Unidas Podemos es un partido en franca decadencia. Varios son los motivos que explican este retroceso: el bipartidismo ha vuelto, la población española está más quemada y, sobre todo, la maquinaria de guerra del partido de Pablo Iglesias está agotada. Desde 2016, salen a más de millón de votos perdidos por elecciones. La táctica de Iglesias era sencilla: buscar la hegemonía cultural dentro de la izquierda y la sumisión del PSOE. La campaña de los medios de comunicación en contra de Iglesias fue dura, cierto; se traspasaron límites personales, y al periodismo se le vieron las costuras, pero lo cierto es que Iglesias asumió rápidamente el papel de villano y de castigador. El fundador de Unidas Podemos midió mal sus fuerzas: acabar con el PSOE es difícil. Es un partido con casi dos siglos de historia, que conoce a la perfección las instituciones del Estado, a su electorado y, además, es el partido hegemónico en la sociedad española. España es socialdemócrata hasta que se demuestre lo contrario.
Básica fue la pelea que Iglesias le dio al PSOE y a la derecha en lo cultural. Con José María Aznar como presidente del Gobierno, se obvió esta cuestión. Aznar creía que gestionando bien los problemas económicos, sometiendo al terrorismo y trabajando por el prestigio y el bien de España en el ámbito europeo e internacional, el resto de las cosas se encauzarían solas, sin necesidad de enfrentarse directamente con sus adversarios en un terreno como el cultural. No valoraron los aparatos ideológicos en el seno del Estado, en un error que repetiría también el propio Mariano Rajoy.
El PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero sí fue más coherente en este sentido: leyes como la de la aprobación del matrimonio homosexual, la de dependencia, memoria histórica o la de violencia de género, estaban hechas para ganar la batalla cultural. El Partido Socialista había definido esas guerras culturales a través de sus términos. Iglesias sí supo verlo y planteó esa batalla siendo más agresivo en sus planteamientos. Uno de sus grandes méritos como político, sin duda, fue ese: reintroducir en la sociedad las guerras culturales después de los ominosos años de Mariano Rajoy como mandatario. El exfundador de Unidas Podemos entendió que es en el seno de la sociedad civil donde se crean los consensos en los escenarios de conflicto. En un lenguaje gramsciano, no se quedó solo en el análisis de la sociedad de los países desarrollados, sino que a partir de ahí han llegado a la conclusión de que era necesario penetrar en el instrumento más potente de construcción de la hegemonía del sistema: los medios de comunicación. La izquierda había abandonado demasiados campos de batalla sin siquiera oponer resistencia. Esa estrategia fue todo un éxito y sirvió para reflexionar al conjunto de la izquierda, potenciando los medios alternativos y para estudiar cómo consiguieron acceder a los medios de masas y disputarle al Partido Socialista las ideas en torno al feminismo, la lucha del colectivo LGTBI, el ecologismo o la violencia de género. Unidas Podemos entendió que en España los periódicos son como verdaderos partidos políticos, en la medida en que interfieren, con énfasis específicos, en los modos de selección e interpretación de los acontecimientos.
Aprovecharon ese tirón hasta que en 2016 cometieron su primer gran error de bulto: no hacer caso a Iñigo Errejón, que en la sesión de investidura de Pedro Sánchez se mostró partidario de apoyar al gobierno de PSOE y Ciudadanos con una abstención técnica, echar al Partido Popular del poder y desgastar a Sánchez y a Rivera en la oposición. Pablo Iglesias decidió ir más allá en su lucha contra el Partido Socialista forzando la repetición electoral, yendo con Izquierda Unida de la mano. El error fue absoluto. Las tesis de Errejón volvieron a triunfar. Antes de las elecciones de junio de 2016, Iglesias y Alberto Garzón rubricaron el pacto de los botellines para concurrir juntos a las elecciones. ¿El resultado? Unidas Podemos perdió un millón de votantes. Errejón volvió a tener razón: si el objetivo era captar al votante del PSOE, buscar la transversalidad dentro de el electorado de izquierda, ir de la mano de la Izquierda Unida dificultaría el proceso.
Luego llegó Vistalegre II y la purga de los disidentes, la moción de censura de 2018 que encumbró a Sánchez como presidente, dejando a Unidas Podemos en fuera de juego, con una mayoría exigua en las elecciones de abril y de noviembre de 2019 para ejercer una influencia importante en una coalición con el PSOE. El exlíder de Unidas Podemos intentó que su partido tuviera una presencia activa en la coalición presionando desde dentro, aprovechando que la pandemia iba a obligar al líder de los socialistas a tener que llevar más políticas sociales. Fue el flanco débil para atacar a Sánchez. La pandemia, además, relegó el debate feminista, ecologista y proinmigración a lugares casi marginales: los debates sobre la libertad y la seguridad, que antes se discutían poniendo a las minorías en primer orden, se fijaron como prioridad. Las prevenciones sobre el control tecnológico y la vigilancia del Estado fueron mucho más frecuentes desde la derecha. El papel de Iglesias durante la primera ola fue muy débil. Su desapego a la hora de tomar en serio el poder, y su falta de flexibilidad para hacer política, deterioró su peso en la coalición.
Uno de los grandes conflictos de la izquierda española durante el siglo XX fue el de no ver el Estado como zona de mando, sino interpretarlo solamente desde un punto de vista cultural. La hegemonía cultural que quiso llevar Unidas Podemos, construyendo consensos, abarcando amplios frentes ideológicos, fracasó, debido en gran parte a una estructura de partido demasiado débil. En cambio, Unidas Podemos adoptó por el «dominio» o la búsqueda del poder mediante la «coacción», a través de las purgas llevadas a cabo por una dirección del partido que no tolera a los disidentes. Estas debilidades pavimentaron el auge de la extrema derecha. Cohesionada en torno a la idea de que son el enemigo de una importante parte de la población, sus votantes tienen la percepción de que la formación que dirige Santiago Abascal es de resistencia ante una sociedad que los repudia. Desde su punto de vista Vox es rechazado por los grandes medios de comunicación, por sus ataques al «consenso progre», pasando al ataque contra todos aquellos que proponen un «cordón sanitario» en las Cortes Generales y en la vida pública. Esa postura viene bien a Vox internamente, por el cierre de filas que supone, pero también por el recorrido electoral que les puede proporcionar.
