(Viene de la primera parte)
La privacidad pone límites a la mirada ajena, y el olvido, a la propia. Son muros que nos protegen al precio de encerrarnos.
El libro total
Borges imaginó el paraíso bajo la especie de una biblioteca, según confiesa en su «Poema de los dones». Pero el universo-biblioteca de su cuento «La biblioteca de Babel» es más bien un infierno, y no solo por la pavorosa inmensidad de sus innumerables libros sin sentido; aunque se redujera drásticamente el número de volúmenes y cada uno de ellos fuera un tesoro de sabiduría y belleza, seguiría siendo infernal por el mismo hecho de ser el universo (por el hecho de ser el universo mismo), pues tener acceso a las palabras y no a lo que representan sería una refinada versión del suplicio de Tántalo. O de la caverna de Platón.
Para la visión biblioteconómica del mundo (VBM), sin embargo, la Biblioteca plena pero no repleta, completa pero no cerrada, semejante pero no sucedánea (que describiría fielmente el universo sin usurpar su lugar, como la biblioteca de Babel), sí podría ser un trasunto del paraíso, o su antesala, o su centro de operaciones, pues brindaría la oportunidad de relacionarse plenamente con el mundo y con los demás. En la Biblioteca no habría zonas restringidas, y todas las biografías exhaustivas serían públicas: los miles de tomos relativos a la vida de cualquier persona estarían a disposición de cualquier otra. Aunque ya no serían tomos de papel, sino hipertextos multimediáticos e interactivos. Al final (es decir, al principio), la Biblioteca plena sería un único superlibro total en continuo crecimiento, llevando hasta sus últimas consecuencias, y más allá, el viejo concepto de enciclopedia. Y, para ello, la Biblioteca tendría que cumplir las cinco leyes de Ranganathan.
Las cinco leyes de la biblioteconomía
En 1931 (el mismo año en que Gödel demostró sus teoremas de incompletitud), el matemático y bibliotecario indio Shiyali Ramamrita Ranganathan propuso sus cinco leyes de la biblioteconomía, que fueron rápidamente adoptadas como referente ético y metodológico por bibliotecarias/os de todo el mundo. Estas leyes son:
1. Los libros están para leerse.
2. A cada lector su libro.
3. A cada libro su lector.
4. Hay que ahorrarle tiempo al lector.
5. La biblioteca es un organismo en crecimiento.
Tal vez parezcan muy obvias, estas cinco leyes; pero si hoy lo son es, en buena medida, porque Ranganathan las formuló en un momento en que no lo eran tanto. Las bibliotecas eran las casas de los libros, y Ranganathan comprendió y propugnó que tenían que ser las casas de los lectores. Solía decir, sobre la primera ley, que el riesgo de que se perdiera o deteriorara un libro era infinitamente menor (y los matemáticos no suelen tomar el nombre del infinito en vano) que el riesgo de que no se leyera. Y en ese sentido van las tres leyes siguientes: hay que facilitar el encuentro entre los lectores y los libros que puedan necesitar, y hay que evitar los trámites burocráticos que entorpecen o ralentizan ese encuentro feliz.
Por lo que respecta a la quinta ley, hay que entender el crecimiento en un sentido no meramente cuantitativo. No se trata solo —ni principalmente— de acumular cada vez más libros, sino de hacer que la biblioteca crezca como un sistema adaptativo complejo, como un organismo vivo en un entorno cambiante. Lo que significa, entre otras cosas, actualizar continuamente el concepto mismo de libro.
El libro abierto
Para la VBM, la Biblioteca definitiva (es decir, inaugural) converge con la enciclopedia biográfica universal generada a partir de un big data abocado a la plenitud del all data, y en ella las leyes de Ranganathan adoptarían la siguiente forma:
1. Las personas están para conocerse.
2. y 3. A cada persona su afín.
4. Hay que ahorrarles tiempo a las personas.
5. La Biblioteca es un superorganismo en crecimiento multidimensional.
El principal objetivo de la Biblioteca sería facilitar las relaciones interpersonales y conducirlas a un nivel superior. Cada persona sería un «libro abierto» para las demás: la vieja metáfora (que remite directamente a la VBM) alcanzaría pleno sentido en la literalidad.
La idea de que toda la información sobre cualquier persona —su «biografía completa»— esté al alcance de cualquier otra, puede resultar perturbadora; pero el big data tiende rápida e inevitablemente a un all data que supondrá una transformación radical del individuo y de la sociedad. Si permitimos que la información total esté en manos de unos pocos, el mundo puede convertirse en un infierno orwelliano, y la única alternativa, puesto que el proceso es imparable, es que esté en manos de todos. Y entonces el mundo podría convertirse en un paraíso transparente, más allá de la privacidad y del olvido. Aunque antes, como plantean algunas religiones, habría que pasar por el purgatorio.
(Continua aquí)
Apasionante serie de artículos, gracias. (El primero me había pasado por alto, por eso comento esto aquí). La idea de que el libro es la culminación del proceso evolutivo de la consciencia me ha recordado la tesis de Eric Havelock, según la cual el paso de la cultura oral a la escrita (gracias a la invención del alfabeto griego) supuso un cambio civilizatorio. La filosofía platónica de las formas no habría sido posible sin la palabra escrita. https://en.wikipedia.org/wiki/Eric_A._Havelock#Preface_to_Plato
Gracias, Pere. Esta serie es, en buena medida, continuación de mi artículo «La musa aprende a navegar», en estas mismas páginas, centrado precisamente en las tesis de Havelock. Su «Prefacio a Platón» sigue siendo un hito imprescindible.
