2020 es año santo, esto es, habrá fútbol de selecciones en verano. Para los aficionados españoles ha sido siempre una experiencia trascendental. La inmensa mayoría de meses de junio, por el dolor psíquico. Por algún motivo, en lugar de acudir a estos torneos a participar, apostar por la paz en el mundo y abogar por la concordia, los españoles siempre han acudido con la presión autoimpuesta de que, si no eran la selección ganadora, una de veintitantas, eran ratas de cloaca. Tanto los jugadores como el conjunto de la nación. Este ameno torneo se ha vivido siempre con la agradable sensación de la asfixia, de caerse al vacío, de ser enterrado vivo, de cualquier tormento otomano, como el de atarte a un cadáver para que te vaya pasando poco a poco una septicemia. Así hemos disfrutado siempre en este país de sano deporte del balón.
Además de un triunfo en blanco y negro, hubo un singular y paranormal paréntesis entre 2008 y 2012. Nadie entendió qué pasó ahí. La prensa llevaba meses machacando al seleccionador, como era costumbre, para seguir con la rutina, y de repente se ganó. Se pilló a todo el país con el pie cambiado. Luego, con parsimonia, cinco años después se volvió a aterrizar suavemente en la costumbre. Cada verano de año santo, se ha vuelto a experimentar de nuevo un trauma apocalíptico.
Entre dolores espantosos, el aficionado se preguntaba si es que acaso Dios no existe, qué sentido tiene nada, mas no sería lo lógico dejarnos morir de inanición o no debería ser el ascetismo la única respuesta válida a tanta infamia. Solo gozaba de sentido la existencia cuando en la oscuridad de las tinieblas, a veces, como un relámpago, llegaba algo de luz por algún gol peregrino. Celebrados como saetas, esos goles nos llenaron de esperanza. Alimentaron por momentos la fe, lo suficiente como para volver a sentarse ante la tele el siguiente mes de junio a recibir otra patada en la boca. ¿Pero cuál de estos goles ha sido el más gol de España de todos los tiempos? Voten o añadan en sus comentarios su favorito.
(La caja de voto se encuentra el final del artículo)
Para ahogarse en la orilla, por Alfonso Pérez Muñoz
Eurocopa de 2000. Tercer partido de la fase inicial, Yugoslavia. Minuto 94. La astilla de bambú debajo de las uñas de los dedos de los pies nos la había metido Noruega en la primera jornada. Salida en falso de Molina, gol de Steffen Iversen, natural del Oslo. El único gol de su selección en el torneo. Había que ganar a la Yugoslavia de solo serbios y montenegrinos, pero que tenía apellidos como Mijatovic, Mihajlovic y Stojkovic que resultaban estremecedores. España estuvo tres veces por detrás en el marcador. Nadaba hacia la orilla pero cada vez estaba más lejos. Tras un penalti harto curioso, solo quedaba ganar para clasificarse. Pep Guardiola, artífice del pase inteligente, de la jugada de diseño, interpretó que en ese instante la corriente filosófica que mejor admitía la pelota era la de darle un hostión. El esférico llegó así al área, donde se impuso Ismael Urzáiz a su marca para bajar el melón con la cabeza a los pies de Alfonso, que solo tuvo que rematar ligeramente colocado. El tanto abrió una autopista por la que se coló España para ser devuelta con lacito a casa por la Francia de Zidane y Djorkaeff. Eso era lo nuestro, pero cómo celebramos ese gol.
