Antonio Rubio (Melilla, 1951) pudo haberse dedicado a jugar al waterpolo, pero ha consagrado su vida a nadar por las cloacas del Estado para cumplir aquella máxima de Orwell: periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques, todo lo demás son relaciones públicas. Rubio es el artífice de algunas de las exclusivas más importantes de la historia de la democracia, sobre el terrorismo de Estado, las escuchas del CESID o la fuga de Luis Roldán. ETA y el GAL trataron de amordazarle. Sin éxito. Nunca ha renunciado al oficio, ese que ejerce con «café, constancia y cariño». El melillense ha sido subdirector de El Mundo y redactor jefe de Cambio 16, y ahora es el presidente de la Asociación de Periodismo de Investigación. Es un hombre incansable. Profesor. Maestro de periodistas. Director del Máster de Investigación Periodística, Nuevas Narrativas, Datos, Fact-Checking y Transparencia de Maldita.es y la Universidad Rey Juan Carlos. Curioso profesional. Acaba de publicar El desastre de Annual a través de la prensa (editado por Libros.com) y hace unos meses se estrenó en el mundo del podcast con GAL: El Triángulo. Un trabajo de ocho episodios que acaba de ser premiado en los Premios Ondas Globales del Podcast en la categoría de No Ficción.
Rubio se sabe todos los trucos del oficio, sonríe, mira constantemente a los lados, está alerta, vigilante, y durante casi cinco horas bucea por una historia que todavía muchos no quieren ver publicada. Asegura que sus descubrimientos todavía tienen recorrido judicial, pero…
¿Qué es la notitia criminis?
Es lo más grande que le puede pasar a un periodista, o lo más importante o lo más interesante; o la función principal que debe tener un periodista. Convertir un reportaje en una notitia criminis, que es aquella que se emplea de dos formas, bien por la vía política, a través del Congreso para abrir una investigación, o bien por la vía judicial, que es donde más se suele utilizar. Cuando tu información y tu documentación sirve para abrir un caso judicial o refrendarlo, como me ocurrió en 2021 con la vista oral del tema de Salvador Inocencio Montano, coronel y viceministro de Seguridad Pública del Ejérciro de El Salvador, y el asesinato del padre Ellacuría. Conseguí el manuscrito de un acta que levantó el Estado Mayor de la reunión en la que se planificó el atentado contra el sacerdote Ignacio Ellacuría, uno de los padres de la Teología de la Liberación. Gracias a esta aportación, fue condenado a ciento trece años de cárcel por la Audiencia Nacional por este asesinato y el de cinco jesuitas españoles.
También, alguno de los documentos de los GAL que publicamos en su momento han sido notitia criminis. Es cuando la verdad periodística sirve para que la verdad judicial se acerque más a la verdad.
A veces, lo publicado por el periodista va al juzgado, pero… a veces no, aunque sea susceptible de ir, ¿qué lo impide?
Porque a veces la justicia, en toda su interpretación, no lo ha considerado o porque el poder ha evitado que se produjera. Me ha pasado, uno: en el último atentado de los GAL, la justicia no ahondó lo suficiente para poder llegar al final, desde mi punto de vista; dos, cuando publicamos los papeles del CESID, en los que tres jueces pidieron su desclasificación para poder incorporarlos a las investigaciones de los GAL y la guerra sucia en general llevada a cabo por el Estado, pero dos gobiernos distintos se negaron. En 1995, Narcís Serra dijo que el pulso al Estado no eran las escuchas, sino su filtración. Un año después, en 1996, Aznar aseguró que si él investigaba el GAL, se subvertiría la democracia. Con esas palabras.
Hace unos meses se han publicado las memorias de Manglano. En unas páginas se refería a un caso que ya estaba en su libro sobre el GAL de hace décadas. Son las cartas bombas que presuntamente envía el ministerio de Corcuera. Aparece una conversación del posterior ministro del Interior, Antoni Asunción, con Manglano que coincide con lo que usted publicó en ese libro, que confirma la información publicada de que esas cartas bombas salieron de Interior. ¿Debería haber actuado la fiscalía?
Son las memorias de Manglano. Su visión de los hechos. Él no cuenta la verdad, cuenta su verdad; la verdad en la que él no tiene responsabilidades. No cuenta que cuando hubo un juicio en la Audiencia Nacional por los papeles del CESID, en el que él estaba imputado y yo era testigo, estaba sentado detrás de mí y no paró de amenazarme. Hasta el punto de que llegué a levantar la mano y decirle al presidente del tribunal que el señor que tenía sentado detrás de mí me estaba amenazando. Me insultaba…
¿Por qué?
Porque conté todo el tema de los papeles del CESID y del gabinete de escucha. Este gabinete consistía en un sistema que ellos tenían, de escuchas ilegales, con el que podían pinchar los teléfonos de políticos, jueces, periodistas e incluso el del rey, que figuraba en su listado como tal. Decían que esas conversaciones no eran pinchadas, sino que estaban en el espacio radioeléctrico, y despidieron a uno de los responsables, José Manuel Navarro Benavente.
El motivo fue que, entre otras cosas, llegó a seguir un tema delicado. Habían detectado que un alto cargo político estaba involucrado en un desembarco de droga y Manglano le había dicho que no volviera escuchar, pero Navarro Benavente volvió a escuchar. Cuando le cogieron haciéndolo, lo expulsaron del CESID y él puso un recurso administrativo en la Audiencia Nacional. Ese era el tema. Ellos escuchaban, nos escuchaban. Esto de Pegasus de ahora… nosotros siempre hemos ido por delante.
Por tanto, ¿qué son las memorias de Manglano? Ni son las memorias del CESID ni son un documento del CESID. Además, hay una cuestión. En las memorias de Manglano solo están las memorias de Manglano. Es una versión muy personal e interesada.
En el caso del podcast que acaba de publicar, El triángulo, ¿no da opciones para abrir una investigación con las revelaciones que hace?
Hay nuevos datos, documentos, declaraciones e informaciones que permiten llegar tanto a los autores intelectuales como materiales. También a la estructura informativa que tenían montada los GAL en el sur de Francia, colaboradores… y locales. Hay material para abrir o continuar las investigaciones que están abiertas.
¿Qué lo impide, la justicia o el poder? al hilo de lo que acaba de explicar de cómo se evita que se abran investigaciones…
Bueno, habrá que preguntarle a la justicia o al poder.
Seguro que tiene una teoría.
No tengo teorías ni opiniones, siempre digo lo mismo: me remito a los hechos. En el podcast hay varias informaciones que podrían usarse como notitia criminis y nadie las ha utilizado o nadie las quiere utilizar.
¿Con las revelaciones que ha hecho sobre el GAL, la fiscalía podría estar actuando y no lo está haciendo?
Yo no digo que la fiscalía no ha actuado, digo que hay elementos para seguir investigando el tema del GAL.
¿La fiscalía, por ejemplo?
Yo no le pongo nombre.
Tendría que ser la fiscalía.
A nivel judicial, sí.
Ya tenemos la frase completa.
(Risas). Yo no puedo ni debo decir que la fiscalía no está actuando. Hay los elementos necesarios para seguir investigando los GAL, ese sería el tema. ¿A quién le corresponde? A la justicia.
Dolores Delgado dijo que no era su obligación actuar por informaciones periodísticas por muy espectaculares que fueran.
Yo creo que Dolores Delgado lo que tiene que hacer de vez en cuando es pensar antes de hablar. Hay una cosa que se llama hemeroteca, otra historia y otra memoria. Hace unos siete años nació un proyecto periodístico innovador que se llamaba Maldita Hemeroteca, liderado por Julio Montés y Clara Jiménez, y recordaba el ayer de los políticos… Tengo setenta y un años. Mi problema es que tengo memoria. Que hoy digan esto y anteayer otras cosas, es complicado… porque yo tengo memoria. Me he convertido en un testigo negativo.
¿Cree como Pedro Sánchez que a la fiscalía la manda el Gobierno?
Creo que son autónomos, pero no independientes.
Sánchez dijo: «¿Quién manda en la fiscalía? El Gobierno».
En el mes de febrero estuve con mis alumnos del Máster de Investigación Periodística de la Fundación maldita.es en la Audiencia Nacional, nos recibió su presidente, José Ramón Navarro, la titular del juzgado Central de instrucción número 3, doña María Tardón, el exministro de Justicia, Juan Carlos Campo, y el fiscal jefe, Jesús Alonso Cristóbal. Pasamos una mañana realmente interesante hablando de justicia y derecho, todo off the record, pero quedó reflejado que los fiscales son autónomos pero no independientes y que a la prensa se le tiene mucho respeto. Yo creo que la mejor forma de no tenerle tanto respeto a la prensa es la transparencia. No puedo ir más lejos…
¿Cómo alguien que se dedica a la natación y al waterpolo acaba de periodista de investigación?
Muy fácil. A mí se me ocurrió montar una manifestación en Melilla por un tema académico. En clase tenía a un compañero que era el hijo del comisario. Durante la protesta, la policía estaba por todos los sitios y un agente me dio una hostia que no te puedes ni imaginar. Se llamaba Manuel Céspedes, que luego fue jefe de seguridad de Felipe González y delegado del Gobierno en Melilla. Yo estudiaba con beca, vivía Franco, y me la negaron por cuestiones políticas. Entonces, era un nadador regular, pero no un mal entrenador, tengo el título de entrenador nacional, así que en tanto en cuanto no podía desarrollar mi carrera y en Barcelona la natación estaba más avanzada que en Madrid, me mudé a Catalunya, empecé en el Hospitalet y luego me fichó el Club de Natación Barcelona.
Sin embargo yo quería llegar donde quería llegar, y a través del deporte me colé en el diario Tele Express haciendo natación, atletismo y tercera división los domingos por la noche. También García Márquez y Camus empezaron en deportes.
Siguió el secuestro de Quini en El Periódico.
Efectivamente, y publicamos un libro, Quini, del secuestro a la libertad, con Enrique García Corredera y mi amiga y vecina Montserrat Roig de correctora. El prólogo fue de Vázquez Montalbán. De ahí pasé a Interviu y ya empecé a trabajar elementos de investigación con mayor profundidad.
También fue fotógrafo, sacó una foto del famoso asalto al Banco Central de Barcelona. ¿Esto tuvo que ver con el 23F, como se ha insinuado?
