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Fundación: estos no son los libros que buscáis

Fundación Apple TV+
Fundación. Imagen: Apple TV+.

A David S. Goyer le informaron de que los derechos de la saga literaria Fundación andaban disponibles cuando tenía a su vera a James Cameron, con quien se encontraba arrimando codos para ensamblar el guion de Terminator: destino oscuro. Como el amigo de los xenomorfos y los terminators era un hombre curtido en la industria, Goyer aprovechó para confesarle que tonteaba con la idea de trasladar aquella famosa obra de Isaac Asimov al formato televisivo. Cameron le miró muy serio y le espetó un «Esa es difícil», así, hablando en cursiva. Y cuando te habla en cursiva el director que se tiró casi dos décadas intentando dirigir la adaptación del manga Alita: Ángel de combate, para luego rendirse y dejarlo en manos de Robert Rodríguez, es porque la cosa es seria. De hecho, Fundación siempre ha sido algo muy serio: una obra colosal de ciencia ficción, una saga pionera, una historia que estaba eternamente considerada como inadaptable a otros medios más allá de sus páginas. Porque era (y es) exactamente eso, una odisea imposible más allá del papel.

La saga Fundación nació en forma de ocho historias cortas firmadas por Asimov a lo largo de la década de los cuarenta para la revista Astounding Magazine. Posteriormente, dichos textos fueron recopilados, con algún retoque añadido, y convertidos en una trilogía de libros: Fundación, Fundación e Imperio y Segunda Fundación. No tardaron en convertirse en clásicos seminales de los que bebería gran parte de la ciencia ficción subsiguiente, desde Dune hasta Star Wars con parada en La guía del autoestopista galáctico o Bill, el héroe galáctico. Décadas más tarde, a la trilogía le brotaron precuelas y secuelas, de mano del propio Asimov.

Lo importante, para lo que nos interesa, es que la fama que arrastran de productos inadaptables se debe a lo épico y descomunal de su naturaleza: los libros de Fundación relatan la historia de una organización (la Fundación) y su enfrentamiento con otra (el Imperio) a través de los siglos. Son novelas que apuntan a la gran escala, desplegando la trama a lo largo de quinientos años mientras presentan a decenas de personas, planetas, eras y civilizaciones. De entrada, el primer libro está compuesto por cinco novelas distintas que comparten trasfondo, pero no personajes. Por todo lo anterior, es una auténtica locura adaptar Fundación. Por eso Cameron dijo «difícil» en cursiva, y por eso la empresa de Goyer sonaba kamikaze. Y como consecuencia de todo esto, los dos capítulos de la nueva serie Fundación que Apple TV+ acaba de estrenar no son realmente una adaptación, sino algo paralelo y ciertamente curioso. Si alguien se asoma a ellos como un fan fatal de la obra original ya puede ir avisado de antemano: estos no serán los libros que busca.

Novelas y serie comparten, eso sí, base y punto de partida. En un universo regido por el Imperio, una orden de emperadores puñeteros que llevan siglos gobernando la galaxia, el científico Hari Seldon (Jared Harris) descubre gracias a la psicohistoria, una ciencia matemática que permite predecir el futuro, que al mundo le quedan dos veranos de alegrías y treinta mil de oscuridad y desgracias. Para suavizar el impacto del inminente derrumbamiento del Imperio, Seldon decide establecer, junto a un grupo de seguidores y en el extremo opuesto del universo, la Fundación. Una institución que se encargará de reconstruir la civilización tras la catástrofe anunciada por la psicohistoria. 

La primera temporada de la serie llega empaquetada con una producción espectacular en lo referente al apartado técnico y visual. En lo argumental, se dedica a adaptar algo menos de una cuarta parte del primer libro de la trilogía. Ocurre que, al trabajar con un material inicial tan reducido, Goyer y Josh Friedman, que ejerce como cocreador y coguionista del show, se han visto obligados a sacarse de la manga un hermoso montón de cosas con las que rellenar los huecos y crear tramas que sustenten a los protagonistas. Elementos que afectan al conjunto de diferentes maneras y en diversas medidas. Y aquí ya no estamos hablando de fidelidad hacia los textos de Asimov, porque una adaptación no necesita ser un calco del original para ser buena. En realidad, unos creadores mañosos son capaces de pasarse por el arco del triunfo el material de partida y captar la esencia de la obra inicial. El problema es que ni Goyer ni Friedman han demostrado ser especialmente brillantes con anterioridad.

