Hemos intentado comprender la cultura de la cancelación, calibrar la dosis perfecta de libertinaje, asistido al estreno de la precuela de Los Soprano, a la nueva de Marvel, y a los pensamientos íntimos de un verdugo nazi. Cosas como esas encontrarás en este resumen semanal de nuestra revista, Jot Down News, artículo por artículo, sección por sección, para que no te pierdas nada. Y alguna sorpresa más.
Sociedad
La antropóloga Meghan Daum intentó en su nuevo libro comprender todos los fenómenos sociales y políticos que no comprendía. Y en julio de 2020 unió su firma a la de ciento cincuenta personalidades como Noam Chomsy, J. K. Rowling o Margaret Artwood, para quejarse de cómo la libertad de expresión está siendo reprimida por la intolerancia ante el hecho de discrepar. En su opinión, ahora se prima la moralidad de un texto o su alineación con respecto a determinadas ideas antes que su calidad. En «Meghan Daum, intentar comprender la cultura de la cancelación y no cancelarse en el intento». Por Jelena Arsić.
Sobre la sexualización del desnudo femenino y lo que la sociedad no quiere ver, habla Jenn Díaz en «Mujer desnuda con hijo». Explicándonos que al parecer el mundo no está preparado para ver mujeres desnudas fuera del canon, y mucho menos aún si posan junto a sus hijos. Pero eso lo que hace Anastasia Chernyavsky, fotógrafa y madre, una de cuyas imágenes fue censurada para, supuestamente, proteger al niño. Y lo mismo le ocurrió a Amy Woodruff, en este caso por amamantar desnuda y haciendo yoga.
Estrenos
The Sopranos fue y sigue siendo uno de los mejores programas dramáticos que se han producido para la pequeña pantalla, la serie que lo cambió todo en la historia de la televisión. Antes de ella, la ficción televisiva era la hermanastra pobre del cine. Pero es también siglo XX, cosa de anticuario, y quizá para devolverla al presente se haya permitido hacer su precuela en cine, The Many Saints of Newark. Y no funciona ni como precuela ni como película en sí misma. «El desangelado retorno de los Soprano». Por Emilio de Gorgot.
Eternals es distinta a las veintipico películas anteriores de Marvel, no solo por la dirección de Chloé Zhao, la directora de Nomadland, sino porque fue uno de los pocos cómics de la casa realizados en solitario por Jack Kirby. El otro creador estrella que, junto a Stan Lee, dio forma a las historias y personajes que han dado lugar al Universo Cinematográfico Marvel. Un conjunto de factores gracias al cual la película se salva, pero por la mínima. «Eternals: de lo humano y lo divino». Por Juanma Ruiz.
Historia
Cómo son las horas a solas de un verdugo nazi que recuerda haber sido responsable en los campos. Que ha sobrevivido para ver otros horrores similares de su siglo, el XX. ¿Se arrepiente, siente asco, indiferencia? ¿Qué hay si nos asomamos a su cabeza? Por sus memorias pasan los detalles atroces de la carnicería, y entonces algo se despierta en su interior. «Un hombre que mató», por Pedro Simón.
¿Qué queda de los papa Borja en Valencia? Los conocidos universalmente como Borgia constituyen varias generaciones levantinas cuyo legado material se compone de las casas en que nacieron; de sus escudos de armas en monasterios y su huella en palacios; de los pintores que trajeron de Italia, junto al influjo del Renacimiento, al país; y de la conexión con Cristóbal Colón y la conquista de América a través de la Lonja de Valencia. Alfonso Vila Francés nos propone un recorrido por todo ello en «La Valencia de los Borja: oro, sangre y tinta».