He sacado muchas fotos. Desde el huido y fugado Luis Roldán hasta el mercenario Luis Morcillo y otros muchos temas. Siempre me acompaña una cámara. Lo del Banco Central lo seguí luego, me entrevisté con el capitán Sánchez Valiente, aquel supuesto capitán que tenía los papeles… pero creo que no. Aunque este es uno de esos casos en los que si tenemos una Ley de Secretos Oficiales nos podremos enterar de algo. El PSOE ahora ha dicho que ni 23F ni GAL podrían estar incluidos en esa ley. A un pueblo no le puedes quitar su historia, si le quitas la historia no es pueblo. Y la historia hay que escribirla. La ley actual es de 1968, cuando nace el actual rey, el mismo año en que se produjo el mayo francés y nace la Organización Nacional Contrasubversiva.
Cuando tuvieron lugar los incidentes en París ese año, Carrero Blanco y Franco temieron que la revuelta estudiantil pudiera llegar a la universidad española. Ahí surge esa Organización Nacional Contrasubversiva para dedicarse a estudiar los movimientos en las universidades. Tenían a los bedeles que eran exguardias civiles y dependía del ministerio de Educación de Villar Palasí. El primer director de esta organización era un personaje que luego apareció en el 23F, José Ignacio San Martín, comandante de artillería.
Luego vino el CESED con el teniente general Andrés Cassinello y, después, el CESID. En resumen, si seguimos teniendo los mismos parámetros que en 1968, han pasado UCD, PSOE, PP y a ninguno se le ha ocurrido desclasificar documentos. Curioso. Como es curioso que el gobierno Aznar indultara a los dirigentes del PSOE de González con una rapidez pasmosa. Tanto Barrionuevo como a Vera y demás…
¿Por qué curioso?
Indulta a gente condenada de otro gobierno, uno con un planteamiento completamente diferente, sin embargo, con la guerra sucia y el terrorismo de Estado parece que hay un claro entendimiento. Si no se quieren desclasificar ni el 23F ni los GAL seguiremos siendo un pueblo sin memoria.
¿Por qué se entienden? ¿Todos tienen algo que tapar?
Existió el Batallón Vasco Español, existió la Triple A, existieron muchas cosas antes de 1982. Aunque el GAL no es la continuación del BVE. No nos confundamos.
Aunque compartieran mercenarios.
Aunque compartieran mercenarios, lógicamente. El GAL está pagado a través de los fondos reservados, pero los anteriores los financiaban empresarios y el dinero de algún banco. Son elementos diferentes.
¿Por qué empezó a interesarse por el GAL?
Tuve suerte. En la época del secuestro de Quini, hacía deportes y sucesos. Tenía contacto con la Brigada Antiatracos de Barcelona, dirigida por el comisario Francisco Álvarez. Ahí estaba un inspector que se apellidaba Argüelles. Álvarez terminó de comisario jefe en Bilbao, teniendo a sus órdenes a señores que se llamaban José Amedo y Miguel Planchuelo. Y Argüelles interviene en 1983, junto con dos GEOS, cuando intentan secuestrar en el sur de Francia a un polimili, José María Larretxea. La intención era canjearlo por el capitán Alberto Martín Barrios, secuestrado por ETA. Cuando sale la historia y la sigo, me encontré con que conocía a todos los personajes.
A Álvarez lo habían mandado a Bilbao por su eficacia contra el crimen.
Correcto. Le llamábamos «el Técnico».
Había estado en tiroteos y había demostrado tener la cabeza fría y valor.
Francisco Álvarez es uno de los mejores policías que ha tenido la policía española. Lo metieron o, mejor dicho, lo utilizaron en toda la estructura de los GAL, pero Francisco Álvarez como policía tenía un nivel muy alto.
¿Cómo unió las piezas?
Tuve un buen maestro o compañero, Xavier Vinader, especializado en guerra sucia, guerra de Estado o extrema derecha. Yo pasé de deportes a sucesos y me tocó el atentado del PAPUS, que nos pilló enfrente de nuestra redacción. Ya venía siguiendo todos esos rollos. Vinader tuvo que exiliarse por esto. Fue el primer periodista de la democracia que sufrió cárcel y exilio. Hizo unos reportajes en Interviú, con la colaboración del policía nacional Francisco Ros Frutos, que actuó como agente infiltrado, en el que demostró por primera vez con datos, fotos, nombres y apellidos la conexión real entre la violencia de extrema derecha y el Estado. Semanas después de la publicación de los reportajes, ETA asesinó a dos conocidos ultras de Barakaldo, Jesús García, propietario de un puticlub y exjefe de seguridad de Fuerza Nueva, y Alfredo Ramos, propietario del bar Stadium. Los nombres de García y el bar Stadium figuraban en la extensa relación de nombres y locales revelados en Interviú.
En aquella época la actividad de la extrema derecha, y de ETA también, era importante. Por eso yo no aterricé, es que ya estaba allí. Aparte, también estaba Celestino Amaral, un periodista portugués, que consigue detectar quién era Amedo. Lo descubre cuando va a Portugal a contratar mercenarios. De alguna manera, todos teníamos contacto entre nosotros.
En estas investigaciones que realizó para Interviú en los ochenta, hubo un guardia civil que rompió la omertá de Intxaurrondo.
José María Velázquez Soriano, alias Chema.
Cantó la Traviata.
Sí, pero hay una cosa muy importante que siempre me he encontrado cuando he ido a declarar como testigo. Me dicen que yo publiqué lo que me dijeron, pero no. Primero, me cantaron la Traviata. Luego, investigamos, confirmamos, acreditamos, hicimos las diligencias informativas correspondientes, y después, publicamos.
De aquí surgen unas informaciones, pero no se publican todas.
Dos de cinco. El poder de aquel momento logró presionar a Antonio Asensio, presidente del grupo Zeta.
¿Fue Javier Solana?
Lo que diga el señor Basilio Rogado, que era mi director. En el podcast, explica con nombres y apellidos quiénes, cuándo y cómo presionó el Gobierno para que no se siguiera publicando.
De su libro: «Javier Solana se puso en contacto con una persona del Grupo Zeta, José Luis Erviti, se entrevistan en Galerías Preciados, y sale un acuerdo para que el GAL no vuelva a salir en la revista».
Así es. Erviti, vicepresidente de Zeta, reescribió el texto del segundo capítulo y cambió el titular de «Así torturábamos en el País Vasco» por un «Así torturé en el País Vasco». Nosotros nos negamos a firmarlo y a asumirlo. Ese no era nuestro trabajo. En mi podcast, Basilio Rogado explica que hubo varias reuniones, también intervino el Ministerio del Interior. Estaba en juego la licencia de una televisión para Zeta. Además, el ABC nos dedicó una portada y el general Andrés Cassinello, una página entera preguntándose qué nos habíamos creído, niños con el cascarón pegado al culo, que se creen Woodward y Bernstein.
El general Cassinello ahora es presidente de la Asociación para la Defensa de los Valores de la Transición.
Vuelvo a lo mismo, yo tengo un problema porque tengo memoria y el problema fundamental de este país es la desmemoria. Me he convertido en un testigo negativo. Recuperemos, otra vez, a Maldita Hemeroteca.
¿El GAL es desmemoria o hay un intento deliberado de que nadie se acuerde?
En 1997, cuando mi exsocio Cerdán y yo publicamos el libro del GAL, varios medios lo boicotearon. Ahora he sacado un podcast y la difusión que ha tenido en los medios es corta y escasa. Aunque después de que me hayan dado el Premio Ondas, el podcast ha ido cogiendo ritmo y la gente, los jóvenes, creo que empiezan a hablar más de los GAL.
Una anécdota, hará como dos o tres años, yo era presidente de la FAPE. Hubo un desayuno en el Ritz y daba una charla el director de El Nacional de Venezuela. La presidenta de FAPE era Elsa González, que no pudo ir y me mandaron a mí. Antes del desayuno, hubo un pequeño café entre las personalidades, ahí entró el señor Felipe González, me vio, dio la mano a todo el mundo y a mí no me saludó. Durante la conferencia, me sentaba justo enfrente de él en la mesa, en ningún momento me miró. ¿No sabía quién soy yo? Me evitó. ¿Esto contesta a la pregunta de que nadie quiere acordarse? Soy un testigo negativo.
Cuando se presentó el libro de Barrionuevo, 2001 días en Interior, el prólogo de González vino encartado. Eso significaba que en principio no iba a ir, el señor Barrionuevo se cabreó y obligó a González a escribírselo. En la presentación, estaba González con Barrionuevo y en la primera fila, el general de la Guardia Civil, Saenz de Santamaría, Alonso Manglano, general Cassinello y Rafael Vera. Ahí González se dirigió a ellos, les dio las gracias y la frase que pronunció fue, más o menos: «Gracias Rafa, gracias Pepe, gracias señores generales por lo que hicieron, gracias, por España».
Esas palabras grabadas salen en el podcast.
Yo no estuve ese día, pero mandamos una cámara. ¿Qué gracias le podía dar a los generales? ¿Por qué?
¿Nunca habló con González cuando publicaba información del GAL?
No.
¿Y con Belloch?
Mucho, incluso me ofreció dinero. Utilizó un compañero mío de Barcelona, porque habíamos coincidido ahí, yo jugaba al fútbol con Belloch los sábados en un equipo formado por jueces, abogados y periodistas. Este compañero, del que era muy amigo, me lo envió como intermediario cuando lo de Roldán. Quería saber dónde habíamos hecho la entrevista y si podíamos señalar y marcar a Roldán. Nos ofreció doce millones de pesetas. Me pareció insultante. ¿Qué menos que mil millones? (risas). Al día siguiente publicamos la reunión y el ofrecimiento. Luego también descubrimos el tema de los papeles falsos de Laos… Belloch, ojo con él, porque lo que intentó fue ser presidente del Gobierno.
Pedro Jota en su último libro, Palabra de director, dice que se encontró un día a las dos de la mañana con Belloch y la secretaria de Felipe González para darle la declaración de García Damborenea.
Es verdad.
No la filtró Garzón, sino Belloch.
Lo que dice Pedro Jota es verdad.
Eso era en la época de destrucción controlada de Interior.
Le han hecho una entrevista ahora a Belloch en El Heraldo y tuve que poner un tuit, porque este no es un desmemoriado, es un mentiroso. Él intentó utilizar los GAL para llegar a la presidencia del Gobierno. Quien reabre de alguna manera el tema de los GAL…
Es él.