Desde hace bastante tiempo, la política española está instalada en esa táctica cortoplacista de hacer política solamente pensando en las acciones de los adversarios. Cuando Unidas Podemos acaparaba portadas y programas de televisión y marcaban la agenda política, Rajoy se presentaba como solución a Pablo Iglesias, argumentando que el PSOE estaba más cerca ideológicamente de Unidas Podemos que de los «constitucionalistas». Sánchez ha hecho lo mismo con Vox. Cuando la política funciona de esa forma, sobre todo desde el partido que gobierna, las consecuencias probablemente serán malas. Salvini llegó a ser ministro gracias a esa estrategia, el Frente Nacional sigue creciendo cada vez más a costa de la condena moral de la socialdemocracia francesa. Cuando al novelista Michel Houellebecq le preguntaron por el crecimiento del Frente Nacional fue rotundo: «La élite está asesinando a Francia». El mensaje que se comunica en estos casos es de impotencia: incapacidad de llevar a cabo nuevas políticas que puedan poner frente al auge del populismo de derechas. Centrar la mirada solamente en Vox es preocupante, porque es el síntoma de la frustración de un sistema que no es capaz de convencer sin recurrir al miedo. Este error fue el que alejó a socialdemócratas y liberales de sus votantes y de otros sectores de la sociedad.
Yolanda Díaz: el triunfo de la discreción
Yolanda Díaz se ha convertido en la política mejor valorada de España con su gestión de la pandemia. Su talante moderado y negociador seduce y genera respeto entre sus compañeros y adversarios políticos. Ha pactado con sindicatos, patronal y también en el Gobierno los ERTE y sus prórrogas, el primer incremento del salario mínimo interprofesional, a 950 euros, la regulación del teletrabajo, o la nueva subida del SMI. También ha intervenido en asuntos que están fueras de su cartera, negociando activamente con el PSOE el desbloqueo de la Ley Trans o de la Ley de Vivienda. Su intervención durante la fiesta anual del Partido Comunista de España en septiembre fue un pequeño adelanto de lo que podemos esperar de la política coruñesa, de cara al año electoral de 2023. La vicepresidenta segunda del Gobierno se comprometió a levantar un proyecto transversal, basado en el diálogo y en la pluralidad. Su equipo aún no ha dado a conocer su hoja de ruta, pero Unidas Podemos le recuerda que la apoyarán para ser candidata a los próximos comicios.
Esta campaña de entronización de la ministra de Trabajo choca con la maraña política e ideológica con la que se encuentra la izquierda española tras la salida de Pablo Iglesias del Gobierno. La primera fase de la coalición entre el PSOE y Unidas Podemos estuvo marcada por una batería de medidas sociales destinadas a paliar, en la medida de lo posible, los efectos de la pandemia. Tras el abandono de Pablo Iglesias del ejecutivo, unido al fracaso estrepitoso del Partido Socialista en las pasadas elecciones a la Comunidad Autónoma de Madrid, el presidente del Gobierno aprovechó para introducir cambios en su ministerio: cesó a Carmen Calvo, José Luis Ábalos, dos de sus colaboradores más estrechos, y a Iván Redondo, su todopoderoso asesor, el pasado mes de julio. El objetivo de Sánchez en su segunda etapa es el de introducir un peso más político en su gestión, rodearse de gente de partido, para encarar el final de la legislatura y reconciliarse con la dirección de su partido de cara al próximo congreso federal que se ha celebra en otoño. También, con la llegada de los fondos europeos, el presidente ha optado por la ortodoxia financiera, implantando una serie de medidas de carácter económico y fiscal para contentar a la Comisión Europea y al Banco Central Europeo, aprovechando que las previsiones de la institución que dirige Christine Lagarde son buenas para 2022.
Yolanda Díaz y Pedro Sánchez son dos líderes que mantienen afinidad personal. Era un secreto a voces que en Moncloa la preferían a ella como interlocutora en vez de a Pablo Iglesias. Pero, no obstante, en el seno del Partido Socialista hay inquietud con Díaz. Su fulgurante ascenso incomoda. Redondo e Iglesias fueron conscientes de que las mayorías absolutas habían terminado, y vieron en la ministra de Trabajo un baluarte de la coalición, conforme la pandemia avanzaba y sus ruedas de prensa generaban cada vez más expectación. La táctica de Redondo era sencilla: lograr que Unidas Podemos y el PSOE crecieran juntos; la de Iglesias, en cambio, viró en otra dirección, haciendo visibles los descontentos con el PSOE, adoptando una postura de normalización de la crítica en sus relaciones con los medios de comunicación. Yolanda Díaz fue de las que optó por suavizar las posturas con sus socios de coalición, y resistir, pese a sus discrepancias con los ministros más neoliberales del Partido Socialista como Nadia Calviño, titular de la cartera de Economía y José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social. El talante de la ministra de Trabajo, su discreción y excelente manejo de los medios de comunicación le valieron la protección de Pedro Sánchez
Pero esos tiempos han pasado: las encuestas han convertido a Díaz en la ministra mejor valorada del Gobierno, y Sánchez ya la ve como a una rival para 2023. El presidente del Gobierno mira hacia Europa. Quiere, como Felipe González en la década de los ochenta, ser el líder que acometa la modernización de una España que ha sufrido un retraso considerable en leer las nuevas transformaciones mundiales. Este giro a la moderación del PSOE amenaza con dejar a Unidas Podemos fuera. El objetivo de Iglesias como líder de los morados siempre fue evitar que el Partido Socialista adoptase posiciones más centristas y se alejara de las políticas de izquierda; sin embargo, la generalizada caída en las encuestas de Unidas Podemos dan al presidente del Gobierno más margen de maniobra. La campaña de la vacunación ha sido un éxito, España poco a poco recupera la normalidad, y en el horizonte se dibuja un espacio proclive para que Sánchez diseñe una legislatura más acorde con sus deseos. Será interesante comprobar su liderazgo cuando le toque apoyar a Sánchez en muchas medidas que antes había criticado Unidas Podemos, y sin poder proponer un modelo alternativo, con la factura que le pueda pasar su electorado.