El primero es responsable de varios guiones de superhéroes desaboridos (El Hombre de Acero, Batman v Superman) o cintas directamente cuestionables (Ghost Rider: espíritu de venganza o Blade Trinity, que además dirigió) y el segundo ha ideado cosas como Reacción en cadena o la serie Snowpiercer. Ambos salpican Fundación con ideas propias, muchas de ellas más características de entretenimiento audiovisual moderno que de la ciencia ficción ocurrente. Para empezar, vamos a quitarnos de encima lo del gender-flip: sí, en Fundación hay varios personajes principales, como Gaal Dornick (una estupendísima Lou Llobell), cuyo sexo y etnia ha sido modificado respecto al libro original, para dejar ahora de ser aburridos varones caucásicos. Y, eh, esto no supone ningún drama, sino todo lo contrario, porque a lo mejor es lo que deberíamos de comenzar a pedirle al siglo XXI: más personajes que no estén definidos por su sexo, y menos espectadores borregos que ante movimientos similares solo sepan farfullar sobre agendas imaginarias, porque no han salido de su caverna en los últimos cincuenta años para echarle un vistazo a la calle. A la Fundación televisada estas mudas de sexo le sientan bastante bien, porque en las novelas primigenias de los años cuarenta las mujeres eran básicamente parte del atrezo, y hoy eso ya no cuela. Otro acierto muy inteligente del guion de Goyer y Friedman ha sido el inventarse a un antagonista eterno capaz de afrontar el paso de los siglos de cara a las futuras temporadas, un hombre que es clonado continuamente para seguir calentando la silla de mandar generación tras generación, sin tener que repetir el casting.

El tropezón de Fundación es que más allá de la base establecida por Asimov, de unas actuaciones competentes, de un diseño de producción notable de Rory Cheyne y una dirección de arte llamativa de Adorjan Portik, la creación de Goyer es de lo más convencional y llana. Durante los dos primeros episodios, el libreto se dedica a añadir al conjunto, a menudo tirando de calzador, aquellos elementos que en teoría funcionan en las ficciones recientes (como el romance o las rivalidades políticas) sin saber otorgarles emoción o épica que los eleve. Un ritmo lento e irregular generalizado y alguna escena sonrojante, ese discurso de Seldon en la lavandería, tampoco ayudan a entrar en el universo que los millones de dólares muestran en la pantalla. Es cierto que en las dos horas y pico que suman en total la pareja de capítulos iniciales ocurre un poco de todo, pero el problema es que la serie, por ahora —insistimos, por ahora—, no parece atinar en cómo lograr que ese «de todo» le interese más al público y sepa toquetearle la fibra. Porque eso es lo que uno espera de un show que lleva el nombre de Fundación. Algo mucho más grande, mucho más legendario y mucho más ambicioso, algo que apunte más alto. Algo con verdadera personalidad propia, y que no parezca un producto derivado de aquellas obras que en su momento nacieron a la sombre de la saga Fundación

«Esa es difícil», que decía el otro.

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28 Comments

  1. Fco_mig

    Sí que es muy, pero que muy difícil. Ya desde su propio planteamiento. Y eso que el «buen doctor» no era perfecto y, a mí entender, la saga ha envejecido un tanto con el tiempo. Pero ahí dió el do de pecho y cualquier adaptación se verá obligada a darlo.
    Por algo Cameron ni se lo planteó y han tenido que recurrir a unos mediocres que no saben qué están intentando adaptar. Sólo espero que, por un milagro, a ellos les salga también el do de pecho o bien que la saga original no se vea perjudicada.