Él ayuda a reabrir el tema de los GAL y al mismo tiempo le coloca el fajín de general a Rodríguez Galindo.
¿Y no era consciente Felipe González?
Yo creo que no.
¿Metió a su propio enemigo dentro?
Yo creo que sí. Porque, entre otras cosas, se acercó a determinados periodistas para que le ayudaran a ser presidente del Gobierno.
¿Por ejemplo?
A Pedro Jota. Pero yo solo puedo hablar de los hechos que yo conozco.
En ese libro Pedro Jota cuenta muchas cosas, también dice que pensaron en matar a Roldán.
Eso lo publicamos. Una de las alternativas que hubo en un momento determinado era eliminar a Luis Roldán.
¿A quién se le ocurrió la alternativa?
No puedo ponerle un nombre determinado.
Pedro Jota dice que Narcís Serra… Cuenta que Belloch le pidió ayuda en un portal para encontrar a Luis Roldán porque supuestamente Narcís Serra quería matarlo.
Y el señor Paesa a mí me confirma que estuvo sobre la mesa eliminarlo. La forma era fácil y sencilla, él tomaba una serie de pastillas, habría que haberle cambiado alguna.
No era una novedad, ya había casos dentro del GAL de intentar eliminar testigos incómodos. Publicó que a Gómez Nieto, sargento de Intxaurrondo y miembro del CESID, le querían enviar a Colombia donde…
Yo le avisé. Querían mandarlo a la embajada de España en Bogotá.
Allí te destinan a la embajada, un sicario y…
Claro.
¿Por qué le avisó?
Siempre hay que picar piedra. Pensé que un día, cuando hiciera acto de contrición, porque era católico practicante, podríamos hablar del ayer. Al cabo de un tiempo me dio las gracias.
También, que se diera la vuelta y aportase información, ¿no? Quid pro quo.
Café, constancia y cariño, la fórmula de las tres «C», es mi lema como periodista. Yo llegué a reunirme con Luis Morcillo, asesino del exdirigente de Herri Batasuna, Santiago Brouard, al cabo de años y años. Estuve, antes de que me diera la entrevista, seis meses todos los sábados yendo a desayunar con él. Jamás le puse una grabadora delante, hasta que un día me dijo: vete al coche, coge la cámara y la grabadora, que hoy vamos a hablar.
¿No le daba miedo esa gente? Enredarse en esas redes.
Tengo una cosa muy clara. Una fuente una es una fuente, nunca confundas una fuente con un amigo. No hay otra forma de llegar al fondo de las cuestiones. Miedo he tenido en dos ocasiones. Uno fue en una cita que nos montaron cerca de Bilbao. Siempre tengo la obsesión cuando voy en coche de aparcar de modo que pueda salir rápido. Si lo meto en batería, por ejemplo, le doy la vuelta. Hubo un momento determinado que en la conversación que estábamos teniendo con un personaje, vi algo raro. Le dije al socio que tenía en aquella época: «Vámonos». Salimos, dejamos al tío colgado, y luego supe que venían a darnos un susto.
La segunda vez fue en el garaje. Iba con mi mujer y mis hijos, con los mellizos. Me habían robado la bicicleta, una Razesa que me costó una pasta. Le di a la luz, iba con los dos niños de la mano, con Pilar detrás, y se apagó la luz. Dije «hijos de puta». Cuando logramos encenderla, nos miramos mi mujer y yo, pensando… «chungo». Hay grandes policías y grandes personas. Enrique de Federico, que fue el que llevó todo el tema de Lasa y Zabala, que está en el podcast, me obligó a llevar escolta durante tres meses. Ahí participó también Margarita Robles. En un futuro tengo pensado hacer un libro o podcast, tipo perfil o entrevista, que se llamará algo así como Mis queridos monstruos: etarras, gal, terroristas, narcos, secuestradores, asesinos…
¿Quién le quería matar?
Yo creo que si nos hubieran liquidado no era vendible en esos momentos. A Enrique de Federico, que era el comisario, le llegaron a amenazar desde dentro del Ministerio. Dentro del Ministerio está la Guardia Civil, la Policía… era alguien que no era de su cuerpo. Le preguntaban qué estaba haciendo, si es que era gilipollas. Pero habría sido negativo para ellos, el escándalo hubiera sido la hostia.
Matar periodistas ya es de Estado fallido
Yo tuve claro que si me amenazaban ETA y los GAL es que estaba en la línea de la verdad periodística.
Vamos a hacer un poco de historia, porque sus exclusivas son de las más importantes de la historia del periodismo en España…
Hombre, las ha habido muy buenas. Recuerdo a Josep Huertas Clavería, que descubrió en un reportaje que los prostíbulos de Barcelona estaban regentados por viudas de militares. Le hicieron un juicio por lo militar y lo condenaron. También destacaría el trabajo de Gregorio Morán sobre Suárez, que es excelente. Cierto es que, en nuestro caso, con Luis Roldán vendimos un millón y medio de ejemplares en los dos días de la entrevista, eso no lo ha hecho nadie.
Hubo un pique con El País por esa entrevista…
Eso fue el sumun, algo realmente patético. Más que el medio fue un periodista. Le falto acreditar el hecho.
La entrevista fue en París, pero ellos publicaron que se había hecho en un restaurante en Madrid.
En el sótano de La Alpujarra, que estaba en la Plaza del Perú. Luego se dijo que en el hotel de la entrevista de París habíamos brindado con champán, pero los gastos del minibar eran Coca-Cola y agua. Entiendo que la gente se cabree cuando otros llegan donde ellos no pueden.
¿Cómo estaba Roldán ese día?
Hecho polvo. Tomó varias pastillas. Jugaba con las gafas y la funda. Tuve que traerle el rollo de papel higiénico del baño porque lloraba, venía a decir que se iba a suicidar… Era un hombre totalmente derrotado. Al tener memoria, tú recuerdas a un señor que era el jefe de cincuenta mil guardias civiles y los llevaba a todos derechos, cuando hablabas con él te miraba con cierto desprecio. De repente encontrarme a ese hombre llorando, roto, fueron momentos…
¿De quién tenía miedo?
De todos. No se fiaba de nadie. Estaba en manos de Paesa.
Así acabó.
Que luego lo vende y le levanta el dinero.
¿Cómo cayó en manos de Paesa?
A través de Julián Sancristóbal. Este, que es un personaje que está ahí, medio oculto, es un elemento fundamental. Él presentó a Paesa y Roldán, para que le moviera el dinero, entre otras cosas.
Habría una red de contactos para manejar el dinero que tenían todos que no debían tener, el dinero de los Fondos Reservados de Interior.
Dinero negro. Lógicamente, tenían que buscar vías y circunstancias diferentes. Como cuando localizamos al señor Vera y Corcuera saliendo de un banco en Andorra, que nos llevaron a juicio y salimos absueltos.
Le han juzgado por denunciar los fondos reservados de Interior, con la acusación de colaborar con ETA…
Lo de ETA no es así exactamente. En los ochenta, entrevistamos a un guardia civil, Velázquez Soriano, y lo fotografiamos de uniforme. El juicio fue por utilización indebida del uniforme. Después entrevistamos a otro guardia civil del cuartel de Intxaurrondo, que nos contó lo que realmente pasó con el caso Zabaltza, y el diario ABC intentó desprestigiarnos y rebatir la información diciendo que le habíamos pagado. Desde la Guardia Civil presionaron al guardia civil con un tema familiar para que se retractara. E incluso se llegó a decir que éramos colaboradores de ETA. La Guardia Civil llegó a controlarnos y fotografiarnos cuando nos entrevistamos con afectados en el País Vasco.
Vayamos a su libro El origen del GAL. Actualmente, se van publicando encuestas y cada vez menos estudiantes saben lo que fue el GAL e incluso lo que fue ETA. En los setenta, hubo atentados del Batallón Vasco Español, la Triple A, con líneas grises con las Fuerzas de Seguridad del Estado, que eran lo que eran en aquella época…
Colaboraban. Es un libro que hice con mi exsocio Manuel Cerdán.
Sin embargo, antes del GAL hay un año en blanco sin este tipo de violencia. Encima, los atentados de ETA habían bajado de noventa y tres en 1980 a treinta y dos en 1981. Pero cuando llega el PSOE, en su libro se le atribuyen a González estas palabras: «Un grupo de desalmados no me va a fastidiar la política de cambio ni va a propiciar que un nuevo Pavía entre en el Congreso». Esta alusión a un golpe de Estado es interesante. Por ejemplo, una de las causas de la fecha del 23F se relaciona con la muerte de Joseba Arregi Izagirre en la Dirección General de Seguridad en Madrid, fue una paliza a manos de setenta policías. Cuando se vio que se iba a actuar contra los policías que le mataron, parece que los golpistas quisieron aprovechar esa atmósfera para dar el golpe y lograr adhesión aprovechando el enfado de los militares y demás.
Es una teoría. Fueron años muy confusos, de mucha tensión. Los militares por un lado, los etarras por el otro, atentando y asesinando, y la sociedad y las víctimas reclamando acciones contra los terroristas.
Tejero había estado en el País Vasco en 1974. El ambiente era tan dramático que en un atentado besó a sus compañeros muertos y lo recordó así: «Mis labios se llenaron con su sangre de mártires (…) y allí, que yo sepa, nadie sintió nauseas. Aquello era para hombres y allí, que yo sepa, no había ninguno que no lo fuera». El golpismo, como reacción a ETA, estaba presente. De hecho, en las propias actas de ETA su estrategia era buscar esto, una reacción, un golpe, una regresión al fin y al cabo que validase sus tesis y ampliara la represión, lo que, de nuevo, validaría sus tesis y razón de ser.
ETA siempre desarrollado la fórmula de acción, reacción, acción. Esa es la filosofía que ha mantenido toda la vida. Es el único planteamiento que sabían. Hay otra situación, el caso Almería. Cuando entra el PSOE en el Gobierno, iban diciendo con su portavoz en temas de Interior, Carlos Sanjuán, que todo eso tenía que saberse, sin embargo, en el Gobierno, el que se tiene que ir es Carlos Sanjuán. Iba a ser nombrado secretario de Estado o ministro del Interior y la oposición y los militares presionaron.