Unidas Podemos sigue padeciendo los mismos problemas que precipitaron la caída de Iglesias, como las luchas de poder entre corrientes y cismas para forzar la dimisión de liderazgos. La actual secretaria general de Unidas Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, no parece dispuesta a establecer un modelo de partido más abierto y orgánico. Yolanda Díaz tiene una visión propia y sabiéndose, en este instante, la cara popular de un proyecto debilitado con la marcha de Iglesias, es complicado que acepte las imposiciones de un aparato muy desgastado electoralmente, como el de Podemos. Los sucesores aspiran a mantener la escasa cuota de poder que les queda, y desde ahí seguir controlando puestos e iniciativas políticas, sabiendo que no lo van a tener nada fácil. Belarra y Díaz mantienen dos ideas distintas sobre el futuro de Unidas Podemos: la primera apuesta por una izquierda unida en la que su partido sea el referente; la gallega, por el contrario, cree en una integración de la izquierda regionalista en términos de igualdad. Ello seguramente conlleve que Díaz se desmarque cada vez más de Unidas Podemos, y presente un proyecto de gobernabilidad en el que los morados no tengan el papel protagonista que han tenido desde su irrupción.
El futuro genera inquietud para Unidas Podemos: se teme que la ministra de Trabajo repita la misma jugada que Manuela Carmena les hizo en 2019, aliándose con Errejón. En Vistalegre sospechan que Yolanda Díaz les haga lo mismo que Iglesias a Izquierda Unida y al Partido Comunista: lanzarles una OPA hostil, reconfigurar su partido a su antojo, y quedarse con los cuadros que le interesan. El problema reside en que la fuerza negociadora que Podemos posee para que Díaz acepte su papel como timonel de la izquierda es cada vez menor. De momento, y mientras el proyecto termina de concretarse en toda su extensión, a lo que quedará expuesta Díaz es a las campañas internas dentro de Unidas Podemos. Unidas Podemos, con sus maneras totalitarias a la hora de gestionar las críticas internas, puede conseguir que el proyecto de la ministra de Trabajo naufrague. Solo la recomposición de la izquierda en una sola formación puede servir para disputarle al PSOE su espacio político.
La vicepresidenta segunda del Gobierno genera ilusión entre el electorado. No obstante, habrá que darle tiempo y tener paciencia con su proyecto. Tiene la difícil tarea de construir un espacio político que compita por el PSOE tanto por el centro como por la izquierda. Ella misma ha declarado que es más de proyectos que de partidos, y que, en el momento en que esto derivase en una lucha de egos, dimitiría. La derecha ha recortado ostensiblemente la ventaja que el Gobierno mantenía en los sondeos. Tanto el PP como Vox acaban de conseguir victorias judiciales importantes como la declaración de inconstitucionalidad el cierre del Congreso durante el confinamiento, o con la conformación de la constitucionalidad de la prisión permanente revisable por el Tribunal Constitucional. Esta ofensiva forma parte de la guerra cultural que están llevando las derechas, con los tribunales como telón de fondo, para desgastar a la izquierda. Para concluir, también será tarea de la ministra de Trabajo ofrecer una táctica alternativa a la «alerta antifascista» de Iglesias. Vox, para bien o para mal, se ha convertido en el eje ideológico de la política española en la actualidad. La izquierda tiene sus responsabilidades en el avance de la extrema derecha. La socialdemocracia devino neoliberal, abandonando las políticas sociales y la lucha contra la desigualdad; la izquierda radical, autocomplaciente. El fin ha de ser darle a las diferentes luchas la transversalidad necesaria y dejar de lado los estériles debates que alejan a sus electores. La extrema derecha se ha aprovechado de algunos de los problemas de nuestro tiempo, pero esto también podrían hacerlo las fuerzas progresistas. La política de la izquierda no tiene que ser identitaria y esencialista como la de la ultraderecha, pero sí ha de disputarle su idea de seguridad y estabilidad para unas clases medias cada vez más deterioradas sin renunciar a la diversidad.
Ya hay que ser miserable y mediocre para ser comunista a estas alturas de la Historia. Eso es lo que es Yolanda Díaz, ni más ni menos.
Pues no te digo ya neoliberal y ultrareaccionario. Pero le voy a decir más, le jodera mucho, pero los grandes avances en derechos de los que usted disfruta se han conseguido gracias al socialismo.
Aparte de que contrariando ese dogma Randista de que son los empresarios los que crean riqueza, sean los trabajadores con sus manos y sus cabezas los que la generan de verdad, para que se la lleven sumariamente los otros eso sí.
Pero le entiendo, décadas tragando ideología disfrazada de «ciencia enconómica» trastorna, ni más ni menos.
Supongo que el panadero, el kiosquero, el peluquero, el del bar de la esquina, y pide o seguir hasta donde quieras, de tu barrio algo de riqueza crearán. Y mira tú por dónde son todos ellos empresarios. A lo mejor, si tienen trabajadores, alguno es un explotador o a lo mejor son gente que paga bien los trata correctamente (yo conozco más de uno así). Echa la cuenta que son millones.
Jajajajajaja el problema lo tenéis los que llamais a eso empresarios. Mi padre, te repito mi padre también tenía un pequeño taller c9n un par de trabajadores y se tuvonque jubilar antes de tiempo porque estaba deslomao de trabajar. ¿Sabes porque? Porque es un trabajador y de clase obrera, nada de un empresario. Por cierto que cuando llegó la crisis provocada por los especuladores financieros y empresarios, ruvo que despedir a un trabajador y en casa las pasamos putas ¿sabes porqué? Porque somos de clase obrera. Así que dejad de decir memeces como que los panaderos son empresarios, será empresario el de Bimbo.
Disculpa pero te veo confundido. Definición de empresario: «aquella persona o grupo de personas que, de forma individual o colectiva, fija los objetivos y toma las decisiones estratégicas acerca de las metas, los medios, la administración y el control de las empresas y asume la responsabilidad tanto comercial como legal frente a terceros.»
