8 de 8, algunas por descarte. Decir que un idioma se inspira en «las lenguas amerindias» es como decir que se inspira en «las lenguas humanas». A pesar de que es posible que todas las lenguas americanas que no son ni esquimo-aleutianas (ej.: inuktitut, groenlandés) ni na-dené (ej.: navajo) tengan un origen común, la diversidad es comparable a la diversidad del resto del mundo. Hay muchísimas lenguas cuya gramática recuerda un poco al euskera o al finés, con su aglutinación y regularidad, pero también hay otras que recuerdan al chino por sus tonos o su gramática, al castellano por sus conjugaciones o acento fijo (tomo vs tomó) o al árabe por sus raíces formadas por consonantes o la arbitrario de sus plurales. Y otras son muy «raras» en todo.
8 de 8, algunas por descarte. Decir que un idioma se inspira en «las lenguas amerindias» es como decir que se inspira en «las lenguas humanas». A pesar de que es posible que todas las lenguas americanas que no son ni esquimo-aleutianas (ej.: inuktitut, groenlandés) ni na-dené (ej.: navajo) tengan un origen común, la diversidad es comparable a la diversidad del resto del mundo. Hay muchísimas lenguas cuya gramática recuerda un poco al euskera o al finés, con su aglutinación y regularidad, pero también hay otras que recuerdan al chino por sus tonos o su gramática, al castellano por sus conjugaciones o acento fijo (tomo vs tomó) o al árabe por sus raíces formadas por consonantes o la arbitrario de sus plurales. Y otras son muy «raras» en todo.
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