Carlos Sanjuán estaba claro que iba a ser el ministro del Interior, su programa era limpiar, regenerar y democratizar las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad…
Sí. Él no estaba de acuerdo con lo que se estaba haciendo, pero cuando los socialistas llegan al poder alguien se da cuenta de que regenerar la policía era muy complicado. El pensamiento conservador, por llamarlo de alguna manera, estaba muy extendido dentro de la policía. Era muy complicado cambiarlo de la noche a la mañana. No se podía hacer una reforma total.
Eso mismo ya nos lo dijo Felipe González cuando le entrevistamos.
Lo que no sé es si os dijo esto: se asustaron. Si tocaban lo que había ahí, el día de mañana les podían montar un gran problema a nivel nacional. Imagina una huelga de brazos caídos de la policía. Al caso Almería le dieron carpetazo, condenaron a tres y punto. Y recordemos lo que fue eso. Hubo un atentado en Madrid, unos jóvenes iban a una comunión desde Santander a Almería, pararon porque se les averió el coche cuando estaban llegando, tomaron otro alquilado y cuando llegaron a Almería, les detuvieron, les torturaron, les asesinaron y les quemaron porque pensaban que eran etarras y que formaban parte del comando que había atentado en Madrid.
Entonces, en lugar de Sanjuán, colocan a Barrionuevo. Parece que por recomendación de Rosón, exministro de UCD, a González.
Si mal no recuerdo, Barrionuevo en su juventud había sido carlista. También estuvo en los movimientos vecinales del Barrio del Pilar, estuvo en las protestas contra el centro comercial de La Vaguada. Luego fue concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid y mostró dotes. Y Rosón influyó en su nombramiento.
Dotes de mando, a la policía no le impone autoridad cualquiera.
La policía era complicada. Estábamos en un cambio de régimen, en plena transición.
Lo que tenemos. Por un lado, ETA sigue matando y empieza a matar socialistas. En la política, Fraga dice «mejor tener las manos manchadas de sangre que lavárselas como Pilatos». El propio Pedro Jota escribe que hacían falta valientes. Y, según reveló su investigación, en el CESID se elabora una estrategia de ir secuestrando etarras y torturarlos para que den información.
ETA aumenta el número de atentados cuando entra Felipe González y se prepara el Plan ZEN, Zona Especial Norte. Desde el CESID, se ideó, entre otras cuestiones llamadas «Acciones en el sur de Francia», el Plan Mengele. Se le inyectaba un anestésico a un etarra, se le secuestraba y después se le torturaba para que cantase.
Esos planes venían de atrás, de la época de Rosón.
Acciones en el sur de Francia, plan Mengele y otros son de la época del PSOE. El Gobierno se plantea que ETA no les va a estropear el tema ahora que han llegado y hay una democracia. Deciden contestar con las mismas herramientas que estaban utilizando los terroristas. Hay una interesante conversación entre un Sancristóbal preso y Barrionuevo en la que se plantea que salga el número uno y dé la cara como había hecho Margaret Thatcher con los dos miembros del IRA que habían matado en Gibraltar. Esta conversación la captó un señor y llegó a mis manos.
¿Otra fuente en el CESID?
No. Un radioaficionado. Le entró la conversación, como diría Manglano, en el espacio radioeléctrico. Era conocido o amigo de una amiga mía y se lo dijo. Mi amiga me lo comunicó, fui a comer con el amigo, lo escuché y me lo llevé. ¿Cuál era el problema de esa cinta? Yo no puedo transcribir la conversación de dos personas sin la autorización de uno de los dos. Tuve la cinta durante un tiempo hasta que logré convencer al abogado de Sancristóbal para que diera la autorización. En ese momento, dejó de ser un delito publicar su contenido.
Pero cuando llegó a juicio, el tribunal dijo que no valía, que se oía mal.
Ya…
La radió Antonio Herrero.
Sí, Antonio Herrero publicó nuestra cinta, la hizo audible a través de su programa en la COPE. También se dijo que se oía mal la grabación de Gómez Nieto y Perote hablando de cómo torturan y eliminan a Zabaltza y después a Lasa y Zabala. Esas tampoco se oían, pero las transcribimos y ahí están.
Así que Barrionuevo y Sancristóbal hablaban de que el número uno asumiera su responsabilidad.
Thatcher asumió el tema del IRA en Gibraltar, pero aquí Felipe solo ha salido a darle las gracias a los generales y a Barrionuevo y a Vera.
¿Por qué solo a Barrionuevo y Vera?
Porque fueron a la cárcel. Sancristóbal en un momento se salió de la familia, igual que Álvarez, Planchuelo y Amedo.
Sigue habiendo mucha gente viva que sabe la verdad.
Es lo que digo, este es un país de desmemoria. Hay muchas página de nuestra historia que están en blanco. Necesitamos una Ley de Secretos Oficiales democrática que permita la desclasificación de los documentos de los GAL y todo lo relacionado con el 23F, por ejemplo.
Volviendo a la sombra del golpismo. Cuando ETA secuestra al capitán de farmacia Alberto Martín Barrios, escribe en su libro «ETA había escogido muy bien su objetivo, la reacción del ejército fue inmediata. Altos mandos visitaron al presidente González y al ministro Serra. Exigieron una respuesta inmediata». La respuesta llegó.
Hay dos cuestiones aquí. Una, la verdad judicial, en la que se ha condenado a miembros del Gobierno, pero no al Gobierno ni a su presidente. Y otra, la verdad periodística que es que Felipe González no desconocía, porque no se puede decir de otra forma, lo que estaba sucediendo. Entre otros motivos, porque su ministro y el secretario de Estado, el director general de la seguridad del Estado y una serie de policías, van a la cárcel. Eso estaba ahí, está y estará. Rafael Vera ha dicho alguna vez que solo se podían limpiar las alcantarillas con las cloacas del Estado.
Es difícil poder juzgar este episodio histórico porque una parte, los acusados, se explican con términos confusos y metáforas, como esa de las alcantarillas…
Y no se desclasifican documentos, lo que no nos da la posibilidad de saber más que lo que la prensa ha investigado.
Como defensa, lo más elaborado que tenemos es el libro Interior de Santiago Belloch y GAL, punto final, que publica Eliseo Bayo…
¡Por Dios!
Ambos hablaban del ruido de sables, presión involucionista, problemas que podían poner en peligro la totalidad del proceso democrático…
Yo no tengo hipótesis, yo tengo hechos. El libro de Bayo es un libro de encargo. El libro se lo presentan Barrionuevo y Vera con Guerrero Lucas al lado, que era un agente de Interior que cobraba todos los meses de los fondos reservados; un masón que había sido militante de izquierda con Franco. Todavía está pendiente de resolver cuál fue su papel en la muerte de Granados y Delgado, dos militantes anarquistas que planeaban atentar contra Franco, pero fueron detenidos y ejecutados. Resulta que este hombre volvió a aparecer en los ochenta en relación con la lucha antiterrorista. Yo tengo toda su correspondencia con Interior y con el señor Felipe González. En ella, Guerrero Lucas informaba de cómo y de qué forma, gracias a sus relaciones con la masonería francesa, donde había importantes policías y jueces, se iban parando todos los procedimientos contra los GAL en Francia. Este señor cobraba de los fondos reservados y así lo publicamos. Todo esto está ahí. ¿Alguien ha hecho algo? No.
Hemos tenido varios juicios con él, los hemos ganado todos. Guerrero Lucas es un personaje fundamental para conocer la historia de los GAL. ¿Alguien le ha llamado para declarar? No. En relación a este libro, era íntimo amigo de Eliseo Bayo, que a su vez también era masón. Hay otro periodista, Carlos Enrique Bayo, que es su hijo y ahora colabora en Público, que le lavó la cara a Guerrero Lucas en Diario 16 y dijo de mí, de mi exsocio y de Carlos Fonseca todo lo que quiso. ¿Cuál es el problema? La memoria.
La masonería es un elemento muy importante en el tema de los GAL, pero nadie lo ha investigado. Porque Bayo es masón, Guerrero Lucas es masón, Paesa también era masón, al igual que Sancristóbal. ¿Por qué le dan a Sancristóbal la empresa Marconi? Dio con ella un pelotazo con sus terrenos y se hizo millonario al salir del Ministerio. De ahí viene la disputa entre Sancristóbal y Vera, que los dos querían pillar tajo y solo pilló uno. Hay una cosa muy sencilla: con qué capital entraron en el Ministerio del Interior y con cuál salieron. El ánimo de lucro es clave en todo esto. Yo he tenido un juicio por los fondos reservados y lo gané. Cuando dijimos que Vera y Corcuera hacían operaciones financieras en un banco en Andorra, también lo ganamos. Si entro con diez millones de patrimonio al Ministerio y salgo con mil, no es de la nómina. Incluso Roldán cuenta que se habían planteado una especie de desempleo de cinco millones mensuales en negro para cuando salieran de la primera línea.
¿El señor X se lucró?
El Mundo publicó que Piluca recibe un talón en Moncloa y es la secretaria. Yo puedo hablar de lo que está demostrado periodísticamente. Si he sido absuelto por publicar informaciones sobre la adjudicación de dinero no lícito a una serie de políticos y altos dirigentes, será que no he mentido. Yo tengo esos hechos, opinión no. A mis juicios me remito.
Sobre Lasa y Zabala, ¿es cierto que de sus torturas sale el domicilio de Txapela, al que le vuelan la cabeza?
Nadie sabe exactamente lo que dijeron Lasa y Zabala en los interrogatorios. A Mikel Goikoectxea, alias Txapela, le matan con un fusil de mira telescópica. Salía del coche con su hija de la mano. En el podcast he entrevistado a la hija y me ha impresionado, y mira que está uno ya acostumbrado al dolor de todos los bandos. En ella he notado el silencio, el silencio del País Vasco. Cuando intentas no tratarte mucho con la gente, no aparecer, que nadie te pregunte, y ella vivió desde pequeña el no contar quién era su padre. Ella llegó a pensar que nunca sabría lo que era amar. Estuvo de terapia desde los siete años. Siempre planteo que el dolor no tiene color, no hay víctimas de primera ni víctimas de segunda.
Pero sí que hubo casos de torturas que se asocian con asesinatos posteriores.
En Latinoamérica se conseguía información de los etarras que estaban exiliados en diferentes países para luego realizar acciones. Allí los seguían, los escuchaban y, también, alguno colaboraba. Esto nos lo contó gente de primera línea que no puedo dar el nombre. De ahí los continuos viajes de Vera y las ayudas que recibieron algunos países donde había etarras. Incluso se llevaron a cabo algunas operaciones importantes contra ETA, de las que más suenan.
