Antes de que la filosofía se encerrara en despachos especulativos y teóricos para procesar teorías trascendentes, proceso que vino a ocurrir hacia la Edad Media, la población preguntaba a los pensadores cosas como cuál era una vida digna de ser vivida. En qué valía la pena esforzarse, qué era esencial y qué secundario. Preguntas vinculadas a la existencia y a qué es importante y qué es secundario en la existencia.
Los filósofos solían emplear un relato esencial para responder esta gran cuestión y se refería a la metáfora de la casa, en la que cada habitación corresponde a un aspecto esencial de la vida. La propuesta es tener todas las habitaciones de la casa limpias, ventiladas y cuidadas. Porque las habitaciones cerradas u olvidadas se llenan de polvo, oscuridad y secretos fantasmales por procesos de vitalidad que quedaron estancados e interrumpidos. Es necesario encontrarse confortablemente en cada una de las dependencias de la propia casa.
Los ámbitos vitales que deben distribuirse en las habitaciones son los siguientes.
Una habitación es el Habitat. Se refiere al área del autocuidado personal desde el punto de vista físico y psíquico. Esta es la primera obligación de todo miembro de una tribu: autosostenerse para no convertirse en una carga para el resto. Ejercer el sano egoísmo, que nos permite estar disponibles para la comunidad desde un estado de máxima competencia. Cuidar la propia salud sería el eje de esta dependencia. También la satisfacción emocional y el desarrollo de la propia cultura estarían al abrigo de esta zona de la casa.
Otra dependencia es el Aedes, raíz latina de la palabra edificio y se refiere a la familia que convive a distintas distancias de nosotros. De qué modo la situación de los familiares afecta a nuestra vida. Esto incluye su estilo vital y de qué manera los cambios que se operan en sus vidas afectan a la nuestra. Situaciones como el cambio de trabajo de la pareja, el hecho de ponerse a estudiar una carrera, el nacimiento de hijos o la emancipación de la casa de los hijos cuando son mayores, son episodios relevantes que afectan directamente a nuestra vida. Aunque también situaciones más concretas y cotidianas como la organización de las vacaciones familiares tienen una incidencia directa en nuestra propia vida.
Ambitus es otra habitación, y se refiere al trabajo, a lo que clásicamente y antes de la industrialización nos referiríamos como lo que tomamos del medio ambiente para vivir, clásicamente la agricultura y la ganadería.
En esta dependencia hay que establecer dos secciones. Por un lado, están los trabajos que realizo porque me los han pedido, las tareas que tengo comprometidas en agenda. Por otro lado, están los trabajos que aún nadie me ha solicitado, pero intuyo o preveo que pueden ser interesantes para un futuro más o menos cercano. Es necesario el equilibrio entre estos dos aspectos. Si la dedicación a los trabajos que me han pedido es excesiva, pospongo excesivamente la innovación y es más fácil quedar estancado. Por el contrario, si me dedico solo a la innovación y no atiendo los trabajos que ya tengo comprometidos, podemos entrar en el riesgo de ruina. Por lo tanto, es preciso atender simultáneamente a lo previsto y a diseñar acciones que consideramos interesantes para el futuro.
La siguiente dependencia se refiere al Fundus, los fundamentos o pilares de la casa. Los clásicos se referían con ello a los distintos tipos de relaciones humanas, y las diferenciaban en amigos, colegas, interlocutores e interesados.
Los amigos son los que te acompañan en la vida y no te juzgan, solo te dan su opinión sobre algo vital para ti cuando tú se lo pides y, sobre todo, se alegran por ti cuando te van bien las cosas. Su apoyo es incondicional y, en general, suelen ser pocos en la vida de una persona.
Los colegas son personas con las que trabajas y con los que conviene que haya un buen entendimiento profesional o vinculado con alguna acción conjunta que desempeñáis conjuntamente. Puedes tener una relación amigable con los colegas, pero no hay que olvidar que no son amigos.
Los interlocutores son gente que te interesa por su opinión o el tipo de análisis que realizan sobre un ámbito concreto como la sociología, la salud o la política. Pueden ser columnistas en medios de comunicación o personas desconocidas que te sirven como referencia en un análisis. En definitiva, nos interesa su pensamiento o la acción en algún ámbito de la vida, pero no solemos conocer su estilo de vida ni sus condiciones existenciales.
Los interesados son personas que te siguen por el trabajo que desempeñas o las propuestas sociales que realizas.
