El artículo 19 de la declaración del estado de emergencia en España obligó a los medios de comunicación a insertar mensajes que las autoridades considerasen convenientes. Hubo un pacto tácito: no difundir noticias alarmantes. O hacerlo con cuentagotas. Hacia final de semana la actitud había cambiado, y comenzaba a comunicarse a la población cuál era el verdadero escenario.
La debacle hospitalaria comenzó el 9 de marzo
Saltaba a portada que el coronavirus estaba saturando los hospitales. El viernes 13 ya era un caos. Pero el lunes de la falta de respiradores y EPIs solo se hablaba en medios locales. El personal sanitario comenzaba a fabricarse EPIs con bolsas de basura no porosas. No se comentó hasta el miércoles, en la sección de sociedad.
Ayer viernes resultaba difícil esconderlo, ya no solo es que no cupieran más enfermos en los hospitales, además los médicos habían comenzado a elegir quién ingresa en UCI: el que tenga más oportunidades de sobrevivir. Con una semana de antelación lo hacían en Italia, donde ahora muere gente cada día y la mayor parte del personal sanitario está contagiado y en cuarentena. Es lo que viene. En el hospital La Paz de Madrid, la mitad de los sanitarios sometido a la prueba del COVID-19 dio positivo.
A mitad de semana supimos también que los ancianos habían comenzado a morir y contagiarse masivamente en las residencias porque ya no se les puede trasladar a los hospitales, mala gestión aparte. Con un aviso para jóvenes comprobado en Estados Unidos, Italia y Corea del Sur, también para ellos está resultando letal.
Héroes anónimos
Héroes anónimos como las personas que se han reunido en el grupo de Telegram «Coronavirus makers» para a fabricar con impresoras 3D y software escrito por ellos respiradores que puedan abastecer la demanda en un tiempo récord. El sistema de patentes debería impedir que las empresas «trols de patentes» bloqueen innovaciones, sobre todo cuando nos jugamos la vida.
Una monarquía de culebrón
El que nos crean los méritos del emérito. Cuando el periódico británico Telegraph publicó la investigación del pago de comisiones a su padre, el rey Felipe VI se apresuró a anunciar su renuncia a la herencia ilícita de su padre. Ese anuncio fue una doble operación de marketing porque nuestro Código Civil no permite renunciar a una herencia hasta que quien nos la lega muera, y porque la princesa Leonor sigue siendo beneficiaria de la misma. Además el rey sabía de la ilicitud de esos ingresos desde hacía un año y no lo había puesto en conocimiento de la justicia. Los detalles explicaban que firmó ante notario que renunciaría en su momento. Los detalles confirman que sabiendo de la situación, no tomó medidas en su momento.
La fiscalía Suiza va seguir con su investigación y se prevé que Juan Carlos I acabe enfrentando los tribunales suizos, donde no tiene esa anacrónica inmunidad que obtuvo en circunstancias extraordinarias. Vueltas que da la vida, otras extraordinarias circunstancias le enfrentan con una parte de su pasado nunca demostrada pero intuida. Las diez cajas de documentos oficiales que Corinna asegura tener como pruebas han resultado suficientes en aquel país. Tanto, que Anticorrupción ha solicitado una comisión rogatoria para acceder a esas investigaciones, iniciativa que puede acabar llevando al emérito a la Audiencia Nacional. Recordemos el discurso de Felipe VI: no es tiempo de mirar atrás a los errores cometidos. En algo estamos de acuerdo, en este momento lo prioritario es salvar vidas. Pero cuando este momento pase, habrá que mirar con lupa, y pedir responsabilidades.
Cambio de rumbo en la Unión Europea
Nunca antes se había parado la economía de varios países a la vez para luego intentar activarla. Incluso en las guerras existía en retaguardia cierta actividad económica. La generación millennial va a ser la primera que afrontará una crisis al salir al mercado laboral y otra cuando se decidían a vivir solos, en pareja, o a tener hijos.
La reacción de la UE comenzó blanda, lenta y desigual, anteponía el Tratado de Maastrich, que no permite los rescates. Por contraste las medidas de los gobiernos nacionales parecían extremas. Italia suspendía el pago de alquileres y facturas, en Francia y Alemania se prohibían los despidos.
Sánchez anunciaba doscientos mil millones, —algo menos si restamos el humo contable— y medidas que no llegaban tan lejos, pero señalaban que nos estamos jugando el futuro económico si no reaccionamos. Como para subrayarlo el jueves a última hora la UE anunció un plan de inyección masiva de fondos destinados a rebajar los intereses de la deuda pública de sus miembros. Adiós a la austeridad de Merkel.
Situación internacional: el alcalde de Tiburón (1975)
Ningún gobierno sobrevive a la responsabilidad de haber permitido la muerte de millones de ciudadanos por su inacción. Lo hemos visto en Francia, donde Macron permitió ir a votar, manifestarse a los chalecos amarillos, y llenar las calles. Para salir al día siguiente a decretar la cuarentena, avisando que estaban en estado de guerra. Merkel también permitió votar el domingo pasado, tras advertir que el 70% de la población se contagiaría del COVID-19. WTF!
Boris Johnson, en cambio, no quería dar su brazo a torcer, y dijo a sus ciudadanos que debían aceptar las muertes antes de tiempo de sus seres queridos. Al menos hasta que recibió este informe del Imperial College donde se le advertía de que los muertos serían medio millón, y si tomaba medidas leves, doscientos cincuenta mil. Colapso de la sanidad inglesa incluido, en ambos casos. Ayer viernes se cerraron las escuelas en Reino Unido, y creemos que es cuestión de tiempo que inicien la cuarentena en todo el país.
