Cine y TV

Elvis Enterprises: actores que han interpretado al Rey

Austin Butler con Elvis Presley en Elvis (2022) Imagen Warner Bros.
Austin Butler con Elvis Presley en Elvis (2022) Imagen: Warner Bros.

Cuando se hagan «los mejores de» y «los peores de» este año, la peli de Elvis será de lo poco bueno para recordar, entre tantas sequías, incendios, crisis energéticas, guerras, Coldplay y cosas por el estilo.

La película, realmente, no es nada del otro mundo, aunque la hayan vendido como algo impresionante. Bueno, a algunos sí les habrá parecido una cosa fuera de serie, pero a mí no. Supongo que en los Óscar tendrá sus estatuillas, como le paso a la de Queen. La película brilla como todas las de su creador, el australiano Baz Luhrmann (el de Romeo y Julieta, el de El gran Gatsby», el de Moulin Rouge!), pero se queda en eso: en el brillo. Además, ¿a que no saben quién narra la historia? Pues el mayor enemigo de Elvis, que no entendía una palabra de la música que hacía, y además le daba igual, y que le llevó por la calle de la amargura todo el tiempo que estuvo con él. Así como veinte años, hasta que se murió. Sí, la narra el coronel Parker, transformado en Tom Hanks, con veinte capas de maquillaje, una voz indescriptible y poniendo todo de su lado.

Lo que sucede es que… la vida y los trabajos de Elvis son tan soberbios, tan fuera de la realidad, que al final, la película se convierte en un biopic fallido, pero bigger than life, porque al poner en la película de Luhrman retazos de las canciones, y las actuaciones de Elvis, con el barniz del director, se convierten en algo loco, delirante, pasado de rosca y realmente atractivo. Pero no hay ningún estudio en profundidad de los personajes, nada de Priscilla, nada de los padres, nada de los amigos de Elvis, ni de los músicos, ni de nadie, ni siquiera —diría yo— del propio Elvis. Eso sí, el maquillaje que lleva Elvis es perfecto. Sobre el actor elegido para dar vida al Rey, Austin Butler, pues lo hace bien, muy bien, pero se echa de menos un desarrollo medio en profundidad. Aunque eso, como decía, aquí es cosa imposible. No creo que ni aunque le añadiesen las dos horas que le quitaron en producción.

En fin, una alegría para verlo, espectáculo de primera, pero absolutamente vacío. Y lo de Tom Hanks, de juzgado de guardia. Pero ¿en qué idioma habla?

La lista de películas que cuentan la vida y los hechos de Elvis son numerosas. Entre ellas, hay de todo. Vamos a echar un vistazo, fijándonos en sus protagonistas. Con lo que a él le gustaba el cine, y las ganas que tenía de hacer papeles como James Dean o Marlon Brandon.

Kurt Russell, uno de los más prolíficos en dar vida a Elvis

Fue en Elvis (1979), la primera colaboración entre Kurt Russell y el director John Carpenter, esta vez para TV, y la primera vez que Kurt le dio vida. Y lo hizo de forma verdaderamente convincente: le nominaron para un Emmy y un Golden Globe, y la tv movie se llevó tres los primeros. Y es que el actor nacido en las pelis de la Disney aquí lo hace muy bien, aunque el que cantaba era el artista country Ronnie McDowell. Esta es la película que recomendaría a cualquiera, aunque no fuese fan de Elvis. Está hecha de maravilla, aunque no sea una superproducción. Se nota la mano de Carpenter en el ritmo de la acción y en la puesta en escena. Los actores lo hacen muy bien, sobresaliendo Shelley Winters, dando vida a la madre de Elvis. Kurt no es tan barbilampiño como lo era Elvis, pero aun así lo crea perfecto: habla como el, pone las mismas caras, se mueve como él, y es una cosa bien difícil, sin caer en el ridículo. Si usted es fan de Elvis y está acostumbrado a ver sus actuaciones, estará conmigo en que una imitación suya es complicada. Kurt Russell lo clava. Lleva el personaje al límite y no lo pasa. Por ejemplo, clava el tic en el labio y el juego de piernas. La relación madre-hijo está bien tratada, fue crucial en la historia de Elvis y así sale en la tv movie, y cuando conoce a la adolescente Priscilla, poco después de perder a su madre, la escoge porque le recuerda a ella.