El único tipo de relación que implica conocer su vida personal e íntima son los amigos. En el resto de las relaciones no importa que tú conozcas su forma de vivir en concreto.
También es importante no confundir los distintos tipos de relación, porque se entra en riesgo de perderlos a todos. Confundir colegas con amigos suele ser un modo de corromper una buena relación con compañeros profesionales en el desempeño del trabajo.
A menudo las fronteras no son tan estrictas, pero conviene que los fundamentos de la casa sean firmes, haciendo la función que cada uno tenga que hacer.
El Foro es otro espacio necesario en la casa. Se refiere a la necesidad de un lugar para expresar al mundo cualquier cosa que nos preocupe. En la Grecia clásica era la asamblea, el lugar en el que cada uno podía acudir a expresar su opinión. En este espacio no se requieren necesariamente soluciones, solo deseamos satisfacer la necesidad de decir lo que nos preocupa y no queremos sostener individualmente. El foro responde a esa necesidad de gritar al mundo lo que pienso, con el simple objetivo de la mera expresión.
Otro cuarto necesario es el destinado a la Mutatio. En la vida debemos tener en marcha algún cambio. Alguna variación grande o pequeña que implique la reordenación existencial. Cambios de horario, de lugares que habitualmente frecuentamos. Cambios de costumbres que renueven el sentido de la propia vida. Renovación de la decoración del espacio. Dejar ir lo que hace tiempo tenemos guardado para que sea reutilizado por otras personas. Los cambios implican otros cambios que estimulan la vitalidad. Muchos recuerdos de la vida en las etapas más significativas suelen ir acompañados de cambios que hubo en nuestra biografía.
Terra ignota es otra habitación y se refiere a la investigación y el estudio. A menudo se identifica la formación con la infancia y la juventud. Sin embargo, la exploración de la realidad debería extenderse de la cuna a la tumba, como reza el refrán. En la vida debe haber siempre algo que estudiar. Y no nos referimos a estudios solo académicos, sino a cualquier investigación grande o pequeña que la persona desee llevar a cabo. El estudio reordena el pensamiento y mejora la percepción de la realidad. Hace buena y evidente la proximidad etimológica entre cultura y cultivo.
Una parte esencial de la casa es la Creatio. Espacio dedicado a lo que cada persona aporta al mundo y antes de él no existía. Desde el punto de vista filosófico, esta es la obligación más alta de cada ser humano. El compromiso de destilar la propia gota de miel acerca de todo lo que se ha aprendido en la vida. Aunque muchas otras personas hayan estudiado lo mismo, cada uno tiene una manera personal de ejecutar lo aprendido. Este es el grado más alto del aprendizaje. Expresar lo que significa para cada uno lo que aprendió. La mera repetición de lo aprendido corrompe el conocimiento. Es esencial aportar tu propia versión de lo que sabes.
Finalmente, tenemos la necesidad de disponer de un último espacio, el Caelus. Es la habitación destinada a las creencias. La dependencia en la que almacenamos nuestras grandes hipótesis acerca de las cuestiones esenciales de la vida. Desde el punto de vista de la vitalidad, lo importante de las creencias, más allá de su veracidad, es el impacto que tienen en nosotros mismos. Y me refiero al impacto físico que tiene el propio discurso sobre el cuerpo. Una de las funciones esenciales de las palabras que pensamos y que nos decimos radica en la aportación de fuerza o debilidad que realizan sobre nuestro propio cuerpo. En consecuencia, uno de los criterios para elegir creencias debería ser la vitalidad que nos aportan. Hay proyectos e ideas que queremos defender intelectualmente, pero contradictoriamente nos debilitan corporalmente y, en ocasiones ocurre lo contrario.
El conocimiento tan solo es un rumor hasta que llega al músculo. (Refrán papúa)
En síntesis, estas son las dependencias que cada persona debería cuidar en su casa simbólica. Es interesante atribuir cada aspecto descrito a una habitación o dependencia de la casa, incluyendo el dormitorio, el salón, la cocina, el taller o el jardín entre otras dependencias. También es importante dejarse llevar por la intuición acerca de porqué es mejor poner cada ámbito en una u otra habitación.
Es esencial revisar qué habitaciones están activas y qué otras dependencias están olvidadas y descuidadas en manos de los fantasmas del hogar, siendo necesaria su reconquista por parte de la luz y la ventilación. A no ser que se tenga otro proyecto, quizá debido a la necesidad de que estos fantasmas generen ricas travesías de historias de amor trágico o incomprendido.
Fantástico análisis. He disfrutado en cada línea.