El primer europeo que puso los pies en la costa de los Esqueletos, el navegante portugués Diogo Cão, no se anduvo con sutilezas a la hora de darle nombre en su idioma: Porta do Inferno. Es la franja costera de quinientos kilómetros donde el desierto del Namib, una de las regiones más áridas del mundo, linda con el océano Atlántico. También es el mayor cementerio de barcos del mundo. En los tiempos de la navegación de cabotaje las naves evitaban tocar tierra en este lugar, ya que resultaba sencillo aproximarse y atracar, pero hacerse de nuevo a la mar era prácticamente imposible. La culpa es del cassimbo, un fenómeno natural exclusivo de esta región que levanta neblinas oceánicas extraordinariamente densas. Y también del relieve poco abrupto de esta ribera, cuyas mareas más altas hacen que el agua salada se interne en el desierto. Bienvenidos a la costa de los Esqueletos. Los bosquimanos la llaman «la tierra que Dios hizo con ira».
1. En la actualidad la costa de los Esqueletos forma parte del Parque Nacional costa de los Esqueletos, una reserva natural de dieciséis mil kilómetros cuadrados. Fue creada por el gobierno de Namibia en 1971. Fotografía: Getty.
2. Se cree que en la costa de los Esqueletos reposan los restos de más de mil embarcaciones. En los tramos de costa menos abruptos los restos de las naves han sido arrastrados al interior del desierto por las mareas altas. Fotografía: Paul Souders / Getty.
3. Entre los pecios más notables de la costa de los Esqueletos se cuentan el Benguela Eagle, el Otavi, el Eduard Bohlen, el Dunedin Star, el Zelia India y el Tong Taw. La última nave en encallar fue el pesquero japonés Fukuseki Maru, que lo hizo en 2018. Fotografía: Freepik.
4. El Eduard Bohlen, un carguero alemán que naufragó debido a la niebla el 5 de septiembre de 1909. En la actualidad los restos del barco están a cuatrocientos metros de la costa. Fotografía: Martin Harvey / Getty.
5. El cassimbo, la niebla oceánica tan característica de la zona. Este fenómeno, responsable de casi todos los naufragios y encallamientos de barcos, ocurre por efecto de la interacción de la corriente de Benguela, un flujo oceánico frío, y las masas de aire cálido procedentes del desierto del Namib. Fotografía: Angelo Cavalli / Getty.
6. Estamos en uno de los mayores caladeros del sur de África. La corriente de Benguela hace que se eleven hasta la superficie aguas abisales muy frías y muy ricas en nutrientes que favorecen la aparición de grandes concentraciones de fitoplancton, primer eslabón de la cadena trófica oceánica. Fotografía: Getty.
7. La abundancia de plancton explica la concentración de peces y cetáceos filtradores y la presencia de estos justifica la de sus depredadores, como las focas y los seres humanos. Aunque antiguamente abundaban los barcos balleneros, lo más común hoy en día son las grandes naves pesqueras. Fotografía: Alex Saurel / Getty.
8. Un cráneo de ballena junto al pecio del Benguela Eagle. La costa de los Esqueletos recibió su nombre por la abundancia de huesos en sus playas, principalmente de ballena y de foca. Fotografía: Maramade / Freepik.
9. Los restos del Benguela Eagle, un pesquero angoleño de setenta y ocho toneladas que naufragó en 1973. Como este, muchos barcos encallados en la playa han ido enterrándose poco a poco en la arena. Se sospecha que el número de pecios completamente soterrados en la costa de los Esqueletos podría igualar al de los naufragios todavía visibles. Fotografía: Maramade / Freepik.
10. El Zelia India, un pesquero arrastrero indio que encalló en 2008. Los restos del barco se han convertido en un punto de anidación de cormoranes. Es uno de los pecios más conocidos de la costa de los Esqueletos. Fotografía: Jeremy Woodhouse / Getty.
11. La Puerta Ugabmund o Puerta del río Ugab, que da acceso por tierra al Parque Nacional de la costa de los Esqueletos. La entrada está decorada con imágenes de calaveras y flanqueada por varias mandíbulas y cráneos de ballenas. Fotografía: Jens Kühnel (CC).
12. El Parque Nacional de la Costa de los Esqueletos se divide en dos zonas. La zona sur solo puede visitarse usando vehículos motorizados, que además no tienen permitida la incursión en la sección más peligrosa del desierto. La zona norte del Parque Nacional solo puede visitarse en avioneta. Fotografía: Martin Harvey / Getty.
13. Huellas de vehículos en torno a los restos de un barco semienterrado en la arena. La costa de los Esqueletos se ha convertido en una de las zonas con más turistas de Namibia. Fotografía: Getty.
Excelente artículo, aún hoy en el Siglo XXI se sigue sembrando cultura y talento en un planeta distropico