Cine y TV Encuestas

¿Cuál es la mejor película no anglosajona sobre la Segunda Guerra Mundial?

Según una encuesta del Instituto de Estudios de Opinión y Marketing francés, IFOP, en mayo de 1945 los franceses consideraban que el país que más había contribuido a la derrota del III Reich había sido la URSS, 57%, seguida de Estados Unidos, 20%. En 1994, la opinión se había dado la vuelta. Un 49% entendía que había sido Estados Unidos y un 25%, la URSS. En 2004 seguía esa tendencia. Un 58% le otorgaba el mérito a Estados Unidos y un 20% a la URSS.

Uno de los grandes culpables de esa evolución de la opinión fue algo tan inocente y lúdico como el cine, un eficaz arma de propaganda para muchos.

No obstante, si funciona, es en gran parte por un solo motivo: es la única fuente. Mucha gente solo consume cine anglosajón. En realidad, no han faltado películas que han tratado el conflicto desde la óptica de otros países, otras culturas y otros protagonistas de la guerra. Lógicamente, todas ellas han aportado puntos de vista originales y poco habituales. He aquí una pequeña selección, voten por su favorita o añadan en los comentarios las que consideren oportunas.

(La caja de voto se encuentra al final del artículo)


Masacre, ven y mira (URSS)

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Belarusfilm / Mosfilm.

Sobre la guerra de exterminio. Si de lo que se trata es de descubrir lo que fue la ocupación de la URSS por parte del III Reich, el director Elem Klimov no ahorró en detalles. Elem, cuyo nombre era un acrónimo de Engels, Lenin y Marx, era hijo de comunistas. Conocía bien lo que se traía entre manos, de niño fue evacuado junto a su madre de Stalingrado. La película, protagonizada por un joven Alexei Kravchenko, cuenta el relato del paso de la infancia a la edad adulta de un chaval a través de una guerra de exterminio. Aquí, los soldados alemanes no cortejan a las mujeres locales, las violan; no fusilan a los rebeldes, le prenden fuego a todo el pueblo encerrado dentro de una iglesia. Es una historia incómoda, desagradable, espantosa. Porque así, o peor, fue aquel conflicto.


El puente (Alemania)

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Fono Film.

Sobre los niños soldado. Antes de dar el salto a Hollywood, Bernhard Wicki grabó en la RFA una de las películas bélicas con un enfoque más duro, y no por ello fantasioso: el de los niños soldado. En los últimos días del III Reich, antes y después del suicidio de Hitler, ocurrieron en el frente europeo sucesos no menos crueles que los que habían venido sucediendo durante toda la guerra, pero sí que eran, si acaso, más delirantes, como el tardío genocidio de Praga. En este sentido, uno de los aspectos más patéticos de los estertores del nazismo fue reclutar a niños. El puente contaba cómo un escuadrón de adolescentes tiene que defender un puente ante el avance aliado. La cinta estaba plagada de horrores de la guerra vividos por críos que pocos días antes estaban jugando, y en ese momento se encontraban armados y uniformados tras solo un día de instrucción. Y todo, al final, como en tantas guerras, para nada.


Tri (Yugoslavia)

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Avala Film.

Sobre las versiones oficiales de la guerra. Al igual que en Hollywood, en Yugoslavia la maquinaria estatal pronto canalizó a través del cine la propaganda que legitimaba al Estado y al sistema. La federación presidida por Tito nació del mito de la victoria partisana en la Segunda Guerra Mundial. Una guerra de liberación que los yugoslavos libraron sin ayudas importantes; los soviéticos solo entraron para liberar Belgrado, y los británicos aportaron armamento y asistencia técnica. Lo demás lo hicieron los partisanos escondiéndose en los bosques a menos veinte grados, alimentándose de las hojas y las raíces de los árboles en un sacrificio épico. La epopeya fue llevada al cine de mil maneras, pero en los años sesenta una nueva generación de cineastas y de yugoslavos empezó a hacerse preguntas. Tri, de Aleksandar Petrovic, fue una película paradigmática de los cambios. Dividida en tres partes, olvidaba la épica colectiva del pueblo y trataba de aportar una visión personal, a pequeña escala, del conflicto. Pequeñas vivencias que ponían de manifiesto lo absurdo de las guerras. En una se mostraba el peligro de las turbas, de las masas aplicando justicia aquí y ahora tras un bombardeo. La segunda habla de un equívoco de la guerra, en la que un hombre muere heroicamente en lugar de otro ocupando por error su lugar. En la tercera, un oficial debe cursar la orden de fusilamiento de una colaboracionista; casualmente, una bella mujer. Ser el que tiene que estampar la firma para que sesguen su vida le sumerge en un tormentoso conflicto interior. De nuevo, cine incómodo. Preguntas molestas.


El general de la Rovere (Italia)

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Zebra Films / SNEG.