¿Contra Malta?, por Juan Antonio Señor Gómez
Clasificación para la Eurocopa de 1984. Benito Villamarín, 1983. Bajo la acusación no solo de haberse dopado con esteroides, sino también la de haber drogado al rival con limones, España, echando literalmente espuma por la boca, derrotó a Malta por 12-1, lo que nos daba el goal average necesario para poder acudir a la Eurocopa de Platini. Enemigos de la patria han calificado de oprobio que la gesta más importante de los ochenta de la selección, además de la victoria contra Dinamarca en octavos de México, fuese derrotar a Malta por muy abultado que fuese el marcador. Sin embargo, esta batalla era en realidad contra Holanda, que es la que se quedó fuera de la Eurocopa y la que le había metido a Malta previamente 0-6 y 5-0. Solo había que ganar por 11 de diferencia, en Sevilla llovió aquella noche, pero se hizo como avanzaban por la jungla los marines en Vietnam. Los goles fueron llegando hasta hacer el sueño realidad. Señor recibió en la frontal un rechace y mediante la depurada y sofisticada técnica ancestral de darle a la pelota una buena hostia, anotó. José Ángel de la Casa gritó como si hubiera sorprendido a dos individuos rompiéndole la ventanilla del R-20 con un ladrillo para extraerle el radiocasete.
Fue, por José Miguel González Martín del Campo
Mundial de México, 1986. Estadio Jalisco, Guadalajara. Primer partido de la fase de grupos, frente a Brasil. Se venía de haber perdido la final de la Eurocopa por un triste error de Arconada. El Mundial de México, torneo sacro tras el advenimiento de Maradona, era la oportunidad de mostrarle al mundo el potencial del fútbol español. A los 52 minutos, José Miguel González Martín del Campo, alias Míchel, disparó desde fuera del área, el balón se estrelló en el larguero, botó dentro de la portería, salió rebotado hacia fuera y el colegiado, señor Bambridge, australiano, dijo que siguiera el juego, que no veas si siguió y siguió que, siete minutos después, Sócrates remató de cabeza y batió a Zubizarreta. Victoria para Brasil y rabia eterna para La Roja, lo cual no quiere decir que no vayamos a considerar gol ese tanto de manera cautelar y exigir al Tribunal Constitucional que recurra a Estrasburgo para declarar nulo ese Mundial y que se repita en país neutral con los mismos jugadores hasta que se demuestre lo contrario.
¿Es un pájaro, es un avión?, por Fernando Ruiz Hierro
Clasificación para el Mundial de Estados Unidos. Grupo III. 17 de noviembre de 1993. Con seis jugadores de corte defensivo. Ferrer, Alkorta, Giner, Camarasa, Hierro y Nadal, Bakero controlando, Luis Enrique y Goikoetxea por las bandas y Julio Salinas en punta, don Javier Clemente Lázaro abordó el partido clave para la clasificación al Mundial de Estados Unidos con un planteamiento netamente ofensivo según sus cánones. El encuentro tuvo tintes dramáticos desde que a los diez minutos Zubizarreta le entregara la pelota a Laudrup y se viera forzado a derribarlo y recibir una tarjeta roja. Con la expulsión, apareció Santiago Cañizares haciendo paradones como los de Benji Price, el guardameta más popular por aquel entonces. El equipo se contagió de su entusiasmo y logró doblegar a los daneses con un gol de cabeza de Hierro tras un córner que describió una parábola como si fuera más bien un saque de puerta de Andoni Cedrún Ibarra. Una excelente postal que sirvió de carta de presentación inmejorable para la tragedia que nos aguardaba en el campeonato.
El estrangulador de Boston, por José Luis Pérez Caminero
Mundial de Estados Unidos. 1994. Cuartos de final ante Italia. Se había llegado al Mundial de manera un tanto precaria, pero ahí se estaba, que era de lo que se trataba. El torneo comenzó con drama marca de la casa, viendo cómo Corea del Sur nos remontaba un sufrido 2-0 en cuestión de cinco minutos. Sin embargo, otro melón describiendo la gráfica de la teoría de cuerdas del universo arrojado por Jon Andoni nos hizo empatar contra Alemania y, tras vencer fácil a Bolivia, estábamos de nuevo en la pomada. Más que eso, se pasó por encima a Suiza y el cruce contra Italia era la hora de la verdad más para ellos que para nosotros. Con un entrenador que había levantado a su equipo desde atrás, el encuentro contra el país si no hermano, primo, debía transcurrir empleando ambos conjuntos las mismas armas. Algo así como una pelea de toros en mitad de la dehesa, pero no fue así. España jugó uno de los mejores partidos de su historia. Fútbol total. Fue anómalo que se adelantaran los italianos incluso y ahí llegó la verdad, la justicia, de la mano de José Luis Pérez Caminero, que recibió dentro del área y con elegancia de un talentoso sibarita abogó por darle a la pelota una hostia que te cagas. Empotró a Pagliuca y empatamos a cara de perro. Ese gol se gritó como pocos se habrán gritado en unos chiringuitos en los que atronaba Roxette con «Sleeping in My Car». España estaba ahí para vencer, jugando que lo flipas, con autoridad. Y nada, falló Salinas, marcó Baggio, nos dieron dos tortas y para casa sangrando y llorando.
