Música

Alla Pugachova, la última gran cantante de Rusia

Alla Pugachova. Imagen Eurovisión.
Alla Pugachova. Imagen: Eurovisión.

En lugar de resolver sus propios problemas, las principales potencias mundiales están muy ocupadas empeorando las vidas de sus oponentes. Rusia no solo no se mantiene al margen de esta tendencia, sino que por el contrario, su sociedad parece haber entrado en una secuela moderna del final de la URSS. En una trama que cada vez se presenta más retorcida, les presento lo último de una serie real de máxima audiencia: Alla Pugachova pide ser reconocida como agente extranjera en Rusia. 

Alla Borísovna Pugachova fue la última persona en recibir el título de Artista del Pueblo de la URSS. Para ser preciso, a finales de diciembre del año 1991, Mijaíl Gorbachov firmó dos decretos: el primero de ellos «Sobre la concesión del título honorífico de Artista del Pueblo de la URSS a Alla Borísovna Pugachova». El segundo decreto en el que estampó su firma , fue en el que renunció a sus propias funciones como presidente de la Unión Soviética. Más de treinta años después, casi todos los estereotipos del pasado se están desmoronando ante nuestros ojos. Gorbachov, activo participante en la creación de la actual crisis, falleció en el verano de 2022 mientras Pugachova se marchaba a vivir a Israel con su esposo Maksim Galkin (reconocido como agente extranjero por decisión del Ministerio de Justicia de la Federación Rusa), y sus hijos. El momento cumbre llegó cuando bajo el abrigo del sol israelí, la prima donna calificó como « siervos y esclavos» a su pueblo y sus televidentes. A raíz de esas palabras, Alla Pugachova fue condenada al ostracismo por la dureza de sus comentarios hacia Rusia y sus habitantes. Recientemente también se reveló que la cantante moscovita recibió la ciudadanía israelí de una forma un tanto sospechosa. 

Alguien podría escribir que la influencia de la prima donna en la sociedad rusa llevaba tiempo disminuyendo. Hasta hace dos o tres años Pugachova era la cantante favorita de los rusos, especialmente de los más de cuarenta millones de jubilados. Su última actuación en vivo se registra el 14 de abril de 2019, cuando realizó un gran concierto en el Kremlin calificado por muchas personas como un rotundo fracaso. Desde el principio, el evento fue anunciado como «la despedida de la prima donna». Pugachova se despidió del gran público reiteradamente, pero después de eso hubo algún que otro regreso. Nada que deba sorprendernos. Tales historias las podemos encontrar en otros muchos artistas de su edad. Lo que marca la diferencia en este caso es otro aspecto: el marido de Pugachova, Maksim Galkin, no tiene acceso a la televisión rusa, lo que repercute directamente en que la prima donna no reciba grandes ofertas por sus actuaciones. Al mismo tiempo, vale la pena comentar que hace tiempo que no hay noticias sobre el trabajo musical de Pugachova. Para personas como el productor musical Pavel Radchenko esto no es nada accidental. En su opinión, hace tiempo que Pugachova dijo todo lo que tenía que decir en el mundo de la música. Analizada su reciente trayectoria, es poco probable esperar que construya una nueva carrera musical desde cero en Israel. 

El principal problema para Alla Borisovna es que en Rusia ha llegado un momento diferente. Los valores que Pugachova aportó a finales de la era soviética fueron valores adelantados a su tiempo: era una mujer con una gran personalidad, con una notoria capacidad para lucir bien tanto en el escenario como fuera de él, una mujer que ya en esos años presumía de tener amistades con hombres homosexuales, una mujer que se veía joven, atractiva y atrevida. El problema para Pugachova es que no apoyó la invasión rusa en Ucrania, por lo que ahora muchas personas la consideran portadora de valores impuestos por Occidente , y por ende, declarados casi satánicos. Un esbozo de las opiniones que circulan por Rusia: las personas asociadas con los valores occidentales se las considere tóxicas e innecesarias. 

A través de su cuenta de Instragram, Alla Pugachova pidió que la incluyeran a ella también en la lista de agentes extranjeros: «porque soy solidaria con mi esposo, un hombre honesto, decente y sincero», además de agregar que estaba en contra de la muerte de los jóvenes rusos en Ucrania «por fines ilusorios que hacen de nuestro país un paria». Dejaré de lado el estilo de la presentación, pero, en general, es comprensible que algunos encuentren sus argumentos sobre guerra, paz y sinceridad un tanto extraños. Pienso que si Pugachova hubiese dicho «estoy en contra, odio la guerra, creo que es un error y una insensatez que debería terminar lo antes posible», la actitud que habría en Rusia hacia ella sería distinta. Pero se fue a Israel, y desde allí comenzó a moralizar. A hablar acerca de cómo debe preocuparse la gente ordinaria. En principio se acepta que Pugachova siempre ha sido apolítica, y no se le conocen desencuentros con las autoridades, aunque no es exactamente de ese modo. Para situarnos correctamente, debo remontarme a las elecciones de 1996, cuando el ciudadano ruso llevaba años sin recibir salarios normalizados: los más desfavorecidos se morían de hambre o vivían el metro, y los jóvenes rusos eran enviados a lavarse en su propia sangre a Chechenia en una guerra con fines no menos ilusorios que la actual. En ese contexto , Pugachova llamaba a votar por Boris Yeltsin

En la actualidad Pugachova es consciente de que ha perdido buena parte de su influencia y todo el apoyo gubernamental que durante tanto tiempo ha atesorado, no obstante no ha dicho su última palabra. Rompiendo todos los pronósticos, recientemente apareció información acerca del inminente regreso de la cantante a su país. Decían que volaría a Rusia para el Año Nuevo, pero aunque nada de eso sucedió, bastó para provocar un entusiasmo general por su posible regreso. Muchos creyeron ver en el hipotético regreso de la popular artista una señal de cierta estabilización social. 

