Doegas goemine enteg: (Cuando el mundo estaba firme)
Expresión de los balineses para referirse al periodo anterior a la llegada del hombre blanco.
(Bateson, 1998: 146)[1]
Toda la información necesaria para afrontar el análisis de cualquier problema está en el contexto. Bateson analizó los mitos de distintas culturas relacionados con el origen del mundo y concluyó que estos no se refieren al origen de la materia sino al origen del orden de las cosas en el escenario de la vida[2].
En realidad, lo que evoluciona es el contexto. El césped fue la respuesta evolutiva de la vegetación a la evolución del caballo[3].
La orientación del ser humano en el contexto le posibilita sentir su lugar en el mundo.
La atención orientada al exterior se refiere a los siguientes aspectos esenciales:
- El primero está relacionado con la percepción que tenemos del espacio que ocupamos cada uno de nosotros y el resto de los seres vivos y objetos que nos circundan.
- El segundo aspecto tiene que ver con el lugar que adoptamos para ver el mundo y los cambios que se producen en nuestro pensamiento con el cambio de perspectiva.
- El tercero está relacionado con la percepción del tiempo.
El espacio conserva tiempo comprimido. El espacio sirve para eso.
(G. Bachelard, 1965: 38)[4]
«El pozo»
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de esas tragedias familiares que solo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa. Veinte años después, mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse. En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en su interior.
Este es un mundo como otro cualquiera, decía el mensaje.
(Luis Mateo Diez, Piezas sueltas)
Pensar el espacio
Entre las cosas separadas entre sí hay siempre una distancia, sea grande o pequeña; esto es, algo extenso.
(J. Raphson, 1697)[5].
Según distintas culturas como la irania, sumeria, india y mesopotámica, para que algo sea real debe ser reflejo del espacio celeste. Platón recogió estas ideas y las formalizó en su pensamiento. La creación de la realidad tiene que ver con transformar el caos inicial en cosmos[6], en darle forma al territorio antes de ser habitado. Y ello se hace a partir de marcar un centro para después determinar su periferia. Se parecería al viejo concepto ya de formatear el dispositivo electrónico antes de introducirle información.
El simbolismo del centro del mundo es uno de los mitos en los que se asienta la idea de civilización. Lugares como la montaña sagrada donde se reúne el cielo y la tierra, los templos, palacios o ciudades sagradas, así como los lugares sagrados que conectan Cielo, Tierra e Infierno, se hallan en el centro del mundo y acceder a él supone una consagración.
El segundo elemento de conversión de caos en cosmos consiste en que el ser humano disponga de un lugar en el mundo. Esta idea se apoya en una sensación física. Las personas intercambiamos permanentemente información con nuestro entorno inmediato, medimos visualmente la distancia entre el lugar en el que nos encontramos y los límites de nuestro espacio circundante. En la antigüedad se tenía una conciencia permanente de la posición del sol en cualquier momento del día.
Los balineses, por ejemplo, no pueden funcionar si no están orientados geográficamente en los puntos cardinales del espacio. No pueden bailar, ni siquiera seguir una conversación [7].
Su lugar en el mundo depende en gran medida de la percepción visual de los límites de su entorno. Para comprobarlo haga el siguiente ejercicio.
Mantenga el equilibrio de su cuerpo sobre un solo pie. Cuando se sienta equilibrado mantenga la posición y cierre los ojos.
Por regla general, en pocos segundos la persona perderá el equilibrio. Ello se debe a que la percepción permanente del espacio nos da la información necesaria para mantener el equilibrio. Ese contraste continuo entre lo que percibimos y nuestra percepción de equilibrio es lo que permite nuestro modo de estar en el mundo.
Percibir el espacio circundante es un entrenamiento que realizan actores y bailarines para posicionarse en la acción de la escena. Sensibilizar este aspecto nos aporta una información sobre el contexto de distinta calidad a la conceptual. Hay que sentir como si una cantidad infinita de gomas de chiclé se tensaran y destensaran desde nuestro cuerpo a una infinidad de puntos límites del espacio en el que nos movemos, a los compañeros, etc.
Este camino
ya nadie lo recorre
salvo el crepúsculo.
(Matsuo Basho)
Los niños juegan a fijarse en el espacio existente entre los objetos, a dibujar la silueta que queda dibujada entre las figuras de una lámina o de la realidad que están observando. Este juego, que se va olvidando cuando crecemos es un patrón básico para conectar con nuestra inteligencia inconsciente.
