Planes para los fondos europeos
Pedro Sánchez ha presentado en el Congreso el plan de recuperación que gastará los fondos NextGeneration, impulsados por Bruselas para reactivar la economía en la Unión Europea. Concretamente una primera partida de 70 000 millones, de los que la mayor cuantía se dedicará a movilidad sostenible (transporte no contaminante) y a rehabilitación de vivienda (centrada en eficiencia energética y energía verde). El resto irá destinado a impulsar la implantación de nuevas tecnologías, como el 5G o la digitalización de pymes y Administración Pública. Hay inversiones en turismo, ciencia, educación y sanidad. Y todas tienen en común como objetivo la modernización.
El Consejo Europeo ha puesto el 30 de abril como fecha límite para presentar este plan, y si todo va bien los fondos podrían llegar dos meses después, a principios de verano. Bruselas ha pedido aclaraciones concretas sobre cómo haremos sostenible el sistema de pensiones, y sobre los cambios en el mercado de trabajo.
Cambios en trabajo y jubilaciones
De jubilaciones sabemos que el ministro Escrivá pretende entregar de forma directa 12 000 euros por cada año que se prolongue la vida laboral, a partir de los 65 o los 67. El mayor esfuerzo estará centrado, por tanto, en reducir el número de años que se percibe la pensión y por tanto prolongar el tiempo que los trabajadores cotizan. Si tenemos en cuenta que hoy un trabajador joven percibe un salario un 50 % menor del que cobraba alguien de su edad en 1980, lo más rentable es que sigan cotizando los más antiguos, que al percibir mayores sueldos aportan más a la Seguridad Social. Existen seis modalidades de jubilación y todas van a sufrir cambios, y con la reducción del 17 % en la cuantía de la pensión máxima como uno de los más significativos.
En el mercado de trabajo los contratos se reducirán a solo tres, fijo, temporal, y de formación. A eso hay que añadir los instrumentos de flexibilización destinados a las empresas, similares a los ERTE, cuyo objetivo es facilitar la reconversión y reestructuración de negocios. Que de momento se resisten al cambio: vuelven en todo el mundo al trabajo presencial, incluidos Amazon y Google. La Administración española, por su parte, procura mantener esta modalidad permitiendo que sus funcionarios teletrabajen tres días en semana.
Movilidad verde con impuesto al diésel y peajes
En cuanto a los cambios en nuestra vida cotidiana, la idea es que en España predominen los coches eléctricos, con tantas electrolineras disponibles como hoy gasolineras. Que el despliegue del 5G hasta el último pueblo perdido permita vehículos autónomos sin conductor. Y que predominen las energías verdes para abastecer a las viviendas. Eso, a grandes rasgos. De forma más inmediata se retomará el impuesto al diésel, ese proyecto para equipararlo en precio a la gasolina penalizando así a los conductores de este tipo de vehículos. También se impondrá peaje en autovías interurbanas, algo denominado «pago por uso» y que el ministro Ábalos defiende como único modo de mantener y ampliar la red nacional de carreteras.
Es la octava vez que el plan se presenta, y no tiene grandes diferencias con cuando lo conocimos por vez primera, en octubre pasado. En esta ocasión se ha repetido también el guiño personal del gabinete del presidente, tratando de equipararse con el gobierno de Felipe González de los ochenta. Ha dicho que será la mayor modernización de España desde entonces. Efectivamente, en aquella década infraestructuras como las carreteras nacionales, de dos carriles, uno en cada sentido, pasaron a ser autovías y se pagaron con fondos europeos. Pero hubo otra promesa electoral recurrente de González, la de crear 800 000 puestos de trabajo y Sánchez ha usado esa cifra para augurar el mejor resultado de su plan.
Trombosis del 0,1 % y fase IV
Ahora ha sido la vacuna de Janssen, siguiendo los casos de AstraZeneca, la que ha provocado trombosis. La causa es la misma, ambas emplean adenovirus en su formulación, y a veces las plaquetas sobrerreaccionan a su presencia. Los trombos se han presentado de manera predominante en mujeres, pero solo en un 0,1 % de los pacientes que la recibieron. Muy pocos. El motivo de la retirada no es su número, sino los procedimientos habituales establecidos por las agencias del medicamento para el empleo masivo de cualquier fármaco, la denominada Fase IV. Las primeras investigaciones apuntan a que estas trombosis son venosas (nunca arteriales, las más graves) y ya tienen un tratamiento médico recomendado, utilizar grandes dosis de inmoglobulina para que las plaquetas no desciendan y un anticoagulante que no sea heparina.