Sobre la cobardía. Roberto Rossellini con este título no solo dio nombre a una película, también a un síndrome, que bien podría ser el suyo. Sus tres primeras películas, aparte de los cortometrajes, fueron propaganda fascista de la Italia de Mussolini, producida alguna de ellas directamente por el Ministerio. Después llegaron sus clásicos inmortales como Roma, ciudad abierta, Camarada o Alemania, año cero, ya desde un punto de vista antifascista. Sin embargo, en El general de la Rovere aparecía una reflexión sobre el valor y la guerra. Un hombre era detenido por los nazis confundido con un héroe de la resistencia. Es una historia real acontecida en Génova en 1943. El hombre, acobardado, negaba desesperadamente ser ese personaje, pero los pasos hacia su ejecución se iban dando sin tener en cuenta sus alegaciones. El retrato psicológico de su angustia es algo magistral, pero más aún lo era el desenlace [SPOILER], cuando finalmente lo fusilan, en el que ese pobre hombre decidía morir con el honor y la entereza que le hubiera correspondido al verdadero general de la Rovere.


Trenes rigurosamente vigilados (Checoslovaquia)

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Filmové studio Barrandov.

Sobre la humanidad de los enemigos. Si por algo destaca la escuela artística checoslovaca es por la mezcla de géneros, especialmente la comedia y la tragedia. Una forma inteligente de hacer las críticas más mordaces y corrosivas de una manera, digamos, sedosa. Pasada la época del gran cine bélico de los países satélite, donde se destacaba el heroísmo y sacrificio de sus gentes ante el inhumano invasor nazi, a Jirí Menzel le dio por pensar un enfoque de la guerra más prosaico. Sus ojos se fueron a parar en Milos, un trabajador de la estación de tren. Un protagonista que desciende de una larga tradición de cretinos y cantamañanas y en el paso de la adolescencia a la edad adulta lo que le preocupa en esa guerra son las chicas. Los soldados alemanes aparecen mostrados en un plano similar, también son de algún modo chavales que estarían mucho mejor ligando en sus pueblos que arrojados brutalmente a la guerra. Del mismo modo se refleja a una sociedad que no vive una oposición constante y exaltada ante el invasor, más bien un poco de indiferencia cuando no connivencia. Menzel tocó puntos débiles muy sensibles, pero gozó de la complicidad de su público, que considera su debut todo un clásico nacional.


La condición humana (Japón)

Ninjin Club / Shochiku.

Sobre la coherencia ideológica. Nueve horas dura la trilogía de Masaki Kobayashi sobre la Segunda Guerra Mundial en Asia en uno de sus frentes más olvidados, el chino. Desde la óptica japonesa la película cuenta la historia de Kaji, un socialista japonés, pacifista, que logra eludir la llamada a filas, pero igualmente es destinado en una fábrica china, donde se ve abocado a la terrorífica tarea de gestionar un campo de concentración. Como fracasa, es castigado con el cuartel para ser enviado al frente a las primeras de cambio. Especialmente simbólica es la instrucción. Algunas tramas, como la del «recluta Patoso» que se suicida en La chaqueta metálica, aparecen aquí contadas en términos muy similares, aunque en esta película el protagonista, en lugar de endurecerse, se vuelve comunista. En las tres últimas horas Koji por fin llega al frente donde se descubre como un excelente soldado o, mejor dicho, superviviente, porque de eso se trata el frente chino a esas alturas de la guerra, en la que se enfrenta a los rusos, a los chinos y también a sus propias tropas, cargadas de delirio y fanatismo. Considerada una de las más grandes obras de la cinematografía universal, duele pensar que no haya tenido más predicamento por estar situada en Asia y tener un marcado e inequívoco mensaje de izquierdas.


La pasajera (Polonia)

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Zespol Filmowy «Kamera».

Sobre los campos de concentración. Expulsado del Partido de los Trabajadores Polacos, Andrzej Munk era uno de esos jóvenes exponentes de la paradoja estalinista. Al elevar las condiciones de vida y culturales del proletariado en una sociedad comunista, aparecía una nueva clase que se cuestionaba el sistema, y no contenta con las necesidades básicas satisfechas demandaba libertad. Su muerte prematura en 1961 nos privó de haber visto La pasajera montada por él, pero el remedo que se hizo en 1963 para que su obra no durmiera en un cajón el sueño de los justos dio lugar a uno más de los clásicos de su rica filmografía. Como valor formal, parte de la película está acabada con fotografías, como un cómic cinematográfico. La turbia historia que se cuenta toca el más oscuro tabú, la relación entre una guardia de las SS y una prisionera de el campo de concentración de Auschwitz. Liza, la nazi, siente algo por Martha, la prisionera polaca, y la trata con cierta consideración, lejos de los tormentos que sufren las demás internas. Martha, sin embargo, no se dejaba seducir por el gesto magnánimo de que le hubiesen perdonado la vida. La cinta exponía una serie de emociones encontradas y reflexiones sobre la dominación y sus límites; experimentarán ambas al encontrarse años después en un barco.