Back on the streets again, por Iago Aspas
Kaliningrado, Rusia 2014, fase inicial, tercer partido frente a Marruecos. Pasado el susto de haber ganado un Mundial, suceso inverosímil que habrá que ver si no es un falso recuerdo que nos inoculó el gobierno para distraernos de la crisis —tendrán que investigarlo los genios que han «descubierto» que la heroína se la daba la policía a la gente para que no hiciera la revolución— a nadie le llamó la atención que en el Mundial de Brasil se cayera a las primeras de cambio recibiendo goleadas de espanto y solo por delante de Australia, que obtuvo cero puntos. No hizo ni daño aquello porque las gentes de bien todavía seguían celebrando lo ocurrido en Sudáfrica cuatro años atrás, pero en 2018 alguno hubo que arqueó la ceja. De entrada, por despedir al seleccionador horas antes del debut, algo que ni a nosotros se nos había ocurrido antes. En un partido trepidante contra la Portugal de Cristiano Ronaldo, que manca no era, se empezó empatando a tres. Con Irán, saltaron las alarmas en el Kazán Arena, porque estábamos un poco oxidaditos. Contra Marruecos se mascó la tragedia. Cuando Marruecos se puso 1-2 en el 81, si Irán le empataba a Portugal en el Monrovia Arena de Saransk, estábamos fuera. Los iraníes lo lograron en el 90+3, pero antes habíamos vuelto a las andadas, a cantar un gol tragicómicos, rompiéndonos la camisa y golpeándonos en el pecho con la mano abierta; un gol para marchar derechitos a la calamidad, en este caso Rusia en octavos. Iago Aspas hizo este tanto, de tacón nada menos, como los superclases, aunque tuvo que validarlo el VAR, como mandan los cánones de la era tecnológica.
¿El penalty de Cesc contra Italia en la Euro 2008?, Superando la barrera psicológica de los putos Cuartos e iniciando un periplo ganador que no creo que vuelva a repetirse.
Y a diferencia de los campeonatos en los que se marcaron los goles recogidos en la lista, en 2008 España se proclamó campeona, como bien indica, entre líneas, la introducción al artículo que debería usted haber leído.
Es que no va de eso el artículo.
Villa contra Paraguay. Sufriendo hasta el final y con tres palos en la jugada del gol
Me asombra que no esté el gol de Iniesta.
El gol de Puyol de cabeza contra Alemania. Mic drop
El cénit de la selección española de fútbol, en contra del criterio generalizado sobre un gol que vuestra lista no incluye (el de Iniesta en Sudáfrica en 2010), no es sino el gol de Silva a pase de Cesc en la final contra Italia en la Eurocopa2012. Ahí finaliza la sinfonía, con un calderón magnífico. Ahí, grandiosa y tristemente, ya se han liberado de todos los corsés. El mantra de «El fútbol es un estado ánimo» ha cobrado su máxima expresión y España ya no es la España que algunos de nosotros vimos palmar, una vez tras otra, frente a los franceses y otros muchos equipos a lo largo de su más reciente historia. Pero tu lista, Álvaro, es interesante.
La introducción viene a decir q no se incluyen los goles en torneos q nos hicieron campeones, sino de aquellos q supusieron una decepción por eso no pueden estar los de Cesc, Puyol, Torres, Villa,Marcelino y por supuesto el de Iniesta.
De la lista sugerida uno de los más emocionantes fue el de Alfonso,el de Michel era un golazo,pero no lo dieron x bueno (así q vale lo q el de cardeñosa o julio Salinas).