Cuando tu padre decidió jubilarse puede que tomase la decisión de cerrar el taller o traspasarlo, por lo que es el encargado de tomar las decisiones estratégicas de amdinistración y control de la empresa. Probablemente el taller de tu padre sería una Sociedad Limitada Unipersonal con tu padre como único propietario. Como tal, si al cerrar o traspasar el taller le hubiesen quedado deudas tendría que haber respondido él con todo el patrimonio invertido en el taller, porque asume la responsabilidad de su negocio, no así sus empleados. Si un trabajador hubiese sufrido un accidente laboral en el taller o de camino al taller, sería tu padre el que habría respondido ante a seguridad social en nombre de su sociedad y el que tendría que pagar la baja laboral.
En definitiva, tu padre fue un empresario con todas las de la ley, como lo son los propietarios de panaderias, restaurantes o cualquier otro negocio que se te ocurra.
No en vano el 60% del empleo total del país es generado por las PYMEs, pequeñas y medianas empresas, que se consideran como tales las microempresas (menos de 10 trabajadores y menos de 2 millones de euros en volumen de negocio), las pequeñas empresas (entre 10 y 50 trabajadores y menos de 10 millones en volumen de negocio) y las medianas empresas (entre 50 y 249 empleados y menos de 50 millones en volumen de negocio). Tu padre en concreto era empresrio titular de una microempresa.
La clase obrera no es propietaria de los medios de producción ni asume el riesgo del negocio, es trabajadora por cuenta ajena a cambio de una retribución y depende de su contratación o despido. Tu padre no era clase obrera, esa un pequeño empresario humilde con negocio propio, un autónomo. Y a mucha honra.
Un saludo.
Eso de que la clase obrera no asume el riesgo del negocio… Que se lo digan a las víctimas de la siniestralidad laboral.
Xaimaxin disculpa pero tambien te veo confundido.. no es cierto o correcto cuando dices: así sus empleados. Si un trabajador hubiese sufrido un accidente laboral en el taller o de camino al taller, sería tu padre el que habría respondido ante a seguridad social en nombre de su sociedad y el que tendría que pagar la baja laboral.te lo explico por encima..es la Seguridad Social quien paga al empresario la nomina (sueldo aportacion a la S.Social más irpf) correspondiente al trabajador que está de baja.el empresario solo gestiona la nomina e ingresa «adelanta» el salario al trabajador en su cuenta bancaria, pues aunque esté de baja, lo hace porque aun estando de baja sigue en plantilla pertenece a la empresa.Y cuando dices La clase obrera no es propietaria de los medios de producción ni asume el riesgo del negocio, es trabajadora por cuenta ajena a cambio de una retribución y depende de su contratación o despido. Tu padre no era clase obrera, esa un pequeño empresario humilde con negocio propio, un autónomo. Y a mucha honra.
Un saludo.
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Xaimaxin disculpa pero tambien te veo confundido.. no es cierto o correcto cuando dices: Si un trabajador hubiese sufrido un accidente laboral en el taller o de camino al taller, sería tu padre el que habría respondido ante la seguridad social en nombre de su sociedad y el que tendría que pagar la baja laboral.
Es la Seguridad Social en base a la actual Normativa en vigor, no me inventi nada .. quien paga al empresario la nomina (sueldo aportacion a la S.Social más irpf) correspondiente al trabajador que está de baja.el empresario solo gestiona la nomina e ingresa «adelanta» el salario al trabajador en su cuenta bancaria, pues aunque esté de baja, sigue en plantilla pertenece a la empresa.Y cuando dices La clase obrera no es propietaria de los medios de producción ni asume el riesgo del negocio, es trabajadora por cuenta ajena a cambio de una retribución y depende de su contratación o despido..Es muy relativo,.cierto que trabaja por una retribución, estaria bueno.. pero tambien te digo..si trabaja mal no cumple el trabajador hunde a la empresa y cierra , si trabaja bien, el trabajador además de generar beneficios a la empresa, ademas de generar su sueldo ,su cuotas a la S.Social,su Irpf , crea un beneficio añadido que se llama Plusvalia , la empresa tendrá más valor, el empresario tendrá una empresa mejor, y el trabajador conservará su puesto más tiempo no le faltará el trabajo. tambien el el trabajador asume el riesgo de ser despedido sí no cumple correctamene su trabajo.Tanto monta monta tanto..
‘
Es curioso que en los debates entre liberales y socialistas, los primeros pueden citar multitud de ejemplos de países que, a base de aplicar las medidas liberales, han crecido exponencialemente (léase Estonia, Lituania, Irlanda, Holanda, Singapur, Nueva Zelanda, Suiza….).
Que un socialista me nombre un solo ejemplo de país con marcado carácter de izquierdas que haya prosperado o aumentado su riqueza (Cuba??? Venezuela??? Corea del Norte???).
Vamos, que clama al cielo
Despues de la II guerra mundial, y de la Dictadura tiranica de Paca la culona que tuvimos en España durante 40 años,te nombro algunos paises.. Suecia con Olof Palmer, Alemania con Willy Brand, España con Felipe Gonzalez, Francia con Mitterrand, todos gobiernos socialdemocratas-socialistas, son paises que aumentaron su riquezas prosperaron crearon el Estado de Bienestar , potenciando la Sanidad la Educacion y Pensiones Publicas, ademas de las prestaciones sociales a sectores necesitados de la sociedad y ayudas y subvenciones a el sector empresarial, , .
Hay que ser miserable y mediocre para ser fascista a esta alturas de la Historia. Eso es lo que son Casado, Ayuso, y por descontado Abascal y compañía.
Y el subnormal que dio el comentario, tambien.
¿ Cómo sabes que es comunista ? A ver, pensemos un poco…. subida notoria del salario mínimo, ampliación del subsidio de mayores, Ingreso mínimo vital, ayudas por la pandemia, ligar la pensiones al IPC… esa tal Diaz debe ser comunista, tienes razón.
Hombre, el hecho de que sea militante del Partido Comunista de España da alguna pista, digo yo
Sin duda. Pues ya ves ( mira mi listado ) lo que ha conseguido – no ella sola, claro – esa comunista.
