Habitualmente considerado como un trimestre flojo en cuanto a salidas de tebeos, el periplo de julio a septiembre de 2022 ha dejado suficientes títulos interesantes como para no bajar la guardia. Cierres de sagas, recuperaciones de clásicos, continuidad de los títulos de éxitos populares, variedad temática y estilística en los géneros, alguna irrupción en el mundo infantil y juvenil y carreras autorales que están confirmándose como relevantes en el cómic español actual, son algunas de las características de la lista de nuestros recomendados de dicho trimestre.
La cuenta atrás, de Carlos Portela y Sergi San Julián (ECC Ediciones)
De aquellos barros, estos lodos. La historia reciente también es historia y necesaria para afrontar el futuro. Carlos Portela y Sergi San Julián se propusieron avivar la memoria de la catástrofe ecológica del Prestige sucedida en 2002 con esta ficción que pone en relieve la torticera manipulación mediática y la pobre gestión política que finiquitó los hechos repartiendo dinero mientras otros se manchaban las manos. Lo hacen con un mecanismo narrativo que cuenta los hechos retrocediendo los pasos de sus capítulos y con una mirada amplia sobre todos los actores intervinientes: marineros, políticos, periodistas, activistas y voluntarios. La cuenta atrás, con su acertada estética plomiza, muestra el peso de los medios de comunicación a la hora de sesgar la información y dar carpetazo a los asuntos, y transmite las escasas esperanzas que se pueden albergar para que se mejoren las actuaciones y se diriman responsabilidades en otros casos futuros. El presente les está dando la razón. No aprendemos.
Clase de actuación, de Nick Drnaso (Salamandra Graphic)
Progresivo, sibilino e inquietante. El estilo frío y desangelado de Nick Drnaso contrasta poderosamente con los intensos relatos y el hondo calado al que es capaz de llegar en las páginas de sus cómics. Clase de actuación empieza hablando de forma inocente y bastante costumbrista de un grupo de personas que atienden a unas clases de interpretación, elaborando así un retrato de una deprimida falsa clase media americana. El autor va desvelando capas y capas, construyendo un thriller muy atípico que va haciendo aflorar los miedos, incertidumbres y deseos ocultos de sus protagonistas, en una deriva sutilmente tensa que engancha. En una escena de novelas gráficas que aspiran al realismo y al retrato de los tiempos presentes sin lograrlo del todo, la presente acaricia el absurdo con un fino humor negro, sabiendo que es la mejor forma de hablar de las simulaciones de las que formamos parte, más o menos voluntariamente y más o menos conscientemente.
Espanto, de Laura Pérez (Astiberri)
El rango en el que Laura Pérez es capaz de invocar su universo de terror chill parece no tener fin. Ya asombró con su opera prima, Ocultos, una antología de relatos de misterio, lejos de los tópicos del género de horror que busca el epatamiento y el shock del lector. Demostró poder articular todas esas atmósferas y sus temas (sororidad, empoderamiento, conexión con lo extraño, contacto con lo invisible o lo ausente) en una novela gráfica más extensa, Tótem. Y ahora en Espanto prueba que es capaz de abrir las puertas a su mundo con breves estampas o secuencias que sintetizan a la perfección su forma de entender el género fantástico, con un tiempo de lectura cero. Consigue así la autora atrapar sus esencias en una botella: la forma de entender al otro como parte de uno mismo, la mujer como chamán capaz de contactar con esas otras dimensiones, el misterio o lo extraño como algo deseable y cierto carácter zen como forma de recepción del conjunto.
Bautismo Vol. 1, de Kazuo Umezz (Satori)
En la línea de la recuperación de clásicos históricos del manga (esto es, más allá de Osamu Tezuka), Satori continúa con la edición del «padre» del género de terror en Japón. En Bautismo, Kazuo Umezz muestra un destilado de los recursos de este género de una forma tan definitiva que nos hace entender hasta qué punto su influencia ha sido capital en los autores que le precedieron. Alejándose de los campos del terror fantástico que anida en el folclore, el maestro aborda aquí el miedo o la obsesión impuesto por los cánones sociales de belleza y dinamita valores dados por hecho como lo es el amor de una madre. La riqueza en descompresiones de procesos que requieren detenimiento, estudio y paciencia por parte del artista desemboca paradójicamente en una narrativa absorbente que transmite toda la angustia, tensión y delirio que encierra su historia. Es esta, sin embargo, solo la primera parte de un periplo de historias que se irán encadenando delirantemente y sin freno.
