doce causas». 


Nord Ford 

Cuando el bueno de tu equipo está en la portería… mal camino. Que vale, que tiene por la delantera un chavaluco con pelo largo y tal, pero es más Renaldo que Ronaldo, más Renaldo que Rivaldo, más Renaldo que Ronaldinho, más Renaldo que Ronaldão. No sé si me entienden. Equipo de relleno, como su guardameta. 

A favor: El factor sorpresa. Vamos, que son muy malos, y eso puede suponer una ventaja.

En contra: El fútbol consiste en meter goles, y estos paisanos son incapaces de meter goles. Bueno, igual al Newteam le cuelan alguno…

Apuesta: Caen en octavos, porque un portero no puede sostener siempre al conjunto. Teo Seller se mete a un reality de la MTV y cuenta su operación de estómago. Termina como contertulio en Mediaset. 


Flynet

Hemos venido a divertirnos. Somos un grupo de colegas. La amistad está por encima de todo. Siempre jugamos deportivamente. Esas frases son antesala, sin duda, de bochornos, goles en contra y politoxicomanías que se confiesan años después en un libro titulado No todo era tan bueno. Pues a eso se dedica el Flynet, conjunto que hace vomitar a Ned Flanders por demasiado santurrón, epopeya del bienquedismo, grupete capaz de matar a un diabético antes del minuto diez. El Flynet quiere ganar con honor y pierde deshonrosamente. Tienen, además, pinta de salir poco a bares, y eso tiene peligro, porque una vez comienzas ya no hay solución, y muchos de estos muchachos son carne de antros chungos y compañías inadecuadas.  

A favor: Juega en Reinosa, y eso siempre es un punto positivo. A mí no me engañen, aquello es Reinosa, esas nevadas me son familiares. 

En contra: Son más blandos que el especial San Valentín de los Osos Amorosos.

Apuesta: Trofeo al conjunto más deportivo, a la amistad, Miss Traje de noche y Miss simpatía. Récord mundial de fantas pagadas. Todos mueren vírgene.


Hot Dog

Tú no puedes tomarte en serio a un equipo que se llama Hot Dog. Tú no puedes tomarte en serio a un equipo cuyo esquema gira alrededor de subirse a los palos durante un córner. Tú no puedes tomarte en serio a un equipo que parece el Circo Jumbo, con sus equilibristas, sus saltos mortales y sus payasos. Es que no, es que no. Vamos, que guay, que mil fracturas de codo en colegios españoles haciendo la catapulta infernal, pero na… una cuchufleta. Simpáticos, si quieren generosidad. El Cádiz de Japón.  

A favor: Es tan sumamente tróspido que te sorprende. 

En contra: Te sorprende solo una vez. Luego tiene juego más plano que el horizonte de Tatooine. 

Apuesta: Eliminados en primera ronda. Jason Derrick se retira del fútbol y pasa a ser pandillero en los arrabales de Tokyo, bajo el nombre de J-D (léase «Lleidí»). James Derrick se retira del fútbol, estudia Física y se convierte en catedrático de Harvard. Suena para el Premio Nobel por su estudio sobre la superasimetría. 


Hirado

A ver, hay equipos que entran para completar torneos. Yo creo que eso lo tenemos claro, ¿no? Son como los masillas en Power Rangers, son como los otros caballeros de bronce en Saint Seiya, son como el Leganés o el Mallorca. Y eso, poco que decir. Tienen, además, una camiseta bien fea, una camiseta que te firmaría Jorge Campos, una camiseta que mete miedo a Juanma López. En fin. Comparsas, que no es poco. 

A favor: Buen balance entre ataque y defensa.

En contra: Mal balance entre talento y aspiraciones.

Apuesta: Trayectoria sorprendente, semifinalista. Las cámaras adoran a Clifford Yuma, que empieza una prometedora carrera como modelo y eventual actor. Posteriormente preparará oposiciones a guardia civil mientras curra en un gimnasio.