El GAL ha quedado como algo chusco, chapuzas, pero hubo muchos asesinatos limpios que no dejaron pruebas.
A pesar de las víctimas que no tenían nada que ver con ETA, ahí había personajes como Cherid, que era fino, un especialista. Otros atentados de Dominique Thomas, conocida como la Dama Negra, fueron de guante blanco. El problema fundamental fue que había dinero para pagar a los mercenarios, pero si cogían diez millones, se quedaban cinco y pagaban con los otros cinco. Con cinco ya contratabas a un mercenario de segunda.
Tan cutre como eso.
Sí. Los fondos reservados sirvieron para que mucha gente ganara mucho dinero. El atentado contra el periodista Galdeano fue una chapuza total. En París, los del grupo que atentó se emborracharon, montaron fiestas. Eso no lo hace un profesional.
En Intxaurrondo había un plan perfecto, una omertá…
El problema es que ahí convivían los guardias civiles, sus familiares y las operaciones que estos llevaban a cabo. El ejemplo más triste es Mikel Zabalza, un conductor de autobús. Pensaron que era etarra, le hicieron la bañera, una tortura en la que le meten la cabeza dentro de agua con excrementos, pero se les muere y entonces lo tiran al río Bidasoa. Hicieron ver que se había intentado escapar. Luego tuvieron que montar una reunión entre guardias civiles a ver quién se comía la historia.
Ahí en la autopsia entra el laboratorio de la Guardia Civil.
La muestra que llega al Instituto Toxicológico es manipulada. El punto fundamental es un señor que actualmente está desaparecido, Jorge Argote, el abogado de los guardias civiles y de Interior. Sacamos las fotos de todos los guardias civiles que participaron en eso y tuvimos problemas, amenazas serias. Barrionuevo fue al Congreso a decir que lo que era verdad era lo que estaba diciendo la Guardia Civil. Si se desclasificaran los papeles podríamos saber qué pasó en realidad. En Itxaurrondo surgió el GAL verde, pero también hubo el azul, de la policía, y el marrón, del Ejército o el CESID.
El problema que tuvieron en Itxaurrondo fue que entre los guardias civiles estaba Gómez Nieto, que venía del CESID, y grabó todas sus conversaciones. El caso GAL explota cuando esas grabaciones llegan a sus manos.
En una noche, en una tapia del cementerio de la Almudena, que llovía, me pusieron la cinta en la que Gómez Nieto le contaba al coronel Perote, jefe de la Agrupación de Misiones Especiales del CESID, cómo y de qué forma torturaron y eliminaron a Zabalza y a Laza y Zabala. La grabadora era una Olympus de cinta pequeña y me quedé con ella.
Alguna vez ha hecho mención a que se la dieron militares demócratas, no necesariamente de la UMD, que querían la democracia en España.
Es un buen término, militares demócratas.
Esto apunta a que su fuente estaba en el CESID.
En aquella época, en el CESID eran militares y también había demócratas.
El presidente Adolfo Suárez le dio un abrazo. En un momento dado, la defensa de las acusaciones del GAL no era la del riesgo de golpe de Estado, sino que eso venía de la época de Suárez.
A Suárez le grabaron en una reunión, en un chalé del CESID, con los militares. Le plantearon que había que actuar y Suárez contestó sí, sí, sí a todo lo que le decían, pero matizó: con muertos no, todo dentro de la legalidad. Esa cinta se manipuló para que pareciera que el GAL no era cosa del PSOE, sino que venía de antes. Conseguimos esa cinta. Verifiqué si era la voz de Suárez y le preguntamos al propio Suárez. Nos confirmó que, efectivamente, era él. Estaba todo preparado para echarle la mierda de los GAL a Suárez empleando esa cinta. Cuando me encontré con él en 1995, en la entrega de los premios del Club Internacional de Prensa, me lo agradeció.
¿En qué se diferenciaba el ministerio de Martín Villa?
Yo no puedo acusar a nadie ni ver a nadie libre de sospecha. Lo que pasa es que gente con un pasado muy poco vendible democráticamente ha ostentado cargos muy importantes en determinadas empresas de comunicación y otras.
En el diario El País, Pradera escribió en 1984, en cuanto empiezan los asesinatos del GAL, que eso apestaba, que prácticamente llevaba la firma del ministerio del Interior. Dos años después, se peleó con Cebrián, salió, y ya los editoriales del periódico pasaron a decir que la parcela más exitosa del Gobierno era la lucha antiterrorista.
En el diario El País no ha salido una sola línea de los libros del GAL que yo he escrito. En 1995 y 1997, fechas de la publicación de El caso Interior y El Origen del GAL no salió una sola línea. Sin embargo, ahora tengo que decir y reconocer que Prisa nos ha dado el Premio Ondas de podcast por «GAL. El Triángulo». Y eso es un cambio, un sentido periodístico muy loable. Lo reconozco y agradezco ese reconocimiento, esos cuarenta años de trabajo. Porque yo no opino, me remito a los hechos. Volvemos a la misma historia, si se levantase el secreto podríamos conocer más detalles de la época de Martín Villa. Han estado a punto de imputarlo en Argentina y aquí, ningún problema.
Cuando entrevistamos a González dijo que tuvo la oportunidad de volar a la cúpula de ETA en Bidart pero no lo hizo.
Es verdad ¿y? Ese es el recurso fácil que ha vendido siempre. No lo hizo porque hubiera creado un conflicto internacional enorme. ¿Qué habría hecho Francia? Te cargas a la cúpula de ETA en Francia y más tarde o más temprano se habría sabido que había sido el Gobierno español. ¿En qué situación te coloca? Lo que se ve es que esa posibilidad la barajaron y estudiaron.
Otra justificación del GAL, presionar a Francia para que colaborase en la lucha antiterrorista, porque se resistía.
Eso es fundamental, eso lo reconoce hasta Amedo. El objetivo era presionar a Francia para que reaccionaran. El Gobierno francés lo que hizo fue mandar a todos los etarras que estaban allí a terceros países. Fue muy importante cuando el GAL empezó a matar a los etarras, pero también a gente inocente, a la bailarina y su abuelo… Los ciudadanos franceses se enfadaron. Si pasó con dos personas, imagina con toda la cúpula de ETA. De hecho, esta posibilidad también existió en la época de Lobo y no se hizo. ¿Cómo resuelves atentados del gobierno de un país en otro?
Obama con sus drones lo hacía. Aunque la diferencia era que él se escudaba en una interpretación legal y asumía la responsabilidad.
Aquí no se hizo como Thatcher, que dijo: «Lo he hecho yo, ¿qué pasa?». En aquellos momentos, si González o alguien del Gobierno asume que lo han hecho, hubiera durado una semana o veinte días el jaleo.
¿A la gente le da bastante igual porque no le dan pena las víctimas?
Es que las víctimas ni siquiera están reconocidas, pero el dolor no tiene colores.
En Intxaurrondo, para financiar las operaciones, empezaron a colaborar con contrabandistas vascos.
Hubo un caso, el guardia civil Antolín, en Pasajes, que denuncia que se están cometiendo chanchullos e irregularidades y miembros de la Guardia Civil del cuartel de Intxaurrondo van y facilitan a ETA su nombre e identidad. Antolín murió en un atentado de ETA. Lo publicamos y tuvimos juicio por esto, nos llevaron un tal Quique Dorado Villalobos y otros. Salimos absueltos.
Dorado Villalobos iba muy a saco… ¡Atracó un supermercado!
Una tienda de pieles.
Este es otro giro de la historia interesante y clave también. Dorado Villalobos, tras ese atraco, es apartado de la Guardia Civil. Pasan los años. Ynestrillas entra en un hotel y dispara contra la cúpula de HB. Se produce una investigación. Un comisario de policía se pone a investigar las redes de extrema derecha y se encuentra con que uno de los miembros del GAL más duros, un exguardia civil, Dorado Villalobos, está haciendo aerobic en un programa de televisión. Y lo relevante es que en los pinchazos que le hacen salen las primas que recibía por la cada comando de ETA desarticulado y los beneficios que obtenía de la protección a narcos gallegos que había dado en el País Vasco. Esa cinta dice que no se ha destruido.
Hay una cuestión. Mantener aquella vida, aquella tensión, yo no lo comprendo, pero entiendo que entrasen en una dinámica de cocaína y copas. Ir a Francia, pegar tiros, llevar a cabo acciones sabiendo que estás en medio de un río con cocodrilos, normal que se tomasen unas copas y fueran a más. En esas circunstancias, les dejaron hacer. También calculo que no les podían dar todos los sobresueldos que correspondieran y les dejaron hacer, enredarse en temas de narcotráfico.
Los contrabandistas que estuvieron mezclados en esto de alguna manera fueron también asesinados. Como Santamaría, el exjugador de la Real Sociedad, que era amigo de Txiki Benegas, que acudían juntos a una discoteca que este tenía en Ibiza, y sufrió un atentado. Pudo ser ETA, pero también el GAL, o los guardias civiles corruptos, porque como ETA reivindicaba todo, puede que aquí estuviese apropiándose de un atentado que no era suyo.
Y hay más cosas, pero todo son hipótesis. Todavía hay mucho por investigar.
Hubo intención de investigar todas esas redes de corrupción.
El Informe Navajas, la pregunta es por qué no llegó a más. Este informe reflejaba que había un sector de las Fuerzas de Seguridad del Estado implicado en el narcotráfico. Esto llegaba hasta el cuartel del Intxaurrondo y altos jefes del cuartel.
En el libro se cita una situación estrambótica. «El puerto era escenario de situaciones insólitas: narcos gallegos con sus cargamentos, confidentes de la Guardia Civil asociados con ellos, militantes de HB y ETA descargando los fardos y la crème de la lucha antiterrorista de Galindo dándoles protección…».
Ese caso está relacionado con el tema Antolín. Creo recordar que fue en Pasajes.
El CESID a usted le intentó chantajear.
Sí.
Con una foto junto a una mujer… que resultó ser su mujer.
Lo cual demuestra lo torpes que eran y lo chapuzas.
¿Se topó alguna vez con Villarejo?