Es atractiva la idea de Graceland como sitio donde al principio solo hay malos recuerdos y cobra forma la soledad de Elvis. También sale con el traje del millón de dólares en una actuación emotiva. La relación entre Priscilla y la mafia de Memphis, que vivían juntos, y el cambio casi brusco de Elvis: los problemas con los productores y las películas horribles. Carpenter cierra la película sin moralinas ni discursos, solo un primer plano y una canción muy significativa.

Volvemos a subrayar que se hizo en 1977, por lo que la fotografía es casi de la misma época, y todo está muy cuidado. Como curiosidad, para que se den cuenta de la influencia que Elvis tiene en la vida de Kurt Russell, este conoció al Hombre en persona, pues trabajó en Puños y lágrimas (1963), con doce años, dándole una pantalla en la espinilla (¡!). En la película de Carpenter, Kurt trabajó con su padre, Bing Russell, que hacía el papel de Vernon Presley, y se casó con la actriz que daba vida a Priscilla.

En Forrest Gump (1994) saben ustedes que hay una escena en la que un joven Elvis alquila una habitación de la casa de Forrest. Bueno, pues la voz que oímos es la de Kurt Russell. Cuando copia los movimientos espasmódicos del niño Forrest para su show, a quien vemos es a Peter Dobson, que también volvió a hacer de Elvis en Protecting the King (2007), una película basada en la relación de David Stanley, el amigo, guardaespaldas y hermanastro con Elvis (además de suministrador de drogas y mil cosas más). Pero la película está por debajo de todo lo que podría atender, de hecho no se para en ningún tema interesante, por lo que se puede dejar perfectamente de lado en este tema.

Russell también trabajó en 3000 Miles to Graceland» (2001) (conocida en español como Los reyes del crimen), un thriller con muchos impersonators de Elvis reunidos en un hotel de Las Vegas para un festival. En ese ambiente, se presenta la banda de Kevin Costner y Kurt Russell, Christian Slater, David Arquette y Bookmee Woodbine, vestidos igualmente de Elvis, pero para robar el casino. Cosa que hacen mediante una ensalada de tiros, y huyendo por el tejado, en un helicóptero. Lo que va a continuación no tiene nada que ver con Elvis, ni con nada. Pero ver a todos estos disfrazados de Elvis no tiene precio, en especial a Costner, con peluca para disimular la calvicie.

Don Johnson, el Elvis de los últimos días

Antes de hacerse mundialmente famoso, Don Johnson hizo eso que les gusta a muchos actores: meterse en la piel de alguien mucho más gordo y más popular. Y el resultado fue, digamos, a la mitad. Evidentemente, tenía como veinte kilos de más y los gestos y las pintas los consiguió, a veces parecía Elvis en los últimos años de su vida, pero abría la boca… y bueno, no, no se parecía a la voz de Elvis. Menos cuando cantaba, que lo hacía Ronnie McDowell (otra vez) y una banda entera de Nashville. La peli cuenta con diálogos propios de niños pequeños, pero tiene su gracia ver a Stephanie Zimbalist en el papel de Linda Thomson, una de las últimas novias de Elvis, que era una Miss Kentucky que luchó por alejarle de las drogas. Digo que tiene gracia porque lo hace igual que si estuviera con Remington Steele. En Elvis and the Beauty Queen se juntan el hambre con las ganas de comer. La recomiendo. En realidad, no está tan mal.