Trump ha dado un giro con su estilo habitual, ahora quiere convencer a todo el mundo de que fue el primero en tomar medidas. Ha avisado a los gobernadores locales de cada estado que deben ser ellos los que tomen medidas, no el gobierno central. California ha decretado la cuarentena y encerrado a la séptima economía del mundo, con una población algo menor a la de España pero 2,5 veces su PIB. El presidente, por su parte, tacha de los informes coronavirus para sustituirlo por la expresión «virus chino».
Uno de cada cinco norteamericanos perderán su trabajo o verán reducido su horario e ingresos por la crisis del coronavirus. El Congreso está estudiando meter en la cuenta corriente de cada ciudadano cuatro mil quinientos dólares. Además del daño económico, los muertos se contarán por millones en un país sin programa de prevención ni sistema de sanidad público.
Usaron un mismo argumento en todo el mundo, «es solo una gripe». El propio Boris reconoció que era muy fan del alcalde de Tiburón, que puso los ingresos por turismo por encima de las vidas de sus ciudadanos, en contra de las advertencias de los técnicos y científicos. La película es de 1975. ¿Cuántas películas más hay con el mismo argumento?
Italia no reaccionó ante la crisis en China, pero es que China no es transparente, decían. España no reaccionó ante la crisis de Italia, pero es que era solo una gripe. Alemania y Francia no reaccionaron ante la crisis de China, Italia y España, pero es que yo ya no sé qué decir.
Lo de México va a ser el fin del mundo. Una mega ciudad llena de personas como el D.F. y un presidente que dice todavía hoy que no pasa nada. Sí se podía saber que los políticos actuarían de esta manera. Es de primero de apocalipsis. Hemos visto películas de sobra para saberlo. La única diferencia es que las películas suelen terminar bien. Ojalá.
La cultura nos anuncia un mundo nuevo
El que vendrá después de esto ya se anuncia. Son malos tiempos para publicar libros, pero muy buenos para leerlos. Hasta en Minecraft, donde Reporteros Sin Fronteras ha construido una biblioteca virtual donde ciudadanos de países en los que rige la censura pueden leer, conectados al juego, todos los libros y artículos que su gobierno les oculta. No sabemos si habrá números de la revista Playboy, que cierra. Desaparecerán iconos del siglo XX como este, donde iniciaron su carrera escribiendo artículos escritores como Hunter S. Thompson, Ray Bradbury, o Norman Mailer. Malamante pero en Jot Down seguiremos adelante. Abriendo contenidos, la Jot Down Kids para niños o con esta newsletter.
Hollywood pide ayudas de emergencia para no desaparecer en EE. UU., el cine se muere. Su modelo de negocio está basado en la venta de entradas de cine y en nuevos estrenos. Sin poder hacer nada de ambas cosas puede que no sobreviva a la crisis. En España vamos por el mismo camino y quizá el online sea la única solución, como esta iniciativa de Filmin, The Filmin Times, la historia contemporánea de Europa contada a través del cine.
El consumo de porno ha aumentado exponencialmente. Las estadísticas de PornHub permiten ver cómo se incrementa a lo bestia en cuanto en un país se decreta la cuarentena. Especialmente en España. La UE ha pedido a Netflix que baje la calidad de las transmisiones, que la red no da para tanto con tanta gente en casa.
No todo es malo. George R. R, Martin vuelve a tener tiempo para escribir. Eso ha anunciado, y Juego de tronos tendrá el final que merece, no el apaño precipitado que hicieron en la serie. Martin explicó que los show runners tuvieron seis horas para terminarla, unas trescientas sesenta páginas de guion, mientras que él usará varios miles. Los fans de Juego de tronos lo pedimos desde aquí. Por favor, decreten una cuarentena indefinida para Martin.
Nuestra reflexión de esta semana: cuídense, que de esto se sale
Vivir algo así no se elige ni se prepara. Pero la humanidad ha sobrevivido antes a estas situaciones. Es importante no difundir bulos, Maldita está haciendo un trabajo notable en este aspecto. No juzgar rápido, hay personas que salen de casa porque es su obligación y están siendo insultadas. Crear tejidos solidarios con familiares, amigos y vecinos. Los vamos a necesitar.
De esto se sale. Las buenas noticias son que en Wuhan llevan dos días sin casos. En Singapur no hubo ningún muerto. Las malas que estuvieron sesenta días encerrados, con un protocolo de cuarentena más severo que el nuestro. Esto es una maratón. Asuman que vamos a seguir así hasta el verano. Prepárense para ello, poco a poco y con cabeza. Diseñen rutinas. Mantengan la cabeza ocupada. Hablen a menudo. Y cuiden de los mayores.
Es un clásico la frase de Sócrates que reza que «La juventud de hoy ama el lujo. Es mal educada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores. Los jóvenes ya no se ponen de pie cuando los mayores entran al cuarto. Contradicen a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros». Es normal, todos hemos sido jóvenes, y todos lo somos de maneras similares. Pero vivimos en una época con esperanzas de vidas cercanas a los cien años. Y ese conocimiento, esa sabiduría, esa experiencia, a la que no hemos prestado nunca demasiada atención, puede que se pierda.
Cuídense y cuiden de ellos. Aunque no sean sus mayores. Aunque sea en la distancia. Nosotros aquí seguiremos para lo que necesiten. Es la hora de los héroes. Y ahora los héroes somos todos nosotros.
Errata: es la Princesa Leonor no Sofía.