Muppet

El Muppet tiene un entrenador alcohólico. Eso, en sí, no es malo, porque tú con un entrenador alcohólico puedes ganar títulos. Títulos de espesor, títulos que adornan cualquier palmarés. Pero, claro, el tío debe centrarse a lo que está, y dejar el alpiste durante, al menos, noventa minutos semanales (ciento veinte, si contamos el descanso). Vamos, que verlo ahí, en el banquillo, con una mano dentro de los pantalones Al-Bundy-style y triscando sake como si tuviera que salir mañana en el Takeshi´s Castle pues… Malo. Pinta a fracasito, sí. Pero bueno, que tampoco el Muppet iba a hacer nada de interés, porque era equipo de un solo jugador (bueno, vale, de un trío, como en las pachangas de básket callejero) y vinieron los petrodólares. Solo participa por las cuotas de inserción social.

A favor: Tiene una camiseta bonita. Todos parecen bastante kinkis, así que saldrán adelante en el futuro. 

En contra: Nula dirección técnica. Nula dirección. Nula técnica.

Apuesta: Fracaso absoluto. El club se encuentra cerca de su desaparición hasta que lo compra Quique Pina. Actualmente juega en la Segunda española. 


San Francis

Equipo de colegio privado. En fin, qué puedes esperar. Tienen instalaciones muy cucas, entrenan con las técnicas más sofisticadas y poseen menos clase que Fran Perea haciendo de Santino Corleone. Mala pinta, mala pinta. A ello sumen que el conjunto se desmanteló cuando los buenos del cole pijo decidieron irse a jugar con los buenos del cole lumpenproletariado, por aquello de unir fuerzas y ganar títulos. Un poco lo de Shaq y Bryant, que no pegaban ni con cola pero daban rendimiento magnífico. En fin. Que nadie tenga tristeza por el San Francis… estos chavales son los que te van a joder el día de mañana.

A favor: Tiene pasta para amañar partidos.

En contra: Ni amañando partidos ganarían partidos. 

Apuesta: Equipo totalmente descabezado, renuncia a jugar el torneo. Para superar la decepción acuden todos a un concierto de Taburete, donde tienen movida con un tío muy chungo al que dicen «Felipe Juan».


Newpi

Sale aquí por deferencia, porque un equipo con tan ridículo nombre pues…. El Newpi tiene menos posibilidades que Florentino Fernández corriendo el Tour de Francia (con Florentino Pérez no me atrevo a hacer apuestas), y estar aquí ya es todo un éxito (bueno, a ver, es un torneo de chavales japoneses, tampoco nos vengamos arriba). Sus jugadores son, en el mejor de los casos, simpaticotes. Mascotas, en el peor. Y eso, que pinta a desastre. Suena Lotina para el banquillo…

A favor: No sé, tío. Que el fútbol es así, que son once contra once, que no hay rival pequeño, que todo se ha igualado mucho…

En contra: Absolutamente todo lo demás. 

Apuesta: Bate el récord de goles en contra. Al de las gafas le rompen las gafas con un codazo a la salida de un córner. Se mete a periodista y pasa décadas soltando bilis. 


Army

Los leñeros. Los que meten hostias, los que juegan sucio, los que bordean el reglamento, pero lo bordean por fuera, por muy fuera, que mola más. Siempre debe existir un equipo así, es la sal de la vida, es la factura del dentista, es el llenesecuá que nos embelesa. Al Army lo entrena Pepe Bordalás, el preparador físico es Freddy Krueger y tienen como presidente a Darth Sidious (de todo esto a mí me acojona especialmente lo de Bordalás, eh). Contra ellos el objetivo es sobrevivir, arrastrar pocos cardenales y, en general, no sufrir averías potentes, que te quedas tontorrón al primer bocadillo que te hagan. Juegan con tacos de aluminio, nunca entran por debajo de la rótula. Intensidad, intensidad, dicen los modernos, a mí me gusta la intensidad. De clase andan justos, pero son esa clase de tipos que no necesitan clase de ningún tipo. 

