En cierto momento de la saga original de Dune, que se prolonga durante miles de años a lo largo de seis novelas, la acción se traslada a un palacio descrito como «la estructura artificial más grande construida en toda la historia de la humanidad». Se nos dice que aquel edificio tiene varios kilómetros de altura y que su amplitud es tal que las diez ciudades más grandes del imperio cabrían juntas bajo su techo —un imperio, dese cuenta, que abarca todo el universo conocido; imagine el tamaño que deben tener esas diez ciudades—. Solo los cortesanos de aquel palacio, cuenta Frank Herbert, suman treinta y cinco millones de almas. Eso es toda la población de Polonia o la de Marruecos alojada en un único edificio.
¿Me sigue? Hay escritores con tendencia a la grandiosidad, los hay maximalistas convencidos y luego está Frank Herbert.
Cuando vaya al cine a ver la adaptación de Dune que se acaba de estrenar —y nuestro primer consejo es ese: que vaya a verla al cine— le dará la impresión a usted de que todo en esa película tiene un tamaño descomunal, empezando por las naves espaciales y acabando por los famosos gusanos de arena de Arrakis. Quizá le tiente pensar que Denis Villeneuve, su director, está exagerando con la escala y que quiere comprarle a usted con tanta grandeza. Eso mismo dicen ya algunas de las reseñas más críticas con la película: que peca de enormidad, que de tan grande como es, resulta abrumadora. No les queremos quitar la razón: es verdaderamente gigantesca, es una cosa que quita el sentido de lo grande que es. Pero es que Dune es grande y si no es grande, no es Dune.
Le pongo en antecedentes. Un universo, el mismo que habitamos usted y yo, solo que dentro de veinte mil años y pico. Un emperador y una serie de casas nobles en un escenario geopolítico —la palabra correcta sería cosmopolítico, disculpe usted que nos pongamos estupendos— que recuerda decididamente al régimen feudal. La historia de Dune arranca cuando el emperador ordena a la dinastía Harkonnen retirarse del planeta Arrakis, también conocido como Dune, y concede ese feudo a la casa Atreides. Se diría que es un giro afortunado para los segundos: el planeta-desierto de Arrakis es un entorno hostil para la vida que quedó a medio terraformar en el pasado, pero es el único donde se produce algo llamado melange o especia, la sustancia más valiosa del universo, indispensable para acometer los viajes interestelares. Sin embargo, pronto se hace evidente que la regalía del emperador lo es solamente en apariencia. En realidad, la operación ha sido orquestada para provocar la caída en desgracia del duque Leto Atreides y de su único hijo y heredero, Paul Atreides.
Visto así, Dune no parece ser gran cosa. Una historia más, la enésima, sobre guerras entre aristócratas, herederos desposeídos y usurpadores derrocados. Cambie un poco los apellidos, póngale unos cuantos caballos y esto es Juego de tronos o la leyenda de Robin Hood. Pero es que Dune no se puede ver así. Lo que confiere a Dune su valor, lo que la convierte en una obra maestra de la literatura y no meramente del género de la ciencia ficción, es su cualidad de tratado político, histórico y antropológico, por más que esté escrito con el lenguaje de la ficción. Desde el punto de vista taxonómico, Dune tiene más que ver con Utopía de Tomás Moro o La nueva Atlántida de Bacon que con una epopeya clásica; y desde el punto de vista literario, Dune solo se puede comparar con una entre las grandes sagas de ciencia ficción: con la Fundación de Asimov. En Dune, al igual que en Fundación, los giros de la historia no tienen lugar por azar, sino que son el resultado de la inevitabilidad. Y eso es porque en Dune, al igual que en Fundación, el verdadero tema central es lo atemporal, lo inamovible y lo eterno. Todo aquello, bueno y malo, espiritual y primario, que nos es tan consustancial a los seres humanos como para poder dar por sentado que lo seguiremos haciendo dentro de veinte mil años. Si quiere usted la lista completa de nuestras miserias transhistóricas tendrá que leer el libro; yo me veo incapaz ponerlo en pocas palabras, como tendría que hacerlo aquí. Deme usted tres horas, una pizarra con rotuladores borra-magic de varios colores y tres botellines de agua y a lo mejor empezaríamos a rascar la superficie.