Los profesionales que se dedican al teatro y la danza trabajan mucho sobre la percepción del espacio escénico.
Existen distintas áreas espaciales alrededor de nuestro cuerpo con diversos significados y la percepción que tenemos del mismo afecta a nuestro estado personal. Muchas tribus de nativos norteamericanos comparten un sencillo ritual: no abandonan su casa sin sentir por un moment, que un mínimo espacio que circunda su propio cuerpo se lo llevan allá donde vayan durante el día. Y con ese escudo protector invisible abandonan su hogar para empezar la jornada[8].
El progreso en arte no consiste en ampliar los propios límites, sino en conocerlos mejor.
(Braque)
Es interesante pensar por qué algunos profesionales de asistencia domiciliaria como educadores, psiquiatras o trabajadores sociales, que trabajan con clientes de economía psíquica y social precaria, son más propensos que otros a las agresiones físicas de los usuarios que atienden en los barrios marginales en los que trabajan. La presión psicológica a la que están sometidos estos profesionales es muy alta y la población a la que prestan sus servicios suele estar relacionada de algún modo con el uso de la violencia. El resultado de la investigación apuntó a que los profesionales que habían sido más agredidos se sentían muy inseguros cuando abandonaban su centro social y salían a la calle. No podían sentir como propio ningún espacio ajeno y ello afectaba negativamente su estado emocional. La ruptura de patrones de sintonización emocional con los jóvenes era lo que crispaba la relación y, en consecuencia, el riesgo de introducción de la violencia como patrón de conducta, era mayor. Estudios similares realizados con vendedores ambulantes confirman este hecho.
El solo hecho de salir de Nueva Orleans me altera considerablemente. Tras los límites de la ciudad empieza el corazón de las tinieblas, la auténtica selva.
(Ignatius Reilly)[9]
La proxémica es la disciplina que estudia la regulación de la distancia y nos indica la base de muchos comportamientos y reglas de contacto social. Trata esencialmente de la noción de distancia fuera del campo de la conciencia.
Los descubrimientos de los especialistas en etiología y psicología animal sugieren que cada organismo vive en su mundo subjetivo, que está en función de su aspecto perceptual y en consecuencia, una separación arbitrariamente expuesta entre el organismo y su mundo modifica el contexto y falsea así la significación. La línea de demarcación entre el medio interno y externo del organismo no puede establecerse con precisión. El feed-back entre organismo y medio debe comprenderse como un proceso en permanente equilibrio sensible (Hall, E.T. 1993)[10].
Los monos tienen treinta y dos funciones de territorialidad, algunas muy importantes relativas a la protección y evolución de la especie como la que les proporciona una base residencial, o les facilita la protección frente a animales de presa. También les favorece la cría selectiva debido al refuerzo de la dominancia de los más capaces para fundar territorios. Otras funciones relacionadas con la protección de nidos y crías o la identificación de zonas de eliminación de desperdicios, entre otras.
Sin embargo, una de las funciones más importantes de la proxemia es la del espacio, que protege contra la excesiva explotación de aquella parte del medio del que vive una especie.
En consecuencia, es esencial sentir y pensar el espacio para mantener la vida. Existe una falaz afirmación que dice que la vida del planeta está en peligro. En realidad lo que está en riesgo es la vida de los seres vivos en la tierra.
Cuesta empinada
Árboles sin hojas
Delante de la casa
(Masaoka Shiki)
NOTAS
[1] Gregory Bateson. (1998): pasos hacia una ecología de la mente. B. Aires: lolhé-lumen.
[2] Bateson. Op. Cit.: 23
[3] Bateson. Op. Cit: 183
[4] Gaston Bachelard (1965): la poética del espacio. B. Aires: fondo de cultura económica.
[5] Alexander Koyré. (1989): del mundo cerrado al universo infinito. Madrid: siglo xxi.
[6] Mircea Eliade. (2001): El mito del eterno retorno. B. Aires: Emecé
[7] Bateson. Op. Cit. 1998: 142
[8] Will Mc Donald. (1996): Curso de hipnosis y patrones ericksonianos. Taller 1º. Notas y apuntes. Instituto Gestalt de Barcelona:. Noviembre,1996. Barcelona: material multicopiado.
[9] Personaje de la obra de John Kennedy Toole. 1992: La conjura de los necios. Barcelona: RBA
[10] Edward Hall (1972): La dimensión oculta. Buenos Aires: Siglo XXI.
La objetividad es subjetiva…
https://youtu.be/qXhYsMEjsZ8