  2. Rafael

    Me confieso desde el principio: no la he visto aún y voy a acercarme a ella con el montón de prejuicios que he ido acumulando desde que salió el trailer y los que he recopilado después con las críticas de los primeros episodios. Pero es que me lo están poniendo difícil, joder. Y sí, «fan fatal» se queda corto en mi caso, así que voy a autofelarme durante un párrafo.
    Creo que habré leído la saga de Fundación (Desde «Preludio» hasta «Fundación y Tierra») de corrido y de manera completa unas 15 veces en 38 años que tengo. Incluyendo también las novelas de los robots habrán sido 10 de esas 15. E incluyendo las del Imperio algo menos, pero 4 o 5 seguro. También un par de veces las tres novelas de Bear, Benford y Brin, pero éstas me dan bastante pereza en algunos momentos. Tengo 2 ediciones al menos de cada tomo (la primera que tuve fue heredada, la maravillosa edición que hizo el Círculo de Lectores a finales de los 80) y obviamente también en inglés. Sí, «fan fatal» se me queda corto con Fundación, lo admito. Creo que decir que mi perro se llama Trevize es un buen resumen.
    Y coño, como conocedor de la obra, SÉ que es algo inadaptable si quieres mantener una fidelidad absoluta al original. Probablemente hace años se podría haber hecho una serie que no dependiera tanto de lo visual para atraer audiencia y sería más fiel a la obra, pero había que tener muchos huevos para meterse en este berenjenal. Pero es que quizás con muchos huevos no era suficiente para salir airoso si lo que querías (que lo dudo) era contentar a aquellos que llevábamos años esperando que alguien se atreviera a adaptar esto.
    Más allá del cambio de sexo de ciertos personajes, que no trastoca la esencia del original aunque lo vea innecesario, una vez vi el trailer que presentaron se me pusieron los huevos de corbata. «Joder, esto no es Fundación». No, es que ni siquiera es Asimov.
    ¿Que me invento personajes en aras de una continuidad más facilita para los que vean la serie? Pues nada, ni Cleon, ni Agis XIV y supongo que Dagoberto tampoco, emperadores clónicos que (repito, no he visto la serie) me parece a mí que corrompen el sobrenombre de SERVIDOR ETERNO que llevaba el personaje central de toda la Era Galáctica (y otro de los que, sin saber si es un disfraz lo que lleva en la serie, también cambia de apariencia sexual). ¿Que la obra original carece de protagonistas dominantes y el reparto voy a tener que cambiarlo cada dos episodios y nadie se va a enterar de nada? No pasa nada, en una obra donde precisamente lo que se deja claro es que los seres humanos como entes individuales importamos muy poco en el devenir del Universo (uno de los principios de la psicohistoria) pongo unos protagonistas guays. ¿Que la obra de Asimov es poco cinematográfica entre otras cosas por la falta de acción? Joder, vi más tiros en el trailer que en todos los libros, y miedo me da cuando lleguen a la caída de Trántor, que es una parte que ni siquiera está escrita por Asimov y no es más que un relato aunque sea canónico. ¿Que hoy en día no puede haber ciencia ficción luminosa? Nada, todo en el clásico tonito oscuro y solemne de la ciencia ficción del siglo XXI aunque prácticamente ninguna obra del autor sea así.
    Que no cojones, que la veré, me indignaré, discutiré con mis amigos porque a ellos les parecerá estupenda y me lamentaré por una oportunidad perdida. Que entiendo que si adaptases la obra original la mitad de la serie transcurriría en despachos con gente hablando, y no te puedes gastar millones de dólares en eso. Pero esto no, coño.
    Y sí, a Asimov se le criticó que no tuviera personajes femeninos fuertes al principio de su obra. En la trilogía original, más allá de las Darrell poco hay. Pero cuando lleguen más allá de los límites de la Fundación (pun intended), ¿a los personajes femeninos que aparecen también les van a cambiar de sexo?. Porque si empiezas por las precuelas tienes a Dors o a Wanda Seldon. O si te vas al otro lado del tiempo tienes a Bliss o a Harla Branno, que son personajes protagónicos con personalidades muy dominantes en su mayoría.
    No, lo siento, a mí dejadme con lo que tengo y lo que he vivido. Si quiero algo distinto, lo buscaré. Pero dejad que otro se ocupe de adaptar algo respetando su espíritu.

    • Manuel

      Rafael, por fin…

      Con su opinión y por supuesto con el artículo de Diego Cuevas.

