¡Genial! No hay día que este señor no nos depare maravillas. Ayer era un ejecutivo leyendo sus preocupaciones en el sube y baja de la bolsa, hoy es una niña, que en vez de dormirse con la lectura la usa como hamaca para introducirse en su libro preferido.
¡Genial! No hay día que este señor no nos depare maravillas. Ayer era un ejecutivo leyendo sus preocupaciones en el sube y baja de la bolsa, hoy es una niña, que en vez de dormirse con la lectura la usa como hamaca para introducirse en su libro preferido.