Deportes
Tres entrenadores acompañaron el ascenso a la cima del baloncesto de Magic Johnsonn, con desigual fortuna. El primero, Jack McKinney, fue quien ideó el juego libre, el contraataque constante, el vendaval ofensivo. Un accidente tonto con la bici obligó a sustituirle por el segundo, Paul Westhead, que acabaría despedido por presiones de la estrella, ya demasiado acostumbrada a hacer su voluntad en el equipo. El tercero, Pat Riley, decidió no enfrentarse al jugador, consiguiendo ocho años de éxitos continuados. «La noche en que Magic Johnson se convirtió en el hombre más odiado de Los Ángeles». Por Guillermo Ortiz.
Fotografía
Una sola de sus fotografías le daría tranquilidad financiera de por vida. La de James Dean, avanzando bajo la lluvia, pitillo en la boca, con las manos en los bolsillos de un abrigo negro con las solapas levantadas. Para llegar allí tuvo que hacer añicos el mito de la Norteamérica de escaparate, esa gran nación donde no había lugar para sentirse desgraciado. Magnum, la agencia fotográfica más importante del mundo, buscaba a un freelance de ojo clínico, alguien capaz de saltarse los convencionalismos y de bucear en el barro. «Dennis Stock: desmontando América». Por Toni García Ramón.
Filosofía
Las delicias del libertinaje, que ni Diderot ni Voltaire se atrevieron a elogiar, radican posiblemente en su dosis. Cuánto de exceso y cuánta contención es lo adecuado. No es ese el problema del libertino, aunque en la actualidad la pregunta es si resulta posible que exista tal figura, cuando todo escándalo está desactivado. En esta época democrática no se concibe que el gusto sea algo a educar, por tanto cabe preguntarse si puede existir una personalidad como esa, definida por el buen gusto en su mala conducta. En «El libertino moderado», por Juan Claudio de Ramón.
Las ideas copian las estrategias de las especies para perpetuarse, generar muchos individuos de los que no se cuida, y uno solo al que se cuida mucho. Star Wars, las pirámides de Egipto y la Capilla Sixtina son obras en las que ingentes recursos materiales y humanos —físicos, intelectuales, artísticos— son puestos al servicio de relatos míticos que pretenden imponer una determinada ideología. Su mito se crea con la arquitectura grandiosa, y hay mucho de ella en el desarrollo histórico actual, una potencial nueva Edad Media que se concretará o no. En «La edad de alpaca: cuatro comparaciones y un ruego». Por Carlo Fabretti.
Arte y letras
Después de la primera parte, volvemos con sir Francis Dashwood, que ha sido inspirador para la ensoñación de vicios, y hoy los lugares en que los ejerció son recurso turístico. Especialmente la antigua abadía del Císter convertida en casa de Medmenham Abbey, fue la sede del Club del Fuego Infernal. Con Benjamín Franklin o la madame Charlotte Hayes, que proporcionaba mujeres «revirginizadas», entre otros, como miembros. Eran, ni más ni menos, una falsa secta religiosa dedicada a las bacanales sexuales, la mofa de la religión y la exaltación del paganismo. En «Fuego del infierno: una visita a West Wycombe (y II)», por Javier Calvo.
La ciudad es una escenografía de orden con huellas disonantes. Buscándolas, Isabel Gómez Rivas nos conduce a rincones donde se dislocaron los monumentos que pretendían recordar los grandes nombres. Atentados contra Quevedo, contra la profanada tumba de Goya, y Mariano José de Larra. «Disloques», por Isabel Gómez Rivas.
Música
Charles Aznavour afirmó que sus canciones no hablaban sobre él mismo, sino que eran relatos narrados con música. Tres de ellas pueden reconciliarnos y enemistarnos con la existencia misma. «Je m’voyais déjà» («Ya me veía»), el artista que nunca llega a triunfar pero sigue intentándolo. «Que c’est triste Venise» («Qué triste es Venecia»), despedida para un amor que acaba de finalizar. Y «La bohème («La bohemia»), la nostalgia por una época que ya ni existe, ni importa a nadie. En «Tres canciones de Charles Aznavour para amar y odiar la vida». Por Silvia Panadero.