Llévame contigo, de Anneli Furmark (Blackie Books)
Lejos de buscar etiquetas de nicho, la primera novela gráfica de la sueca Anneli Furmark cuenta una crónica de amores y desamores en la cincuentena que sorprende tanto por su cercanía como por romper prejuicios y presupuestos respecto de cómo se viven las relaciones afectivas y/o sus rupturas según la edad. Llévame contigo es el testimonio de los vaivenes de una relación (o varias) y cómo se afronta cuando uno pensaba que la vida iba a desembocar hasta su final en un matrimonio estable. La distancia desde la que se cuenta la historia contrasta poderosamente con el flujo de emociones que se despliegan en ella. Todas ellas conectadas en lo visual con una paleta de colores que bañan las escenas y hacen aflorar una sinestesia que habla de un mundo interior que invade el mundo exterior sin posibilidad de escapatoria. Relevante, íntima y escapando de las convenciones comerciales, he aquí un toque de atención para todos aquellos que piensan que lo del amor «ya fue» o que las bicicletas son para el verano.
Olot, de Dr. Alderete (Autsaider Cómics)
Este mosaico de casos de la crónica negra y paranormal de la ciudad catalana anidada en zona volcánica arranca con referencia a la mítica serie Twin Peaks como preludio a su lectura. En realidad, Olot es menos lynchiana de lo que pretende, pero sí que en ese guiño adelanta su vocación: un interés fetichista en lo extraño, lo oscuro y lo peligroso. Hay aquí un hilado de historias que van desde abducciones hasta el mediático secuestro de la farmacéutica de dicha localidad, por la vía de la imaginación, queriendo construir una suerte de mitología moderna emparentada a una geografía que conecta también con otros sitios en el tiempo y el espacio. Doctor Alderete hace gala de un estilo expresivo de línea clara y gruesa de la escuela de Charles Burns, permeada de una paleta que remite a la serie B de terror y que permite así vestir el relato de forma tenebrosa pero también colorista, dando salida simbólica a la variedad de sucesos que puede albergar Olot. Todo es posible aquí.
Fatty, el primer rey de Hollywood, de Nadar y Julien Frey (Astiberri)
Una de las biografías más interesantes de este trimestre recorre el caso de Roscoe Arbuckle, uno de los pioneros del cine mudo humorístico, colega y mentor de otros artistas célebres como Buster Keaton o Charles Chaplin. Julien Frey y Nadar recuperan esta figura tremendamente influyente en los cómicos de su tiempo, que se vio envuelta en el que se considera uno de los primeros casos de juicio-espectáculo al ser acusado de la violación y muerte de la actriz Victoria Rappe. Los autores desgranan el caso contextualizándolo a través las presiones puritanas a las que se veía sometida la industria cinematográfica y la aparición de la Oficina Hays. Recogiendo los testimonios fehacientes separándolas del sensacionalismo y la rumorología, llevan al lector a través del calvario por el que pasó el actor que, pese a quedar finalmente absuelto, cayó en desgracia. Al trabajo sólido de documentación de Frey, se le suma un Nadar en estado de gracia que, además de exponer la historia con todas sus luces y sombras, también se marca una interpretación soberbia de algunas de las escenas más conocidas del dúo Arbuckle-Keaton.
Sábanas, de Brenna Thummler (Ediciones La Cúpula /Brúfalo Lector)
No es frecuente encontrarse un tebeo para el público juvenil que luzca una morosidad tan cuidadosa para narrar la vida de una adolescente de una forma sencilla y con las palabras justas. Sábanas es un drama enmarcado en un trasfondo fantástico que encajaría perfectamente entre las películas de experiencias paranormales de los ochenta y las aventuras de la casa Disney que vinieron después. Sin embargo, Brenna Thummler consigue recrear el universo del tedio y el conflicto adolescente con acierto y detalle hasta el punto de recordarnos también a las autobiografías que llegaron con los noventa en el cómic alternativo, con un estilo de dibujo pulido, de caricatura estilizada y con una narrativa fluida y absorbente. En el punto intermedio entre ambos referentes, se genera un universo dual, y de su fricción surge una historia sumamente entretenida que no se despoja de un realismo bien destilado, destacando así entre el grueso de cómics de aventuras fantásticas que circulan actualmente.