Lo que se espera de un buen gobernante es que genere riqueza, trabajo, que fomente la iniciativa y el ahorro privado.
Es muy sencillo hacer esas cosas que nombras porque es en definitiva regalar dinero que no te pertenece, sin preocuparte de dónde viene, que generalmente viene de robárselo en forma de impuestos abusivos a los que generan riqueza.
En fin, que yo siendo liberal, de la noche a la mañana me podría convertir en el presidente de gobierno más socialista de la histaria, a base de ragalar dinero en forma de paguitas, aumento de sueldo mínimo, pensiones, y mil etcéteras, aunque con ello esté arruinando el país.
¿Paguitas como a Lacalle, Cantó o López Zafra? ¿O como cuando Rallo recibiendo dinero público de manos de Esperanza Aguirre? Liberales cobrando de lo público cuando no cobran del lobby liberal en lo económico.
Lo que se espera de un buen gobernante no es que se quede en uno de los medios para conseguirlo, sino que ponga el bienestar de sus gobernados como objetivo.
Ya hay que ser miserable y mediocre para seguir a estas alturas de la historia con el asustaviejas de «que vienen los comunistas» , con el daño que ha hecho y hace el capitalismo a toda la clase trabajadora.
Poderosos argumentos, James. Con usted y cuatro más con la misma retórica esa tipa no tiene nada que hacer, pero ná de ná.
Para miserable y mediocre, el comentario que te acabas de largar. No quiero ni saber como sera el autor.
Leer estos comentarios da bajón. Como si Yolanda Díaz fuese Stalin. Madre mía. Populismo de puro es ese comentario.
O quizás miserable y mediocre ser de derechas. Cualquier definición sirve para una costura y para un descosido. Medir definiciones y medir a quien uno se las dice es una postura más acorde con la complejidad social. Miserables y mediocres todos podemos serlo, aunque nos alejemos de aquello que otros definen como miserables y mediocres.
Hagiografía barata, esto es JotDown ahora.
Es muy curioso el hype que se ha montado alrededor de esta buena mujer. Toda una campaña para alzarla como gran esperanza blanca de la izquierda. Aquella que los conducirá al tan anhelado sorpasso al PSOE. Y sabiendo que uno de titiriteros que manejan los hilos es el inefable Pedro Iglesias, pues uno ya se pone en lo peor.
El problema que yo tengo con ella, y con los podemitas en general, es que me da una pereza infinita escucharla. Ese lenguaje desdoblado hasta lo ridículo, ese aire curil, esa ñoñería babosa, esa preocupación afectada por los inmensos problemas del colectivo que te quieras imaginar por pequeño que sea, ese empeño en solucionar esos problemas, reales, aumentados o directamente imaginados, a base de carreteras de dinero que se sacan de los lomos de una mayoría a la que ignoran, o desprecian, deliberadamente.
Que me quita las ganas de vivir, vamos.
A mi lo que me una da pereza que te cagas es como la derecha soluciona los problemas de un pequeño colectivo con carretadas y carretadas de dinero. Al colectivo de los empresarios amiguetes me refiero. Y con el dinero que genera otro colectivo más amplio, el de los trabajadores.
Tambien me dan pereza los «machotes» de la cultura de la cancelación y la revolución a golpes de bravuconadas de medio pelo.
La figura de Pablo Iglesias quedó calcinada en cuanto apareció manifiesta su endogamia. El votante del PP es un tipo capaz de incendiar el mundo con tal de ver asegurados sus intereses pequeñoburgueses. Le da igual que el PP sea una cantera de mafiosos. El votante de Podemos creía en la apuesta por una limpieza de las instituciones, lo que quedó en entredicho en cuanto la élite del partido, muy proclive a denunciar a la casta parasitaria, empezó a comportarse como aquello que había denunciado. Ahí comenzó una radicalización hacia un tipo de discurso de extrema izquierdas muy rancio. Tampoco ayudó nada la exhibición de la Yoko Ono del partido. Cada vez que abre la boca esa señorita, el partido se desangra en votos.
Hubo un tiempo en que a Podemos se le votó desde parte del mismo caladero donde pescaba Ciudadanos. En cuanto apareció el discurso de protección a los porreros, okupas y la delincuencia de bajo nivel, adiós a esa franja de votantes y se bajaron de ese autobús personas realmente válidas.
YD es más o menos la cara más amable de lo que queda, que no es ni mucho, ni limpio. La realidad es que el votante español es candidato a la abstención, pues a día de hoy hemos vuelto a los tiempos pre-podemitas: todo lo que se nos presenta, apesta. Probablemente en este país (y quizás en cualquiera) si votar sirviera para algo, estaría prohibido.
El PSOE es el partido hegemónico de la izquierda desde que González fue a Suresnes 1974 bendecido por Brandt y Miterrand y Llopis y Redondo tuvieron que ceder ante ese joven poco conocido. Luego la financiación en marcos alemanes (Flick, fundación Friedrich Ebert) junto al apoyo de EEUU hicieron el resto, por lo que el peligro que representaba el «Partido» (PCE) se fue diluyendo con su Eurocomunismo como bandera.
Pablo Iglesias surgió como surgen otras figuras dentro del amplio espectro político, en loor de multitudes y exceptuando puntuales críticas de parte de medios conservadores y/o liberales, cualquier discurso o gesto tenía un beneplácito sospechoso. Sospechoso porque sabemos que en TV sale quién puede salir no quién necesariamente deba. Que una vez cumplido su papel el fuego amigo fuera a fulminarlo era previsible y que quién se mueve no sale en la foto (Alfonso Guerra Dixit) también. Al final la socialdemocracia seguirá en su sitio cumpliendo Agenda y el resto…
Análisis bueno y detallado, que hace hincapié en los puntos que componen la agenda cultural y política de la izquierda, parcialmente también de la derecha en todas sus versiones.
Pero se olvida de lo más importante y crítico, que es cuál es la visión que tiene Yolanda de España. Éste es el eje del debate, como lo ha sido en Reino Unido (mirar el Brexit), lo está siendo en Alemania, en Bélgica y en muchos países. Lo demás, aunque se quiera disfrazar como de «importante», es secundario.
