Omán quizá no sea la opción más obvia para unas vacaciones culturales. Sin embargo, y gracias a sus numerosos castillos de cuento, desiertos y coloridos mercados, tanto niños como adultos tienen la oportunidad de experimentar la sensación de haber aterrizado en uno de los fascinantes relatos de Las mil y una noches
Un moderno destino en Oriente Medio
Omán es, en comparación con otros países de Oriente Medio, un país moderno y relativamente occidental. Asimismo, es muy seguro para viajar, también con niños, y menos conservador que sus vecinos. Un elemento fundamental de la cultura omaní es el olíbano, conocido como «incienso mágico», cuya producción es la más cara del mundo. Este producto se puede obtener en los zocos o mercados árabes, un lugar que, junto con los castillos y palacios de la península arábiga, permite adentrarse en un mundo de ensueño y una cultura completamente diferente.
Los cuentos de hadas de Las mil y una noches
Viajar a Omán es sinónimo de experimentar los cuentos tradicionales de Las mil y una noches. De hecho, se dice que el origen de uno de sus personajes, Simbad el Marino, es precisamente omaní. La inquietud por viajar y conocer mundo del protagonista de este cuento clásico es una sensación que muchos satisfacen durante una visita a este sultanato.
Los mercados árabes de Mascate, la capital del país, son rincones únicos que parecen sacados de un cuento de hadas. Es uno de los pocos sitios del mundo donde se puede comprar oro, mirra e incienso, los tres regalos que los Reyes Magos trajeron al Niño Jesús según la creencia cristiana. En cuanto a religión se refiere, las mezquitas de la capital también son una visita obligada. La belleza clásica y la reconocible cúpula azul de la Gran Mezquita del Gran Profeta es tan solo un ejemplo. A diferencia de otras, no es accesible para los no musulmanes, por lo que hay que contentarse con admirar su exterior. Una que sí que se puede visitar (aunque durante solo unas horas al día) es la espectacular Gran Mezquita del Sultán Qabus, la joya arquitectónica de Omán inaugurada en 2001 y con capacidad para 20 000 personas. Fue encargada por el sultán Qabuss bin Said Al Said como signo de piedad religiosa y en honor al país y sus logros.
La ostentación de este lugar se puede encontrar a lo largo del país. Omán es adecuado tanto para los viajeros que apuestan por la comodidad como para los que prefieren vivir una aventura de cuento. Además de resorts de lujo con piscinas, el país también ofrece la oportunidad de pasar la noche en el desierto. Desde Mascate, se puede llegar en pocas horas a Wahiba, la parte más bonita del desierto omaní, donde además de descubrir la zona a lomos de un camello, hay varios campamentos con tiendas o cabañas para pasar una noche inolvidable.
Visado necesario
Para vivir esta experiencia durante unas vacaciones en Omán hay que solicitar un visado, un trámite que se puede realizar fácilmente por internet. Todos los viajeros necesitan su propio visado, incluidos los niños y bebés. Hay varios tipos de visado de turista para Omán: uno de entrada única y otro de entrada múltiple. El visado de entrada única está disponible en una versión con una validez de 10 días y en otra con una validez de 30 días. A los viajeros que llegan a Omán y no salen del país en el intervalo correspondiente se les aconseja que soliciten un visado de entrada única; si se viaja a Omán varias veces, se necesita uno de entrada múltiple.
Se debe rellenar un breve formulario de solicitud y subir una foto o un escaneo del pasaporte, así como una foto de carnet de todos los viajeros. Si todos los documentos están en orden, la solicitud se tramitará y se recibirá el visado por correo electrónico al cabo de una semana para poder iniciar una aventura de cuento.
