Black Mirror es una de las series que más ha impactado al público en los últimos años. Sí, es cierto que ya llevamos un tiempo sin nuevos capítulos, pero es que el propio creador de la serie, Charlie Brooker, explicó que prefería no crear nuevas historias sobre distopías en tiempos de pandemia. Que ya tenemos bastante, vaya. Y es que a veces asusta la fina línea que separa esta ficción de lo que vivimos en nuestro día a día.
Black Mirror me fascina, pero, sobre todo, me aterroriza. Porque muestra de lo que somos capaces cuando nos dejan experimentar con nuevas tecnologías. Por ello, vamos a repasar algunas de las ideas de Brooker que se han convertido en realidad en los últimos años. Por cierto, en este artículo no hay spoilers de los capítulos mencionados, así que no tenéis de qué preocuparos.
«Caída en picado»
Es cierto que hoy en día los likes y los followers se han convertido en algo relevante en la vida diaria, incluso en un trabajo para muchos. También nos pasamos el día puntuando los productos y servicios que adquirimos, con el objetivo de que los demás se fíen de nuestras opiniones. El ecosistema social que aparece retratado en este primer episodio de la tercera temporada es distinto, aunque no muy lejano. Y es que, a pesar de esos colores pastel que dominan vestuario y escenarios y que nos remiten a un mundo casi de fantasía, se trata de una de las historias que más se asemeja a nuestro mundo real.
En él, seguimos a una protagonista inmersa en una sociedad donde lo más valorado no es el dinero, sino algo mucho más fácil de perder: el reconocimiento social. Todos los aspectos de su vida aparecen controlados según la puntuación que ella obtiene de los demás, nivel que puede bajar igual de rápido que subir. La máxima de esta distopía que nos suena un poco es «no te olvides de sonreír en todo momento, ni de ser amable con los demás».
Resulta que esto existe ya, y no tiene pinta de que esté muy lejos de llegar a las vidas de todos. En China se ha implantado un sistema de crédito social que sirve como excusa perfecta para que el gobierno controle el comportamiento de los ciudadanos. Compañías como Sesame Credit, propiedad de Alibaba, determinan según algunas métricas sociales y socioeconómicas si el individuo es merecedor de un crédito. Además, cada persona puede compartir su Credit Score (es decir, su puntuación) con los demás, para animarse entre ellos a subir de puntuación.
«Toda tu historia»
Ya ni siquiera resulta raro que la gente documente prácticamente todo lo que hace en su vida, lo cuente en sus redes sociales, guarde destacados en las historias de Instagram para que todos podamos volver a ver sus recuerdos cuando queramos… Este es el germen de lo que vemos en «Toda tu historia». Los protagonistas de este capítulo tienen implantado un dispositivo en el cerebro que graba absolutamente todo lo que pasa en sus vidas y les permite revisitar sus recuerdos en cualquier momento y lugar, pasarlos a cámara lenta, e incluso hacer zoom en los detalles.
Una herramienta nada inofensiva, ya que vemos cómo priva a los personajes de toda privacidad. Al inicio del capítulo piden al protagonista en el aeropuerto que enseñe todo lo que ha hecho en los últimos días para comprobar antes de viajar que no ha cometido ningún delito. Resulta que, en el mundo retratado en «Toda tu historia» no existe ninguna de las variantes de la mentira, puesto que todo puede ser comprobado al rebobinar los recuerdos.
En nuestra realidad más actual, los expertos llaman lifelogging a la tendencia a recopilar todo tipo de datos de la vida diaria gracias a las nuevas tecnologías: desde fotos y vídeos sobre lo que hacemos hasta un registro de los pasos que damos, la comida que tomamos, las horas que dedicamos a estudiar o a dormir, con el objetivo de hacer un retrato de nosotros mismos que, seamos honestos, probablemente no se parezca en nada a la realidad. Dando un paso más, existen ya compañías que han desarrollado tecnologías para grabar todo lo que vemos, como es el caso de SnapCam, una pequeña cámara que se engancha a la altura del pecho.