Un ejemplo: los derechos LGTBI+ pueden ser algo justo y necesario, pero afectan a una minoría de la población. Hay debate y tal, pero a la mayoría de la gente no le afecta, porque no pertenece a ese grupo, ni en su día a día esos derechos reconocidos van a solventar sus propios problemas de trabajo, o identidad social como grupo.
Ahora bien, señora Yolanda Diaz, responda usted claramente: ¿está usted a favor del derecho de autodeterminación, de que España se divida si una parte de ella, sin contar con el resto, así lo decide? Ojo porque a partir de cuál sea la respuesta se desencadena lo demás. Y Yolanda todavía no ha encarado esta pregunta de manera clara.
Sánchez lo ha tenido cristalino desde el principio, y eso le beneficia de cara al público: sí, negocia con partidos independentistas, indulta a presos, abre sus brazos a pactar con cualquiera a nivel local o regional, y no le avergüenza decir que las palabras de Otegui son valientes… pero tiene las líneas rojas claras, y eso genera confianza. Es una actitud paternalista, y eso genera confianza identitaria como sociedad, porque se ve a Sánchez con un tío con principios. Negociador y flexible con losdiferentes puntos de vista, pero quees respetuoso e inflexible con el cumplimiento de las Leyes en todos sus términos.
Eso que sé que de ve a Sánchez como un tío con principios….A mi me parece un maniobrero que vendería a su madre por otro fin de semana en la Moncloa. Y lo dice alguien que le votó. Claro que si lo comparas con la competencia, pues…Un PP que es la cueva de Ali babá y eligen al más tonto y más mediocre que pasaba por allí para ponerlo al frente. PODEMOS es una asamblea de instituto manejada por los más gritones y postureros. Pancartas, eslóganes y la nada con gaseosa. Ciudadanos…..Madre mía ciudadanos…. Vox es algo rancio hasta con estándares de hace 50 años. Tienen un un aire gangsteril que ya, ya. Y ya después aparecen todos esos grupúsculos de yo soy de Somormujos del Páramo de Abajo y hay que tener en cuenta nuestros hechos diferenciales, nuestros derechos ancestrales, nuestras pisoteadas tradiciones y lenguas vernáculas y nuestro derecho a la autodeterminación, reconocimiento y proyección internacional. Pero de ahí a decir que Sánchez tiene principios y es alguien que inspira confianza…..A mi tanta como un crótalo del Missisippi.
Textualmente he dicho que «se ve a Sánchez…», no que lo sea. En política es tan importante la cáscara como el contenido, si no más. Y Sánchez, al menos en el tema de la autodeterminación, por ahora ha sido claro.
Y eso no le quita y, sobre todo no le quita muchos votos. Porque mucho socialista de pro tiene algo a lo que agarrarse con él, a la hora de defenderle.
Tu pregunta me parece una trampa.
La independencia es el tema transversal de esta sociedad llamada España?
Qué pesadez.
Después del empleo y del comer, lo es. Pero no por Cataluña en sí, sino por lo que está en juego, para una parte y la otra.
Si no, ¿de qué iba a ser el tema catalán y sus partidos lo que más portadas de diarios nacionales en los últimos 5 años ha tenido?
‘En Vistalegre sospechan que Yolanda Díaz les haga lo mismo que Iglesias a Izquierda Unida y al Partido Comunista: lanzarles una OPA hostil, reconfigurar su partido a su antojo, y quedarse con los cuadros que le interesan.»
Efectivamente: los extremistas de izquierda están cagaditos ante la posibilidad de que Díaz decida los cargos a su antojo, se quede con los que le interesen, y al resto los mande de vuelta al paro y a los kolektibos alternativos. Que hay mucha hipoteca que pagar, paya…
Con cabezas visibles como Yolanda e Ione, con el discurso cursi, simplón y tremendamente infantil que se gastan, ya se pueden dar con un canto en los dientes si llegan a un 8% de los votos. Una vez caiga UP, los siguientes son Vox, aunque con mayor apoyo en las urnas tardarán un poco más.
En estos análisis creemos que todo va a ser como antes, hablamos de debate cultural cuando realmente hay un debate económico de fin de ciclo al fondo. El dogma neoliberal del crecimiento infinito se ha agotado y la crisis energética ha venido para quedarse. El bipartidismo si vuelve volverá a caer porque es un sistema que ya se ha visto superado por la situación de crisis, ahora bien la cuestión es cuanto aguantará todo el sistema del 78. Ahí sí, hagan sus apuestas.
Con Lemoniz I y II, y Valdecaballeros i y II en activo, y centrales de nueva generación en estudio de viabilidad, la crisis energética no se quedaría. De aquellos polvos, estos lodos.
También sería prudente dejar de invertir en la fabricación de automóviles.
No sé Rick, algo falla! Francia obtiene la mayor parte de su energía de las nucleares y también está pasando por esa crisis energética con los precios disparados.
Ese argumento estaría bien sino fuera porque Francia está pasando por la misma crisis y tiene más del 60% de su producción generada por nucleares. No sé Rick, algo falla.
Yolanda Diaz la que escribió en su tuiter «Con Fidel Castro caminaron y caminarán los pueblos. ¡Cuba va!».
Si su inspiración es el mayor pozo de miseria y represión de hispanoamérica ¿qué esperar de tal cerebrito?
A estas alturas de la película. Qué verguenza. Lo del votante de izquierdas español es de estudio antropológico.
¿Y no cree usted que el votante de izquierdas la vota por la subida del smi, su capacidad de diálogo, los ertes o su compromiso de derogar esa infamia a los trabajadores que fue la reforma laboral? ¿No cree usted que la votan porque ese es el camino hacia una sociedad democrática e igualitaria, y no un remedo del medievo donde las grandes corporaciones son los señores feudales?.
Yolanda Díaz milita en el PCe, y afirma sin rubor que el comunismo «defiende la democracia y la libertad» refiriéndose a la misma ideología que más miseria, hambre y genocidio ha provocado a la clase trabajadora en los últimos 100 años. Yolanda Díaz aplica políticas de la cultura del subsidio, de la paguita, de la subvención, de darle dinero a colectivos que quieren vivir a base de parasitar a la sociedad productiva y arruinar a trabajadores, autónomos y empresas. Las políticas de gasto infinito y deuda aún más infinita. Las mismas políticas que han tenido un éxito notable en Hispanoamérica a la hora de generar pobreza al por mayor. Esas mismas políticas que ven a la empresa como un problema y no una solución.