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22 Comentarios

  1. Neil Young

    Das boot ( el submarino)

  2. Neil Young

    de las de la lista, Masacre, ven y mira, me impresionó mucho.

  3. El hundimiento (Alemania),
    Stalingrado (Alemania),
    La tumba de las luciérnagas (Japón),

  4. Sebastian

    Katyn – Polonia-. Como no la incluyeron? Un hecho tan terrible y una pelicula tan bien lograda … La polaca de las lesbianas que eligieron no me convence.

  5. Todavía no he leído el artículo, pero decir que el cine es inocente… Álvaro, una mala noche la tiene cualquiera

  6. stalingrado y normandia y buscando al soldado ryan

  7. El ejército de las sombras, Cuando pasan las cigüeñas, Ciudad de vida y muerte, El hijo de Saúl.

  8. Es una excelente selección la que ha realizado, sin embargo los dueños de la mejor filmografía sobre la II GM fueron los soviéticos. «Ve y mira», de Klimov es de las más descarnadas. Diría que desde mi punto de vista es de las mejor realizadas de la última parte del poder soviético. Sin embargo hay filmes inolvidables como Siberiada, de Andrei Mijalkov Konchalovsky. Pero sobre todo Los amaneceres son aquí apacibles, de Stanislav Rostotzki; Stalingrad de Fiodor Bondarchuk, La balada del soldado, de Grigory Chujrai; Ellos se batieron por la Patria, de Serguei Bondarchuk; Cuando vuelan las cigüeñas (también conocida como Volaron o pasaron las grullas), de Mijail Kolotozov; Mañana fue la guerra, de Yuri Kara; 20 días sin guerra, de Alexei Guerman; El padre del soldado, de Rezo Chkheidze: El destino de un hombre, de Serguei Bondarchuk; La caída de Berlín, de Mikheil Chiaureli; Cielos despejados, de Mijail Chujrai; El 41, de Grigori Chujrai y Dos camaradas en el ejército, de Evgueni Karelov, entre otros.

  9. Sí bien voté por «Masacre, ven y mira», creo que también merecía ser nombrada «Aquí los amaneceres son más apacibles», sobre cómo las tragedias personales se diluyen en la apreciación oficial (eso sí, la versión original de los 70, no el remake de hace poco).

  10. Errefejota

    El Libro Negro de Paul Verhoeven es un retrato cruel y cínico de la II Guerra Mundial en Holanda. O La Piel de Liliana Cavani. O Roma ciudad abierta. La lista es rebuscada y un punto exclusiva de películas que muy poca gente ha visto.

  11. Lo curioso, visto el porcentaje mayoritario de franceses que valoraron el papel de la URSS en la derrota de los nazis, es que no fueron los rusos los que liberaron Francia en 1944.

    • Francisco Lopez

      Si no llega a ser por los Alemanes y Rusos muertos, los Americanos y Britanicos no desembarcan en el 44 ni de broma. Francis

      • Bueno, también se podría decir lo contrario, que sin americanos y británicos los rusos no habrían llegado a Berlín. Pero la cuestión, creo, es que lo que vieron los franceses en 1944 fue a estadounidenses y británicos, y a franceses de Leclerc (y republicanos españoles) liberando su país, lo que no encaja con los resultados de la encuesta de 1945, independientemente de nuestro conocimiento actual del esfuerzo soviético (sin duda imprescindible).

  12. Alemania, madre pálida…. la mirada femenina excluida.

  13. Es abismante la cantidad de cine de calidad que hay en el mundo….mientras consumimos baldes de palomitas mirando a esos oligofrénicos Avengers.

  14. La guerra lo ganaron los rusos, si no fuera por ellos hoy en día todos hablaríamos alemán todos seríamos nazis y alabariamos a Hitler, esa es la verdad no fue por los estadounidenses de mierdas oportunistas que esperaron que los rusos avancen pa que ellos recién vayan por detrás junto a sus aliados, estadounidenses chupamedias

  15. Das Boot…! El espiritu aleman reflejado en toda su grandeza.

  16. Cine japonés

    La tumba de las luciérnagas.

  17. Roberto Ruiz

    El tambor de hojalata

  18. Federico García

    La que primero se me viene a la cabeza fuera de la excelente lista y los nombres que se fueron agregando es «La infancia de Iván» de Andrei Tarkovsky. Otras que se me ocurren pero no precisamente por ser las mejores sino porque vale la pena verlas aunque son absolutamente propagandísticas (tanto como las yanquis) un par de súper producciones soviéticas dirigidas por Yuri Ozerov: «La batalla por Moscú» y «La batalla de Berlín», ambas películas de largo aliento (una anda por los 300 minutos y la otra casi los 500 minutos) pero que tienen en mi concepto probablemente de las mejores escenas de batallas que se han hecho sobre la Segunda Guerra Mundial.

  19. Von Scrott

    Me sorprende que no aparezcan mencionadas ni «Europa, Europa», ni «Europa» de Von Trier, siendo como son – y por muy diferentes motivos- dos acojonantes peliculones.

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