      «Más allá del cambio de sexo de ciertos personajes, que no trastoca la esencia del original aunque lo vea innecesario, una vez vi el tráiler que presentaron se me pusieron los huevos de corbata. “Joder, esto no es Fundación”… Suscribo prácticamente, punto por punto tus palabras.
      He mandado este artículo a mi hermana porque tras preguntarme hace unos días por la serie, le dije que estaba muy desilusionado con esta adaptación. Tengo 51 años y he releído la saga… yo que sé la de veces. Cada ciertos años lo hago. Esta y la Dune de Frank Herbert ( los libros del hijo menos). Imagina este septiembre lo que me ha supuesto.

      Y si bien Dune me ha parecido muy decente, no me ha ocurrido así con Fundación. Tras ver los primeros capítulos he corroborado lo que temía al ver los tráilers. Es muy irrespetuosa con la obra. De hecho la sensación que tengo es que rompe su esencia. Y me ha molestado, la verdad, bastante, que unos guionistas hagan eso con el legado de Asimov. No digo un respeto al 100% pero esto es ir más allá.

      Desde que vi a Demerzel en el trailer temí lo peor.
      No. Es peor aún.

      En fin

    • LaCobra

      Buenísimo el nombre de tu perro!

      Al igual que tu soy enfermo de la saga literaria y los dos episodios emitidos hasta el momento te van a doler…
      El que no tenga idea de la saga lo disfrutará, pero lo triste es que los que más esperábamos esta adaptación solo vamos a encontrarnos con unos pocos detalles que nos harán recordar estos maravillosos libros y pensaremos nostalgicamente en lo que podría haber sido… seguido de patadas continuas a la saga.

      P.D: Tengo la misma edición del círculo de lectores y es brutal!

    • Maria R. López

      Uno de los productores de la serie es Robyn Asimov, la hija de Isaac Asimov.

  3. Rabiosa

    «Cuyo sexo y etnia ha sido modificado respecto al libro original»

    Suficiente para no querer saber nada más.

    • ¿Usted sabe lo que es una adaptación?

    • Giskard

      «y menos espectadores borregos que ante movimientos similares solo sepan farfullar sobre agendas imaginarias, porque no han salido de su caverna en los últimos cincuenta años para echarle un vistazo a la calle»

    • Lo que faltaba

      Vaya comentario de mierda.

  4. ¿Alguien me dice dónde dijo Asimov que Gaal Dornick era caucásico? Porque a ver si lo político va a ser presuponer a todos los personajes blancos cuando no se especifica.

    • Dr. Nostoc Bezboga

      En ningún lado. Curiosamente, en «Corrientes del Espacio» Asimov finaliza con la sorpresa de que, en una galaxia de humanos morenos, el protagonista y sus paisanos de planeta son los únicos «blancos» (de piel blanca y pecosos).

      • Lady Rathen

        En Las Corrientes del Espacio Asimov quiso hacer un paralelismo con los habitantes del planeta Florina y los esclavos negros que cultivaban algodón en USA en el Siglo XXI, pero, para remarcar la absurdez de la opresión de una raza determinada, los florinianos son blancos , rubios y precisos… esta novela es de las pocas de Asimov en que se específica la etnia de un personaje, el funcionario imperial del que nos dicen que es negro y que de algún modo recuerda (aunque han pasado milenios) que su raza se vio en una situación parecida a la de los florinianos

  5. El cambio de etnia de Gaal Dornick no me parece relevante, ya que no altera sustancialmente al personaje, pero el de sexo sí. En fin, cosas de la inclusividad.
    Por otro lado, salvo en el primer libro (que la serie adapta) no es que en las novelas originales de la saga las mujeres hayan sido mero atrezzo. Ahí tenemos a Bayta y Arkady Darrell, Dors Venabili y Wanda Seldon, cuya importancia puede ser diferente, mas no menor a la de muchos masculinos, con la excepción de Hari Seldon.

    • Seamos serios. La trilogía de la Fundación es un todo pirolos de libro. Pero, igual que el 90% de la ciencia ficción de la edad de oro. Son simplemente productos de su tiempo y, si bien no me impide disfrutar de las historias, sí lo encuentro anacrónico.