Pero no, Yolanda Díaz no es comunista, ni mediocre ni miserable. Pueden ustedes dormir tranquilos.
Haría bien en recordar alguno que los derechos sociales y laborales tienen su orígen en la izquierda y la lucha obrera.
Más bien en el temor a que Stalin se zampara Europa. Fue en el período de entre guerras, cuando los empresaurios franceses, acojonados por el creciente ascenso del partido comunista entre un electorado tradicionalmente facha, racista y antisemita, ofrecieron a los obreros un mes de vacaciones pagadas al año. Tenían claro que la internacional socialista del PKUS amenazaba con barrerles del mapa. No era la lucha obrera lo que temían, sino al georgiano.
Acción y reacción. Hay que retrotraerse a movimientos como la Comuna de París que fue para muchos gobiernos un toque de atención para entender que el progreso material era de todos o no era.
Yolanda Díaz, en mi opinión, es una «boomer» con un discurso propio de los años 80 y 90, heredado del sindicalismo de la huelga general del 88, salvo por el (finísimo) barniz que da el llamado lenguaje inclusivo, y los tics feministas.
Si esta mujer es la gran esperanza de la izquierda alternativa al PSC, les deseo un próspero y rápido funeral.
Vale. La gran esperanza de la derecha es, por lo visto, D. Ayuso, una gestora tan buenísima que ha conseguido, tras arduo esfuerzo, situar a Madrid en primer lugar de España y uno de los primeros de Europa en… muertos por la Covid. No sólo eso, sino que además podían ir a tomar cañas, algo que en el resto de España no nos gusta ni sabemos lo que es.
El éxito electoral de Ayuso me ha sacado de mi sueño dogmático. Hasta entonces tenía a mis compatriotas por más inteligentes. Hube de reconocer lo obvio: los españoles constituimos un pueblo bastante cateto y estúpido. Normal que Puchi y los suyos pretendan otra cosa.
Otra cosa igual de cateta y estúpida, viendo los gobernantes y los representantes que tienen los independentistas…
En el fondo, muy muy iguales.
Seguramente. Todas las opciones apestan. Es que no hay un p. partido decente al que poder votar.
Una noticia de hoy sobre esta tipa:
https://www.publico.es/actualidad/frente-amplio-alla-proyecto-yolanda-diaz.html
donde nos dicen con toda tranquilidad que «el proyecto de la vicepresidenta presenta semejanzas a otras candidaturas transversales llevadas a cabo en Europa y América Latina». Pero vamos a ver, nadie con dos dedos de frente quiere parecerse ni lo más mínimo a América Latina. Y es que además nos ponen como referencia a los Kirchner o a Boric!!!!! Esta gente está desquiciada y nos quiere arrastrar a la ruina.
Y mientras tanto en jotdown nos la presentan como una persona moderada y razonable. Habéis perdido el norte.
Cómo decía Cayo Lara, «los comunistas llevan aquí mucho tiempo». Qué no pasa nada porque haya ideas diferentes a las vuestras.
Votemos y ya.
Qué pesadilla ideológica por dios y la virgen.
Vienen los comunistas, se avecinan tiempos de hambre como así ha sido siempre con ellos. Unidos a la crisis energética y logística…vayánse preparando para el gran apagón. Yo ya tengo la despensa repleta de bienes imperecederos así como comida de emergencia que he comprado en Amazon, una especie de galletas con todo tipo de vitaminas.
Vienen los comunistas, y han llegado para quedarse. Esta gente no tiene ni idea de gobernar solo de someter a aquellos que no siguen su idelogía.
Hacen falta verdaderos estadistas para desafiarlos, y solo se me ocurre a alguien actualmente que pueda combatirlos de cualquier modo, efectivamente, me han leído la mente: Santiago Abascal.
Al menos él no tiene pelos en la lengua, llama a las cosas por su nombre y promete liberarnos de la dictadura de lo políticamemte correcto, la superioridad intelectual de la progresía y del dominio del lobby LGTB.
La señora Díaz impondrá el modelo obsoleto cubano, por lo que se avecina el mayor colapso de la Historia de España, abriendo nuestra frontera de par en par como en Melilla. El Presidente Sánchez se dejará arrastrar por la popularidad de la comunista en lo que será el mayor error político de la Historia de España, solo superado por la victoria de ZP tras el 11-M.
Aún así después de la pandemia no deseo mal a nadie, ni a los comunistas realmente, pues hay que perdonar para ser perdonados especialmente en nuestro país cainita.
Mucha salud
….Y de manera similar Hitler ganó las elecciones.
Por poner el acento en un chivo expiatorio, los inmigrantes, no van a desaparecer los problemas. Lo están mistificando.
Abascal un estadista… con un par. Vienen los comunistas y para combatirlos no se me ocurre nada mejor que la tropa de Vox. Y así nos va.
Ya me dirás a mí cómo le explicas al electorado del 2015 eso de abstenerse y dejar gobernar al PSOE. Cuando se prometían los cielos y echar a la casta. Eso sí que habría sido inmolarse en TV en directo.
Jotdown blanqueando el COMUNISMO SECTARIO ANTICOSNTITUCIONAL.
Para eso ya está la revista CTX, donde escribe el Marqués de Galapagar comunista millonario.
Un poco de seriedad, Jotdown, tampoco se está pidiendo que nada más…
Recordemos que el PSOE del psicópata-narcisista «Falconetti Cum-Fraude» es el que se dedica a pactar con Filo-Etarras (BILDU) y con Supremacistas Racista catalanes (Junts, ERC); todos compinchados para saquear las arcas públicas a cambio de mantenerse en el poder. En cuanto a «Pudimos», se fueron por el retrete de la historia debido al Despotismo de los Marqueses de Galapagar, que se dedicaron a cortar cabezas de su propio partido como medio de supervivencia.
Un saludo.