Sobre la película de Villeneuve que acaba de estrenarse en cines esto es lo peor que alcanzamos a decir: que no es perfecta. Villeneuve ha partido Dune en dos, le ha dedicado dos horas y media de reloj solo a la primera mitad del libro y, aun así, se aprecia un tono un tanto atropellado en algún tramo de su película. Las cosas son demasiadas y ocurren demasiado rápido. Si se lo quiere reprochar, está usted en su derecho: constituye un atentado en toda regla contra las leyes formales de la sintaxis cinematográfica. Nosotros no vamos a hacerlo. Era eso o cascarse cinco horas de película, una violación incluso peor de los convencionalismos del cine. Además, la cinta supera con brillantez el verdadero reto al que se enfrentaba: trasladar a la pantalla las alegorías históricas de la novela y respetar su cualidad embrollada, que es precisamente lo que convierte a Dune en una fábula metahistórica. Sobre todo, la de Arrakis como el Oriente Medio de la actualidad, el del petróleo; simultáneamente, el Oriente Medio medieval, el de las guerras santas; y, simultáneamente, el Oriente Medio de la Antigüedad, el que producía profetas y mesías.
Villeneuve no ha podado Dune ni lo ha simplificado para facilitar su manejo; no ha desenmarañado las ideas para que el espectador de cine —mucho más quejica y llorón que el lector de libros; no se ofenda usted o me estará dando la razón— pueda digerirlas como si fueran un potito. En otras palabras: que Villeneuve no le toma a usted por tonto. Y es perfectamente consciente de que tiene en las manos una garrafa con nitroglicerina. Un paso en falso, una comparación burda y mal traída con Jesucristo o con la invasión de Afganistán y, bum, a tomar todo por el saco. Dune, la historia, es como Dune, el planeta: traicionero, peligroso y jodidísimo. Que se lo digan a David Lynch.
No piense en la Dune de Villeneuve como la obra de un autor; piense en la ejecución del más esforzado intérprete, aquel que trata la partitura con reverencia y lo pone todo de su parte para hacer que suene exactamente como indicó el autor. Por lo general, una buena adaptación no es la que traslada el libro a la pantalla con más literalidad, sino la que se propone ser una película mejor, pero Dune, cosa rarísima, es las dos cosas a la vez: un peliculón y una adaptación muy fiel del texto literario. Le dejo una apreciación personal: solo dos veces en mi vida me ha ocurrido que vea una adaptación y que todo o casi todo tenga el aspecto que imaginé al leer el libro. La primera fue con El Señor de los Anillos. La segunda, con Dune.
Tenga en cuenta, eso sí, que esto es solo una primera parte y que la película carece de un final. Por más que la campaña de promoción repita con machaconería que esta película se llama «Dune», eso no es verdad. Se llama «Dune: primera parte» y después de ella vendrá la segunda, que solo empezará a rodarse, dicen, si esta primera entrega no se marca un blufaco antológico en taquilla. También hay una serie de televisión en marcha, La Hermandad, de la que no sabemos mucho todavía, solo que sería una precuela centrada en el mundo de la Bene Gesserit y que podría adaptar uno de los volúmenes escritos por el hijo de Frank Herbert, Brian Herbert, y Kevin J. Anderson. Mucha leña en el fuego, mucha carne en el asador, mucha fe en que las salas de cine volverán a estar abarrotadas dentro de poco y en que pronto será 2019 de nuevo. Aquí somos pesimistas con eso. En circunstancias normales, Dune arrasaría en taquilla, pero las circunstancias son de todo menos normales. Ojalá nos equivoquemos. Si alguna película mereció alguna vez no quedarse a medias, esa es la Dune de Villeneuve. El tiempo dirá.
Me encanta la reseña que has hecho.
Me gusta todo lo que ha hecho Villeneuve.
No he leído las novelas. Defiendo la película de Linch y me encanta este nuevo Dune, primera parte.
Al cine!!
LaS novelaS, así en plural, las puedes obviar. Pero Dune debes leerla sí o sí, es simplemente magnífica.
La original y la secuela si son de rigor. la tercera y la cuarta son buenas a secas, y las ultimas dos originales de Herbert son un bodrio.
Y evitar como la plaga los libros del hijo y de Anderson.
Interesante comentario.
Cuando salieron las lineas de crédito a mí solo me quedaron ganas de volver a verla, de que se haga rápidamente la segunda parte y de que, ¡qué narices!, se hagan películas de la saga entera si son como ésta de buenas.