Villarejo solo sale en el tema del informe Veritas, una operación contra el juez Garzón. Él lo reveló, destapó el montaje contra Garzón. En historias de los GAL no me lo he vuelto a encontrar. Villarejo fue fuente mía en alguna ocasión, pero desconecté de él en el año 2008 o en el 10 y no volví a tener relaciones con él. Le pillé un día que había quedado conmigo con otro periodista, porque suelo ir a las citas con antelación. Cuando vi con quién estaba di la vuelta y solo lo vi en contadas ocasiones.
No todos los periodistas de su periódico siguieron su ejemplo.
Cada uno tiene sus fuentes y su forma de trabajar. No hay más.
¿En la época del GAL se fabricaban historias y se le daban hechas a los periodistas?
Vera ha dicho muchas veces que había jueces y periodistas en nómina del Ministerio del Interior. Yo siempre he dicho que diga quiénes y que dé los nombres de esos jueces y esos periodistas y las cantidades que cobraban. Así nos enteraremos todos.
Amedo escribió en La conspiración, el último atentado de los GAL que su confesión fue pactada con Álvarez Cascos y Pedro Jota a cambio de una promesa de indulto y treinta millones de pesetas.
Yo en esa época no estaba todavía en El Mundo. Lo de Amedo y El Mundo lo llevaron Melchor Miralles y Pedro Jota.
¿Y qué opina de esto?
No tengo información documentada y por lo tanto no opino. Habría que preguntarle a las partes, pero me extraña.
Otro caso. Georges Adolphe Mendaille. Un ultraderechista, reclutador de mercenarios del GAL, descubre que se encuentra viviendo plácidamente en la Costa Brava con protección del Ministerio para que no lo extraditasen.
Mendadaille era un mercenario condenado en Francia por los GAL. Los franceses le pidieron al juez Carlos Bueren que lo localicen porque le buscaba la justicia francesa. El juez le pide a la policía que le localice y la policía no lo localiza. Carlos Bueren me pide a ver si lo puedo localizar yo, me dio algunos datos y lo encontramos. No lo fotografiamos, pero publicamos su paradero, con gran cabreo de Bueren con la policía. Entonces, mandó a la policía al pueblo que habíamos señalado, Sant Antoni de Calonge, en Girona, y otra vez le dijeron que no lo localizaban. Bueren me volvió a llamar, lo encontramos de nuevo y lo fotografiamos. Finalmente, lo detuvieron. Se pidió la extradición, la Audiencia Nacional la concede, pero el Gobierno no, y se queda aquí. Al cabo de dos años Francia volvió a insistir, ya sí que se le extraditó, juzgó y condenó a veinte años de cárcel.
¿Era Corcuera su protector? En el libro de Manglano, en esa conversación con Asunción que aparece, este revela con respecto a la guerra sucia que «ese equipo funcionaba bien a esos niveles». En referencia al cartero que murió por una carta bomba enviada a un militante de Herri Batasuna por el GAL en sus estertores.
Es un tema que sigue pendiente y que sería muy interesante poder investigar mucho más y documentar con algo más. Y que Corcuera se pronunciara. La familia del cartero se merece llegar a la verdad.
No se investigó judicialmente.
Creo que no se abrió causa
¿Ha prescrito?
Era del 89, pero volvamos a la memoria. Hay que desclasificar los documentos. Tenemos una ley de 1968. ¡1968!
¿Cómo se vivió el vídeo de Pedro Jota en la redacción de El Mundo?
En dos ocasiones avisamos a Pedro Jota de que le estaban siguiendo. En dos ocasiones negó que fuera con una chica de color. Nos habían avisado de que lo estaban siguiendo, que iba con una chica de color. El día de autos, estábamos en la calle y nos llegó al busca, no había móviles, un mensaje de Isabel, secretaria de Pedro Jota, que fuéramos a la redacción porque él quería hablar con nosotros.
Llegamos y había una cinta que había traído Enrique Gimbernat, catedrático de Derecho Penal, asesor de El Mundo y gran amigo nuestro. En el despacho de Pedro Jota estábamos Jorge Fernández, Fernando Baeta, Manuel Cerdán, Gimbernat y yo. Pedro Jota colocó la cinta. Gimbernat dijo: «Pero ese no eres tú», y Pedro contestó «Sí». En la cena de Navidad, en un sitio donde luego nos tomamos una copa, delante de todos los trabajadores asumió que era él.
¿Qué le pareció la tribuna de Leguina en El País?
Decía que era bochornoso ,¿verdad? Rafael Vera pidió que se investigara a un tío que tenía esos vicios sexuales, lo dijo en la radio. Esto demostró que la jugada era en tanto en cuanto no se habían podido cargar a El Mundo en juicios y con otras historias, intentaron hacerlo de la forma más barriobajera posible. Entrando en la vida privada del director. Era su intimidad, eran dos adultos entre cuatro paredes. Iban a desprestigiar a Pedro Jota, si se cargaban a la cabeza visible, la cabecera salía tocada, y ya había un grupo de personas preparado para comprarle las acciones a los italianos.
En la sentencia del juicio se condenó a Goñi Tirapu, gobernador civil de Guipúzcoa entre 1987 y 1990, el novio de Exuperancia Rapú y Ángel Patón, asesor de la presidencia del Gobierno entre 1983 y 1989 y que trabajaba bajo las órdenes de Julio Feo, secretario general de la presidencia del Gobierno entre 1982 y 1987. Patón era el enlace entre presidencia y el CESID, llevaba papeles, traía papeles. A Vera le absolvieron, pero parece que estuvo en el chalé donde se entregaron los cincuenta millones de pesetas, según mantiene uno de los testigos y condenados que no habló durante el juicio, pero sí posteriormente.
Siempre he mantenido que detrás del vídeo estaban los servicios secretos y, siempre, Pedro me decía que yo estaba obsesionado. Un día, volvía de un encuentro que se produjo en el CESID, que igual ya era CNI, al que fueron todos los directores de periódico. Cuando se estaban sacando la foto, un señor del CNI le dijo a Pedro Jota: «Medias de seda». Entonces Pedro me dijo: «Eres un hijo de puta, al final vas a llevar razón».
Cuando publicamos el tema del chalé de Aravaca, que estaba entre los documentos del CESID cuando lo dirigía Alonso Manglano, dijimos que allí iba a frecuentar señoras una alta personalidad del Estado, que siempre exigía que en el baño hubiera colonia Calvin Klein, crema Nivea, fruta y champán en el frigorífico. Como dimos datos de esa personalidad, al cabo de los años, a Pedro Jota le ocurrió lo que le ocurrió a esa alta personalidad. Una persona del CESID le dijo «medias de seda». Por cierto, el CESID tenía cámaras en ese chalé y se grabaron vídeos. Las cámaras estaban en las rejillas del aire acondicionado.
¿Con Bárbara Rey no tuvo trato?
En un momento determinado, conseguimos un talón de Luxemburgo con una cantidad a nombre de una sociedad que supuestamente era para Bárbara Rey. No lo pudimos documentar, pero sí llegar hasta ella. Lo recibió en una casa por Aravaca, cerca de Zarzuela. Ella se cambió de La Moraleja a un lugar más cercano a Zarzuela, porque esa alta personalidad iba en moto y con casco. En su casa, al lado de la piscina, nos contó cómo llegó a un acuerdo con los servicios secretos. Esto lo andan contando ahora como si fuese nuevo. Le pidieron que todas las fotos e historias que tenía, porque gente de su familia grababa los hechos, lo metieran todo en un maletín. Ese maletín un día empezó a echar humo. Acojonada, lo tiró a la piscina. Le habían metido un producto químico que quemó todo lo que había dentro.
¿Con qué director del CESID se ha llevado peor?
Con ninguno me he llevado bien. Yo levantaba y ellos intentaban tapar, controlar y desprestigiar a través de sus afines. Cassinello me dedicó páginas en el ABC, Manglano me amenazó cuando estaba declarando y me vigiló y controló, a Alberto Sainz lo pillé pescando con cargo a las arcas del Estado… Con Sanz Roldán no he tenido relación y me debe el cargo, porque yo me cargué al anterior.
A Sainz se lo querían cargar desde dentro y hablaron con usted.
Sí, siempre hay una fuente y funcionarios demócratas y comprometidos.
Sobre la exoneración de González, siguiendo el patrimonio de Vera ven que tiene un piso en Miami al lado de un magistrado del Constitucional, Mendizábal, otra vez se graba una conversación en la que se le pide que hable con un magistrado del Supremo para que vote en contra de que González declare como testigo…
Fueron muchos los beneficiarios de los apartamentos de Miami, que eran de Díaz Arias, un abogado de Rafael Vera, un fiscalista, al que le dieron la Cruz de San Raimundo.
Cuando Belloch se pone a salvarle la papeleta a González, el asunto de los papeles del CESID se resolvió con una reunión de Santaella, abogado de Perote y Conde, celebrada en Moncloa… Dice en el libro que este fue el único logro de Belloch.
La reunión entre Santaella y Belloch se produce, no una, más de una. Intentaron negociar el tema de los papeles del CESID, que González decía que no existían, pero era solo para él, para el resto de los mortales sí.
Este tema arranca con el agente del CESID, Navarro Benavente, del que hemos hablado al principio. Un día nos enteramos en la Audiencia Nacional de que un alto cargo del CESID había puesto un recurso administrativo. Nos enteramos de quién era el abogado, Diego López Garrido, ex del PCE, ahora en el PSOE. Llegamos a él, le dijimos que nos habíamos enterado, pero contestó que no nos iba a dar nada. Al final, llegamos a tener una reunión en un hotel y estábamos Julio Anguita, Rosa Aguilar, López Garrido, Manuel Cerdán y yo. Anguita le dijo a Garrido que por favor nos diera lo que le pedíamos.
¿Qué le pedían?
El número del expediente con el que se había registrado en la Audiencia Nacional ese recurso. Y un día llegó a El Mundo un sobre a mi nombre con el número del expediente. Con ese número nos hicimos con el recurso, en él se hablaba del tema de las escuchas ilegales. A partir de ahí, nos pusimos a trabajar y llegamos al jefe de operaciones especiales del CESID de esa época, Juan Alberto Perote.
Pero ¿de qué conocía yo a Perote? Como entrenador de natación, tenía a los pentatletas de Melilla. El vicepresidente de la Federación de Pentatlón era Juan Alberto Perote. Nunca he negado que tengo suerte como periodista. Quedamos un día en un bar de pinchitos morunos en La Castellana cerca del edificio de Repsol, salió el tema de Melilla y… bueno, Perote me confirmó que existía el Gabinete de Escuchas. A partir de ahí comenzamos a trabajar y un día nos llegaron los papeles.