      Que la adaptación reprodujese ese sesgo sería absurdo, teniendo en cuenta que el sexo de casi ningún personaje de Fundación es relevante. Gaal Dornick es una mujer, ¿en qué afecta? Si además sale en las primeras 30 páginas y nunca más, ni que supiésemos mucho de él.

    • Valhue

      Gaal Dornick es un matemático joven. Eso es, básicamente, toda la descripción. Asimov no le dio unos rasgos específicos, no hay intereses románticos, no hay trasfondo personal relevante. Podría ser un hombre, una mujer, un alien, un robot o incluso un chihuaha extraordinariamente dotado para las matemáticas.

  6. Andrea Moss

    Ridley Scott dirigió Alien y John McTiernan es el responsable de Depredador, así que Cameron no es el ‘padre’ de ninguna de las dos sagas… Y David S. Goyer tiene habitación reservada en el infierno por convertir a Terminator en un vendedor de cortinas.

    • Diego Cuevas

      ¡Hola Andrea!

      Tienes razón. Ha sido una derrapada total mía, creo que estaba pensando en Terminators, se me cruzaron los cables con Alien vs Predator y las prisas por redactar hicieron el resto. Y eso que yo soy muy del primer Alien y toda la historia de la producción me la sé de memoria.

      ¡Gracias por el apunte! Le he hecho un remiendo al texto.

  7. Cao Wen Toh

    La narrativa de la serie es soporífera y rebosa intranscendencia por todas sus costuras, con diálogos explicativos y redundantes, personajes sin desarrollo dramático, interpretaciones ramplonas, realización errática… Pero lo que más chirría es que con una CGI más que correcta los decorados físicos son muy pobres, indignos de un imperio; parece una TARDIS inversa: todo es más grande por fuera que por dentro. Sólo con ver esa cabecera infestada de purpurina basta para comprender que lo que sigue es pura nadería.

  8. Lady Rathen

    Como ya se ha dicho por aquí, nada nos debe llevar a pensar que un personaje del que no se específica etnia es blanco caucasiano por defecto. En los cambios de género lo mismo, tendríamos una serie prácticamente con todos los protagonistas masculinos, me temo que quedan unas cuantas temporadas hasta llegar a Harla Branno y Delora Delarmi. Sin embargo casi nadie se queja de la no aparición de Dors, la esposa de Hari Seldon que guardaba una sorpresa, muy curioso…
    Hay que tener en cuenta que los relatos que se están adaptando a serie ahora, se escribieron en los años 40 y que la función de las mujeres en la ciencia ficción de la época era… en fin, demos las gracias a Asimov y a sus personajes asexuados que son mentes mas que otra cosa
    En cuanto a la adaptación… a ver, hacer una ilustración en imágenes de las novelas sería absurdo, tanto en este como en cualquier otro caso , las buenas adaptaciones son obras por si mismas, aunque haya añadidos y cambios, y en Fundación es muy dificil que no los hubiera, porque una adaptación literal, como diría el propio Hari Seldon, tal vez sería POSIBLE pero nunca PRACTICA
    De lo que se ha visto hasta ahora, el primer episodio es prácticamente el cuento «Los Psicohistoriadores» todo está ahí, luego están los añadidos como el atentado, pero TODO lo demás lo tenemos. El segundo cuenta una parte de la historia que no vemos en las novelas, (el segundo relato ya nos planta 50. años después) y plantea un misterio, de los que tanto le gustaban a Asimov, a mí me vale
    Luego está lo de los emperadores clónicos, que como se ha dicho, tiene sus motivos prácticos aunque, por otra parte, en Trantor imperial sale muy poquito en la trilogía original de Fundación, pero ya que lo han fabricado se ve que lo quieren aprovechar. Me hizo gracia Hari criticando la clonación, sus motivos son exactamente los que tenía Asimov en contra del alargamiento excesivo de la vida humana e incluso la inmortalidad, la falta de «sangre nueva» No creo que esto sea casual
    Yo por ahora estoy contenta con lo que estoy viendo aunque sea fan fatal

  9. CoConocí Asimov en una feria de libros usados para estudiantes, enfatizé su lectura comprensiva por un compañero de tareas en la Universidad Tecnológica de Rosario (AR). Como tantas veces pero aquí mas aun por merito del arte literario la saga tiene la distancia de un pulsar fractal hacia un engullidor negro. Pero quizá por azar o por necesidad pandémica ña saga atraiga algunas gentes algunes niñes hacia las inspirados atractores mas venturosos !!!