Incluiría enteré los no citados el de zara en Brasil 1950 q hizo q quedáramos de cuartos en el mundial y también uno de los 4 goles de butragueño a Dinamarca en 1986
Joder, leed la puta introducción al artículo… Goles de los campeonatos en los que NO SE ganó.
Mea culpa.
El gol que representa a la España que lo intentaba con corazón y palmaba sin excepción, podría ser cualquiera, como aquel de Hierro, sin celebración, frente a Bulgaria en el 98, cuando ganar por 6-1 no era suficiente para arreglar el estropicio frente a Nigeria… O aquel contra Corea que se anuló en 2002…
El gol que cambió las tornas: el penalti de Cesc contra Italia en la Eurocopa del 2008. Aunque representa mejor la agonía patria el eterno rodar del balón de Torres antes de entrar en la portería alemana en la final. Y por fin un título en color. De todas formas, nunca he sentido mayor tensión futbolística resuelta que con el gol de Villa contra Paraguay en carambola de palos triple. Todo después de una locura de penaltis y salvación de Iker Casillas INCLUIDA. Después de éste, la «maldición» de cuartos se dio por definitivamente rota.
EL GOL: EL DE INIESTA EN SUDÁFRICA EN 2010
25 de junio del 2000. Cuartos de final de la Eurocopa 2000, España contra Francia, y Carrito raúl, el que tira del carro, marca un golazo de penalty que nos clasifica para las semifinales. Oh, espera…
Oh yeah, otro de los no goles míticos. Pero como fue otro de los penaltys que se inventaba Abelardo desmayándose el el área, no supo tan mal por tema merecimientos y eso. Eso sí, a Raúl le cayó la del pulpo, como debe ser. Yo en esa época era de los que pensaba que si no volvían campeones que mejor que no volviesen. Yo ni celebré el subcampeonato del 84. Losers xD
Maceda contra Alemania en el 84.
Amén
Rusia 2018
Veo que la mayoría de los comentarios anteriores no han pillado de qué va esto. Hablando en plata: aquel gol de España que pensamos: fuaaaa aquí salimos campeones, fijo. Y naturalmente nos la dimos inmediatamente. Los de Señor y Hierro para mí no tuvieron ese efecto, ya que sólo sirvieron para clasificarse a un torneo. El de Aspas y Alfonso para pasar de la fase de grupos, que no era moco de pavo en esa época y ya creíamos que se ganaba prácticamente el torneo con goles tipo «la suerte del campeón». El sí pero no de Míchel es un aparte, y frustró porque aún había el recuerdo del no pero increíblemente no de Cardeñosa también contra Brasil, que nos habría clasificado en la fase grupos en Argentina 78, eliminando a una de las favoritas. Recordemos que habíamos palmado contra la Austria de Krankl, y se clasificaban 2 por grupo. Luego Brasil no llegó a la final por el extraño partido Argentina-Perú.
En el mismo mundial de Mexico del sí pero no de Míchel. sí que hubo un gol que nos llenó de ilusión. Sí, también los de Butragueño que se cargó a una Dinamarca bestial que se había merendado a Alemania y nos dio un baile hasta el primero del Buitre que fue una cagada de ellos. Luego les bailamos nosotro. Pero ya digo, un gol olvidadísimo y que nos llenó de ilusión fue otro de Señor, pero en los cuartos contra Bélgica. Eramos netamente superiores, nos marcaron un golito, y apurando empató Señor. Luego en la prórroga no fuimos capaces de rematar a los belgas, y claro entre Zubi y Pfaff había un abismo en los penaltis. Con Zubizarreta la verdad es que no sé por qué se hacía la tanda, si ya sabíamos que no paraba uno (recuerdo cuando fue un notición que parase un penalty… ya en el Valencia). Según cuentan, los argentinos (Maradona incluido) respiro aliviado que nos eliminasen, porque nos temían muchísimo en semifinales.