Lo malo: ni creo que Villeneuve quiera atreverse a tanto, ni Warner, ni el público. Así que me contentaré con que hay libros, y que en ellos puedo encontrar lo que de alguna forma necesito después de esta gran experiencia cinematográfica: sumergirme a fondo en el universo Dune.
Una película no es larga o corta si su narrativa lo justifica. No he leído la saga Dune pero creo que una película debe ser independiente de la novela y tener entidad por sí misma.
En esta película hay un par de buenos actores, bonitas imágenes de desiertos y naves espaciales, un reciclaje estético de la de Lynch y una banda sonora absolutamente insoportable que no para de enfatizar la falta de cohesión de los elementos dando drama hasta a la escena entre Mufasa y Simba. La crítica dice que no se trata de un potito, estoy de acuerdo, más bien es una hamburguesa. De las de 15 pavos. La hamburguesa como alta cocina. Un sueño repetido siete veces (con esa imagen plagiada de una famosa portada del NG), escenas de pelea cuerpo a cuerpo repetidas. Una narrativa soporífera, aún más lenta e intrascendente que en el destrozo hecho a Blade Runner. Las referencias afganas tienen la sutileza de un AK-47, solo falta que en el DVD nos muestren a Villeneuve con un megáfono gritando «MIRADME COMO HAGO CRÍTICA SOCIAL NO COMO MARVEL».
Un auténtico bodrio con pretensiones.
Y alguna película que te guste? Por aprender digo….
Miles. Sin ir más lejos Blade Runner es de mis favoritas y precisamente la continuación de Villeneuve peca de lo mismo que esta versión de Dune, grandilocuencia vacía y aburrida. Villeneuve coge un buen elenco (excluyendo a Momoa) y millones de dólares de efectos especiales para hacer una introducción de hora y media, repetir escenas una y otra vez y no contar ni transmitir nada. Aparte de las escenas calcadas de la de Lynch (quien a diferencia del canadiense no tuvo libertad creativa alguna). Y sin olvidar el par de momentos «cómicos» con chistes de vergüenza ajena para contentar al público adolescente.
De hecho este artículo me ha dado más ganas de leerme los libros que la película.
Muy de acuerdo con tus apreciaciones, Maikeljota. Mi película más esperada este año resultó una decepción. Me parece una introducción eterna a algo que está por llegar: pasan montones de cosas pero nada argumentalmente relevante. Como en ya tantas películas actuales, hecho en falta un trabajo de síntesis desde su concepción. Ni siquiera me sorprende visualmente, y el tono de extrañeza que suele dominar las películas de Villeneuve brilla por su ausencia. Quitando cuatro apuntes oscuros (como las levitaciones del barón), muy poco arriesgada. La peor de su director (a falta de ver Maelström). Y con MILES de ralentíes por minuto.
Pues esperaba más de esta película y su director,la verdad.Por poner un ejemplo uno de los grandes protagonistas del libro y la historia son los gusanos de arena y en este aspecto le da mil vueltas la película de 1984.
Oh! Otro espécimen «No he leído la saga Dune pero…». Pero me siento lo suficientemente seguro de mí mismo para afirmar que es un bodrio (y pensar por ende que, los que sí la han leído y piensan que es un producto de muy buena calidad, son unos descerebrados). Pues mire, no. Parece que el que está atiborrado de comida basura es usted y sus propios regüeldos, sobrevenidos sin ton ni son, le desdibujan esta maravillosa preparación culinaria. Le deseo muy buena suerte y un poco de antiácido.
«No debo tener miedo. El miedo mata la mente. El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total. Afrontaré mi
miedo. Permitiré que pase sobre mí y a través de mí. Y cuando haya pasado giraré mi ojo interior para escrutar su camino. Allá
donde haya pasado el miedo ya no habrá nada. Sólo estaré yo” – Paul Atreides.
Frases si las hay. . .
Muy buena reseña. Vamos a por la segunda parte o por los libros.
Es la letanía del miedo de la Bene Gesserit. No es de Paul Atreides.
Soy muy fan de Dune. Me he leído todos los libros incluyendo precuelas y secuelas. Mi favorito es el primero de Frank Herbert: Dune.
Te aconsejo que lo leas, no te arrepentirás.
Un saludo
Muchas gracias Mertxe. Voy a leerlo.
Tomo tu consejo.
Pero antes. . . leeré «El Invencible» de Lem.
Un saludo.