La BBC no dejó pasar la oportunidad de revolver un poco más el avispero al incluirla en la lista de las cien mujeres más influyentes del año 2022, algo que por supuesto debe enorgullecer a la prima donna en estos momentos, cuando los insultos y las declaraciones negativas continúan cayendo sobre ella. En Rusia todos vierten suciedad sobre la diva. La cantante Galina Nenasheva arrojó una piedra en dirección a su antigua amiga. Después se empezaron a escuchar llamadas para despojarla del título de Artista del Pueblo de la URSS. Si bien no es una posibilidad en nuestros días, no debería sorprendernos si en el futuro las cosas llegasen a tal extremo. El último en exigir que le retiren el título fue el bailarín Nikolai Tsiskaridze, quien afirma que la verdadera popularidad y el amor de la audiencia son dos cosas totalmente diferentes. Sí, es posible que a Pugachova no le corresponda explicarle a la gente cómo deben vivir o pensar, o leerles discursos de moralidad, pero tampoco es tarea de Tsiskaridze. Promover nuevos símbolos no implica destruir los de una era pasada. Y esta no deja de ser una amarga ironía para los constructores de la nueva y supuestamente hermosa Rusia tecnológica del futuro. Porque la fuerza de la prima donna radica en que a sus setenta y tres años se la ve joven y fresca, especialmente en comparación con los horteras y cursis eslóganes emitidos por la propaganda oficial. 

Es bastante probable que la inclusión de Alla Pugachova en la lista de mujeres más influyentes del mundo no sea más que un gesto de ánimo por parte de la BBC. Pero no estoy de acuerdo con la evaluación del papel real y de su influencia en las mentes rusas. En los canales estatales en la última noche de 2022 no apareció Pugachova, pero se cantaron canciones suyas. Por supuesto, los espectadores se quejaron debido a que la versión de «Lyubov’, pohozhaya na son» realizada por la joven Polina Gagárina no fue bien interpretada en su criterio. ¿Entienden lo que hay detrás?

Pugachova fue una artista genial, muy popular, en ningún caso trivial. Y les guste o no a algunos de sus antiguos camaradas en el mundo del espectáculo, lo sigue siendo. En su papel divino, la prima donna siempre estuvo en su lugar, incluso aunque alguien pueda argumentar que, según los más altos estándares, el estilo de Pugachova no alcanzaba para proyectarla al cosmos de las estrellas internacionales. Es posible que tengan razón si lo ven desde ese punto de vista, pero a cambio diré que Alla Pugachova siempre estuvo sincronizada con la gente en Rusia, ocupando un lugar de honor en la atención de los rusos. Y esa misma gente la recuerdan y la quieren. Que haga de la palabra su fuerza es comprensible, porque precisamente ese es su talento y su principal mérito.

Alla Pugachova es mucho más que uno de los últimos símbolos soviéticos. Ella fue parte de la anestesia de la Perestroika, ayudó al pueblo soviético a irrumpir en una nueva realidad y a sobrevivir en ese nuevo mundo salvaje. Siempre supo ser ella misma , no importaba si era de cara a la élite del país o actuaba para los jubilados que la idolatraban. Mal asunto sería si empezásemos a medir a los artistas por su edad o por su situación política. De ser así, no quedará nada de la cultura y la memoria de un gran país a medio plazo. Un intento de arrojar a Pugachova a algún oscuro lugar en el fondo de la memoria bajo la etiqueta de «traidora» es comparable a mutilarse a uno mismo. Alla Borisovna lo hizo todo maravillosamente en el mundo del espectáculo. Y la gente no se olvida de eso. Por eso ha sido embajadora de las profesiones creativas y del talento ruso durante tanto tiempo. Incluso en el mismo hecho de exigir ser reconocida como «agente extranjera» , uno puede encontrar una moderna obra de arte. Cuando pregunto por la diva a mis amistades en Rusia, la respuesta suele ser unánime: es necesario escuchar a aquellos que no silencian los problemas. También la destacan como una reputada artista. Así que no todo está tan claro sobre los sentimientos del pueblo hacia Pugachova como a Tsiskaridze le gustaría. Alla Pugachova no puede ser expulsada de la canción rusa. Pero «la escoria y los mentirosos», como la Diva calificó a sus antiguos colegas, se pueden arrojar a la papelera del olvido sin drama alguno, incluso aunque ahora sus voces suenen poderosas. Pugachova tiene razón. 

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2 Comments

  1. Faithnomore

    Enhorabuena por el artúculo y hacernos conocer esta historia. Interesante.
    Por cierto, la canción popular en el Este sigue anclada en estilo Mari Trini. Violines y dramón

  2. Pingback: Las estrellas del pop y el rock ruso abandonan a Putin y critican la guerra | elperiodico.com - Tenemos Noticias de Latinoamérica y el Mundo

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