Mona y Bruno son dos jóvenes que se buscan, pero no se buscan el uno al otro como hacían Mitsuka y Taki, los protagonistas de la maravillosa Your Name. No, Mona y Bruno se buscan a sí mismos y no se encuentran. Mona es una joven escritora peruana que acude desde Stanford, donde está realizando un doctorado, a un lejano lugar en el ártico como candidata para recibir un prestigioso premio literario. Bruno es un adolescente malagueño que pasa largas tardes con sus amigos surfeando y bebiendo litronas y por las noches se mete coca, folla con violencia y se acuesta al alba.
Mona y Bruno comparten, a primera vista, pocas cosas en común. Aunque tienen el mismo idioma, hablan diferente. Aunque son escritores, se encuentran en etapas distintas. Aunque ambos están en climas extremos, Bruno pasa los días atrapado en un calor sofocante mientras que a Mona el frío le eriza las mejillas. Sin embargo ambos están conectados por el olvido. Un olvido que los acompaña latente entre moratones y ansiedad. Un olvido como recurso para sobrevivir al trauma físico y psicológico que provocan los abusos sexuales.
Dos estudiantes suecos cruzaban en bicicleta el campus de la Universidad de Stanford en California una noche de enero del año pasado, cuando vieron a un joven frotando su cuerpo sobre una mujer inconsciente, semidesnuda, detrás de un contenedor de basura. Alarmados, se acercaron y le preguntaron qué hacía. El joven, Brock Allen Turner, por entonces un prometedor nadador de veinte años en sus primeros años de universidad que aspiraba a ser atleta olímpico, los vio y comenzó a correr. Estaba borracho. Los otros dos estudiantes corrieron tras él, lo cogieron y lo retuvieron hasta que llegó la policía. (El Español, 11 de junio de 2016)
Esta podría ser la historia de Mona, pero la suya es otra. Su verdadera historia la desconoce, no la recuerda, la tiene bloqueada. Desde que viaja en el avión desde EE.UU. a Suecia y mientras está allí no tiene conciencia de lo que acaba de pasar en su apartamento del campus. Mona es ingeniosa, sarcástica y algo tímida. Durante su estancia en el Festival literario de Basske Wortz participa en sus dinámicas esnobistas y disfruta observado las rivalidades entre unos y otros. También fantasea y desea mientras en su subconsciente se abre camino la desgracia.
En sucesos traumáticos o estresantes se puede dar lo que se conoce como amnesia disociativa o funcional. Se caracteriza porque se produce un olvido del suceso acontecido sin que detrás subyazca ninguna patología física identificable. Hay experiencias traumáticas que marcan de por vida y afectan a la forma en que nos relacionamos con los demás. Aunque durante el tiempo que dura este tipo de amnesia no se puede recuperar la información de lo sucedido, es habitual que el olvido vaya acompañado de trastornos del sueño, como pesadillas e insomnio.
«Mi padre abusó de mí desde los siete hasta los doce»; con estas palabras Nadia hace público el secreto que guardó durante veinte años. Consiguió contarlo cuando fue madre y vio a su padre y abusador con su hija en brazos. Provocó una catarsis en su familia: su madre y su abuela contaron que también habían sufrido abusos. Ahora quiere evitar que sus hijas puedan pasar por algo así. (RTVE, 4 de agosto de 2018)
Esta podría ser la historia de Bruno, pero es otra. Su verdadera historia la desconoce, no la recuerda, la tiene bloqueada. En un verano de calor abrasador y pegajoso y de viajes en ciclomotor, Bruno combina el surf con el trapicheo de drogas. Desde el arranque de la novela, y muy poco a poco al principio, Bruno entra en una espiral de autodestrucción, que empieza a acelerarse hasta que acaba con el dique que contenía la fachada de un adolescente completamente roto por una infancia traumática.
En casos de abuso sexual en la infancia los traumas no resueltos pueden salir a la superficie lentamente, sin embargo los síntomas suelen aparecer con mucha rapidez, especialmente en la adolescencia, coincidiendo con el despertar de las pulsiones sexuales. La adolescencia es una etapa turbulenta en la que los jóvenes desafían los límites marcados, cuestionando, en muchos casos, las convenciones sociales. De todas las formas de maltrato a niños y niñas, la más difícil de aceptar, reconocer y diagnosticar es el abuso sexual en la infancia.
Mona es una novela de Pola Oloixarac que contiene reflexiones brillantes, repleta de ironía y que sin duda está inspirada en la estancia de Oloixarac en la Converses en Formentor donde se entrega el prestigioso premio literario. Los personajes que acompañan a la protagonista en su estancia en el festival se aproximan al estereotipo de escritor según su nacionalidad que cualquier autor ha conocido en estos circuitos literarios. La novela, que avanza fluida, combina el devenir literario de sus protagonistas en el evento con una marea de fondo que se va tragando el equilibrio de la protagonista hasta que un maremoto lisérgico acaba con todo.
Miguel Ángel Oeste relata en Arena un tiempo lejano en un lugar común: donde la generación de los setenta disfrutábamos de nuestras vacaciones. Ajenos, entonces, a los monstruos que conviven entre nosotros. Los colegas de Bruno son nuestra pandilla de aquel entonces, carne de nuestra carne, amigos a los que en algún momento no supimos entender porque de puertas para dentro vivíamos en mundos distintos. Arena es una novela intensa que engarza con nuestra juventud, con las fiestas en los pueblos, las discotecas y nuestras primeras relaciones sexuales para hacernos ver, treinta años después, que estábamos en Babia y que ningún tiempo pasado fue mejor.
Mitsuka y Taki no se conocen, viven en universos paralelos aunque de alguna manera el destino acabará uniéndolos. Mona y Bruno, ya ven, viven en novelas diferentes y, como en el caso de los adolescentes japoneses de una de las películas más bonitas del cine, el destino también los ha unido para siempre en este quimérico texto; aunque no lleguen a conocerse jamás.