Como ha dicho, si esta maravilla no arrasa absolutamente en taquilla, será por la coyuntura pandémica. Teniendo en cuenta el hambre de segunda parte que nos ha dejado a todos, y que, para cuando se estrenara esa segunda parte, lo normal será que el efecto pandemia sea ya imperceptible, lo lógico es pensar que se hará la segunda parte. Solo el factor Warner me provoca alguna duda. Ellos sabrán lo que hacen, pero como al final no la hagan, me reservo el derecho a quemarles los estudios, que el hambre es muy mala :-)
No hay Navegantes de la Cofradía en la Dune de Villeneuve, y eso sí que no. Por cierto que no sabía que eran una evolución de humanos.
Los navegantes son humanos ligeramente mutados, que consumen grandes cantidades de especia para alcanzar una presciencia limitada que les permite que el viaje interestelar sea seguro. Y por desgracia, no son de un aspecto tan chungo como el de la Dune de Lynch.
Se supone que, en cierto momento de la historia humana, hubo un esfuerzo por parte de ciertos movimientos por desvincularse de la necesidad cada vez mayor que generaban las máquinas. Uno de esos movimientos fue el de la cofradía de navegantes, cuyos miembros desarrollaron, gracias en parte a la especia, facultades mentales excepcionales centradas sobretodo en el ámbito matemático.
El otro movimiento que produjo la escisión con las máquinas fue el de las Bene gesserit.
Y los mentat. Y la Bene Tleilax.
A mi me gustó el video juego de 1992 titulado «Dune» para MS-DOS editado por Virgin Games, Ltd.. Era una peli en primera persona y lo pasé por completo. Por supuesto no volvería a jugarlo, pues todos esos juegos están obsoletos y lo único que conseguiría sería destrozar el buen recuerdo que tengo. La peli de 1984 me resultó imposible de ver, como si hubieran hecho el montaje con el culo. No sabía que hubiera una nueva. Habrá que echarle un vistazo.
Gracias por la noticia.
Dune (2021): Peliculón. Igual que el desafío de BR2049 era complicado y Villeneuve salió airoso aunque sobraba media hora, aquí no sobra metraje. Por poner algún pero, las batallas cuerpo a cuerpo y el malo, demasiado lineal. No obstante, es una primera parte (no es spoiler, se dice en los créditos iniciales). Los que hemos leído el libro no podemos decir que no es fiel, lo cual no tiene por qué ser necesariamente bueno. En este caso es mejor, porque explica con claridad cosas que en la escritura resultan abstractas. No entiendo a quienes dicen que es aburrida o vacía o que las interpretaciones son planas: Chalamet está fantástico y Ferguson también, y ellos son los que cuentan, pues llevan el peso de esta primera parte. Es una película blockbuster rara, porque trata al espectador como adulto a diferencia de Star Wars y las memeces Marvel. No sé si es el mejor (para mí sí) director, pero lo que es indiscutible es que Villeneuve es el cineasta más versátil que hay. 8/10.
Yo he ido a verla y me ha gustado la película y la banda sonora ,ahora esperar la segunda parte
Saludos.
He visto la película. Villeneuve como siempre un 11/10 en el tema de la fotografía. Espectaculares entornos y construcciones, detalles de los «ornis» y naves espaciales.
El guión, fiel al libro aunque no recuerdo que dama Jessica llorara tanto. Me ha faltado que el protagonista recitara por si mismo el mantra sobre el miedo.
La banda sonora…. Soy fan de Zimmer desde hace años… Pero si sigue así ya se podría haber retirado. DECEPCIONANTE, MUY DECEPCIONANTE. Cuatro acordes tirados y mucho estruendo. Ninguna melodía mínimamente tarareable a parte del amago arábico que aparece en los trailers de la película (y que no es más que eso, no tiene continuidad en el film).
Hecho de menos al Zimmer de Gladiator, había imaginado que ante una película como ésta se habría puesto las pilas.
En resumen, me ha gustado y solo me ha faltado que durara 2 horas y media más (para ver el final!!) pero no puedo evitar las opiniones negativas que os estoy expresando.
La peli de Lynch tenía muchas cosas negativas (entre ellas que no era fácil hacer algo de este calibre visual y tecnológico en los 80) pero tener una banda sonora reconocible, unos pensamientos (muy discutido por la crítica en su momento) pero señores: los pensamientos están en el libro!!! Están en la historia!! Villeneuve hace su parte para evitar caer en una comparación similar. En eso y en muchas otras cosas que podrían considerarse escenas estudiadas y refilmadas.