Nightwing, de Tom Taylor, Bruno Redondo y Adriano Lucas (ECC Ediciones)
Un encantador retorno al clasicismo superheróico más puro es lo que ha pergeñado el guionista Tom Taylor, que ya sorprendió ampliamente con su vuelta de tuerca del Escuadrón Suicida, un cómic con fuertes componentes de activismo social. Recoge este espíritu en esta nueva andadura en solitario de Dick Grayson, una vuelta a la idea del superhéroe como defensor de la justicia social, en uno de los trasfondos más deprimidos y desamparados del Gothamverso, Bludhaven. Esta primigenia premisa se vuelve fresca con cierto toque de fábula que imprime el apartado gráfico a cargo de Bruno Redondo y Adriano Lucas, con una narrativa visual presta a los juegos narrativos ingeniosos y a la espectacularidad, y un uso del color para crear bellas atmósferas estacionales. Nominada a varios Eisners, Nightwing ha visto publicado en España este trimestre su noveno número, un prodigioso cómic desplegable que cuenta su historia en una sola —y extensa— página.
Chacales, de Nadia Hafid (Sapristi)
Sutil retrato de la ira contenida es el que hace Nadia Hafid en este nuevo cómic en el que persiste en su estilo minimalista capaz de contar mucho a través de ir al detalle y aislarlo de todo lo demás. Chacales aborda tres breves slices of life de tres personas cuya frustración se origina, desarrolla y desemboca de tres formas distintas. Con un soberbio control de la narrativa, en especial en lo que se refiere al ritmo, pero también en la exposición de procesos cotidianos y su encaje subjetivo, la autora esquiva los pesados monólogos que en ocasiones nos encontramos en las novelas gráficas de corte autobiográfico para exponer las interioridades de cada personaje jugándoselo todo a la elipsis y a la puesta sobre la mesa de la experiencia compartida con el lector. Es esta una obra cargada de una sabiduría silenciosa que puede cambiar la forma de ver al prójimo sin recurrir a la sensiblería edulcorada o a frases hechas escritas para vender tazas de café.
Blue Lock, de Muneyuki Kaneshiro y Yusuke Nomura (Planeta Cómic)
El spokon parece haber llegado para quedarse. El éxito de Haikyuu!! ha servido como punta de lanza para que otras series de manga deportivo asomen la cabeza en nuestro país, algunas de ellas con premisas tan divergentes a los cánones del género como lo es esta Blue Lock, que retuerce el spokon «variedad de jardín» para llevarlo hacia el thriller tipo escape room. Japón busca convertirse en primera potencia futbolística mundial y para ello quiere producir al mejor delantero del planeta. Cientos de jóvenes futbolistas entraran en unas instalaciones de alto rendimiento para, en una competición despiadada, descubrir al killer definitivo. Tensión salvaje, acción muy dinámica y algo de didáctica sobre el balompié como deporte se confabulan con cierto punto de sátira y deconstrucción de los spokon al uso vistos hasta la fecha. Muneyuki Kaneshiro y Yusuke Nomura ponen el lado oscuro del deporte sobre el terreno de juego con un grafismo delirante y una búsqueda de imprimir en el papel la obsesión maniática por ser el mejor.
Telémaco Vol 4, de Kid Toussaint, Kenny Ruiz y Noiry (Dolmen Editorial)
Telémaco llega al apoteósico final de una serie que emplea a los personajes de la Odisea y los adapta para un género de aventuras que aúna drama, intriga política, humor e incluso algo de género bélico. Kid Toussaint proyecta la conclusión como una gran batalla que funciona como un circo de varias pistas en el que Kenny Ruiz y Noiry resuelven la acción con las mismas claves que han caracterizado la serie: fuerza, dinamismo y un uso del color que explora lo fantástico y lo exótico. Donde parecía que las recuperaciones de los personajes de los mitos griegos y latinos habían quedado olvidadas, Telémaco permanece como testimonio de que aún hay mucho jugo que sacarles. Todavía más, que pueden explorar otras vías lejos de la tradición clásica francobelga, empleando la energía del shonen de acción o el gusto por la espectacularidad del mainstream americano e incluso incluyendo recursos ingeniosos que remiten a los pioneros de la tira de prensa.