¿No hubo una orgía en Rumanía por medio?
Eso fue de Perote.
Ya, pero las fotos salieron en la revista Tiempo, eso explica sus urgencias. ¿O no fue así?
No lo sé, recuerdo que cuando publicamos lo de la orgía en Rumanía y él me dijo que era una operación del servicio secreto. Pero eso no tiene nada que ver con nuestro rollo, ya estaba trabajando en Repsol, había salido del CESID.
Todo lo que se grabó era la cintateca.
No había Excel, estaba todo apuntado a mano, con la letra de Navarro Benavente. Lo comprobamos con un escrito suyo. Pudimos confirmar que era él quien lo llevaba. Descubrimos cómo funcionaban y así conseguimos los papeles del CESID y las cintas. Todo originado porque alguien de la Audiencia Nacional nos dice que se había presentado un recurso administrativo por su cese.
¿Gónzalez qué tenía que negociar con Perote y Conde?
Tengo hipótesis, pero no hechos. Y Santaella está muerto y no puede hablar.
En esos papeles, uno de los casos más sórdidos, la Operación Mengele, u Operación Chute, que comentaba al principio.
Querían secuestrar a Josu Ternera. Antes, en un secuestro, habían cometido el error de intentar meter a un tío de dos metros en un maletero y les pilló un gendarme francés. Entonces, decidieron diseñar un anestésico. Ternera iba mucho en moto, tenían pensando tirarle, inyectarle y llevárselo. Para probar el anestésico, cogieron mendigos de la calle, toxicómanos. Uno tenía problemas cardiacos y murió.
Aznar, cuando hace su gabinete en 1996, está todo listo y le llaman a Zarzuela, pero de allí vuelve con un cambio de última hora: en Defensa tiene que colocar a Eduardo Serra. Alguien que antes había tenido altos cargos con el PSOE y le colocan en el ministerio del que dependía el CESID.
El señor Serra era muy amigo del emérito. Más no puedo decir, serían hipótesis. Con Serra vivimos la no desclasificación de los papeles del CESID, a pesar de que se lo pidió el juez.
¿Aznar salva a González porque se lo dijo Juan Carlos?
A Serra lo ponen para controlar. Si tengo a alguien dentro del Gobierno, me informará de lo que ocurre o puede ocurrir. El otro día me dijo una persona con muy buena información que el emérito cambió a partir de 1987.
González mencionaba mucho lo de A Coruña, el intento de atentado golpista para matarlo a él y al rey.
Me entrevisté con uno de los que participaron. Eso existió.
¿Por qué lo sacaba González cuando salía el tema del GAL?
No lo sé ¿por qué no se habla del golpe que iba a haber después del 23F, el de los coroneles? Uno de los coroneles que participó tuvo una reunión y llevaba toda la operación en un maletín. La operación del CESID fue, mientras este entraba a un acto de Blas Piñar, colarse en su coche y fotocopiarle todo el maletín. Al volver a su casa, lo detuvieron, se llevaron el maletín, pero ya lo tenían.
Es el ruido de sables al que nos referíamos al principio… ¿Condicionó las decisiones que se tomaron de guerra sucia?
Pienso que tomaron decisiones con lo que se encontraron. El Ejército, la Policía, ETA… No creo que tuvieran pensado ese camino, pero fue la peor decisión, echaron gasolina al fuego. Los GAL fueron un elemento negativo en la lucha contra el terrorismo, le dieron una justificación a ETA.
Al final el PSOE perdió las elecciones por trescientos mil votos, la factura fue limitada.
A mí gente del PSOE me ha acusado de ser el culpable de que perdieran las elecciones. Evidentemente, perdieron en parte por todo lo que sacamos de corrupción y asesinatos. Vera llegó a decir que los fondos reservados eran el supositorio que usábamos para joderles. Yo siempre digo lo mismo: ¿Existían los fondos reservados? Sí ¿Se aprovecharon? Sí ¿Existieron los muertos? Sí… Nosotros no lo hemos hecho, en todo caso lo hemos publicado. ¿Somos culpables de publicar? Sí. Es como la demanda que le han metido a El Confidencial por publicar mucho sobre un mismo tema ¡venga, hombre!
¿Cómo se encontró con Paesa después de que fingiera su muerte?
Yo tenía claro que no había muerto. En una ocasión en París, creo que estaba con su sobrina y estuvimos comiendo, me dijo: si algún día me pasa algo te llegará material y documentación. Como no me había llegado nada, por lo tanto, no tenía sentido. ¿Cómo lo encontré? Hay un señor en Barcelona que se llama Paco Marcos, de Método 3. Le había llegado un encargo de Reino Unido, buscar a una tal Beatriz García. Me preguntó y yo sí sabía quién era. Salía en una operación que habían hecho con unos rusos a los que habían estafado una pasta importante. Por eso se murió.
Le dije a Marcos quién era, preparó su informe y trabajamos juntos. Marco y yo viajamos a Luxemburgo, hicimos equipo, y, en un momento determinado, hablando con Beatriz quedamos en un acuerdo, encontrarnos con Paesa. Yo sabía que Paesa ya estaba haciendo movimientos con un medio diario, por eso le dije a Beatriz que tenía unas fotos. Entonces me dijeron de ir a su despacho. Como no me abría nadie, me enfadé tanto que me llevé la placa que había en la puerta y, al volver, publiqué lo que tenía y las fotos que le había pillado. Después, a través de Marcos, mis conocimientos y mis relaciones, lo localizamos. Más adelante, reapareció en Sierra Leona con un tema de diamantes…
La cuestión es que el que le dio vuelo a Paesa cuando no era nadie, fue García Trevijano, en Guinea. De ahí arranca su historia. Montan el Banco Nacional de Guinea, se lleva la pasta y deja dentro unos ladrillos. García Trevijano… ¡hostia!
¿Cómo encontró a Lobo, el famoso infiltrado en ETA?
El periodismo profundo necesita de tiempo, cocerse a fuego lento con tranquilidad. Aquí, había que dejar salir al Lobo. En un momento determinado, alguien quería vendernos que el Lobo estaba en los GAL. Era para meter mierda y vender que todo arrancaba antes de 1982. Le intentan implicar, fui a contrastarlo porque no me lo creía, pero llegué hasta Lobo a través de personas interpuestas. Me demostraron que no había estado, algún medio publicó que estaba implicado en el GAL y, a partir de ahí, establecí una relación con Lobo. Como nos debía una, entre comillas, luego hicimos algo más profundo. Nos contó una historia, y nos fuimos a contrastar cada uno de los hechos. Uno a uno. Por eso el libro no son las memorias de Lobo, es un trabajo en el que mi exsocio y yo hicimos todas las diligencias informativas. Fuimos, comprobamos, documentamos, acreditamos y desmontamos algunas cosas que nos dijo.
Demostramos que era un señor que vivía en Euskadi, con unas connotaciones católicas, y en un momento dado le plantearon la posibilidad de trabajar para los servicios secretos, parece que en su pueblo o en su barrio había etarras. Fue el primer infiltrado y gracias a sus informaciones se desmanteló gran parte de la estructura de ETA en Madrid y Barcelona. En el famoso encuentro de la cúpula de ETA en Bidart, él propuso envenenar a todos, porque estaba de cocinero, pero en el CESID le dijeron que no.
Cuando lo descubren se tiene que quitar de en medio, primero a México y luego a otros sitios. Como le dejaban hacer, hizo algún movimiento no muy lícito. También fue asesor de seguridad en La Vanguardia y, cuando lo descubrió ETA, le dijeron que había una bala de plata para él. Tiempo después, hicimos una serie de TV, Crónica de una generación en Mundo TV y uno de sus capítulos estaba dedicado a Lobo. No se emitió y tiempo más adelante, esa misma entrevista, con la misma voz de Lobo, apareció en un documental que hizo Melchor Miralles. Allí aparecía una persona, de espaldas, que no era Lobo. Todo eso lo publicó Alfonso Rojo en Periodista Digital.
Cambiamos de tema. El 11M, las publicaciones del periódico hicieron que dimitiera la dirección digital…
Sobre el tema del 11M, yo me remito a lo que publiqué yo.
¿Estaba de acuerdo con la línea editorial de la conspiración?
No. Insisto, me remito a lo que yo firmé.
Pues aquí lo tenemos. «Un confidente del 11M informaba a una unidad dirigida por un hombre de Vera». Firmado, Antonio Rubio.
Rafa Zouhier informó a la UCO de la Guardia Civil que dirigía Félix Hernando, que fue brazo derecho de Vera en su momento, de que había unos musulmanes que estaban traficando con hachís y explosivos. E incluso le llegó a dar una muestra del explosivo. Esa muestra no fue ni analizada ni valorada por la UCO, como se demostró en el juicio. Incluso, Hernando dio orden de que no se informara a su vez de ese tema y de otros. Igual le dieron una vuelta al titular, pero era evidente que Zohier informaba a la UCO, de la cual era confidente. Eso quedó demostrado en el juicio y lo recoge la sentencia.
También publiqué que Abdelkader el Farssaoui, Cartagena, nombre en clave como confidente, informó a la policía, como imán que era del grupo que llevó a cabo el atentado, de que Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, alias «el Tunecino» y compañía habían dicho en reuniones que iban a llevar a cabo atentados en Marruecos y en España. Eso fue en 2002. El atentado de Casablanca se produjo, lo que confirmaba esa información que había adelantado Cartagena. Esto estaba recogido en unas fichas internas de la Central de Información Exterior (UCIE). Yo las tuve y las publiqué. En ellas se indicaba cómo el grupo del Tunecino estaba preparando acciones. Pues esta ficha despareció de la Audiencia Nacional. Estaban todas, menos esa.
En ese tema estaba el juez Marlaska. En la ficha también venía que el Pollero, confidente del CNI, controlaba a Allekema Lamari e informó de su situación. La información de los confidentes de la policía, la guardia civil y los servicios secretos no fue considerada. Mi teoría y mis hechos demostrados son que la policía, la guardia civil y los servicios secretos tenían información sobre hechos que se podían haber producido o se iban a producir de grupos yihadistas en España. El error que cometieron fue, una vez que surgió el tema, intentar tapar estos informes. No querían reconocer el error o la negligencia.