Porque si quieren una película para reírse, y no con ella, precisamente, es esta. Protagonizada por David Keith, que se transfiguró en Elvis en Heartbreak Hotel (1988), dirigida por Chris Columbus. Una historia al estilo Columbus, sobre un chico adolescente que, motivado por la penosa situación de su casa, y sin éxito con su grupo de rock and roll, decide raptar a Elvis y llevárselo a su pueblo, en el estado de Ohio, para animar a su madre, que es fan, y está en el hospital. Como curiosidad, la madre es interpretada por Tuesday Weld, actriz que saben trabajó con el propio Elvis. David Keith es el único que mantiene el tipo, moviéndose y hablando muy parecido al Rey. Pero ni eso salva la peli, cúmulo de chistes malos y situaciones ya vistas. 

Michael St. Gerard

Artista olvidado hoy, porque dejó la profesión para dedicarse a predicar en una iglesia. En sus creaciones de Elvis no tiene rival, no hay actor que lo haya hecho tan bien, además de su parecido físico, sus movimientos y su manera de hablar. Cantar no, porque, de nuevo, Roddie McDowell le doblaba. La serie Elvis, de ABC en 1990, que solo duró una temporada, la dedicada a los años 54-55, era realmente buena, aunque la madre era una cosa totalmente fuera de onda.

También fue Elvis en la película de Jerry Lee Lewis, Great Balls of Fire (1989), y en Heart of Dixie (1989), así como en un episodio de Quantum Leap titulado «Memphis Melody».

El irlandés Jonathan Reese Meyers fue el actor elegido entre trescientos aspirantes a dar vida a Elvis en la serie de CBS, de 2005. El resultado: bueno, muy bueno. Lo hace realmente bien, le imita con verdadera convicción, y sus gestos nos hacen creer que estamos ante Él. Aunque físicamente, mmmm…. hay algo que no me acaba de convencer. No sé si las entradas del pelo, quizá…

Val Kilmer, además de salir en Amor a quemarropa como Elvis, hizo un papel que recordaba mucho al Rey en Top Secret, como Nick Rivers, que en algunos momentos sale cantando varias de Elvis, igual que él, pero con rasgos descacharrantes.

Por otro lado, y vuelvo al principio, se le recuerda en Amor a quemarropa como el mentor de Clarence (Christian Slater). Sale brevemente, pero le oímos hablarle toda la película. También en una actuación descacharrante. Pero por otro motivo.

Por razones hilarantes toda la película, les recomiendo Bubba-Ho-Tep, con Bruce Campbell haciendo de Elvis, pero en la senectud, y viviendo sus últimos días en un asilo en el estado de Texas. Por un cambio con un imitador fue este quien se murió, mientras que él quedó relegado a una vida de impersonator y pobreza. La historia cuenta cómo el mismo, y otro asilado, que es JFK, aunque es negro (teoría de la conspiración buenísima), van a enfrentarse con una momia egipcia que ha vuelto a la semivida alimentándose de los ancianos residentes en el recinto. Bruce Campbell lo hace fantástico, como siempre, y el papel está muy bien escrito: los pensamientos que le pasan por la cabeza al hipotético Elvis están perfectamente escogidos. La peli es recomendable por muchas razones.

Nicolas Cage

En Corazón salvaje (1990) hizo un merecido y recordado homenaje al Rey. El trabajo en esta película es para mí de lo mejor que ha hecho Nicolas Cage en su amplísima filmografía. Tiene entre otras escenas memorables, está en la que hace un homenaje directo, pero es que el personaje de Sailor está lleno de tics propios del Rey. Aquellos gestos suyos de karateka, de luchador de judo, mezclados con los gestos de rockero que le hicieron mundialmente famoso, todos ellos los saca Cage en su formación del personaje, además de las legendarias botas y la chaqueta de piel de serpiente, «la que da personalidad a un hombre».

Cuando Sailor sale del correccional le está esperando Lula (Laura Dern) en un coche. Con ella emprenden la huida. El primer paso es irse a bailar. La sala de baile es un antro con un grupo de thrash rock poniendo el ambiente, y la pareja se descoyunta al ritmo hasta que un metepatas intenta ligar con Lula, y entonces Sailor le corta con muy mala manera…

Sailor hace un gesto con su mano (en forma de cuernos) hacia el escenario y el grupo se calla instantemente, pide un micrófono, le tiran uno y empieza a cantar «Love Me» para Lula y demás personal femenino, que reacciona como si estuviera delante de Elvis. Nicolas lo hace de mil maravillas, su voz es estupenda y los gestos, igual. 