«15 millones de méritos»
Probablemente sea uno de los capítulos que nos parecen más alejados de nuestro mundo… o no tanto. A diferencia de «Caída en picado», en esta historia la moneda de cambio no son las puntuaciones en una red social, sino la cantidad de ejercicio que las personas hacen en unas máquinas de gimnasio con el objetivo de comprar comida o mejorar los habitáculos en los que viven.
En la actualidad ya existen apps que convierten nuestros pasos en dinero, como es el caso de Sweatcoin. Pero difícilmente merece la pena descargar esta aplicación, puesto que hay que andar muchos, pero que muchos pasos, para poder ganar algo de dinero. Y no solo eso: al aceptar la política de privacidad, datos como nuestra ubicación o el número de teléfono son cedidos a la compañía y a terceras empresas. Es decir, que perdemos mucho más de lo que ganamos, y esas empresas ganan muchísimo más con nuestros datos de lo que podríamos ganar nosotros registrando nuestros pasos.
«Be right back»
Lo de resucitar a los muertos seguro que se ha intentado más de una vez, pero últimamente las nuevas tecnologías están poniendo mayor empeño de lo normal. En la segunda temporada de la serie se exploró la posibilidad de mantener a nuestros seres queridos con nosotros después de la muerte. ¿Cómo? A través de un sistema que recopilaba todo el rastro digital (conversaciones, publicaciones, gustos, compras…) que esa persona había dejado en su paso por la red. En «Be right backK no se cortan nada, y dotan a este sistema de un cuerpo físico idéntico al de la persona fallecida.
Resulta que hay gente que ya ha empezado a demandar servicios similares. La informática rusa Eugenia Kuyda decidió recrear a un amigo que había fallecido a través de su huella digital, utilizando más de diez mil textos escritos por su él en la red para crear un bot que interactuara de forma similar. Tras darlo a conocer recibió numerosas solicitudes de personas que deseaban volver a contactar con sus seres queridos fallecidos.
Obviamente las grandes compañías no se iban a quedar atrás en esto. Hace unas semanas Microsoft ha adquirido una patente para desarrollar un bot que se comunique como una persona ya fallecida gracias a la información recopilada sobre ella en la red. Además, la compañía podría permitir que, aunque todavía no estés muerto, puedas ir preparando tu propio bot para que tus seres queridos puedan conversar con él de forma amena cuando ya no estés.
«Odio nacional»
El último episodio de la tercera temporada tiene como protagonistas a una de las especies más fundamentales para la supervivencia de nuestro ecosistema actual: las abejas. Lo curioso es que no se trata de abejas reales, sino de robots desarrollados para evitar su extinción, así como la nuestra. Hasta aquí todo bien, pero las cosas se tuercen cuando el control de estos pequeños seres recae en manos equivocadas y se lía parda.
En los últimos años más de una empresa e institución se ha dedicado a hacer algo similar. Entre ellas, la Delft University of Technology de Países Bajos ha desarrollado los mismos dispositivos que veíamos en el capítulo: abejas robóticas que polinizarían las plantas en caso de que las abejas reales desaparecieran. Hasta la cadena de supermercados Walmart ha patentado una tecnología similar al ver negocio en la supervivencia de nuestro ecosistema de esta manera.
Aunque la serie explora muchas más tecnologías en sus episodios, esta es solo una muestra de cómo la conocida máxima de «la realidad supera a la ficción» se cumple siempre. Y es que, viendo Black Mirror y comparándola con el mundo actual, lo que queda claro es que la distopía es hoy.
Gracias, qué buen artículo.
El peor capitulo es himno nacional … Vi la serie 3 veces pero ese capítulo lo omito
Hola, ¿puedes enlazar ese producto de Walmart que comentas al final? Gracias