Más adelante, Cartagena intentó chantajearme y me pidieron tres años de cárcel. Me pidió cien mil euros y si no diría que todo era mentira y me iba a denunciar. Lo hizo y el juicio al final fue por otro derrotero, porque yo tenía la ficha policial con sus identidades, hablé de la de confidente, pero nunca de la otra. Todas las reuniones que hice con él fueron con un testigo. Yo me crié en Melilla, en la misma clase, con judíos, hindúes y musulmanes. Conozco la dinámica. Farssaoui me dijo que él había informado a la policía. Dije que no iba a publicar nada hasta ver los documentos y los conseguí. Insisto, el error de la policía y la guardia civil fue no hacer caso. Al intentar taparlo, dieron pie a otras especulaciones.
Esta es una información veraz, pero en el resto ¿actuó El Mundo de forma torciera?
Mis informaciones se demostraron que eran verdad, tanto periodística como judicialmente.
¿No le dio pena que una información buena estuviese en ese torrente conspirativo?
Sí.
¿Se peleó mucho con Pedro Jota?
Sí. Tuvimos roces, enfrentamientos y disputas. Y me negué a firmar determinadas cuestiones.
¿Le dio pena que Pedro Jota dejara de ser director de El Mundo?
Sí, claro. Pero lo que más pena me da es que El Mundo haya perdido su identidad.
¿Ahora con la inmediatez que se exige a los medios, los presupuestos que manejan y el riesgo de que a los lectores les dé igual, es posible el periodismo de investigación?
Sigue habiendo cosas interesantes. Los ERE, Gürtel estuvo bien, el tema de la Iglesia y los abusos sexuales que ha sacado El País está muy bien, el tema de las residencias de Manuel Rico. Creo que la gente aprecia el valor añadido de un buen reportaje. Al pagarse la información, afortunadamente, la gente selecciona y paga por algo que le aporte, no cualquier cosa. Aparte, volviendo al inicio de esta entrevista, la investigación de El País sobre la Iglesia, es una notitia criminis. Está todo prescrito, pero sirve para una investigación parlamentaria, aunque se la lleve el Defensor del Pueblo. ¿Vale la pena ese periodismo? Sí, porque con este tema siempre se hablará de El País. Una cosa es generar la información y otra cubrirla.
Lydia Cacho, una periodista de investigación mexicana, dijo que no se arrepentía de haberse jodido la vida con las noticias que había dado, pero que lo que no podía soportar era el sufrimiento de su familia.
La conozco mucho. Lydia es profesora del Máster en Investigación Periodística, nuevas narrativas, datos, fact-checking y transparencia de Maldita y la URJC que dirijo, y también es miembro de la Asociación de Periodistas de Investigación (API) que presido. Algunas veces he hablado este tema en casa. Yo no he disfrutado de mis hijos, estaba continuamente viajando, yendo, viniendo. Si no hubiera tenido a mi lado a la mujer que he tenido no hubiera podio hacer lo que he hecho. Si no hay un elemento de comprensión en casa, no puedes seguir trabajando, tienes que estar en lo que estás. Es fundamental el equipo familiar y el equipo profesional. Así lo expliqué al recoger el Premio Ondas el pasado 28 de mayo.
¿Esto cómo casa con el Estatuto de los Trabajadores? Horas extras…
(Risas).
¿Le hubiera gustado tener la oportunidad de preguntar a Felipe González si era la X de los GAL, la que tuvo Iñaki Gabilondo?
Yo no le hubiera hecho esa pregunta. Yo le hubiera sacado tal fecha, tal cuestión; tal fecha, tal cuestión; tal fecha, tal cuestión. Le mostraría hechos que demostraban que él no desconocía. Hay una cosa. En los GAL no hay una sola X, hay más. La X económica, la X judicial, la X política.
Nosotros le preguntamos que cómo se acaba con lo que no se sabe que existe.
O eres tonto o eres una persona que no se entera de lo que ocurre en su entorno.
¿Cree que es tonto?
Él citaba mucho la frase de da igual el color del gato, lo importante es que cace ratones.
Vaya burdel. No sabía que Belloch hubiese maniobrado tanto para ser califa. Felipe González creo que no quedará bien en la historia: un cantamañanas bastante cobarde. También lo de ETA, uno piensa ahora cómo esa pandilla absurda llegó a condicionar el país. Otro tema muy bueno es cómo El Mundo acabó desprestigiándose con la conspiración del 11M. Lo de secretos oficiales es un bochorno.
Total parece un excelente periodista que se pudieron cepillar fácilmente.
felicitando al autor (por su premiada trayectoria que sigo desde sus primeros tiempos) y al entrevistador por su perspicacia, me atrevo a sugerir un tema (el tema) a investigar en estos últimos tiempos… la cadena de acontecimientos que se inician con el traslado de Ghali a tratarse en España y rematan de momento con el monumental cabreo de Argelia, cuyas consecuencias están aún por llegar… un año de sobresaltos en nuestra frontera sur, cuyas causas (aparte del cacareo mediático), desconocemos en un sospechoso manto de silencio.
salud y al tajo!
Las causas son las de siempre: Estados Unidos, imperio en decadencia, e intereses de Israel con el rey marroquí protegiéndose de islamistas gracias a la ayuda de estos dos países. La compra de armamento que Trump no consiguió ha conseguido imponerla Biden. Que Macron llevaba años diciendo que Europa tenía que fortalecerse y que no haya querido recibir al rey marroquí en una de sus últimas visitas deja claro de qué van estos movimientos en el sur. A Sánchez le ha tocado inclinarse.
yo a lo que aspiro es a una «notitia criminis»
«En aquella época la actividad de la extrema derecha, y de ETA también, era importante».
Colega, en los 80 lo que era importante era la «actividad» de ETA: entre 50 a 80 asesinatos al año e incontables atentados, por no mencionar el clima de terror y amenaza que logró imponer en Euskadi. La actividad de la extrema derecha fue ridícula en comparación.
Qué no se te note tanto el plumero, colega.
Sin negar lo de ETA al terrorismo tardofranquista parapolicial y de ultraderecha se le puso mucha sordina. Varios cientos de víctimas.
https://insurgente.org/los-hijos-del-20-n-historia-violenta-del-fascismo-espanol-de-mariano-sanchez-soler-un-libro-para-descargar-sobre-la-transicion-ejemplar/
https://www.lacomunapresxsdelfranquismo.org/2012/01/14/979/
Aquí se detallan tanto las víctimas de ETA como las de extrema derecha.
https://archivodelatransicion.es/muertos-en-la-transicion-espanola
«… me mudé a Catalunya, empecé en el Hospitalet y luego me fichó el Club de Natación Barcelona.»
Por favor, escribiendo en español, «Cataluña», tenéis categoría para eso.
Si en catalán escribieran «Espanya», «Andalusia» o «Cadis», bien estaría. Los topónimos en la lengua en que se habla o escribe en cada momento.
Realmente, un auténtico lujo poder leer esta entrevista a Antonio Rubio.
En el tema de los GAL, es curioso que no se hayan investigado las tramas masónicas españolas de su capítulo socialista.
Tramas que se remontan a su actuación desde la época antifranquista. Mi oficio no es el peroiodismo de investigación, aunque he realizado dos trabajos de investigación sobre los temas que muy bien conoce A. Rubio. En el año 1995, los servicios secretos en España. la represión contra el Mov. Libertario español y este año una «ampliación»: Infiltración, manipulación, provocación. Uno de los motivos de la edición de este último trabajo fue la entrevista que me realizó Carlos E. Bayo en una casa de comidas de Madrid., el pasado año. La «casa de comidas» -que la eligió él- estaba repleta de inspectores de policía que inmediatamente al sentarnos le saludaron afectivamente levántándose de la mesa para venir a la nuestra.
Me llamó la atención que utilizara como motivo de la entrevista a su «compañera» Vanessa Damiano. Según ella quería realizar un trabajo sobre la ASO, una coordinadora sindical durante el franquismo (años sesenta) (CNT, UGT, STCatalanes) en la que participó su abuelo, gran militante de la CNT y requería mi colaboración. Por su puesto, conocía la trayectoria de C.E. Bayo y la de su «padrastro». Ambos «hermanos» y amigos de Guerrero Lucas, «el peque». No me tragué lo de la ASO.
Por supuesto, a esa entrevista, que me solicitaron ellos desde Barcelona, asistí acompañado y en el restaurante, lleno de policías, le dije a Bayo que nosotros gravaríamos las conversaciónes. Me imagino que en ese local se encontrarían la mayoría de sus gargantas profundas. Un lujo para cualquier periodista de investigación.
Me confirmo su amistad con «el peque» y no me sorprendió. Son la amistades que se transmiten de padres a hijos. Eso sí le transmití el mensaje que me habían dado hace tiempo antiguos militantes libertarios para que se lo hiciera llegar. » que le digan al «peque» que sigue teniendo una deuda con el movimiento libertario que no prescribe».
Dado su oficio de periodista de «investigación» le invité a estudiar, investigar y publicar un asunto del que por mis responsabilidades sindicales y laborales tenía conocimiento, también los tribunales: el quebranto patrimonial realizado por el Ministerio de Hacienda a las arcas públicas por valor, actualmente- de más de 7o millones de €. Tras enviarle vía e-mail toda la documentación que me requirió, se rompieron los contactos. ¿?.
«No morderás la mano del que te dá de comer»
Gracias por su atención y felicitaciones al entrevistador y a Rubio por su trabajo
Juan J. Alcalde
El GAL fue una chapuza por la ambición desmedida de alguno de sus miembros. El planteamiento era impecable: Darle a los malnacidos del tiro en la nuca a probar su propia medicina. Durante algún tiempo los que miraban los bajos de los coches eran ellos. Si se hubiera hecho bien, ETA no hubiera durado mucho. Así lo hizo Alemania con la Baader Meinhoff y no pasó nada ni nadie estuvo con investigaciones chorras como las de este tipo.
Por otro lado, estos periodistas pagadísimos de sí mismos, siguen pensando que sin ellos el mundo sería mucho peor. Siempre están con el «yo hice», «yo conseguí», «yo destapé» y echándole la culpa al empedrado (justicia, por ejemplo) de que sus irrefutables investigaciones salvadoras del mundo no hayan tenido más recorrido. Pues a lo mejor es porque no eran tan buenas, Antoñito.