Nicolas volvió a hacer un papel relacionado con Elvis dos años después de Wild at Heart. En Luna de miel para tres» (1992) se viste de impersonator dentro de la concentración de Elvises Volantes, un grupo que hace salto en paracaídas vestidos de Elvis. 

Por último, los actores menos imaginados para hacer de Elvis: Michael Shannon y Harvey Keitel

Empecemos por el primero. Elvis & Nixon dramatiza y recrea el viaje que hizo a final de su vida Elvis a Washington, en ¡línea regular!, para hablar con Richard Nixon sobre el problema de las drogas y la juventud, la influencia de los gobiernos orientales en todo eso, y los Beatles como responsables últimos. ¿Les parece un sinsentido? Pues sí, pero así fue. Sin tener una cita previa, ni nada. Por ser Elvis y porque a una de las hijas de Nixon le gustaba, accedió a verle durante cinco minutos, que luego se convirtieron en una hora. Elvis se llevó la placa antidrogas, desde su punto de vista un acto de tremendo respeto. Y así lo cuenta la peli, que no es de risa. Bueno, la pinta que lleva Kevin Spacey, caracterizado como Nixon, da mucha, aunque creo que no era a propósito. Y el aspecto de Michael Shannon como Elvis es problemático, pero recomendable oírle y verle moverse. 

Como el respeto con que trata Harvey Keitel al personaje en Finding Graceland», una película de 1998, road movie sobre Jonnathon Schaech, un huraño joven que ha perdido a su mujer en un accidente entre un coche y un tren (¡!), que recoge en la carretera a un autoestopista bien extraño. Es un tipo que dice ser Elvis y el viaje se convierte en una sucesión de acontecimientos a cada cual más divertido-emotivo, que cambia el humor al joven, que empieza a pensar si realmente el tipo no será en realidad Elvis. Este protagoniza algunos sucesos que dan que pensar. La actuación de Keitel cantando «Suspicious Mind» es de no perdérsela, y toda la película, en realidad. La recomiendo.

Pero estos no son los únicos: todavía quedan muchos más: Andy Kaufman lo imitó, con mucha sorna, en la televisión; Rob Youngblood rodó para la tele Elvis and the Colonel: The Untold Story»; Jack White se disfrazó de Elvis en Walk Hard: The Dewey Cox Story (2007), solo por citar a unos cuantos más.

Resumiendo: hay docenas y docenas de películas sobre Elvis. Yo, que he visto la mayoría, puedo afirmar que el Personaje provoca en sus actores una ola de respeto y temeridad que hace que todos intenten dar lo mejor de sí mismos a la hora de reencarnase en él. No importa quiénes sean: él es Elvis, y es lo más grande que van a hacer.

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2 Comments

  1. Buen resumen. Coincido con el análisis de la película, no se puede hablar de Elvis ni de Parker sin hablar de el sur, ese sur que alumbró criaturas como Jerry Lee Lewis o el mismo Elvis, y eso en la película ni sale. En cambio ese ambiente estaba muy bien retratado en la serie de Michael St. Gerard.

    Creo que si haces un biopic lo haces, y no te andas con circunloquios para, imagino, esquivar el posible golpe, y eso hace la última película. Por lo demás Elvis es un icono pero no muy demasiado complejo, whitetrash aupada a la cima del mundo que termina mal, no hay gran profundidad, relació n enfermiza con la madre, pero no dejaba de ser un cazurrete sin mucho trasfondo intelectual, a los mismos Beatles les pareció simplón pero bueno, sigue siendo El Icono.

  2. Pingback: El turista 1 999 999 (Guiri él, guiri tú, guiri yo) - Jot Down Cultural Magazine

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