¿Cómo va? ¿Con mayúsculas tiene más razón?
«Marqués de Galapagar», «comunista millonario», «psicópata-narcisista “Falconetti Cum-Fraude”», «Filo-Etarras», «Supremacistas Racista catalanes», “Pudimos”… El demagogo Losantos y su «lingua tertii imperii» ha hecho escuela. Basta ser un imbécil para convertirse en repetidor de demagogia tan barata.
A propósito del saqueo de las arcas públicas, eche un vistazo a los logros del PP, en particular a la máquina de privatizaciones de empresas públicas y rescates bancarios.
Subir el sueldo mínimo interprofesional, derogar una lesiva legislación laboral, regular un mercado de la vivienda que es prohibitivo para grandes sectores de esta sociedad… Eso no es comunismo, son medidas que cualquier socialdemócrata de los 60,70 y 80 propondría y que entran dentro de la sensatez de cualquier estado social y democrático, que es la definición de España que da la Constitución. Pero aquí alguno pone el grito en el cielo de una forma bastante sobreactuada e histérica a base del grito «¡qué vienen los comunistas! «. Nos dejamos llevar por los discursos extremos sin razonar que España no puede ser solo lo que diga el interés económico de un sector de éste país, interés qué aunque hegemónico en su difusión es realmente minoritario.
Subir sueldos mínimos sin respaldo de aumento de la productividad, una legislación laboral lamentable que ha hecho de este país el top del paro desde que estamos en la unión europea, una regulación de la vivienda que estrangula la oferta, no satisface la demanda y nos machaca a impuestos y a inseguridad jurídica…. no venga usted a hablar de sensatez, oiga.
Este país tiene que cambiar desde lo más profundo, las empresas no son el problema sino la solución. El problema que tenemos, nuestro principal problema, son los políticos, la ingerencia de la política en la sociedad civil. Menos políticos, menos Estado, menos impuestos, menos cultura del subsidio, y más sociedad civil, más productividad empresarial y más prosperidad.
Vaya, va a ser que el top de paro lo tuvimos con Rajoy tras la reforma laboral.
https://datosmacro.expansion.com/paro/espana?sc=LAB-
Y no nos engañemos, a muchos empresarios les ha beneficiado que haya paro para meter el miedo a los trabajadores: » Si tu no te avienes a estas condiciones ya pondré a otro que lo haga».
La única mejora en productividad la ha pagado el trabajador y no la empresa con unos medios y unos jefes que en muchas ocasiones da vergüenza verlos. Aquí, y para que engañarnos en todo el mundo, la cultura empresarial se entiende como cultura del pelotazo, de la irresponsabilidad y de esperar el rescate de lo publico si las cosas no van bien. Privatizar beneficios y socializar las pérdidas.
Por último pero no menos importante: Lo contrario a la política es la tiranía. Es curioso esa alianza entre el liberal patrio que pide menos Estado (y subvenciones europeas) y los regímenes que dejan mucho que desear en su aspecto democrático. Liberal en lo económico y reaccionario en lo demás.
Me limito a los hechos. Segunda subida del SMI sin nngún consenso. Efectos de la subida del año pasado, negativos, según informe del Banco de España. Reforma labooral, proyecto, sin ningún consenso.
Falta de trabajadores para cubrir puestos en la construcción, dice que es por los sueldos, desconocimiento, el convenio es un 40 % más alto que la media, lo admiten los sindicatos.
SEPE, ninguna reforma ni tecnológica ni de adecuación a la realidad, Ni intento
Riders, contestadísimo decreto por lo propios trabajadores, en base a sentencia de hace años que no comtempla los cambios de las plataformas.
No veo eficacia ninguna. Solo a simple vista, pues no es una bocazas, viste con dignidad e intenta gestionar aunque malamente-
El Banco de España, ese organismo tan imparcial que enseguida vé cuando los trabajadores cobran demasiado, pero no vió cuando los bancos españoles necesitaban un rescate de miles de millones de euros ( por cierto, esa precisamente es su tarea )
¿ Reforma laboral sin consenso ? ¿ Y la de Rajoy, sí tuvo consenso ?
¿Que consenso tuvo la reforma laboral de Rajoy? ¿La que impuso una mayoría absoluta de un país maltratado por la crisis?
Pedís consenso cuando son los empresarios, pero si son sindicatos ajo y agua.
Conviene revisar conceptos, cualidades, actitudes. A nivel individual y/o colectivo:
Asertividad. Ecuanimidad. Empatía. Respeto. Sensatez. Serenidad. Veracidad …
Salud/os.
Magnífico comentario. Tan bueno, que serviría para prácticamente cualquier artículo de JD.
https://elpais.com/economia/2021-10-11/david-card-joshua-d-angrist-y-guido-w-imbens-ganan-el-premio-nobel-de-economia-2021.html
Se me pasaba ¿qué regulación tiene el mercado de la vivienda? ¿En un país con experiencia en explotar burbujas inmobiliarias?¿ No tenemos memoria?
Callaos todos, coño. Qué aburrido me tenéis
No se los demas, pero a mi me sorprende la decadencia de vuestros comentarios. Comenten cuando tengan algo que aportar, sino callense.
Hombre, ominoso lo que se dice ominoso va siendo esta pesadilla sanchista: el tipo más inepto y mentiroso que ha dado la política española desde Franco. Era difícil superar a Aznar pero el psoe actual gana por goleada.
Iglesias no es exfundador de Unidas Podemos. Habrá dejado de ser su líder, pero no su fundador.
Yolanda es la nada. No tiene discurso y para contrarrestarlo habla bajito y con tono de sacerdote católico. Pero a la mínima que la escuchas te das cuenta de que esa cabeza está vacía y ni siquiera es capaz de hilar un discurso medianamente inteligible; no hay más que ver que los periodistas tienen que inventar palabras para intentar que lo que dice tiene cierto sentido aunque sea gramatical. Pero la pobre no es nada inteligente. Es verdad que los medios le están haciendo el trabajo de venderla como la nueva mesías, pero sinceramente no creo que ni de coña iguale los ¿25? diputados que son en UP. Se van a quedar muy lejos de la 3ª fuerza que creo que es Vox ahora mismo.
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