A favor: Con diez años existe un miedo (lógico) a quedarte en silla de ruedas por una patada.

En contra: Con árbitros que apliquen el reglamento lo tienen fatal. Si Mateu Lahoz se muda a Nagasaki hay posibilidades de acabar como campeones. 

Apuesta: El juego duro se les va de las manos y comienzan a aparecer en demasiados videos de YouTube. Ya nadie dice eso de «nobles», solo hay terror. Eliminados en rondas previas. Suena Pablo Alfaro como entrenador para el año que viene. Ralph Patterson abandona el balompié y comienza a salir en pelis de Guy Ritchie, haciendo papeles de mafioso rompepiernas. 


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7 Comentarios

  1. Rodrigo Lama

    La catapulta infernal de los hermanos Derrick es lo mejor de la serie, y de este burro no me pienso bajar.

    • Jorge_from_ruhr

      Completamente de acuerdo. Fue uno de tantos momentos lisergicos.
      La serie me pilló ya adulto pero mi sobrino me quería al lado viendo los capítulos. ¿Era en Tele5 donde la emitieron originalmente?

  2. Albertutxo

    No hay color, gana el New Team porque en esta serie estaba todo dirigido al lucimiento de un cojo y manco Ōzora Tsubasa, aka Óliver Atom, pero yo he votado al Toho porque tenían en sus filas al jugador con más clase con diferencia de toda la serie (Takeshi Sawada, aka Danny Melow) y porque Kojirō Hyūga, aka Marc Lenders, representa el ascenso de las clases bajas y, sobre todo, porque mola lo más con las mangas de la camiseta subidas. Era una serie que servía muy poco para promover el trabajo del equipo y mucho para generar egos.

    Ōzora Tsubasa era, por otro lado, tan inteligente que quería ir a Brasil. Todo el mundo sabe que las mejores escuelas de fútbol y las mejores condiciones para evolucionar en este deporte en el mundo se dan en Brasil, por eso no hay ni un solo jugador brasileño que emigre, por ejemplo, a Europa.

    • Gavrilo Princip

      Y no te olvides de Ken Wakashimazu (aka Ed Warner), un portento bajo los palos, dotado de una gran agilidad y explosividad que desarrolla con la práctica del Karate. Un espíritu outsider, en contraposición a Benji Price y sus aires de celebrity. Sin duda mi personaje favorito. Mi voto también ha sido para el Toho.

      • Albertutxo

        Ufff, y tanto. Le hacían el tiro del tigre y él salía corriendo hacia el otro lado. En los 17 minutos que tardaba en llegar el balón a la portería, al narrador le daba tiempo a decir que no entendía (en plural mayestático, claro… «no entendemos») por qué hacía eso para acabar asombrado por la agilidad del portero, que se impulsaba en el poste para detener el balón con una suficiencia que ni Usain Bolt llegando a la meta tras una clasificatoria, y la misma cara impertérrita que Gabriel Deck haciendo… bueno, cualquier cosa que haga Gabriel Deck. Al Muppet le hicieron polvo cuando el Toho sacó a relucir los petrodólares y fichó a Lenders, que puso como condición llevarse con él a Warner y a Mellow (ya me he cansado de buscar los nombres originales en la Wikipedia).

  3. Después del tricampeonato del Newteam y la marcha de Atom a Brasil, Lenders pierde a su rival y la motivación futbolera… Total, que el torneo pierde nivel competitivo y nos encontramos con una final entre el Mambo de Julián Ross, en función de entrenador – jugador, y el Flynet, en el último año de Philip Callaghan, que tuvo un mal año y repite curso… Contra todo pronóstico, acaban yendo a la tanda de penaltis y el vencedor que cada uno se lo imagine…

  4. Pingback: 'Campeones': Oliver y Benji, campeones del espacio-tiempo - Jot Down Cultural Magazine

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