El de Caminero tuvo un efecto parecido al de Señor a Bélgica, pero con el agravante de que luego hubo salinazo, baggiazo y tassotitazo. Aún recuerdo que el gol de Baggio fue porque España estaba empeñada en rematar a Italia antes de la prórroga, cuando ellos estaban cansadísimos porque hacía tres días habían eliminado a Nigeria en la prórroga con 2 goles de Baggio aún más agónicos que el que nos metió a nosotros. Para una vez que Clemente podía haber sido conservador va y nos lanzamos al ataque. No sé qué italiano dijo luego que si se hubiese llegado a la prórroga les metíamos 5 tal como estaban ellos y nosotros.
Por supuesto, el malditismo de España más que en los goles, se cuenta más en los goles que no fueron: el de Cardeñosa en el 78, el de Salinas en el 94, el de Manjarín en la Euro 96 contra Inglaterra: http://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/eurocopa96-espana-0-0-inglaterra/99994/ y por supuesto los de Higuera y Morientes contra Corea en el 2002. Hay otro no gol más reciente semiolvidado: el de Silva a Holanda en Brasil 2014. Recuerdo que ibamos 1-0, los estábamos bailando y Silva quiso marcar de cuchara acabando el primer tiempo, cuando con un chut medio normal era prácticamente gol. Poco después Van Persie nos hizo aquel golazo, y Holanda nos hizo lo que nosotros a Dinamarca en el 86.
También se me quedan los que fallan en la tanda de penalty: Eloy en el 86, Hierro y Nadal en el 96, y Joaquín en 2002, que ahora no falla ni uno. Pero bueno, los 3 primeros perdonados porque teníamos a Zubi, y Joaquín pues también, porque aparte del famoso atraco coreano, recuerdo que ellos lanzaron todos los penaltys a Casillas a la escuadra, imparables. Creo que en ese mundial de Corea, aunque luego pasase lo peor de lo peor, sí que rompimos cierto malditismo en la eliminatoria anterior contra Irlanda. Les ibamos ganando 1-0 pero en plan tranqui, sin sufrir. Y de repente Hierro hace uno de los penaltys más absurdos que vi jamás, levantando la camiseta (no estirando, no, casi se la quita y todo) creo que a Roy Keane en el min. 90. Empatan, y en la prórroga a Higuera en palabras de Camacho «se le torció un huevo». Total que yo ya me veía eliminado, pero los irlandeses no se dieron cuenta y llegamos a penaltys. Y como fue la primera tanda sin Zubi, la pasamos. Ahí se rompió la maldición, en mi opinión.
Vaya rollo os he cascado.
Donde dice «Higuera» debe decir usted «Helguera». Y el del huevo fue Albelda. Por lo demás, me ha encantado el rollo que nos ha cascado.
No olviden el hat-trick de Michel ante Corea en Italia’90 («me lo merezco»), un gol de Amor contra Bulgaria en la Euro’96 u otro de Valerón contra Rusia en la Euro 2004.
No está el gol de Zarra a la pérfida albión del Mundial del 50… tiene pelotas.
El gol de Ruben Cano contrar Yugoslavia en el pequeño Maracaná.
Me sorprende que falte este:
Mundial Italia 90, tras un inicio titubeante contra Uruguay, España endereza el rumbo ganando 3-1 a Corea, el famos hat trick del «me lo merezco, me lo merezco».
En el siguiente partido ganamos 2-1 a nuestra bestia negra del mundial anterior, Bélgica, y la euforia se desborda.
Octavos contra Yugoslavia, ¿Con quien han empatado estos?.
Stojkovic marca en el 78 y ya se da todo por perdido.
Sin embargo en el 83, Julio salinas se lanza pies por delante en el segundo palo y consigue empatar el partido………permitiendo que Stojkovic, de nuevo, nos mande para casa con un gol de falta que entra porque «melomerezco» Michel aparta la cara en la barrera.
El Karma.
https://www.youtube.com/watch?v=rk3R-8zUw7M
El penalti de Raúl contra Francia en cuartos. Ése es el verdadero gol de España.
Estrepitosos los comentarios.
Cualquier gol en propia puerta expresa lo mejor de España
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