  10. Manuel

    Creo que al escribir se puede opinar sin tener que insultar, aunque sea de manera sutil. A ver, parto de la base de que me importa un pimiento lo que «le cuelgue» (o no) a un persona de una novela, peli, obra, etc…. Y nada tiene que ver con «cavernas», que seamos cicuentañeros o cualquier otra estupidez por el estilo.
    Ahora bien, si cuando alguien crea una obra, y «pare» unos personajes, en las «adaptaciones» a los iluminados de turno le da por cambiar a los personajes, pues bien, tendremos eso una adaptación: y que no les guste a algunos, pues es tan respetable, como la opinión de quién afirma que «eso es lo actual y moderno».
    Pero la pregunta es, si a Star Wars le cambiamos a Han Solo, por «cualquiera-que-sea-el-sexo-o-la-etnia», o al Quijote lo hacemos «quijota», pues será muy moderno, actual, y «sigloveintunero»,pero desde luego pierde esencia….
    Dicho lo cual, preferi mil veces «la Starbuck» de Galactica 2003, que la versión del 72.
    Pero eso no tiene nada que ver, ni implica que, haya que llamar «borregos», «trasnochados», «conspiranoicos»… o cualquier otro epíteto que se pude deducir del contenido del artículo.
    Gracias

    • Valhue

      Dice el refrán que quien se pica… pero vamos, creo que has leído demasiado en el comentario del autor del artículo. No pasa nada si no te gusta el cambio de sexo o de raza de un personaje. Menos aún si hay alguna motivación argumental tras ese disgusto: por ejemplo, si cambiamos a Han Solo o al Quijote por mujeres, ¿qué pasa con la relación entre Solo y Leia, desaparece? ¿Las hacemos lesbianas? ¿Leia es un hombre? ¿Qué pasa entre el Quijote, Sancho y Dulcinea?

      Gaal Dornick no tiene intereses románticos o dramas familiares que hagan que el cambio de sexo o de raza afecten en lo más mínimo a la narrativa. Podríamos discutir más si se tratara de Salvor Hardin, que aunque podría ser alcaldesa y no alcalde, tiene un comportamiento típicamente masculino. Otro tanto podría decirse de «El mulo». ¿Pero Gaal Dornick? Lo podrían sustituir por una calculadora.

      Porque esa es la idea tras el cambio de sexo y raza. No se trata de «la cultura woke» sobre la que despotrica el incel de Jav bajo este comentario. Se trata de que en 1948 Asimov escribió sobre una galaxia futurista con billones de humanos desparramados en miles de planetas… y no había ordenadores. Asimov lo admitía en el prólogo a «Los límites de la fundación»: en 1948 no podía haber previsto el despliegue de la informática y cómo afectaría a todos los ámbitos de la vida. Así que los añadió a posteriori en los últimos libros. Tambíen es un descuido que todos los protagonistas sean varones blancos. Lo de la raza intentó maquillarlo con nombres que sonaban africanos, europeos o asiáticos, sin describir el color de la piel de sus dueños, pero la incorporación de la mujer a todos los ámbitos del mundo laboral le pilló tan a contrapié como lo de los ordenadores.

      Así que se incluyen más personajes de razas diversas, y más mujeres, porque si hacen Fundación y todos los trabajadores son hombres mientras que las mujeres son esposas y madres, eso no nos parece una representación creíble del futuro de la raza humana, visto desde hoy en día. Es como ver los uniformes setenteros de las primeras temporadas de Star Trek. Y, oye, nadie puede asegurar que el futuro se parezca más a la Gilead de «el cuento de la criada» que a la inclusividad de «The Expanse», pero la cuestión es que si me quieres vender hoy en día la imagen de una humanidad futura que se ha expandido por toda la galaxia y tiene una tecnología infinitamente más avanzada que la nuestra, más te vale que muestres diversidad racial y sexual, o me huele más a naftalina que a futuro. Y si Asimov estuviera vivo, sería el primero en coincidir.