El efecto más negativo es otro retraso en la vacunación, por el momento no se puede usar el suero Janssen, retirado por la agencia del medicamento estadounidense primero y de inmediato por la europea. Bruselas teme además que esta vacuna se convierta en una nueva Astra Zeneca, dando problemas día sí y día también. Eso explicaría la apuesta de Von der Leyen por la de Pfizer, que además se ha comprometido a adelantar sus entregas de fin de año al verano, lo que permitirá a España tener otros 2,5 millones de vacunados gracias a 5 millones de dosis.
Buen momento para recordar que las regulaciones de fase en administración de medicamentos surgieron a raíz de la tragedia de la talidomida, y que España es el único de los cincuenta países afectados que no ha reconocido a ninguna víctima. Dicen que en nuestro país, donde el fármaco se vendía entre 1957 y 1963, no se recetó. En realidad aquellos médicos que lo prescribieron se negaron a admitirlo, temiendo las consecuencias legales de haberlo hecho. Las víctimas españolas de la talidomida dejaron de reclamar en 2019, cuando hasta el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo dijo que el delito habría prescrito.
La vigilancia masiva no tendrá cabida en Europa
En Politico han tenido acceso al informe previo de la UE donde se establecen las bases del uso de la inteligencia artificial en nuestro territorio. El documento revela que va a prohibirse cualquier uso que vaya en contra de nuestros derechos y libertades fundamentales, especialmente la vigilancia indiscriminada, o la creación de un sistema de crédito social (como en China). Será una diferencia notable respecto a Estados Unidos o China, donde ya se aplica con estos fines. Y marcará la implantación de esta tecnología cada vez más presente, aunque de forma silenciosa, en nuestras vidas.
El pasaporte covid ya no será un pasaporte
Este documento estaba proyectado como garantía para la libre circulación durante el verano por la UE. De hecho España había sido de los países que más estaban presionando para su implantación, pensando en el turismo. Finalmente será tan solo un certificado que garantice tener anticuperos, una PCR negativa o estar vacunado, pero quedará a decisión de los países admitirlo como garantía de acceso a sus fronteras. O cerrarlas y que no valga más que el papel en que esté impreso.
Vinimos hace veinte años, qué hacemos todavía aquí
«Fuimos a Afganistán debido a un horrible ataque que sufrimos hace veinte años. Lo que no puede explicar porqué seguimos allí en 2021». Las palabras del presidente Joe Biden resumen una derrota más de las pocas que ha sufrido militarmente EE. UU., y a las que habría que sumar Vietnam y bahía Cochinos. Las empleó como parte del discurso en que ha anunciado la retirada definitiva del país. En realidad no hace otra cosa que cumplir el acuerdo entre Donald Trump y los talibanes. Según los analistas de aquel país, no le quedaba más remedio, porque si rompía el acuerdo esta pasaría a ser «la guerra de Biden». Además la opinión pública estadounidense está mayoritariamente a favor de marcharse, con solo un 25 % en contra. Posiblemente porque la mayoría de ellos no saben por qué su ejército sigue allí.
La guerra deja un gasto a los estadounidenses de 2,2 billones de dólares entre armamento, tropas, y atención a veteranos heridos y muertos. Se han calculado unas pérdidas humanas de 800 000 personas, cien de ellas soldados españoles, partícipes al igual que otros socios de la OTAN, que también se retirarán.
Pero la retirada no significa que EE. UU. no vaya a seguir interviniendo en el gobierno afgano, ya veremos de qué modo. Todos auguran que una vez desocupado el país los talibanes volverán a atacar desatando la guerra civil. En realidad continuándola, porque el país lleva sin conocer la paz desde 1979, cuando sus guerrillas luchaban contra la ocupación soviética.
Todo es sencillo y sórdido
Al final esta pandemia será solo un «recuerdo que intentarás olvidar que recuerdas». Es una frase de la canción de Mick Jagger y Dave Grohl, nada nuevo bajo el rock pero técnicamente otro temazo del ya prácticamente momificado Sir Morritos. «Eazy Sleazy», sencillo y sórdido, «Bill Gates está en mi sangre y hay aliens manejando las instituciones más secretas del Estado». La entrevista al Rolling Stone sobre su nuevo tema es el contrapunto perfecto a Miguel Bosé. Porque la estrella británica habla de emociones que cualquiera habrá experimentado en este período anormal, sin poses. De la capacidad de conversar con aquellos con quienes no estamos de acuerdo. Y de reírnos después de ellos acompañado de unos buenos riffs de guitarra eléctrica.