Jot Down para TNT.
No hay dos sin tres. O, al menos, eso parece pensar Dick Wolf, el ya mítico creador de teleseries como Ley y orden o Chicago Med. Por eso, tras el éxito rotundo de público cosechado por la franquicia FBI, solo era cuestión de tiempo que de la inagotable mente de Wolf alumbrara un nuevo título para la saga. Tras una serie nodriza, que presentaba a un equipo de agentes federales resolviendo crímenes, y un primer spin-off centrado más en la elaboración de perfiles psicológicos de los criminales en busca y captura, solo faltaba saber cuál sería el enfoque escogido para ampliar las fronteras de la familia FBI. Y, felizmente, el showrunner neoyorquino se ha tomado esa idea, la de ampliar fronteras, en un sentido literal y geográfico, de modo que FBI Internacional salta el charco de forma audaz para presentar un nuevo equipo investigador cuya jurisdicción va mucho más allá del suelo estadounidense.
Por eso, los agentes capitaneados por Scott Forrester (Luke Kleintank) pisan suelo europeo y establecen su base de operaciones en Budapest para, desde allí, moverse por donde sea preciso en su incansable lucha contra el crimen. La nueva apuesta de Dick Wolf tuvo un estreno fulgurante en Estados Unidos: apenas un par de semanas después de la emisión del episodio piloto, la cadena CBS encargó la producción de una temporada completa, síntoma inequívoco de éxito para cualquier serie de nuevo cuño. Ahora, FBI Internacional desembarca en España de la mano de TNT, que a partir del 8 de marzo, ofrece un nuevo episodio de estreno todos los martes a las 22:05. Además, los episodios de FBI Internacional, al igual que los de la serie FBI, se encontrarán dentro del extenso catálogo de TNT Now, el servicio bajo demanda de TNT disponible a través de las principales plataformas de televisión de pago.
Wolf, que es perro viejo y conoce bien los entresijos de la ficción serial, sabe cómo presentar una serie nueva que en realidad no lo es tanto. Y la clave está en seducir tanto a los fieles de las cabeceras anteriores como al espectador que se acerque por vez primera a la franquicia. Con esa idea en mente, FBI Internacional empieza con un capítulo que sirve a la vez como culminación de una pequeña intriga iniciada en las otras dos series de la franquicia. Se forma así un crossover a tres bandas sobre una trama de tráfico sexual de menores, que comienza a desvelarse a partir de un asesinato en EE. UU. (en el primer episodio de la cuarta temporada de FBI) pero que revelará su alcance mundial en el arranque de FBI Internacional, cuando el equipo internacional de los federales tenga que desplazarse a Croacia para atrapar al sospechoso clave en el caso.
De este modo, lanzada ya la intriga, el piloto no pierde un solo segundo en pasar a la acción, y en plena cacería del criminal el espectador irá conociendo a los integrantes de esta fuerza especial del Bureau. A las órdenes de Forrester están su segunda al mando Jamie Kellett (Helda Reed), el agente especial Andre Raines (Carter Redwood) y una de las grandes estrellas de la función: el perro Tank, un schnauzer gigante que en sus tiempos se dedicó a rastreo forense y ahora ha sido rescatado por Forrester para el servicio activo porque «no parece tener ganas de jubilarse».
Pero la mayor virtud del episodio piloto reside en que ni siquiera es necesario haber visto los otros capítulos del crossover de la franquicia. Un guion hábil, que teje la información esencial y deja fuera lo accesorio, permite entrar de cabeza en la nueva serie y familiarizarse con los personajes igual que lo hace la cuarta protagonista (perros aparte), Cameron Vo. Interpretada por Vinessa Vidotto, Vo es una agente recién incorporada al equipo, a través de cuyos ojos iremos conociendo las dinámicas entre todos sus integrantes. Una nueva muestra de oficio por parte de Dick Wolf, que equilibra lo viejo y lo nuevo, los elementos familiares para los seguidores de la franquicia y las dinámicas frescas y distintas para los espectadores recién llegados.
Y así, una vez dispuestas todas las piezas sobre el tablero, FBI Internacional se lanza a una dinámica sucesión de investigaciones, persecuciones y pesquisas que llevarán al equipo de un lado a otro de Europa —ya solo en esta primera temporada, además de Croacia, visitarán Praga, Roma o Madrid—, desfaciendo entuertos de origen estadounidense a los que, por un motivo u otro, la rama local del FBI no puede llegar por sí sola. Todo ello sin perder de vista el componente humano, tanto en los casos como en el seno del equipo. Así, ya en el segundo capítulo podremos ver las zonas de sombra que rodean a la historia de una madre que huye a Hungría con su hijo tras perder la custodia de este, al tiempo que se plantan las semillas de acontecimientos futuros entre algunos de los protagonistas… y disfrutamos, en el proceso, de un par de escenas con protagonismo absoluto de Tank. Quién sabe, quizá en un par de años Wolf se saque de la manga un spin-off del viejo y fiel perro policía. No seré yo quien le disuada de ello.
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