Esperando a la segunda parte con entusiasmo!!
A mí me ha encantado. Le podría poner algunas pegas, pero creo que la empresa era tan inmensamente compleja que las acepto por lo que me ha hecho gozar y aplaudir al final. Cierto que para valorarla completamente habrá que esperar a la segunda parte, que espero muy mucho que se haga. Ahí confío que Warner apueste más por la convicción de acabar lo empezado y hacer algo que deje impronta y que no se fije tanto en los números. Entiendo que si es un batacazo monumental no hagan la segunda, pero a poco que más o menos recuperen algo de dinero espero que se mojen, porque, al fin y al cabo, una empresa cultural, que produce cultura, debería mirar muchas más cosas que el mero beneficio (sin el cual, evidentemente sería inviable).
«Villeneuve no ha podado Dune ni lo ha simplificado para facilitar su manejo; no ha desenmarañado las ideas para que el espectador de cine —mucho más quejica y llorón que el lector de libros; no se ofenda usted o me estará dando la razón— pueda digerirlas como si fueran un potito.»
Pero es que no podía hacerlo. Ya lo intentó Lynch y su fracaso demostró que ese camino era imposible. Villeneuve ha tomado la única alternativa que quedaba. Y sólo el tiempo dirá si es una buena idea.
Unas pequeñas aclaraciones: Dune, en realidad son Tres Novelas cortas: Libro Primero: Dune, Libro Segundo: Muad’Dib, Libro Tercero: El Profeta. Si puede, y tiene el impacto en taquilla suficiente (todo parece indicar que asi será) Villeneuve hará una trilogía, de modo que tenemos Atreides para rato.
Respecto al tema de la escala de la novela: El redactor se queda corto con la escala. Dune, como muchos saben ya, pero otros tantos aun desconocen, es tan solo la piedra fundacional de una saga mucho mayor que se extiende MILES de años en el tiempo. Dicho de otra manera: Dune es la chispa inicial de un incendio de proporciones cósmicas. Lo ocurrido durante la caida en desgracia y el Ascenso de Paul Atreides tendrá unos ecos que en un principio, el lector (o el espectador en este caso) no puede ni siquiera entrever.
Ojalá Villeneuve sepa plasmar con acierto todo lo que Dune puede abarcar para que el Duniverso pueda ver por fin una adaptación fiel y en toda su extensión.
Un frikazo de Dune
P.D: Mañana voy a verla.
La fui a ver con dos amigos. Uno de mi edad que, como yo, leyó los 3 o 4 primeros libros de Frank Herbert pero no el resto, y ha visto la película de David Lynch (y jugado al videojuego); y otro, más joven, que se encontró hace tiempo con los libros de Dune pero los escritos por el hijo, y solo más adelante leyó los del padre. Es muy fan de la saga pero curiosamente le gustan más los libros del hijo, supongo que porque fueron su punto de entrada. No había visto la película de David Lynch ni el videojuego.
A los cuarentañeros nos gustó, sin más, pero nos quedamos a medias (y no porque fuese solo la primera parte). A mi personalmente me parece muy poco arriesgada, y me cuesta sustraerme del encanto de la estética barroca que usó Lynch. Entiendo que Villeneuve tiene que diferenciarse, y aunque mantiene algunos elementos de forma discreta y es desde luego espectacular, en cuanto a lo visual y al diseño de naves, escenarios y vestuario, el universo de Dune me pide algo más de originalidad y fantasía que lo que ofrece el estilo tan limpio, industrial y como de tiralíneas característico del canadiense. Este estilo me gustó mucho en The Arrival, me pareció correcto en Blade Runner 2046 y me empieza a cansar un poco en Dune, donde creo que no termina de funcionar.
En particular, para mí la extravagancia brutal de los Harkonnen de Lynch les casa mucho mejor que la sobria oscuridad de la que les dota Villeneuve. Los ornitópteros son básicamente helicópteros de combate Apache con alas, algo que quedaría bien en el universo de Alien pero aquí demuestra poca ambición y originalidad estética. Y lo mismo ocurre con el aspecto de Arrakeen, la ciudad, que podría reutilizarse fácilmente en cualquier otra película de ciencia-ficción genérica.
En cuanto a la historia y el desarrollo de personajes, tampoco aquí es que se arriesgue mucho y en muchos momentos lo mejor que puede decirse es que es una sucesión de eventos. La película me gustó porque es Dune y porque es correcta (magnífica fotografía, buen espectáculo, no hay cagadas de guion o de actores). Pero nada más.
