Hamnet, de Maggie O’Farrell. No esperaba que una novela sobre la familia de Shakespeare me causara esta conmoción. El truco, supongo, está en la escritura: si Dios hubiera redactado la Biblia, su estilo debería parecerse al de O’Farrell. Algún mérito corresponde a la traducción de Concha Cardeñoso. Hablamos de una pieza literaria de asombrosa exquisitez.
Claus y Lucas, de Agota Kristof. Son tres novelas breves, o una sola novela en tres partes publicadas entre 1986 y 1992 por una húngara exiliada en Suiza. Libros del Asteroide, una editorial que en estos momentos lo hace todo bien, la tradujo hace ya un par de años. Pero nunca es tarde para disfrutar de este relato seco, circular, implacable, hipnótico, que habla de la guerra y sobre muchas otras cosas acerca de las cuales no estoy aún en condiciones de opinar: llevo meses digiriendo esta maravilla y sigo descubriéndole virtudes.
El imperio del dolor, de Patrick Radden Keefe. Este caballero es quizá el mejor periodista de hoy. Su investigación sobre la familia Sackler, cuya empresa farmacéutica se hizo de oro gracias al Valium y con el opiáceo OxyContin condenó a la adicción a centenares de miles de personas, se lee como una novela trepidante. Advertencia: en comparación con los Sackler, los Corleone se quedan en granujas de medio pelo.
El sitio de Krishnapur, de James Gordon Farrell. Esta novela, segunda parte de una trilogía sobre el Imperio británico, tampoco es de este año. Ni de este siglo. ¿Quieren humor, aventura, suspense, sarcasmo, exotismo y diversión de la buena? Pues pasen un rato en Krishnapur.
Los últimos balleneros, de Doug Bock Clark. ¿Le interesan las peripecias de los lamaleranos, una pequeña tribu de pescadores de ballenas que reside en la isla indonesia de Lembata? ¿No? A mí tampoco me interesaban. Pero esta historia (puro periodismo) está llena de lecciones sobre la humanidad, la civilización, la alienación y el progreso.
Miss Marte, de Manuel Jabois. Me parece que si Álvaro Cunqueiro tuviera hoy cuarenta años, hubiera vivido más de una noche loca y quisiera escribir una novela, perpetraría algo como Miss Marte. Cuánta delicadeza y cuánta ironía gallega hay en este relato.
Ya sentarás cabeza, de Ignacio Peyró. Queda demostrado que se puede ser muy conservador, e incluso hablar bien de Pablo Casado (el de hace unos años), y mantener una mente libérrima. Autobiografía, paseo por las cavernas más cavernícolas de la prensa de derechas, dosis generosas de mala leche y precisión literaria.
El año del Búfalo, de Javier Pérez Andújar. Disfruté con La noche fenomenal (que recomiendo mucho) y he disfrutado con esta novela que se rebela contra su autor, contra el traductor y contra su señora madre: un juego divertidísimo en el que Andújar no acaba de una vez por todas con la cultura (aquello de Woody Allen) pero la deja patas arriba.
Historia de la Comuna de París de 1871, de Prosper-Olivier Lissagaray. El primer gran experimento socialista, contado por un periodista revolucionario que participó en él. El lector vive hora a hora, desde dentro, aquellos días trágicos y formidables que acabaron en baño de sangre. De esa sangre surgió la Tercera República, la que para bien y para mal construyó la Francia de hoy.
El baile de las locas, de Victoria Mas. Hospital de la Salpetrière, 1885. Un día al año, la burguesía parisina se divierte yendo a bailar con las mujeres encerradas en un pabellón psiquiátrico. A partir de ese hecho verídico, y en el escenario siniestro y majestuoso de la vieja Salpetrière (aún está ahí, si puede haga una visita), Victoria Mas desarrolla una fascinante primera novela.
Se echaba de menos la lista de Enric, ya pensaba que no saldría. Concuerdo con Hamnet, Peyró y Keefe, así que al resto intentaré echarle una ojeada.
Investigaré, alguno tiene buena pinta. Y anoto unos más, para confundir aún mas al sufrido lector:
– Bullshit, contra la charlatanería, Carl Bergstrom y Jevin West,
– Contra la simpleza, ciencia y pseudociencia, Daniel Altschuler,
– El pensamiento conspiranoico, Daniel Ceballos.
Todos sobre cuestiones similares.
Es Noel Ceballos, no «Manuel».
Upppsss, tienes razón, lo cité de memoria.
Yo añadiría «Un ciervo en la carretera», de Libros.com, finalista del Premio Setenil a mejor libro de relatos publicado en España.
Madre Patria, de Marcelo Gullo
La llevaba esperando con impaciencia, para mí de lo mejor del año. Enric González siempre hace unas estupendas reseñas.
Ya era hora. Tu artículo nos sirve de referencia fiable. No me valen las listas financiadas por editoriales. Gracias.
Disiento con Hamnet, de Maggie O’Farrell: me aburrió hasta decir basta.
Apruebo, y mucho, Los últimos balleneros, de Doug Bock Clark, para los que gustan de antropologías.
Me apunto las demás y aconsejo un cuarteto de mi top’21:
– Hildegarda de Anne Lise Marstrand-Jorgensen
– Una Odisea de Daniel Mendelsohn
– Vivir abajo de Gustavo Faverón Patriau
– Hierba mora de Teresa Moure
Yo disfruté este año del ensayo «Narrativas Económicas» del economista Robert Shiller.
Y novela: «La guardia» de Nikos Kavadías.
Gracias, Enric. Tu lista siempre me ayuda a elegir buenas lecturas para el nuevo año. Aquí van mis diez lecturas favoritas de 2021:
-En tierra de Dioniso, de María Belmonte (Acantilado, 2021)
-Vacaciones en el Cáucaso, de Anna Iordanidu (Acantilado, 2020)
-Calibán y la bruja, de Silvia Federici (Traficantes de Sueños, 2013)
-El regreso, de Dulce María Cardoso (Umbría y Solana, 2018)
-Todo el odio que llevo dentro, de Servando Rocha (La Felguera, 2021)
-Flamenco: arqueología de lo jondo, de Antonio Manuel (Almuzara, 2018)
-Europa: una historia natural, de Tim Flannery (Biblioteca Nueva, 2019)
-No digas nada, de David Raddon Keefe (Reservoir Books, 2020)
-Madres e hijos, de Theoodor Kallifatides (Galaxia Gutenberg, 2020)
-El pasado no es un sueño, de Theodor Kallifatides (Galaxia Gutenberg, 2021)
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