Mundo Laberinto, de Alan Grant y Arthur Ranson (cARTEm)
Alguna tentación nos puede hacer pensar en esta épica fantástica como fruto de algún tipo de nostalgia. En realidad, Mundo Laberinto se publicó en la revista 2000 A. D. a finales de los noventa, quizás algo tardía para el tipo de aventura que representa, un canónico viaje a otro mundo que termina en búsqueda de cierta redención, pero todavía jugando al eco de una tradición que coleaba, colea y coleará. El guionista Alan Grant, bien conocido por su trabajo en Judge Dredd, escribe un relato intenso, repleto de intriga, traición y revoluciones plasmado en el papel por el dibujante Arthur Ranson con un estilo fotorrealista de toque brumoso que gusta de los ingeniosos juegos narrativos y composiciones icónicas, así como de mucha dedicación en la expresión cinemática de la acción violenta. Si bien repleta de cuarto y mitad de lo que ya se nos pueden antojar como lugares comunes del género, los autores aquí dieron vida a un mundo que merecería tener su consideración dentro de la galería de extrañas dimensiones imaginadas en la ficción británica.
Cambio de clima, de Phillipe Squarzoni (Errata Naturae)
Aunque esta novela gráfica a medio camino entre autobiografía confesional, el ensayo sobre el cambio climático y el periodismo en cómic se publicó a principios de año, vale la pena recuperarla aquí ante lo bajo que ha pasado por el radar de la crítica y del público, siendo una obra especialmente incisiva en su relevante temática así como proactiva en su enfoque, aun yendo a contrarreloj. Como Joe Sacco o Sarah Glidden, Philippe Squarzoni establece la mirada sobre la emergencia climática haciendo visible al observador y su biografía. Partiendo de lo individual, conecta así con el lector, con la curiosidad y la preocupación, y va desplegando paso a paso las respuestas a todas las preguntas pertinentes para entender cómo el ser humano está condenando el futuro de su propia especie y el de todas las demás. Sus casi quinientas páginas resultan, de esta forma, dinámicas de digerir y, sobre todo, muy cercanas, alejándose de un modelo de ensayo exclusivamente estadístico. Sin negar la urgencia, Cambio de clima resulta un cómic que se toma su tiempo para ofrecer argumentos, comprensión y fomentar el activismo, entendiendo que el mensaje que transporta debe calar a todos los niveles.
Las aventuras de Passer P. Malta, de Andrés Magán (Bang Ediciones)
Los caminos del cómic son inescrutables y con frecuencia (y por fortuna) los dibujantes no se ciñen a una sola escena o público. Es el caso del gallego Andrés Magán, que ha trabajado bastante en el terreno del cómic experimental y que durante la pandemia probó suerte con este cómic dirigido al público infantil, ganando el Premio Castelao de Banda Deseñada en 2020 en dicha categoría. En realidad, Las aventuras de Passer P. Malta es una obra dirigida a cualquier público. Desde su forma de fábula antropomórfica de estética colorista y caricatura divertida afronta problemas adultos modernos, como la búsqueda de la felicidad a través de encontrar el trabajo vocacional ideal que nos haga olvidar que el trabajo es trabajo. Desviándose así de otras fórmulas más convencionales de cómic para chavales, esta odisea cotidiana que deviene pronto en una suerte de thriller está sembrada de entretenidos momentos de absurdo, algún delirio onírico y destila un amor genuino por la tira cómica.
Upgrade Soul, de Ezra Claytan Daniels (Norma Editorial)
Por su premisa y su introducción, la presente se nos antojaría una novela gráfica de ciencia ficción que explora los límites éticos de la investigación científica y sus aplicaciones en nuestras vidas bajo el prisma del transhumanismo. En realidad, este trabajo de Ezra Claytan Daniels, fruto de muchos años de desarrollo, si bien pone esos temas sobre la mesa y roza sus divergencias, se configura como una tensa intriga y drama de primer orden ejecutado con una teatralidad mayúscula para representar los conflictos entre los personajes y sus dilemas internos; su narrativa explota perfectamente la viñeta apaisada, frecuentemente, a modo de escenario. Con un desarrollo que va de lo turbio a lo turbulento, en Upgrade Soul no se pierden reflexiones o críticas a lo que significan expresiones tan modernas como «ser la mejor versión de uno mismo», así como picotear indicios de lo que identificamos como «ser humano».
Las recomendaciones del primer y segundo trimestre de 2022 se pueden leer aquí y aquí.