A este amigo más joven en cambio, la película le alucinó. Y no lo digo como una crítica en plan “estos jóvenes no saben lo que es güeno de verdad”, si no que entiendo que al final, la experiencia y el bagaje que todos llevamos en la memoria nos moldea a la hora de valorar un mismo producto cultural.
Claro turpin, es que el cine además de arte es un negocio, y hacer pelis cuesta dinero, mucho dinero.
Eso a los europeos muchas veces se nos olvida, a los americanos no.
Esta nueva saga no va dirigida a los cuarentones que vimos la versión de Lynch o leímos los libros, sino a los jóvenes que por primera vez se acercan a Dune.
Por eso a muchos lo que vimos ya nos sonaba familiar, no nos dijo nada nuevo y dos horas y pico nos supieron a poco. Pero a los jóvenes les enganchó.
Como anécdota fui con mis hijas al cine, y ellas se quedaron con ganas de ver el romance de Paul con la actriz adolescente de moda, Zendaya. Que es también la novia del nuevo Spiderman. Ese el gancho de la segunda parte para quinceañeras.
Total, cuando se estrene la continuación volveremos a pasar por taquilla, por distintos motivos ellas buscando el romance y yo las batallas épicas a lomos de gusanos gigantes.
De acuerdo con que el cine cuesta mucho dinero, y eso es algo que se tiene mucho en cuenta a la hora de construir los guiones. Pero la anécdota que contaba en mi caso no va tanto por ahí.
Primero porque mi amigo no es quinceañero, sino que estrena los 30. Pero más allá de eso, esta nueva versión de Dune la podían haber rodado exactamente igual pero usando una estética un poco más currada y original. Eso no hubiese cambiado, creo, el impacto que la película tiene en las generaciones más jóvenes, pero sí (al menos por mi parte) en los que conocimos la versión previa. La estética y el CGI no lo es todo por supuesto, y en ocasiones se abusa de ello en detrimento del contenido, pero en este caso creo que hubiese sido un valor añadido y hubiese mejorado mucho incluso habiendo dejado el guion y las escenas tal cual, incluyendo a Zendaya y la promesa del romance.
De hecho, si se hubiesen dejado guiar más por la intención de llegar al target más joven y exprimir la vaca, podrían haberlo hecho mucho peor, una especie de versión en clave de cine de superhéroes, con muchas más explosiones, músculos, humor chusco y romance entre los protagonistas desde el minuto 5. En cuanto a guion, no han hecho apenas concesiones a los quinceañeros. Eso hace que esta nueva versión me guste, a pesar de sus defectos.
Para mí la clave y lo que más le reprocho a esta nueva revisión es que no han desarrollado suficientemente una imaginería característica del universo de Dune, que es lo que se merecía. Si hubiese sido así, creo que a los nostálgicos nos hubiese entrado mucho mejor y a los más jóvenes, les hubiese gustado igual (o incluso más). Pero lo cierto es que eso que echo en falta, probablemente viene determinado por haber visto antes la película de Lynch. Si no hubiese sido así, quizá a mi también me hubiese flipado el Dune de Villeneuve.
Yo medo,al igual que tú,me quedo con la visión artística del Dune de Lynch.En mi opinión el vestuario,la fotografía y sobre todo el diseño y creación de los gusanos de arena son muy superiores en la película de 1984.
El anuncio de colonia más largo de la historia. Eau de desert.
¿Alguien puede explicar lo del pasado taurino de la familia Atreides? La cabeza del toro tiene al menos tres primeros planos, y en otros tantos figura la estatuilla del abuelo toreando. Las Bene Gesserit con peineta …
Y el cuadro con el traje de luces. Ojalá hubiera sido ese el traje ceremonial, en vez del filtro sepia y la armadura cubista que luego cuando se necesita nadie se la pone, y hubieran salido con trajes de luces de colores haciendo el paseíllo. Ya puestos…
Coincido, una licencia realmente surrealista. Mejor no haber puesto nada.
Muy buenas. Está literalmente en el libro; el cuadro del padre de Leto vestido de «matador», y la cabeza del toro disecada con la sangre del fallecido duque conservada en los cuernos, pues lo mató en una «corrida». Literal, ya digo.
Un saludo.