Creo que cuanta más información tenemos los unos de los otros, más presión hay para que ser «malo» se relacione con el éxito y sea lo deseable.
En una sociedad basada en la competencia y en un concepto de «éxito» perverso, así es, por desgracia. En una sociedad más cooperativa que competitiva, es de suponer que sería al revés.
Ok.Cooperación, el paso posterior a la competencia y al conflicto.Por una razón de cercanía espacial paso solo conseguido en nivel 1 de la familia,un poco conseguido en el nivel 2 (empresas cooperativa y solo socios de resto empresas mercantiles ) y muy escasa presencia, por ahora, en el ámbito social 3 (socialismo y estados del bienestar).Saludis
Efectivamente, la cercanía espacial ha sido hasta hace bien poco un factor determinante; pero cabe esperar que las nuevas tecnologías y las redes sociales creen -ya lo están haciendo- un nuevo concepto de cercanía que propicie la cooperación a nivel 3.
Bien,cierto, el aumento de cercanía que produce un medio de comunicación mas potente reduce distancia.Pero un medio tan potente como la imprenta de Gutemberg solo dio un paso mínimo y el nivel 3 esta como esta: en desigualdad extrema provocadora de hundimentos sociales como el actual. Creo que se debe dar el paso que ya dieron el nivel 1 y el 2:unir los capitales Saludos
En última instancia, es un problema político. He intentado ofrecer un vislumbre «utópico» de lo que podría ser la transparencia en una sociedad igualitaria y fraterna, pero soy consciente de las dificultades, por no hablar de la distopía que acecha tras la tecnología avanzada. Pero, ya que mencionas la imprenta, los poderes establecidos intentaron controlarla y acabó yéndoseles de las manos; es un precedente esperanzador.
Caramba…que gran artículo!!! , la biblioteca es al planeta como el libro a la persona y… la información compartida es libertad mientras que la escondida es poder ….me encantó , he aprendido mucho , gracias!
Gracias a ti, Lydia, por tu excelente resumen/regla de tres.
Y el purgatorio es constatar que no a todos agrada leer, y pienso que son la mayoría. Esta certeza me crea perplejidad porque, reflexionando sobre el devenir de la Historia observo una tendencia hacia el mejoramiento, sea este material que espiritual siempre en manos de una élite que, confieso, aun reconociendo que es la adecuada, me causa escozor por el solo hecho de ser una minoría. Y esto es desalentador, caro Frabetti, parecido a lo que me sucede cuando voy a la biblioteca de mi pueblo. Llego optimista, pero al ver la cantidad de autores que no serán leídos, y constatando que ni aun con una vida longeva podré leer todos los libros me invade una especie de derrota anticipada. Este comentario pareciera que no tiene nada que ver con el argumento de las dos entregas (y si es así me disculpo) por eso espero leerlas en su totalidad. De cualquier manera gracias por haberme hecho conocer a ese peculiar bibliotecario.
Desgraciadamente, caro Eduardo, tu comentario tiene mucho que ver. Efectivamente, la cultura -que en buena medida podemos identificar con la lectura- está en manos de una minoría, igual que el dinero y el poder. Pero, aunque de forma desesperantemente lenta, vamos avanzando, como tú mismo señalas.
Contra la paranoia el exhibicionismo…
Lo siento, sutil hemíptero, no tengo claro lo que quieres decir (aparte de identificar la paranoia con la privacidad y el exhibicionismo con la transparencia). En cualquier caso, me parece interesante la posibilidad de que el exhibicionismo sea una reacción neurótica contra el exceso de ocultación propio de nuestra sociedad.
La felicidad es no tener que recordar nunca lo dicho por uno el día anterior…
«Si pierdo la memoria, qué pureza» (Pere Gimferrer).
Esa cita bien podría ser el eslogan de una marca de güisqui, ¿verdad?
Jajaja. Si lees mi artículo «Los poetas malos», en estas mismas páginas, verás que en él argumento precisamente que, hoy día, la poesía de encuentra mayoritariamente en la publicidad.
de = se
Ya no es la aristocracia, sino los accionistas de las corporaciones privadas, los nuevos mecenas, ¿eh?
«Mecenas» es una palabra equívoca, pues suena a generosidad y «amor al arte», cuando, en la práctica, el mecenazgo suele ser un negocio encubierto y una forma sutil de explotación.
Un servidor es consciente de que la palabra ‘mecenas’ no tiene nada de inocente…
Las conversaciones son siempre peligrosas si se tiene algo que ocultar…
La libertad de prensa la tiene solo el dueño de la imprenta.Es una frase muy certera del buen político progresista Eduardo Correa.Efectivamente la solución es política: una propiedad conjunta TAMBIÉN en el nivel 3.Esta en curso esa solución. Gracias por la charla instructiva y que yo termino.Un saludo.
Gracias a ti, Antonio. Sí, no hay mucho más que decir. Y sí mucho más que hacer.