  11. Destructores de industrias
    Apple, al igual que Netflix, Disney o Amazon ha decidido entrar en el juego de la cultura Woke actual y que por cierto NO FUNCIONA. La gente está harta de este tipo de cosas, son muy cansinos y la gente no traga, no es tan imbecil para verse cualquier mierda y menos todavía pagando por ello. Están destruyendo la industria del cine y de las series de TV. Si queremos que hagan buenas adaptaciones de grandes obras de la literatura (en este caso de la ciencia ficción) la cultura Woke tiene que desaparecer, sino lo destruirán todo. Tratar de convencer a los SJW de turno no funciona, es gente que no les interesa este tipo de obras, lo que van a conseguir es que a los fans de la ciencia ficción no quieran ver estas adaptaciones y les genere rechazo.

  12. Vigasito

    Espero equivocarme pero esta «adaptación» me suena a que pretenden utilizar el nombre de Isaac Asimov y de su saga para enganchar a un nicho de audiencia determinado, para luego hacer lo que quieren con el material excusándose en su dificultad para llevarla a la pantalla. Vamos, que hubiera podido llamarse la serie «El futuro en nuestras manos» sin problema (Lo de los emperadores clones me chirría pero pensándolo bien a lo mejor no desdice lo que Asimov plantea con Hari Seldon y su Psicohistoria. Veremos)

    Aunque aprovecharse del manto de respetabilidad de una obra clásica para luego hacer otra cosa no es nueva (un ejemplo que me sale así de pronto es «Soy leyenda» de Will Smith con el relato de Matheson: Tocino vs. Velocidad).

  13. Alex Jiménez

    Aquí lo molesto no es el cambio de tono de piel, sino el victimismo repelente que viene si o si con ello (el discursito sobre la numeración de Gaal en la asamblea, el cambio a la dinámica de la relación entre Raych y Seldon solo para dejar mal a este último, la trama con la iglesia Vidente que «no, si son retrógrados y muy malos, pero como son de mi raza igual merecen respeto y los quiero…». Y el giro del final del capitulo 2, un verdadero escupitajo a la tumba de Asimov. Al menos Yo, Robot temía a Will Smith.

  14. Alex Jiménez

    Aquí lo molesto no es el cambio de tono de piel, sino el tufo a victimismo repelente que viene si o si con ello (el discursito sobre la numeración de Gaal en la asamblea, el cambio a la dinámica de la relación entre Raych y Seldon solo para dejar mal a este último, la trama con la iglesia Vidente que «no, si son retrógrados y muy malos, pero como son de mi raza igual merecen respeto y los quiero…»Y el giro del final del capitulo 2, un verdadero escupitajo a la tumba de Asimov. Al menos Yo, Robot temía a Will Smith.

  15. Maria R. López

    Obviamente la serie no sigue la historia original, saga de 7 libros (y más si se incluye la saga del Imperio y otros).

    Se podría haber hecho una serie bien digna con Preludio a la Fundación y Hacia la Fundación… introduciendo poco a poco personajes en el transfondo de una historia bastante más dinámica.

    No sé si Gaal Dornick era hombre o mujer y tampoco es problema en este caso. Entiendo que hay política absurda detrás de eso. Pero Demerzel (uno de los nombre empleados por R. Daneel Olivaw) debería haber sido hombre.

    Los efectos especiales, decorados etc, bastante buenos.

    La historia, lejos de Asimov… aunque aún está por ver cómo evoluciona. Lo que me ha decepcionado son dos cosas que quedan completamente fuera de juego:
    1. ¿Raich asesina a puñaladas a Hari Seldon??? No sólo es contrario a lo que se dice en el libro, sino absurdo.
    2. ¿No aparece Dors Venabili? Considerando su importancia, no tiene sentido.
    Salvo que empleen algún «juego» para resolver esto, me parece decepcionante.

  16. Carlos

    En la fundación las mujeres eran parte del attrezo? Lo leí hace muchísimos años y no recuerdo los libros centrales, pero estoy seguro que tanto en las secuelas como las precuelas de la fundación los personajes femeninos eran los protagonistas incuestionables. Y no sólo jovencitas, incluso ancianas marcaban la pauta.
    Un poco injusto el comentario revisionista a Asimov en ese aspecto.

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