1. La mentalidad mecanicista que gobierna la cultura contemporánea proclama una perfidia darwinista: toda innovación es una mejora. Comprended lo que hay de doctrina en este silogismo.
2. Aceptad que el problema es la credulidad. Ninguno de vuestros abuelos se puso en manos de un mercader. Examinaban la mercancía antes de comprarla. Vosotros, sin embargo, creéis que la tecnología no puede engañaros.
3. El elogio a la innovación que difunden los expertos coincide con el manual de instrucciones de los fabricantes, la retórica de sus publicistas, el optimismo de los analistas y la ingenuidad de los usuarios.
4. Abandonad el laboratorio conductista al que os lleva vuestra candidez. Dejad de aplicaros las aplicaciones gratuitas, desconfiad. Decidlo en voz alta: ¡queremos pagar en metálico! ¡Ver la cara del vendedor!
5. Las redes sociales han envenenado la percepción de la política, han canalizado la movilización tribal de los ciudadanos, enervado la conciencia de la soledad y excitado la angustia existencial. El simulacro tecnológico lo ha conseguido.
6. Los promotores de los artefactos anunciaron el advenimiento de las redes como canal abierto, gratuito y universal y prometieron la difusión cultural masiva, la circulación de una información contrastada por el interés general, la participación democrática en la gestión de los grandes asuntos públicos, el intercambio horizontal del conocimiento y la integración igualitaria de las masas en el debate político de la civilización.
7. (¡Confesad cuántas veces lo disteis por bueno!)
8. En realidad, las redes sociales son charcas de palabrería psicótica. Han propiciado el hostigamiento de los individuos, envenenando con furia tóxica el debate social.
9. Necesitamos una poderosa excusa para justificar vuestra credulidad: ¡ha pasado todo tan de prisa! Twiter empieza a expandirse en junio de 2006; a mediados de 2007 Facebook se internacionaliza; en junio del mismo año Steve Jobs pone en escena su flamante iPhone. Apenas han pasado diez años. ¿Qué podíais hacer vosotros, pobres consumidores, huérfanos hermanados en la indigencia espiritual?
10. En esta década mutante ha brotado una figura inédita. Ya no es un ciudadano, ni un interlocutor, ni un lector: es un usuario. No un usuario de los que antes usaban las cosas, las cosas de usar y tirar, sino uno de nuevo cuño: el usuario usado por el artefacto que tiene en las manos.
11. Por su conexión biónica al centro neurálgico de los instintos y su poderoso vínculo a la ilusión de los deseos, el artefacto impone una relación hipnótica y neurótica. Es una herramienta con voluntad propia la que se ha puesto al servicio de quién sabe qué postor.
12. El entusiasmo bursátil por el sector digital ¿no os parece digno de asombro? Tanto dinero invertido en un servicio gratuito: ¿acaso será esta la primera revolución caritativa?
13. Los contenidos que vibran en las pantallas son fugaces, inabarcables e inagotables: mientras incitan la atención insomne del usuario, la dispersan; mientras canalizan la inquietud de una multitud bulímica, la derraman. Su oferta incesante os avergüenza. Su gratuidad os fascina.
14. La seductora fantasía del hombre que obtiene lo que desea ha encontrado su perfecta versión virtual. En lugar de frotar la lámpara, pulsa una tecla. Ignorante de la dependencia que le impone su nueva condición, el ciudadano de la década mutante ensalza la ficción de su autonomía mientras se sumerge en la más innovadora de las servidumbres.
15. Conocemos bien las utilidades de la red, ¡cómo olvidarlas! ¡Hasta los médicos las festejan! Lo que ahora importa es el juicio crítico de sus dominios. Nos urge conocer las patologías que se incuban en el usuario, saber a dónde le llevará la obsesión última de su mente viciosa y cuándo estallará la fragmentación psicótica de su pensamiento.
16. Por el momento ya sabemos que las redes son el canal de la epidemia emocional del odio, el cauce de la difamación, el virus que corroe la integridad, la furia que libera la frustración, el instinto inquisitorial de la muchedumbre, el linchamiento de los disidentes, rivales o adversarios de cualquier causa, el desprestigio orquestado de hombres, ideas e instituciones.
17. Quien no comulgue con sus creencias arderá en la hoguera digital.
18. Las redes os ofrecen la ilusión de una audiencia masiva, seguidores que aplauden vuestro ingenio, máscaras que comparten vuestras fobias, que celebran ultrajar a vuestros adversarios y aplaudir a vuestros ídolos. Esta es la multitud que os vigila.
19. Se os ofrecen las poderosas ficciones de la tecnología a cambio de vuestra privacidad, las secretas afinidades, la vida íntima de los deseos latentes. Lo que rastrea y devora el radar tecnológico. Es la nueva versión del derecho de pernada: perteneceréis al Reino mientras el Robot pueda yacer con vuestra alma.
20. Entendedlo de una vez: las redes solo os sirven para calmar vuestra adicción a las redes.
Entendido, voy a por otra página…
Ibn Asad?
Salvo el primer postulado del punto cinco que no comparto, por lo demás estoy de acuerdo con el resto. Las redes sociales han envenenado la percepción de la politica, dice usted, pero quizá se refiera al punto y contrapunto que todos los días vemos cuando se debate cualquier acto político, dentro de una charla informal, que, como usted lo afirma termina siendo una deplorable prueba de intolerancia y mala educación, pero cuando existe una plataforma con reglas compartidas como puede serlo el Movimiento cinco estrellas en Italia, las cosas cambian. Ahí no hay pseudónimo que oculte tu identidad y te permita insultar impunemente. Ahí se recolecta dinero para mantenerla en pie, ahí, luego de una pre selección, se presentan los candidatos a ocupar puestos políticos que esperan el consenso de los usuarios, ahí puedes ver cómo van las iniciativas parlamentarias que en su momento fueron propuestas para su aprobación a la mayoría de los asociados. No es perfecta, lo reconozco, porque nació como respuesta a la deshonestidad imperante en la clase politica, y ya hemos sufrido en carne propia la desilusión de ver un candidato elegido pero luego implicado en ruberías, pero es un embrión con futuro de la democracia directa, porque ahí veo las caras, cómo viven, qué son profesionalmente, qué proponen y, sobre todo, un pasado civil sin manchas. Movimientos como este tendría que haber en todos los paises. Gracias por la lectura.