A mí me ha sobrado media hora de película, sobre todo hacia al final, donde se alargan las situaciones y los planos innecesariamente. No entiendo porqué está triunfando la aparente obligación de alargar todas las películas más de dos horas; supongo que para justificar el precio de la entrada. Con una primera parte de dos horas y una segunda con un metraje similar hubiera quedado un díptico maravilloso, que se puede ver en una larga tarde de cine sin necesidad de hacerlo en dos sentadas.
No me ha gustado la cara de acelga de Chalamet, que es un señor que siempre tiene cara de agonías al que le acaba de abandonar la novia (otra vez). La música, como bien dicen, también me parece floja. Pero la película en su conjunto está muy bien, es muy disfrutable y es fiel al libro. Quedo con ganas de ver la segunda parte.
Leí todos los libros de la saga en la adolescencia. Flipé con el videojuego del 92 y con su banda sonora. Me gustó la película de Lynch aunque me pareció difícil de masticar a veces, y definitivamente imposible de acabar si no has leído antes el libro.
A mi esta nueva película me ha encantado. Miento, no me ha encantado. Me ha impactado.
Los detalles, la estética futurista, la fotografía, la fidelidad al libro, el respeto por la saga y su grandiosidad. Me ha dejado sin palabras y con el vello de punta.
No sé si porque iba al cine con pocas expectativas, o seguramente por todos los recuerdos que ha logrado traerme a la cabeza mezclados con acierto con los tiempos actuales y sus efectos especiales etc.
Sea por lo que sea, me ha sacudido de arriba a abajo, la verdad. Y estoy muy feliz por haberlo vivido.
Sé que tiene sus problemas con la música, con el ritmo un poquito atropellado a veces (algo difícil de evitar), con Chalamet que se me queda un poquito niño para el personaje (espero que aparezca más maduro cuando se transforme con la especia en la 2a parte), con la estética que puede pecar de grandilocuente y sobre todo repetitiva respecto a la de Blade Runner 2049, y otros problemas.
Pero qué queréis que os diga, a mi esa estética y esa fotografía me vuelven loco.
Sé que no es una película perfecta como dice el artículo, pero qué queréis que os diga; ni falta que hace.
Además creo que tampoco hay que olvidar otro enorme mérito de esta película, algo que a mi me parece muy muy difícil: conseguir no solo hacer vibrar a muchos de los fans de una saga tan especial y peculiar como Dune, si no a la vez que pueda ser comprendida y disfrutada por la gente que con esta película ha tenido el primer contacto con este universo.
Por suerte o por desgracia esto es algo necesario hoy en día para poder triunfar en taquilla. Y por eso lo fácil habría sido olvidarse de los fans y hacer, como dice el artículo, un potito.
O viceversa, hacer algo infumable para los que no han leído el libro, como hizo Lynch.
Yo lo siento mucho de corazón por los fans de la saga que por el motivo que sea no han disfrutado de la película como yo y otros fans. Me sabe realmente mal porque me gustaría que hubieran vibrado como yo. Porque Dune LO MERECE.
Pero bueno, evidentemente la pelicula no puede gustar a todo el mundo. Y si no, siempre nos quedará Lynch.
Fdo: un fan feliz
Yo creo que si hay un libro ideal para una serie o una mini serie ese seria Dune.Coincido contigo en que se vuelve demasiado precipitado todo en un momento de la película y eso es,en mi opinión,el principal problema para trasladar este enorme libro a solo dos películas,la gran cantidad de personajes y situaciones descritas deberían dar para por lo menos una mini serie.Seguramente el costo sería espectacular y por ello,supongo, se desestimó está idea.
No tiene alma. Es un anuncio de perfume caro. Ya al sentarte y entender que vas a ver sólo media película intuyes que algo va mal. Y cuando termina tienes al mismo tiempo la sensación de que se te ha hecho eterna, y la de que no debería terminar aún.
Se nos a descarriado Villeneuve tras La Llegada. La excelencia estética no es suficiente para hacer funcionar una película. Los dos jefazos del momento, Nolan y él, adolecen de lo mismo. Hacen películas grandilocuentes sin alma.
Se puede decir más alto, pero no más claro: amen.
Pingback: 'Dune': Herbert contra Villeneuve. ¿Cuántas palabras vale una imagen? - Jot Down Cultural Magazine
Pingback: Épicas de la elitización: «Ulises» vs «Dune» en la arena del aburrimiento literario - Jot Down Cultural Magazine